Capítulo 28: Familia


Prólogo

—Natasha, creo que te va a interesar este joven.

—¿Um? Que lo sepas, nunca me voy a acostumbrar a que un gato negro me hable con voz de chica humana. Espera que estoy atendiendo una cosa muy importante, tenemos una chica entrometida que llegó recientemente al Instituto Norte y ha desbaratado por completo mis planes —dijo ella con tono aburrido mientras movía su lápiz electrónico sobre al superficie táctil del dispositivo—; para ser una "diosa", interfieres muy poco con el tablero de juego.

—Son las reglas, Natasha. Si el Game Master rompe las reglas, el oponente ganaría por defecto.

—Comprendo. ¿Y no puedes modificarlas mientras la partida está en curso, o durante alguna pausa táctica? Porque el grupo de Kevin descubrió uno de los laboratorios, y nos hemos quedado apenas sin soldados. Solo quedan muchos reclutas. Si comparas cantidad con cualidad...

La mujer morena se giró, retirando su mirada de la tablet que sostenía por unos momentos.

—¿Matt?

—¡Hola!

—¡¿Por qué traes a uno de mis alumnos?!

—Realmente he tenido mucha suerte. ¿Recuerdas aquellos ataques de vampiro al hospital y el robo de bolsas de sangre que salieron hace meses en las noticias? Te presento al culpable.

Natasha miraba incrédula al joven de 17 años de edad, compañero de clase de Tomas y compañía.

—¿Eres... uno de ellos?

—Sí, soy un vampiro híbrido, o eso me ha dicho.

Haciendo uso del vínculo telepático entre Pieza y Maestro, Nastaha preguntó seriamente a la Bruja de la Noche acerca de un asunto.

—No, en este no he usado control mental. Él mismo se ha ofrecido. Dice que está harto de esconderse entre humanos. Y parece que sabe que ellos son Cazadores. Lo que es mejor, sabemos ya quién es la culpable de que todos tus planes se hayan ido por el retrete: Julia Sánchez. He mirado en sus recuerdos, y al parecer viene del futuro de esta línea temporal porque ganamos la partida.

—Decía yo que esa mocosa tan parecida a Silvia Sánchez era muy sospechosa. Llegar a mediados de curso, conocer a todos y llevarse tan bien con ellos, no estar en ninguna base de datos...

—Y yo me andaría con cuidado, la versión adulta de Irina también está dando vueltas por la ciudad. Te está buscando. Si esas dos turistas del futuro logran su cometido, solo necesitan que los jóvenes nos den el último golpe de gracia.

—Eeeh... Oye, profe, ¿no te parece demasiado extraño que estemos conversando con un gato que habla? Parece Salem.

—Tú calla, enano. Pienso cederte una Autoridad. Quiero que mates a Kevin y recuperes la que le entregué. Ese malnacido posee ahora mismo dos Autoridades: la de IRINA y la mía.

—Matt, ven conmigo. Voy a hacerte un chequeo y unas pruebas físicas. Si eres un híbrido, supongo que debes ser más o menos tan fuerte como Erika. ¿Sabes emplear tu hemokinesis?

—¿Qué clase de pregunta es esa, profe? Es una habilidad innata, es parte mía. Oye, ¿tienes bolsas de sangre por casualidad? Tengo sed.

—Puedes beber de mi sangre si quieres. Si eres débil de voluntad y no puedes contener los impulsos, tengo vacunas supresoras.

Mientras la mujer morena con bata de laboratorio y el chico desaparecían por un oscuro pasillo del lugar que parecía ser una clínica subterránea, el gato maulló y se acicaló sus patas delanteras.

—No hay nada mejor que destruir un lugar que consideres sagrado, como la casa o el instituto. Será divertido ver cómo Irina, tras pensar que se ha librado de la maldición de reencarnación, volverá a ver a todos sus seres queridos morir de nuevo, inocentes se verán involucrados, y lo mejor: al enamorarse no habrá mejor sufrimiento que el ver cómo asesino a su amado Tomás frente sus propios ojos, sin que ella pueda hacer nada para remediarlo. He, he, he, he, he... ¡He, he, he, he, he! ¡Coff, coff! Bola de pelo... ¡¡¡Coff, coff...!!!

