CAPÍTULO 7
NETEYAM
La princesa del mar, así es como muchos la llamaban y honestamente era un apodo que encajaba a la perfección con Ninat't, porque todo en ella destacaba, desde su apariencia hasta sus palabras y solo el verla cazar, pelear o nadar era algo impresionante.
"La princesa del mar"
Cuando lo dije en voz alta eso pareció sorprenderla, tal vez porque pensó que ya nadie la llamaría así, pero sin importar lo que sucediera, sin importar las decisiones que tomó o las que tomaría en el futuro, ella siempre sería la princesa del mar, porque pese a que todos aun mantenían su distancia, todos sabían quien era ella y de lo que era capaz.
Casi no pude dormir y aunque no quería admitir la razón, estaba más que claro; no podía dejar de pensar en ella, no podía dejar de pensar en su risa y en como brillaban sus ojos cuando alguien la retaba; no podía dejar de recordar el tono autoritario de su voz cuando regaño a los chicos, no podía dejar de recordar el momento en que salió a toda velocidad llamando la atención de aquel animal solo para darnos tiempo de ponernos a salvo; no podía dejar de pensar en lo hermosa y valiente que era, simplemente no podía dejar de pensar en ella.
Justo antes del alba volví a escabullirme de casa y recorrí el camino hasta encontrarme con Ninat't que ya me esperaba; sin perder el tiempo nos dirigimos a una parte de la playa que estaba más oculta y en cuanto llegamos ella se puso en posición de ataque.
- Bien, empecemos – ordenó y asentí – Atácame
- Pero...
- Atácame – repitió y eso fue justo lo que hice, pero automáticamente desvío mi ataque y terminé en la arena – No está mal, pero no debes ir de frente, debes ser más paciente y evaluar hacia donde va la defensa o el ataque de tu oponente
- ¿Cómo? – pregunté sin entender y ella me ayudó a levantarme
- Siente la arena en tus pies y deslízate; observa mis movimientos y piensa en ellos como un todo – explicó con cuidado – Si pongo todo mi apoyo en la pierna derecha va a notarse y automáticamente sabrás cual es mi punto débil; esté en la posición que esté debes buscar esa pequeña debilidad, ese pequeño punto que me hará perder el balance; intenta otra vez – pidió y esta vez hice lo que ella dijo
Observé a Ninat't con atención, observé la forma en que se movía y entonces cuando creí encontrar algo, finalmente ataqué.
- Muy bien – dijo ayudándome
- Volví a caer – respondí levantándome
- No caer no significa hacerlo bien, solo significa que no caíste – dijo con tranquilidad – Esta vez atacaste con más cuidado, te fijaste en uno de mis puntos débiles y atacaste, pero te olvidaste de tus propios puntos débiles, por eso terminaste en la arena; así que ahora vuelve a atacar, pero no descuides tus propios movimientos – explicó y asentí
Nuevamente me preparé para atacarla y comencé a buscar con cuidado sus puntos débiles mientras pensaba en la mejor forma para abordarlos, entonces encontré justo lo que buscaba y ataqué cuidando mis propios movimientos para que no consiguiera derribarme; Ninat't se defendió intentando hacerme caer, pero en el preciso momento en que finalmente consiguió tirarme al suelo, derribé su pierna derecha derribándola conmigo.
- Bien hecho – dijo sonriéndome
Ella estaba sobre mí y eso consiguió ponerme lo suficientemente nervioso como para que me sonrojara, pero intenté aparentar lo mejor posible y ella no tardó en incorporarse para volver a ponerse en posición de ataque.
- Otra vez – ordenó y con una sonrisa obedecí
Duramos bastante tiempo peleando y caí varias veces, pero después de un rato empecé a encontrarle el ritmo a sus movimientos y me fue más fácil buscar sus puntos débiles, por lo que conseguí resistir cada vez hasta que finalmente logré detener algunos de sus golpes.
- Tenemos que volver – dijo una vez que detuve uno de sus golpes
- Tienes razón – acepté, aunque honestamente no quería marcharme de aquí
- Debo buscar a Tekay y llevarla a donde están los otros niños – dijo sin apartar sus ojos de los míos
- Yo debo ir a casa a desayunar antes del entrenamiento – respondí sin poder dejar de mirarla
- Supongo que nos veremos dentro de poco – dijo ella y sonreí
- Definitivamente
Cada uno se fue por su lado y llegué corriendo a casa para desayunar e irme, ya que se me empezaba a hacer tarde, pero cuando llegué mis padres me observaron con curiosidad y preguntaron por mi paradero a lo que solo respondí que estaba practicando un poco antes del entrenamiento, lo cual era cierto, aunque no era toda la verdad.
- Tonowari dijo que estabas avanzando mucho – comentó mi padre y asentí – Si te esfuerzas lo suficiente pronto podrás montar tu propio Tsurak – dijo con orgullo y miré brevemente hacia mi madre antes de volver a asentir
Por un segundo me permití olvidar por qué había empezado a entrenar y la presión que existía sobre mis hombros; por un segundo me permití olvidar que no podía fallar y que tenía que conseguir ser un guerrero fuerte tal como mi padre deseaba; por un segundo me permití olvidar que era el primogénito y que tenía que ser el ejemplo a seguir; por un segundo me permití olvidar, pero ahora todo estaba volviendo.
