CAPÍTULO 5 "Los extraños carteles de desaparecidos"

Nima se levanta de la cama empapada de sudor, agitada con una extraña sensación en su cuerpo. Lo primero que revisa son sus manos temblorosas, estaba completamente bañados de sangre y más abajo entre las sábanas que cubre sus pies estaba acostada el cuerpo abierto de una mujer que fijaba una mirada vacía sobre ella, del susto se lanza hacía atrás y se golpea la cabeza, cierra los ojos y cuando lo vuelve abrir no había nadie y sus manos estaban empapadas de sudor.

Aquella escena nunca le había perturbado ni un minúsculo sentimiento pero al ver que la víctima era su propia madre voltio su mundo hasta caer de el. Otra vez esa misma pesadilla que la persigue desde que tiene memoria. Nunca a tenido un sueño que recuerde pero si recuerda sus pesadillas, siempre era la misma, ver el cuerpo descuartizado de su madre, el único recuerdo que guarda de ella. Se levanta de la cama, se dirige al baño y cuando abre el grifo ve que chorreaba sangre oscura, cierra otra vez los ojos y cuenta hasta tres cómo las veces anteriores, lo vuelve abrir y sólo bajaba agua.

Se lava la cara y se seca con la toalla, cuándo se ve en el espejo, nota que aquel reflejo no la perdía de vista con aquella siniestra mirada. Sí, era ella, su compañera silenciosa, estaba molesta y hambrienta. Sabe la razón de su castigo, no puede seguir ignorándola, en el fondo deseaba complacerla, aunque sea para no tener más esas pesadillas.

Se pone su abrigo favorito, de bolsillos grandes dónde guarda sus mejores herramientas pero se aferra a su consentida Kitty que no veía la luz del exterior durante meses. Se cubre con la capucha y coge su bicicleta, un paseo para aclarar la mente. Las calles estaban solas así que se dirige al parque que colindaba con un bosque. Los bosques eran su refugio, su escape de la realidad que finge vivir, el único sitio dónde podía enterrar parte por parte las huellas de su secreto y quería conocer el nuevo cofre de su compañera silenciosa.

Las siluetas macabras que dibujaban los árboles no la detenía, su curiosidad la jalaba más adentro. Pero una sensación de ser observada no se despegaba de su espalda, algo la seguía, se escuchaban pasos rápidos que se escondían en la profunda oscuridad del bosque, sigue adelante y ve una sombra correr más adentro. En vez de miedo le envuelve la curiosidad, decidida va tras el, de repente se tropieza con algo inusual, una fotografía impresa de una joven que dice desaparecida, llevaba varios meses sin ser encontrada.

De repente corre una violenta brisa que le eriza la piel y ante el sonido de los árboles que se iban sacudiendo, se extiende desde lo más profundo de la oscuridad los ecos de unos espantosos gritos que se pierden con el soplido del impetuoso viento. A pasos lentos pero ansiosos, sigue aquel espeluznante clamor, pero ahora ve uno, luego dos, tres y muchos más de esos carteles hasta perderse en la espesa oscuridad helada. Aquel arreglo no era fortuito, había alguien que se adelantó en usar este cofre para presumir sus trofeos, su compañera silenciosa le dibujaba una larga sonrisa macabra y su corazón late con más fuerza, se sentía viva y le gustaba, ya que descubrió que en este bosque andaba suelto alguien cómo ella.

Le pregunta a su abuelo de quien pudiera tratarse, el observa con detenimiento cada imagen y una fecha escrita a mano por detrás de la hoja y con el mismo símbolo de la victima de la ceremonia. Con los ojos bien abiertos se queda viendo por un rato ese símbolo ignorando lo que hay a su alrededor, Nima percibe su absoluta atención ante ese símbolo, sabe que es el mismo-¿Qué significa?-dice. El señor sacude la cabeza volviendo en sí y declara-Vaya, vaya... mmmmm... he de suponer que es la fecha de su ejecución.

-¿Y el símbolo?

-Ni la menor idea, pero no es de importancia. Es más me atrevería afirmar que es falsa.

-¿Falsas? Pero... ¿Porqué?

-Es alguien qué lo hará por morbo, una travesura para los que pasean por allí o alimentar una leyenda urbana, cosas de jóvenes sin oficio.

-Y si fuera la de un asesino. Quizás alguien que opere diferente.

-No lo creo, es falso.

-Si fuera falso cómo dices ¿Porqué escribiría una fecha?

-Por la misma razón de que desea que alguien las encuentre para abrir un misterio.