Una vez hubo vomitado la bola de pelo, recuperó el aliento y pensó en voz alta:

—He de abandonar este cuerpo, no es seguro. Conociendo a mi oponente, me entregará al restaurante chino de la calle comercial.

Parte 1

—Aaaah~. Qué bien sienta un baño calentito por la noche...

Estos momentos para pensar son los mejores. Sin que nadie me moleste, solos el agua caliente del baño con la sal de baño que compramos, el patito de goma de Erika y yo.

*Estrujar, estrujar*

—Me pregunto por qué Erika se trajo un patito de goma... Meh, no importa. Es gracioso y te entretienes jugando con él en la bañera.

—Tomas, ¿puedo pasar?

—Claro, Erika... ¡¿Erika?!

Ya era demasiado tarde para que dijera que no. La puerta corredera del baño se había abierto y había entrado al baño. Solo una toalla impedía que la viera tal y como ella vino al mundo. Sus mejillas estaban teñidas de rojo, y sus ojos de desigual color, zafiro y esmeralda, brillaban como dos luceros.

—¿Puedo bañarme contigo?

—Claro.

Si me lo pides así, no puedo decir nada. Además, Irina y Nina ya se bañan conmigo.

—Ok...

Giré mis ojos hacia a la derecha. Esto no lo saben, pero hasta Sonia se ha bañado ya conmigo en esta bañera.

Erika lentamente entró en el agua con espuma rosa. Estábamos un poco apretados, pero se estaba bien... ¡Espera!

—¿Y la toalla?

—¿Con qué me secaría entonces? No he cogido el albornoz.

Esto es nuevo para mí. Erika está completamente desnuda frente a mí, estoy viendo todo.

Siento mi corazón ir a mil por hora. Espero que mi amigo aquí abajo no me traicione.

¡¿Pero adónde dirijo mi mirada?! ¡Es que sus pechos me atraen! Maldita gravedad.

He de decir algo, esto es muy incómodo...

—Tomas, ¿no te recuerda a cuando éramos pequeños y nos bañábamos juntos?

—¿Eh? Sí, es verdad. Nos bañábamos juntos mi hermana, tú y yo. También nadábamos en la piscina, y hasta te invitamos para el cumpleaños de Naomi.

—Hay una cosa que he querido decirte desde hace mucho. Pero no estaba muy segura, además de que con la llegada de Nina me costaba más. Ya sé que amas a Irina, pero... ¡Te quiero! Tú me trataste como a una humana más, pese a que sabes que no soy del todo humana.

Como una niña chica, ella apoyó su cabeza contra mi pecho mientras me rodeaba con sus brazos.

—¡E-erika, estamos desnudos! ¡Tetas, tus tetas, me están tocando!

—*Sniff, sniff*, me molesta. Me duele el pecho que me prestes poca atención. Yo también estoy, ¿sabes? Puedes jugar conmigo, hablar conmigo cuando algo te preocupe... Nos conocemos de hace mucho...

Está llorando, pero aquí pasa algo raro. Ella usualmente no es así.

—¿Erika?

Se ha dormido... Espera, ¿a qué huele?

Alcohol... y no uno cualquiera, reconozco este aroma. Vino de ciruela roja seca, importado desde Alemania. El vino favorito de mi madre, y el de Irina. ¿Has estado tomando vino con ellas?

—Zzz...

—Voy a sacarte del agua y secarte. No vayas a sufrir un golpe de calor.

Parte 2

—¡Vosotras dos! ¡Mamá e Irina!

Ay, realmente cuando alguien está dormido pesa. Estoy sosteniendo a una dormida Erika en mis brazos, y lo único que la cubre es una toalla que he cogido.

—Oh, ¿qué pasó allí dentro, cielo? ¿Hicisteis cosas traviesas?

—Vaya, ¿se durmió?

