CAPÍTULO 2

NETEYAM

Tal y como dijo mi padre me levanté muy temprano y me dirigí a la zona de entrenamiento donde varios na'vi ya se encontraba esperando y aunque la mayoría intentó disimular sus miradas, inevitablemente me observaban con curiosidad lo que empezó a ponerme ansioso.

Era más que obvio que ninguno de ellos esperaba verme aquí, pero realmente no podía irme, así que me mantuve tranquilo en mi lugar mientras esperaba que Tonowari apareciera y después de unos breves momentos al fin apareció para dar paso a una serie de indicaciones sobre como debíamos proceder para comenzar a entrenar.

Recordaba perfectamente la primera vez que mi padre me enseñó a pelear; en ese entonces aun era muy pequeño pero mi padre insistió en que como el hijo del Olo'eyktan debía aprender a defenderme y tenía que ser capaz de ser un guerrero formidable, así que me esforcé el triple que los demás porque cargaba con la expectativa de ser el primogénito del gran Toruk Makto y tenía que estar a la altura.

El entrenamiento como era de esperarse fue duro y agotador, en especial teniendo en cuenta que tuve que adecuarme en muchos aspectos ya que no era lo mismo pelear con otro na'vi del bosque a pelear con un na'vi del océano; ellos tenían colas mucho más fuertes, además estaban acostumbrados a usar este ambiente a su favor lo cual era una clara desventaja para mí, pero no iba a dejarme vencer tan fácilmente y más aún, no iba a permitirme perder, así que a pesar de los golpes y las caídas continué levantándome una, dos, tres, veinte veces o más hasta que finalmente encontré la manera de esquivar los golpes y devolverlos de tal forma que pudiera usar el peso de mis contrincantes en su contra y para cuando terminó el entrenamiento ya nadie me miraba con curiosidad o desconfianza, al contrario, todos parecía bastante intrigados por la forma como peleaba.

En cuanto terminó el entrenamiento comencé a realizar los deberes que tenía encargados y me entretuve bastante tiempo hasta quedar realmente agotado, pero cuando finalmente caía la tarde y había terminado con todas mis responsabilidades me dispuse regresar a mi hogar para buscar algo de comer, aunque no llegué muy lejos ya que en cuanto di unos pasos Kiri llegó corriendo desesperada.

-        ¿Qué sucedió? ¿Estás bien? – pregunté nervioso y ella tomó mi mano para jalarme hacia quien sabe donde - ¡Kiri! ¡¿Qué sucede?!

-        Lo'ak y Aonung están peleando otra vez – dijo y corrimos un poco más hasta llegar a donde efectivamente mi hermano estaba peleando nuevamente con Aonung

-        ¿Qué sucedió ahora? – pregunté mirando a mi hermana y a Tsireya que lucían verdaderamente nerviosas, pero como ninguna me respondía simplemente me acerqué a ese par de idiotas para terminar la pelea - ¡Basta! – exclamé intentando detenerlos, pero en lugar de parar ahora fui yo quien recibió un par de golpes

Estaba cansado y adolorido por el entrenamiento, además mi paciencia estaba al límite, así que de un golpe terminé por separar al terco de Lo'ak de Aonung y los miré a ambos con seriedad.

-        Me las pagarás Lo'ak – dijo Aonung que se veía bastante golpeado, aunque mi hermano no se quedaba atrás

-        Cuando quieras pescadito – lo provocó Lo'ak y honestamente quería golpear a mi hermano

-        ¿Por qué siempre tienes que meterte en problemas? – pregunté con cansancio

-        Papá va a enojarse – comentó Kiri y estaba seguro que tenía razón

-        Vamos a casa – dije sin tener más ganas de discutir y ambos obedecieron en silencio

Estaba seguro que mi padre se enojaría y era casi seguro que de alguna forma yo tendría parte de la culpa por no estar ahí para evitar que Lo'ak se metiera en problemas, así que al mal tiempo darle prisa por lo que en lugar de intentar esquivar la situación simplemente me acerqué a casa dejando que mis hermanos me siguieran y en cuanto estuve frente a mi padre simplemente suspiré con cansancio.

-        ¿Qué sucedió ahora? – preguntó con severidad y Kiri se adentró a la casa mientras nosotros hablábamos con nuestro padre

-        Aonung comenzó a molestarme y terminamos peleando – admitió Lo'ak y entonces la mirada de mi padre recayó sobre mí

-        Lo sé, señor – acepté bajo su dura mirada – Me encargaré de que no vuelva a suceder

-        Debes cuidar a tus hermanos – dijo y asentí - ¿Cómo te fue en el entrenamiento?

-        Muy bien, pude derribar a muchos de ellos – respondí y eso lo hizo sonreír

-        Eso es excelente, debes seguir así; entremos a comer de una vez o tu madre se enojará – dijo y asentí para después seguirlo

Tal vez debí decirle que no podía estar encima de Lo'ak todo el día, que tenía demasiadas cosas que hacer además de los entrenamientos que francamente eran agotadores, pero por extraño que sonara, no era capaz de decir nada, así que simplemente me senté en silencio y comencé a comer mientras mi madre me observaba.