-Pero estás personas si están desaparecidas.

-Pero esta chica llamada Sofía desapareció hace más de 7 años y revisando el material de este papel, no es de periódico y además viendo el desgaste que tiene, no pasa más de 6 meses ¡Misterio resuelto!

-No lo sé abue, quizás este misterio no debe ser descartado.

-Mmmmm... El único misterio que me cuesta descartar es saber la razón de porqué saliste a pasear al bosque a las tres de la mañana, se pudiera saber-. Se recoge de brazos mientras le clavaba una mirada severa.

Para sorpresa de ambos el teniente escucha la última parte de la conversación y dijo-¿Quién estuvo paseando a las tres de la mañana?-. Abre el refrigerador y saca una caja de leche.

-Hee... No, nadie-intercede el señor Ángel - es qué le estaba comentando la siguiente trama de mi historia.

-Oh, interesante.- Declara con asombro, mientras observa hasta que punto iba a llenar el vaso de vidrio y luego lavanta los ojos prestando toda su atención en la historia de su padre.

El señor Ángel se queda en silencio desviando su atención en su nieta y ella la recibe señalando con los ojos a su padre -¿Y bien?- por fin dice el señor Santos levantando los hombros -. De que trata papá-. Se cruza de brazos.

El señor Ángel sacude la cabeza y pestañea varias veces diciendo-Es sobre una chica que va hacía un bosque y se encuentra con los carteles de desaparecidos de todas las víctimas del pueblo. Es tan sólo una idea, la tengo que mejorar.

-Ummm... curioso. - su interlocutor se soba el mentón con una mirada suspicaz- Algo así me informaron hace un rato.

-¿Así?

-Sí, incluso es mi primer trabajo, descifrar el responsable que pega varios carteles de personas desaparecidas en el bosque de Colina Verde. Si consigo algo bueno te lo puedo dar para mejorar tu idea. - Ante tal propuesta bebé del vaso hasta dejarlo vacío. Rasga su garganta y dice-Y así me darías algo de crédito en tu libro-. Ahora le guiña el ojo.

-Ho... claro hijo.

De repente suena una alarma, era el teléfono del teniente-.Ya es tarde- revisa su reloj y se coloca su sombrero azul más su chaqueta negra con la estampa de Sheriff. -El deber llama-dice con orgullo.

Nima desliza las fotos hasta tenerla dentro de su puño y se da cuenta que su padre estaba a un paso de ella-Nima- dice.

-¿Si?- Cierra con fuerza su mano tratando de hacer más pequeña la bola de papel. Fijando su mirada sobre el.

Los ojos del señor Santos se conmueven cuando se fija en los ojos azules de su hija, era cómo ver un pequeño rasgo de su madre-.Te quiero pequeña-. La envuelve entre su abrazo y le da un beso en la frente, recordando los momentos en que era muy pequeña y le daba el mismo trato. Esperaba una reacción igual pero sólo vio que la esquivaba con la mirada-. Ante su respuesta suspira bajando los hombros y se despide agachando la mirada.

Una vez que se fue, afloja su tenso cuerpo y deja salir todo el aire que retuvo-Estuvo cerca-dice.

-Sí, lo estuvo.- Suspira el señor Ángel. Ahora le causaba cierta curiosidad incómoda saber el primer caso que tiene que resolver su hijo en este pueblo desconocido. Algo no le gustaba para nada, pero luego se acordó de la inquietud que tenía las aventuras nocturnas de su nieta. Cuándo estaba a punto de regresar al tema se da cuenta que ya se había marchado.

En la preparatoria mientras que Nima recogía sus libros se le acerca un chico moreno alto, de porte atlético con una chaqueta azul con el logo del equipo de fútbol, de ojos oscuros grandes y de una sonrisa brillante, era muy guapo, se recuesta en el casillero de Patricia y le saluda.

Ella con un gesto tímido y esquivo le responde, él sonríe diciendo-Vaya que tenía razón.

Nima no entendía de lo que hablaba y se atreve a preguntar-¿Quién?

-Rebeca-dice- me dijo qué tenía una amiga muy guapa.

Enseguida aparece ella con una sonrisa sorpresiva. -Ooohh... vaya, vaya, veo que ya se están conociendo ¿Porqué no esperaste que te la presentara?-. Le da unos golpecitos con el codo sobre su costado.

-No me contuve.- Se le queda mirando con picardía- quería confirmarlo por mi mismo y veo que no te equivocaste.