—Vosotras dos, ¡debería daros vergüenza! ¡Enviar a una chica borracha con un chico a la bañera! ¡¿Cómo se os ocurre?!

Removiendo el contenido que quedaba dentro de la copa, mi madre sonrió.

—Sabíamos que no pasaría nada +18 más allá de algunos besos y abrazos. Erika-chan es una chica muy inocente y pura. Cuando le hablamos de si ella estaría dispuesta a tener relaciones sexuales contigo, no tienes idea de cómo se puso de roja. Y eso que ya sopló tu flauta.

—¿Verdad, mamá? —sonrió Irina mostrando su complicidad—. Solamente la alentamos un poquito, y digo si se entusiasmó. Lástima que no haya llegado hasta el final.

Juro que cuando termine bachillerato, me largo de esta casa y de esta ciudad. ¡Lo más lejos posible!

—Tomas, este domingo quiero que acabemos lo que empezamos el 14-F. No me decepciones.

Yikes! Ese tono con el que me ha amenazado... Suena a que me fuera a hacer algo horrible de no aceptar. ¿Esto no es abuso? Ah, no, que eso no existe. El abuso y la violencia de género solo es entre parejas heterosexuales, y se se ejerce dirección hombre-mujer, no al revés.

—Sí, claro. Voy a llevar a Erika a su cama, le voy a poner el pijama y la voy a tapar.

—¿Seguro que no aprovecharás para hacerla feliz?

—Tienes mi permiso, cariño.

¡¿Qué pasa con vosotras dos? ¿También estáis bebidas?

No les hice ni el más mínimo caso y comencé a subir las escaleras hasta la planta de arriba.

—En serio, ¿por quién demonios me tomáis. Yo nunca haría algo así. Está indefensa e inconsciente, so animales.

—¡Usad protección!

—¡¡¡Eso es abuso sexual!!! —le grité a mi madre.

Parte 3

—Con la caída de AURORA, no tenemos más aliados que las facciones de adolescentes soldados y la misteriosa carta que nos llegó de una tal J.S. Si queremos derrotar a DRAGON, no hay otra.

—¿En serio vamos a usar a adolescentes armados? ¡Por Dios, ¿qué somos?! ¿Guerrilleros africanos? —exclamó Mónica.

Dentro de la exuberante sala de reuniones, se encontraban reunidos los líderes de cada una de las tres familias fundadoras de la ciudad, así como los más altos cargos. Según los datos que nos aportó Kevin e Irina, muchas de estas personas tienen una gran influencia en la política y economía de la ciudad. Mónica Orangelo, de la oposición, ella defiende la idea de que los híbridos merecen vivir dignamente como humanos.

Esta señora de sesenta años de edad es la que protege a Kevin, y la responsable de la fundación de Agencia. Debido a que se ganó la enemistad de las otras familias (más radicales) sufrió un intento de asesinato cuando era la alcaldesa de la ciudad. Actualmente el alcalde de la ciudad es el tío de Lucia, es decir, el hermano de su padre.

Las "herramientas", así es como llaman ellos a los híbridos que son asignados como compañeros a los Cazadores, no tienen permitido el acceso a la sala de reuniones donde se disputan qué misiones se les darán o qué se hará con ellos. Todos estos chicos y chicas mitad humano mitad vampiros se quedan en el campo que rodea la enorme finca, corriendo, charlando, jugando o entrenando con espadas, pistolas, hachas, etc.

Sonia seguía vistiendo su típico atuendo de sirvienta inglesa, pero se le notaba triste.

El cómo llegamos a la isla del padre de Lucia fue sencillo: robamos un yate.

No era la primera vez que veníamos a esta isla, ya estuvimos aquí para relajarnos un poco y grabar la película aquella. Y pensamos regresar de nuevo para las vacaciones de Semana Santa. Será divertido hacer una barbacoa a pie de playa y jugar al voleibol.

Cuesta creer que en los meses de invierno se use esta isla y las de alrededor como campamento de entrenamiento para demonios. Un helicóptero los suelta sin ropa, agua o comida en mitad del bosque; su única arma, un machete. Y tienen que sobrevivir durante 30 largos días. No se les está permitido hacer uso de sus poderes.