No tenía idea como iba a hacer para cumplir con todo, pero tenía que encontrar la forma de encargarme de mis deberes, destacar en los entrenamientos y asegurarme de que ni Lo'ak ni Kiri se metieran en problemas; tenía que lograrlo todo de alguna forma, no tenía más opción que esa.

-        Neteyam – me llamó Tuk llegando a mi lado con una sonrisa – Me cuentas una historia – pidió esperanzada y a pesar del cansancio asentí

No iba a negar que me dolía el cuerpo y que mentalmente estaba exhausto, pero siempre tendría tiempo para mi familia, así que acomodé a Tuk y comencé a contarle una de sus historias favoritas con toda la emoción que podía expresar hasta que finalmente conseguí que se quedara dormida, pero en lugar de hacer lo mismo y acostarme a dormir, al igual que el resto de mi familia, decidí salir un momento para sentarme y mirar hacia el océano.

-        ¿No puedes dormir? – preguntó Kiri tomando asiento a mi lado y negué – Lo siento – dijo en voz baja y la miré confundido

-        ¿Por qué?

-        Por lo de Lo'ak... - murmuró – Debí detenerlo o algo, así papá no te hubiera regañado

-        Tal vez... - acepté en voz baja

-        Supongo que bien – acepté sin mucho ánimo

-        ¿Supones?

-        Me fue bien en el entrenamiento y cumplí con todo lo que tenía que hacer, así que supongo que todo estuvo bien

-        Debiste decirle a papá que no querías comenzar a entrenar – soltó Kiri y la miré sorprendido

-        ¿Cómo...?

-        Te conozco muy bien, hermano; estabas feliz al tener tiempo para divertirte, pero ahora vuelve a ser como en casa; tú entrenando todo el día y luego con mil responsabilidades; hoy ni siquiera tuviste tiempo para montar tu ilu o ir a cazar con nosotros

-        Ya habrá tiempo

-        ¿Y si no? – cuestionó y suspiré sintiéndome realmente agotado

-        No sé que quieres que te diga, Kiri

-        Deberías hablar con papá

-        Las cosas están bien como están

-        Tal vez para los demás, pero no creo que lo estén para ti

-        Necesito dormir – declaré dando por terminada la conversación y de inmediato volví adentro para acostarme y dormir

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

A la mañana siguiente volví a levantarme temprano y después de comer me dirigí a mi entrenamiento donde de inmediato comencé a hacer algunos ejercicios para después de un rato dar comienzo a las peleas a las que comenzaba a acostumbrarme.

Me apresuré todo lo que pude y terminé mis tareas con algo de tiempo de sobra así que me dirigí de inmediato a buscar a mis hermanos y a la primera que encontré fue a Kiri así que prácticamente salí corriendo hacia ella y le pregunté por el paradero de Lo'ak.

-        Creo que iba a salir a cazar, no estoy segura – dijo y sin más tiempo que perder subí a mi ilu y fui a buscarlo

-        ¡Bro! – grité al verlo y entonces reaccionó girándose hacía mí

-        ¿Qué haces aquí? – preguntó con algo de nervios

-        ¿Qué haces tan lejos? – pregunté – Por favor dime que no pensabas volver a salir del arrecife – pedí y él desvió la mirada - ¡¿Qué no escuchas a papá cuando habla?! – cuestioné con dureza

-        Necesito salir – murmuró y tuve que contenerme para no golpearlo

-        Es peligroso, Lo'ak, lo sabes

-        Es que no entiendes...

-        ¡¿Tanto te cuesta obedecer y ya?! ¡Si nos dijeron que no saliéramos del arrecife, entonces no salimos! – exclamé molesto y él solo rodó los ojos

-        Pues lo siento por no ser el hijo obediente y perfecto como tú

-        No se trata de eso, Lo'ak – intenté razonar con él, pero era demasiado obstinado

-        Ya, claro

-        Vamos, Bro, por favor – pedí y me dirigió una mala mirada, pero terminó obedeciendo

Si me hubiera demorado un poco más mi hermano hubiera vuelto a salir del arrecife y por consecuente hubiera vuelto a meterse en problemas, ¿Qué no podía quedarse tranquilo? ¿Por qué tenía que hacer las cosas tan difíciles?

A este paso, tendría que dividirme en dos para poder cumplir con mis deberes y al mismo tiempo encargarme de que no se metiera en problemas innecesarios, ¿Qué acaso no tenía algo de sentido de la autoconservación?

Mientras regresábamos Lo'ak se mantuvo en silencio, pero no era un silencio cómodo, era todo lo contrario, era uno de esos silencios ensordecedores que te vuelven loco y francamente no entendía porque se comportaba así, ¿Qué no veía que era mejor haberlo detenido? ¿Qué no pensaba en las consecuencias de sus actos?

A medida que nos acercábamos empecé a pensar en la forma como hablar con mi hermano sin terminar discutiendo, pero antes de que pudiera decir una sola palabra, el sonido de alarma me distrajo y ambos nos miramos antes de apresurarnos por llegar a la orilla.

-        Es un Ikrán – dijo Kiri llegando hasta nosotros

-        ¿Qué hace un Ikrán aquí? – cuestionó Lo'ak y mis padres no tardaron en acercarse junto a Tuk

¿Qué estaba sucediendo?

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