-Jah, Siempre. Bueno, ahora me toca hacer el honor, Cristián esta chica guapa se llama Nima, Nima este bombón se llama Cristián. Espero que sean muy, MUY buenos amigos-. Levanta varias veces las cejas hasta guiñarle el ojo.

Cristián sonríe de oreja a oreja sin perderla de vista ni por un segundo, a Nima le parecía incomodo que la vieran demasiado, nunca le a gustado. Mientras se iban conociendo Cristián la invita salir al parque esta noche. Ella rechaza al instante esa propuesta y enseguida se interpone Rebeca pidiéndole disculpa al chico y luego la jala de los brazos hacía una distancia-¿Qué estás haciendo?- inquiere entre dientes-No me dejan salir a esa hora-. Responde ella.

-¿Y? ¡Te puedes escabullir! eso es todo.

-Me pueden castigar.

-¿Y eso qué? ¿Qué te pueden hacer? ¿Encerrarte en tu cuarto y un sermón de regaños? Ooooh sí, que ¡terrible!- extiende sus dos palmas.-Nima la oportunidad es esta, unos de los chicos más guapos del equipo se está fijando en ti y si todo sale bien tendrás algo más que sólo una plática, amiga veo que te hace falta, si no lo has hecho antes.

-Pero es qué no lo conozco.

-Para eso te está invitando a salir tontita.

-No lo sé.

-Mira, creo que me e equivocado, fui una tonta al pensar que querías ser cómo nosotras pero veo que no tienes los ovarios para eso. Esta bien, le diré que no quieres y así podrás dormir temprano cómo una buena niña-. Antes de dar el tercer paso Nima le agarra la mano. Ella gira hacía atrás y ve cómo asiente varias veces, Rebeca sonríe de oreja a oreja y dice-Perfecto.

Ya se acercaba las diez de la noche, lentamente abre la ventana, siente la fría brisa de la calle tocar su rostro y observa a su único testigo, la luna. Busca la ruta de siempre, se lanza sobre un árbol y de allí despega otro brinco hasta pisar la tierra, se agacha y sigilosamente se cerciora que las luces del pórtico siguen apagadas y a pocos centímetros de tocar la calle, escucha una voz familiar que venía a una esquina de la cochera-¿A dónde vas esta noche?-decía. Nima cruza los ojos, voltea y ve una silueta negra de ojos blancos de aspecto siniestro y penetrantes que para cualquier mortal se consumiria en el terror -Voy a salir con unas amigas- dice.

Aquella silueta sale de la oscuridad y al rose de la luz de la luna sólo se veía un inofensivo anciano que decía-¿Tan tarde?

-Sí

El señor Ángel arruga su mirada, se acerca y cómo un policía toca todos sus bolsillos hasta su espalda, al no encontrar nada vuelve su mirada hacia ella -¿Porqué no me dijiste antes?

-Es qué pensé que no me ibas a creer.

-Hija, soy la única persona que guarda tu secreto. Puedes contar conmigo para todo ¿No?

Ella baja la cabeza, sabe que es verdad, nadie conoce su verdadera personalidad y se limita a asentir-. Estoy siguiendo el código, me voy a ver con unas amigas para salir al centro a comer y hablar un rato.

El señor Ángel la sigue mirando de una manera poco convencida -¿Eso es todo?

Ella esquiva la mirada y asiente. Algo no le convencía, pero debía regalarle un voto de confianza, estaba siguiendo el código-Esta bien pero no llegues tan tarde- dice.

Nima medio sonríe y le hace saber su agradecimiento. Cuando se aleja más, se cerciora que su viejo haya cerrado la puerta, se desvía al jardín de una calle hasta encontrarse con un árbol viejo que le puso cómo nombre Sam. Mete su mano en el agujero del tronco y saca a la filosa Kitty envuelta en un pliego de cuero negro. Descubre parte de ella y observa el filo pulido que reflejaba de extremo a extremo la luz de su silencioso testigo en la hoja, la regresa a su funda. Nima no confía en la amabilidad de Rebeca de hecho nunca a confiado en nadie.

En el parque, mientras corría la helada brisa nocturna, esperaba la impaciente Beatriz junto con Cristián y Rebeca -¿Está segura que viene?- dice mientras temblaba del frío.

-Sí, eso fue lo que me dijo-alega Rebeca y susurra-. Espero que esa tonta no se haya arrepentido.

-Chicas allí viene- señala Cristián-. Ambas jóvenes se apresuran a esconderse en lo más profundo del bosque. Beatriz le dice a Rebeca que saque la cámara y esté preparada.