Es obvio que muchos enfermen, o incluso mueran. Hay registros de casos de canibalismo en los archivos que conseguí robar del portátil del padre de Lucia cuando instalé el troyano en la memoria USB que le presté a la delegada. El frío, la lluvia, luchar por los recursos tales como agua y comida... es simplemente de locos. No son los Navy Seal o la SBS, son humanos. Son más resistentes, no lo niego, pero son más cercanos a nosotros los humanos que a los vampiros puros.

—¡Erika, Tomas, señorita Lucia! ¿Qué hacéis aquí? ¿Cómo habéis llegado?

—Nos hemos tomado las libertades de coger prestado un barco. El GPS hizo el resto. Déjanos pasar. Tenemos que hablar con los líderes.

—¡N-no podéis entrar, os la vais a cargar!

—Sonia, tú vienes con nosotros —dijo Lucia agarrando su mano.

La determinación en los ojos de Lucia la intimidó. Sonia no estaba segura de lo que estábamos haciendo, pero nosotros estábamos absolutamente confiados.

Se oye un alboroto dentro de la sala. Diversas opiniones y algo habrán comentado que los peces gordos están alzando demasiado la voz. Si no se están dando de hostias, poco les falta.

—¡Tenemos que reunir tantos Cazadores y demonios como hagan falta!

—¡Son niños! ¡No podemos obligar a los niños a pelear por mucho potencial o poder que tengan! ¡Hablamos de una organización criminal que ha tumbado a una organización secreta del Gobierno!

—Mónica, ¿esperas que nos quedemos de brazos cruzados? Esa gente tienen su base en ciudad Iris, hay que encontrarlos y darles muerte.

—Eh, eh. Oye, oye. Esa gente también está usando demonios. Piensa bien, muchos de ellos no tienen adónde ir, viven en la calle. No hay por qué matarlos, hay que rescatarlos.

—¡¿A un demonio?! ¿He de recordar que si no eres un Cazador de alto rango te conviertes en un vampiro? Es así como convierten a los humanos en los suyos.

—Idiota, los demonios, o híbridos, no tienen tal necesidad. Y su veneno no es tan potente. ¿Por qué no invertimos en tecnologías que permitan desarrollar productos que ellos puedan consumir? Así no tendrán por qué beber sangre humana. ¡Lo mismo para los vampiros! Somos seres humanos, tenemos tecnología y sociedad. Podemos superar las leyes de la naturaleza de depredador y presa. Ambos podemos convivir en armonía.

El discurso que Mónica se había montado era realmente bello y en defensa de los derechos del ser humano. Tenía razón, pero el odio estaba sembrado en muchos de los corazones de aquellos demonios a quienes hemos enfrentado y no atendían a razón alguna. Era matar o ser asesinado, igual que un animal salvaje arrinconado.

Di una patada a la puerta y se abrieron las dos.

—¡Protesto! —grité.

Ahora que miro este evento en retrospectiva, fue muy tonto decir eso. Pero me pareció muy gracioso en aquel momento, oye.

—¡Cielo!

El padre de Lucia se levantó del asiento, todas las miradas de esta gente realmente importante en ciudad Iris nos miraban... No, dirigían sus fulminantes miradas a Sonia y Erika.

—Nosotros cuatro tenemos algo que decir.

—¡Así es! No pensamos quedarnos callados —continuó Erika por mí—, ¡no queremos morir en combate!

—¡Esto es surrealista! —Alguien se levantó y dio un testarazo a la mesa, se traba de un hombre en sus cuarenta, gordo y con barba. ¿Un banquero tal vez?—. ¡¿Una gargantilla?!

—¿Gargantilla?

—No puede ser...

Un gallinero se armó, y no se callaban. Así que tuve que callarlos.

Saqué de mi bolsillo una pistola de aire comprimido, y disparé al techo.

Todas las personas, a excepción de Mónica, desenfundaron sus espadas y pistolas de plata. Inmediatamente yo levanté las manos y dejé caer la pistola al suelo.