- Debo irme – dije levantándome y me despedí de mis padres sin esperar a que mi padre volviera a darme el largo discurso en el que me recordaba que debía asegurarme que mis hermanos no se metieran en problemas
No tenía ganas de hablar, no tenía ganas de pensar, solo quería pelear y desahogarme, así que en cuanto el entrenamiento empezó y los combates dieron inicio, empecé a lanzar golpes sin pensar, pero entonces un comentario me hizo hervir la sangre.
- Dicen que la princesita del mar se fue para estar con un na'vi del bosque por eso trajo esa carga con ella
Mi mente se nubló y perdí el juicio; me quemaba la sangre y solo tenía ganas de golpear a ese na'vi que era tan idiota como para comentar algo tan estúpido como eso, así que sin medir las consecuencias me giré hacia él y lo golpeé directamente en la cara mientras los demás retrocedían.
Estaba furioso y no tenía el control; toda la ira reprimida que sentía comenzó a salir a flote y no importó cuando intentó defenderse, yo era más fuerte y estaba mucho más enojado, así que continué golpeándolo hasta que quedó en el suelo.
- ¡Basta! – escuché un grito y reconocí la voz de Ninat't por lo que solo entonces reaccioné – Basta... - murmuró acercándose y me aparté de aquel na'vi
- ¡¿Qué está sucediendo aquí?! – preguntó Tonowari llegando hasta donde nos encontrábamos en compañía de mi padre
Todos los otros na'vi se habían alejado, pero Ninat't continuaba a mi lado y aunque intenté hacer que se pusiera detrás de mí, ella se mantuvo firme en su posición y sostuvo la mirada de su padre sin miedo.
- ¡¿Qué está sucediendo?! – volvió a cuestionar Tonowari
- Esto es mi culpa – dijo automáticamente Ninat't y negué
- Yo inicié la pelea – admití y mi padre me miró con decepción
- ¡Serás suspendido de los entrenamientos hasta nuevo aviso! – exclamó Tonowari y asentí
- ¡Vámonos en este momento! – exclamó molesto mi padre tomándome del brazo y noté que Ninat't estaba a punto de hablar, pero con un gesto le pedí que no lo hiciera
Mi padre me llevó de regreso a casa y en cuanto entré la mirada de decepción en su rostro se intensificó y se combino con el enojo que estaba sintiendo.
- ¡¿Cómo se te ocurre?! ¡Creí que fui lo suficientemente claro! ¡No más problemas! – exclamó molesto y simplemente permanecí en silencio – ¡Avergonzaste a esta familia!
- Papá...
- ¡Silencio! – exclamó y me detuve
- ¡Tu hermano y tú van a acabar con mi paciencia! ¡¿Qué estabas pensando?! – cuestionó con dureza
- Papá... - intenté nuevamente
- ¡Te dije que silencio! – exclamó y comencé a perder los estribos – ¡Se supone que debes ser un ejemplo, eres el hermano mayor! ¡Actúa como tal!
Justo en ese momento mi madre entró a la casa y también me miró con decepción lo que solo me hizo sentir peor, pero al mismo tiempo me frustraba que ninguno se detuviera a escucharme.
- ¡Debes pensar antes de actuar! ¡No puedes solo ir y golpear a alguien! – exclamó furioso - ¡Debemos comportarnos aquí! ¡No ocasionar más problemas!
- Al menos podrías... - murmuré y volvió a callarme
- ¡Creí que podía confiar en ti!
- ¡Podrías escucharme al menos una vez! – grité perdiendo la paciencia y mi madre me miró sorprendida
Yo nunca le respondía a mi padre, nunca le llevaba la contraria, simplemente asentía, aceptaba la responsabilidad e intentaba no volver a equivocarme, pero, aunque era cierto que no debí pelearme hasta ese punto, la razón para hacerlo debía ser expuesta y no estaba dispuesto a que este asunto fuera tratado como si simplemente hubiera sido un acto imprudente de mi parte.
- ¡¿Al menos me preguntaste que sucedió?! – cuestioné - ¡Ni siquiera te detuviste a preguntarme que pasó!
- Neteyam... - dijo mi madre y negué
- ¡Siempre me culpan de todo! ¡Soy el hijo mayor, pero no soy perfecto! – grité perdiendo los nervios - ¡¿Saben porque golpeé a ese sujeto?! ¡Lo golpee porque dijo algo completamente desagradable de Ninat't con referencia a su hija! ¡No es que me naciera golpearlo y ya! – grité furioso - ¡No puedes decirme que avergoncé a nuestra familia! ¡No cuando he hecho todo lo que has pedido! ¡No cuando he obedecido cada palabra tuya sin poner objeción! ¡No es justo! – exclamé y noté como mi padre retrocedía un poco - ¡¿Te has preguntado acaso como me siento yo?! ¡¿Te interesa al menos?!
Estaba furioso y ya no quería continuar aquí, así que simplemente salí corriendo de la casa y me arrojé al océano llamando de inmediato a mi ilu para escapar de aquí.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
¿Qué les parece la historia hasta ahora?
¿Qué opinan de Ninat't y Neteyam?
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