Nima se da cuenta que es el mismo parque dónde encontró los carteles, algo le daba un mal presentimiento. Cristián estaba sentado en un columpio vestido con su ropa del equipo, orgulloso de ser futbolista. Se levanta luciendo su galante sonrisa de comercial y le saluda -. Hola preciosa, pensé que no vendrías

-Sí, es que casi me atrapan.

-Vaya, ahora eres toda una chica mala, acercarte.

Mete sus manos en los bolsillos y se aferra a Kitty, cuando lo tiene cerca, él le pide que se siente en el columpio. Se desprende de Kitty y siente qué es elevada, Nima se aferra a las dos cuerdas y le pide que pare, el empuja con más fuerza y dice-Confía-sonríe-Nada te pasará.

Al principio sentía que se iba a caer pero ahora le estaba gustando-¿Te gusta?- dice. Ella exclama afirmando. Ahora él le pregunta-¿Quieres subir más?

-SÍ

Empuja con mucha fuerza pero Nima sentía algo en su interior que le daba vida, era casi la misma sensación cuándo ve fluir la sangre de sus víctimas. Cómo si algo la rehabilitara desde adentro. Cristián se cansa y se detiene, sorprendido qué no le pidiera parar, la recuesta en su pecho, Nima siente el soplido de su aliento en el oído y escucha el ronroneo de su profunda voz.

Se quedan hablando casi una hora y poco a poco va sintiendo más tacto. Acariciaba sus hombros antes de mecerla una vez más. Luego le agarra de las manos y la jala hacía él y le confiesa. -Oye Nima, me gustas mucho-. Desliza su mano hasta sostener con delicadeza un mechón de su cabello- eres fabulosa y quisiera...-. Poco a poco se acerca a sus labios.

Nima emocionalmente no comprendía aquel sentimiento pero por lógica entendía lo que quería. Por un momento se deja llevar, vivir un trozo de las aventuras de una adolescente, era el turno de la Nima normal, pero ahora las cosas se estaban hiendo más lejos. Siente que succiona más sus labios y su gran fuerza sobre ella. La tumba al suelo y desabotona su pantalón hasta verse una parte de su prenda intima. La estaba tocando y no le gustaba. Se sentía vulnerable y dominada, no quería seguir y le pide que pare.

Aquel chico no se detiene y se apodera más de ella. Se pone nerviosa, estaba apunto de liberar a Kitty, le empuja ordenandole que le suelte pero Cristián insiste con más violencia tratando de romperle la ropa. Su compañera silenciosa estaba apunto de obtener el control, incitándola a que agarre su cuchillo y se lo clave en el cuello, pero cuándo estaba apunto de hacerlo se escuchan unos disparos y luego gritos.

Cristián del susto se lanza a un lado y exhala -Bet-. Nima escucha otro grito y le pregunta -¿Quiénes son?-. Cristián con una cara pálida y de mirada helada dice -Son Beatriz y Rebeca.

Ahora descubre el sentido de sus sospechas, todo era una trampa, se sentía cómo una tonta. Por un instante su compañera silenciosa quería cobrarse la vida de ese joven, discute con ella ya qué desde su punto de vista pudo hacerle daño pero Nima la contiene, no era parte del código. Se escucha otro disparo pero más lejos, una parte de ella le dice qué se vaya a casa pero su compañera silenciosa sonríe de oreja a oreja y exclama festín. Le dice a Cristián que hay que salvarlas pero antes de terminar su oración el cobarde chico huyó del parque.

Rebeca corre bosque adentro y Beatriz la sigue, se tropieza con un tronco y cae al suelo, Rebeca se detiene y observa que su pantalón estaba enganchado con una rama seca, escucha otro disparo y se agacha, le hace un gesto con la mano pidiendo que se mantenga en silencio y rompe el pedazo que estaba enganchado, Beatriz se lamenta que rompa su fino pantalón.

Ahora se escuchan pasos, era el asesino, Rebeca le pide con una señal de manos que no se levante pero Beatriz no soportaba estar acostada, escucha otro disparo y se levanta a correr. Rebeca va tras ella y suena otro tiro, siente que se le duerme la pierna, cae al suelo y ve que su pantalón se teñía de rojo, le pide a Beatriz qué no la abandone pero ella corre hasta perderse en la profundidad del bosque.

La pobre Rebeca era el siguiente blanco, se echa al suelo cubriéndose la boca. Escuchaba el crujir de unos pasos lentos y pesados, sobre las ramas y hojas, pero lo que le causa terror es la risa juguetona del asesino. No quería voltear a ver, pero sentía un hormigueo en su espalda, se tapa la cara y espera su muerte.