—¡Es de aire comprimido, calma, calma, calma! Es de aire... Escuchadme, coño. Escuchadlas a ellas dos.

Erika dio varios pasos al frente.

—No hay necesidad de que se sacrifiquen. Esta será la última lucha que haremos. No queremos seguir con esta pesadilla que no hace más que pudrirnos por dentro. Somos humanos, queremos vivir todos juntos en paz. Queremos vivir, jugar y estudiar. ¿Tan complicado es eso?

En silencio, las miradas racistas y los comentarios soeces trataban de intimidar, en vano, a la valiente Erika.

Caminé hasta su lado y le di la mano.

—Nosotros dos nos hemos comprometidos tal y como habéis podido comprobar con vuestros ojos. Yo le hice entrega de la gargantilla que ella lleva ahora. Es mi muestra de amor. La quiero, la amo, y la respeto por tal y como es. No me importa si ella es un demonio, un híbrido, una "herramienta" o como diablos la queráis llamar. Para mí ella es Erika, una valiosa amiga, mi compañera, y quien seguramente se convertirá algún día en mi esposa. Si tiene algo que objetar, adelante, háganlo, pero les haremos caso omiso.

—Así es —Lucia arrastró a Sonia hasta colocarse delante de su padre—, para mí Sonia es como mi hermana. El vínculo que nos une es tan fuerte como uno de sangre. No quiero perder a mi hermana menor. Ella siempre me ha protegido, ha estado conmigo en los momentos más duros y cuando más miedo he tenido; es mi momento de devolverle el favor. Quiero lo mejor para ella, que sea libre y cumpla sus sueños, no ser una mera herramienta de combate cuya función es servir a la familia que la acogió y exterminar a los de su propia especie, y morir en el campo de batalla.

—Lucia...

—Así que ahora mismo, papá... No, padre, como la siguiente heredera y futura líder de la familia Strawberry, en nombre de Sonia y de todos los chicos y chicas que realizarán la prueba, pido la disolución del forzoso sistema de asignación y emparejamiento Cazador-Demonio, aquí y ahora.

—...

—...

—...

Los tres líderes de las familias se quedaron en un ominoso silencio tan tóxico que creía que nos íbamos a desmayar. Pero no, el padre de Lucia logró mover los labios y palabras salieron de su boca, y levantó su mano.

—No podemos.

—¡Mierda! —maldije lo más fuerte que pude, me contuve—. Tan cerca...

Nuestros ánimos se vinieron abajo, mientras estos guerrilleros sonreían, a punto de festejar su inhumana victoria.

—Esos chicos adoran combatir, está en su naturaleza. Sin embargo —continuó él—, cuando terminemos esta batalla, se disolverá todo el sistema y crearemos uno completamente nuevo y justo. ¿Qué os parece? Además, Sonia, hay una carta muy importante que he de entregarte.

—¿Eh? ¿Una carta? ¿Para mí...?

—Sí, una carta de tu padre.

Pasamos el resto de la reunión en un rincón hablando de cómo nos había salido nuestra movida. El nuevo sistema de campamento se mantendrá, tratarán de que sean como torneos y juegos deportivos donde puedan aprender a usar sus poderes de manera no bélica.

El plan terminó bien, pero erradicar todo este odio de los Cazadores a los vampiros y viceversa será muy complicado y tomará años. Desde tiempos inmemoriales los vampiros han sido los enemigos de la humanidad, sus únicos depredadores. Pero incluso los vampiros han llegado a envidiar y disfrutar de la vida humana, muchos de ellos controlan la "economía nocturna" de algunos países, pero no están interesados en absoluto en la guerra o reproducirse. Digamos que es una especie de mecanismo de defensa para evitar que los depredadores sobrepasen a la presa en número.

Horas más tarde, nos quedamos a solas Erika, Lucia, Sonia, el padre de Lucia y yo.

—Aquí tienes —Le hizo entrega de la carta. El sobre era acartonado casi amarillento—, él siempre te quiso.