El asesino estaba a unos cuantos metros, con una sonrisa retorcida le apunta con su revólver, observando la cruz de la retícula que tocaba su cabeza. Pero en ese momento escucha unos pasos cerca de él, siente una sombra pasar entre los árboles y se da cuenta que no estaba sólo.

Gira en ambos lados pero no había nadie, vuelve a levantar el cañón pero algo llamó su atención. A unos metros frente a él, observa un papel blanco que brillaba con el reflejo de la luna despejada, no recordaba qué ese papel estuviera allí. Se acerca y ve la foto de una chica con el título de "Desaparecida" aquello le clavó una amarga impresión, se quedó unos cuantos segundos observando esa hoja arrugada.

De repente ve varias manchas de sangre que se esparcía en su interior, le vino un fuerte dolor en el pecho, observa que había una filo largo teñido de rojo que sobresalía de su pecho.

Temblando suelta el arma y se voltea a ver quién era el responsable y lo que vio lo deja aterrorizado, la silueta negra de un ser de mirada siniestra que brillaba de blanco y al rose de la luz de la luna reflejaba una sonrisa de dientes que parecían colmillos.

Creía ver a un fantasma o un demonio y llora suplicando piedad. El monstruo toca su hombro y le obliga agacharse, pone un pie sobre una parte de su espalda y con rapidez extrae el cuchillo. Aquel hombre ve que la mirada de aquel fantasma se teñía de rojo al ver el brillo de su sangre. Comienza a perder fuerza y cae al suelo. La luz de la luna llena por fin revelaba el rostro de su asesino, era una chica, una frágil adolescente muy parecida a la que vio en el cartel hace un rato. Queda perplejo, nunca imaginó a alguien así pero piensa que era el precio que debía pagar, se desprende de la prenda de su ropa y muere con los ojos clavados en ella.

Nima observa con detenimiento el cuerpo y un silencio interno la llena por dentro, su compañera silenciosa por fin podía descansar satisfecha. Respiraba profundamente y vuelve a ponerse su disfraz. Rebeca con el rostro cubierto escucha pasos muy cerca y siente que alguien tocaba su hombro, de un salto patalea y grita cómo loca hasta que escucha una voz familiar, se detiene, era Nima. Se queda tiesa por unos segundos, procesando lo que ve, es la única persona que se molestó en rescatarla, esa chica rara que iba a humillar, la abraza con mucha fuerza y llora sobre su pecho.

Más tarde llega la policía y una ambulancia se lleva a Rebeca. Los agentes intentan hablar con Beatriz pero no decía mucho, estaba en shock. Nima la apoya diciendo que estaban paseando en el parque hasta que se encontraron con un hombre que comenzó a dispararle. De repente llega el señor Ángel junto con el teniente pidiendo que le cuenten la misma historia, mientras que Beatriz absorbe un poco más de palabras e intenta contar.

Nima siente la mirada dura de su abuelo, el señor Ángel quería regañarla y con razón: violó su confianza y se llevó a Kitty pero al mismo tiempo se alegra de que lo haya hecho. -Estoy castigada ¿Verdad?- inquiere cómo niña arrepentida.

-¡Castigada!-exclama el señor muy serio-Mentiste y no fuiste prudente pero... ¡Estoy orgulloso de ti!-. Nima se queda tiesa, sorprendida, sin saber que decir. Su abuelo se da cuenta de eso y con una expresión más gentil se adelanta en decir-Te sacrificaste para salvar a esa chica ¡Te felicito!

Ella sigue callada pensando en lo que dijo y si quizás tenga razón, piensa. Levanta la mirada hacia él y dice-¿Eso significa que no estoy castigada?

El señor Ángel con una sonrisa menea la cabeza-. Creo que no me corresponde a mí darte esa sentencia-. Señala con la mirada a la persona qué le lanzaba órdenes a sus hombres de buscar bosque adentro. Ahora se que da cuenta que su abuelo está fijando su mirada hacia ella con su sutil sonrisa, sabía lo que significaba. Asiente diciendo-Lo escondí bajo un árbol y lo cubrí con tierra y hojas. No creo que vayan a encontrarlo en la oscuridad-. Luce la sonrisa de su compañera silenciosa.

El señor se soba la cabeza, suspira diciendo-Vaya, mañana me toca el trabajo de un sepulturero. Espero que con esto puedas dormir tranquila-. Nima sonríe con normalidad y afirma-Si, ya por fin está descansando.

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