Sonia abrió el sobre y sus ojos comenzaron a escanear la carta. Lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos de color café mientras llevaba inconscientemente su mano hasta su boca.

El padre de Lucia, habló.

Aunque lo que dijo parecía que iba dirigido a nosotros, era obvio que el mensaje era para ambas Lucia y Sonia.

—Tu padre fue un poderoso vampiro que cometió muchos asesinatos en serie. Segó vidas tanto humanas como de vampiros. Se enamoró de una joven humana, e hizo todo cuanto estuvo en su mano para proteger a su esposa y la hija que crecía en su vientre de Cazadores y de los de su misma especie.

Por si dicha revelación no fuera suficiente, lo siguiente que contó, nos heló la piel:

—Tu padre asesinó a mi esposa y mi familia la noche en que Lucia nació porque aniquilamos su clan entero. En represalia, nosotros blandimos nuestras armas, lo acorralamos y le dimos muerte. Yo lo maté. Sin embargo, momentos antes de morir, este me pidió, suplicando, que protegiera a su hija...

No...

—Ella era un inocente bebé que no merecía castigo alguno, no tenía por qué cargar con los pecados de sus progenitores. Tu madre, murió en batalla luchando contra la gente del gremio, y tu padre te protegió de nosotros con su vida. Pese a que todos en el gremio estaban en contra, decidí acogerte como mi hija. Por mucho que me doliera el que tu rostro me recordara a tu padre, irónicamente le debía mi vida entera... Aunque asesinó a todos en la casa y casi acaba conmigo, no hizo daño a mi hija Lucia, quien seguía llorando en su cuna... Verla indefensa debió despertar un rayo de humanidad en él, quien iba a ser padre...

No estoy llorando... Solo es sudor, juro que no estoy llorando...

Lucia estaba impactada. Ella ya imaginaba que su madre había sido asesinada por vampiros, pero totalmente desconocía que el asesino fuera el padre de su mejor amiga y hermana. En cuanto a Sonia, ella abrazó a quien había sido su padre todo este tiempo, con lágrimas en sus ojos. Una muestra de cariño y retribución por haber cuidado de ella pese a ser considerada un monstruo por él.

Este hombre que tiene fama de ser frío, realmente era puro cariño por dentro. He de suponer que ser el líder de una familia que trata con una amenaza tan grave y opositores no ha de ser tarea fácil.

Parte 4

Ahora mismo, nos estamos bañando juntos.

Más o menos estoy acostumbrado ya, debido a cierta rubia que vive en mi casa. Pero aún así... bañarme con una chica, se me hace muy peligroso. Tampoco es que quiero que Irina me muerda, aún es muy pronto para quedarme calvo.

—¿Cómo les estará yendo a Lucia y Sonia? Estaban muy calladas durante el trayecto y cuando las las dejamos en casa.

—Supongo que ahora se sentirán más unidas que nunca. Escuchaste a Pedro, ¿no? Sonia comenzará a ir a nuestro instituto. Además, ¿estás segura tú de ir al campamento a entrenar?

—Por supuesto, y ahora que sé que Sonia regresará a sus lecciones de batalla, me uniré encantada. Hay muchas cosas que tengo que aprender. Cuando se cree el nuevo sistema, seré como una ayudante de la monitora, ¿no?

—Sí... un sistema donde los demonios entrenarán para proteger la paz. Un cuerpo de seguridad legal, pero que el Gobierno apruebe toda esta parafernalia, va a ser complicado. Solo ciertas facciones dentro del mismo Gobierno saben de todo el rollo que hay montado.

—¿Qué te pasa? No me des la espalda, Tomas.

—No me pasa nada, je, je... N-nada, no es nada.

—¡...!

Sentí mi cuerpo entero estremecerse.

Estoy sufriendo una reacción fisiológica muy natural ahora mismo, bastante normal cuando estás metido con una chica tan preciosa como ella en la bañera.

—¡N-no presiones tus pechos contra mi espalda, Erika!

—¿Por qué no? Aaaum~.

Con amabilidad clavó sus colmillos en mi tierno cuello, y bebió un poco de mi sangre. Lamió mi cuello y me dio un pequeño mordisco en el lóbulo de la oreja.

Me di la vuelta un tanto enojado.

—¡E-erikaaa!

—Je, je... ¿Qué? ¿Por qué estás tan nervioso? Ya me has visto desnuda más veces, y yo a ti también. No hay secretos entre nosotros dos, ¿no?

—¡¡¡~~~!!!

—Además, ya vi tu foquita, je, je. ¿Te has puesto tieso? ¡Ja, ja...! Eres muy dulce, Tomas. Eso es lo que tanto nos gusta de ti, es tu mejor aspecto.

—¿Eh? ¿Dulce? ¿Lo dices por mi sangre?

—No, tonto tsundere. Tu personalidad. Eres demasiado amable, tontín. ¡Si es que somos iguales!

Erika y yo nos dimos un buen baño caliente juntos y nos relajamos, después cenamos y nos tumbamos en mi cama. Ya le diremos a los demás los cambios que han ocurrido esta noche en la política de las tres familias. Están felizmente jugando a las cartas abajo, no queremos molestarlos, y mi madre no sabe nada de lo que se está cociendo.

—Me alegro de que al final todo haya salido bien, de verdad.

—Sí, no pensé que nos fueran a escuchar. Me imaginaba que nos echarían a patadas del lugar. ¡¿Y qué hacías con una pistola de aire comprimido?!

—Sabía que no nos atacarían estando Lucia a nuestro lado. Pero realmente me asusté. Todo el mundo iba armado hasta los dientes, ¡y era una reunión!

—Sí... Y eran balas de plata, no las normales. Algunos de esos adultos daban miedo.

—Seee...

Erika me abrazó y me olió un poco.

—Hueles muy bien. Hueles a mi champú.

—A ver, ¿qué quieres?

—¿Es verdad lo que dijiste en la reunión?

Sentí la sangre hervir y subir hasta mi cara.

—E-eeeeso... fue una cosa del momento, me salió solo, ¿va-vale?

—¿Seguro? No estarás pensando en hacerte un harén con Irina, Lucia y conmigo, ¿no?

—¡Cl-claro que no!

Si supiera que meses atrás pensé justamente en hacer eso, con todas ellas a mis pies... pero es que la puerta está abierta. Con Irina y ella, sería más que feliz. Y me gustaría tener a Nina cerca, es una gran amiga. Es molesta, pero divertida. Es una chispa de picante en tu vida. Como el chile.

—¿Y conmigo?

Una tercera persona se había colado un mi habitación. Cómo no, había entrado por el balcón.

—¡¡¿Sonia?!!

Los dos exclamamos su nombre. ¿Desde hace cuánto que estaba aquí?

—Desde el principio, tortolitos. Tomas, muchas gracias, de verdad. Quiero agradecértelo de todo corazón. Como compensación, te daré todo de mí.

Hice el gesto de "STOP", plantando la palma de mi mano abierta delante de su rostro.

—Alto, para el carro. No tienes por qué hacer eso.

—¿Por qué? ¡Si realmente me gustas!

Erika me abrazó, para evitar que esta gata ladrona me llevara.

—Es mío...

—Podemos compartir, ¿no, Erika? Somos del mismo bando.

—No quiero. Irina y yo ya hemos hablado, Tomas es nuestro. Y de nadie más.

—¿Por qué no puedo entrar? ¿Es que tres son multitud? Ya sabes que a mí no me importa.

—...

Yo mejor aquí no entro.

Acaricié la cabecita de Sonia de manera gentil, haciendo que sus mejillas se sonrojaran.

—¿Por qué no vuelves con tu hermana mayor? Estará sola, y está lloviendo. Ya sabes que le tiene miedo a los truenos. ¿Por qué no vas a protegerla?

Sonriendo, asintió y abandonó mi cuarto, no sin antes darme un pequeño besito en la mejilla derecha.

—Yo también te quiero, tonta.

—¡Tomas!

—¡¿Qué?!

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