Sol Imparable
Finalmente las puertas de ambos bandos habían sido cerradas dejando a ambos hombres de poder brillante en el epicentro del hexágono mientras el sol ardiente iluminaba sus figuras. Cuando la pelea dio inicio, la atmósfera en el coliseo cambió. El público esperaba un choque inmediato de fuerzas titánicas, pero algo completamente inesperado ocurrió.
Nikola Tesla no se lanzó al ataque, ni preparó una técnica ofensiva. En lugar de eso, el humano comenzó a caminar hacia su oponente con una calma inusual, las manos cruzadas detrás de la espalda y la mirada fija en el dios egipcio.
Heindall:—¿EH...? ¡¿QUÉ PASA?! ¡¡NIKOLA TESLA SE APROXIMA LENTAMENTE HACIA RA-HORAKHTY!!
La multitud observaba con una mezcla de desconcierto y expectación. Los murmullos comenzaron a surgir entre los dioses y humanos en las gradas.
Dios Extra:—¿Qué está haciendo? —preguntó un dios menor, frunciendo el ceño.
Humano extra:—¿No va a atacar? —comentó un espectador humano, inclinándose hacia adelante en su asiento.
Cuando Tesla finalmente llegó al centro de la arena, se plantó justo frente a Ra, el dios del sol. La diferencia de tamaño entre ambos era notable; el cuerpo masivo y musculoso del dios, combinado con su presencia imponente, contrastaba con la figura esbelta del humano, vestido con su armadura tecnológica.
Entonces, Tesla hizo algo que dejó a todos sin palabras: comenzó a caminar lentamente alrededor de Ra, con un dedo apoyado en su mentón, como si lo estuviera estudiando. Sus ojos analizaban cada detalle del dios, desde la textura de su piel hasta los adornos de oro que llevaba en su cuerpo. Tesla ladeaba la cabeza, murmurando en voz baja como si estuviera tomando notas mentales.
Ra, por su parte, permaneció inmóvil al principio, su ceño fruncido denotando una mezcla de confusión y molestia. El aura de calor que emanaba de su cuerpo parecía aumentar ligeramente, distorsionando el aire a su alrededor. Los espectadores no podían creer lo que estaban viendo.
Ra:—Maldito idiota...—habló Ra por primera vez—. ¿Quién te permitió acercarte a mí?
Tesla, sin mostrar señales de intimidación, continuó caminando en círculos alrededor del dios.
Tesla:—Hmm... interesante estructura física. Alta densidad muscular. Excelente distribución de peso. Pero... —Tesla hizo una pausa, llevando ambas manos detrás de su espalda—. ¿Qué tan bien soportas las temperaturas extremas?
Los ojos de Ra se encendieron como brasas ardientes al escuchar las palabras del humano. La paciencia del dios había llegado a su límite.
Ra:—¿Te estás burlando de mí, humano? —gruñó Ra, su voz retumbando como un trueno en el desfiladero.
De repente, una ola de calor intensa comenzó a emanar del dios egipcio. El aire a su alrededor comenzó a vibrar, y las piedras bajo sus pies se agrietaron y ennegrecieron debido a la temperatura extrema. Tesla retrocedió un par de pasos instintivamente, levantando una mano para protegerse del calor abrasador.
El público contuvo la respiración. Incluso desde las gradas, podían sentir el aumento de temperatura. Los dioses en las gradas intercambiaron miradas, impresionados por la manifestación de poder del dios egipcio.
Tesla, sin embargo, no parecía perder su compostura. A pesar de retroceder, su mirada seguía siendo analítica. Llevó una mano a una de las bombinas de su traje, ajustándola ligeramente, mientras un destello eléctrico recorría su armadura.
Tesla:—Interesante... muy interesante. Generas calor suficiente para alterar el entorno local. Pero dime, ¿Cuánto de ese calor puedes enfocar en un solo punto? —dijo Tesla, con una leve sonrisa en los labios.
Ra alzó una ceja, su aura de calor intensificándose aún más. La tensión en el aire era palpable. La batalla, aunque aún no había comenzado en términos de golpes, ya estaba escalando en intensidad.
En las gradas humanas Galileo Galilei analizo lo sucedido mientras se acariciaba su larga barba llegando a una conclusión al ver lo ocurrido:
Galileo:—Todo efecto tiene su causa. No te dejes engañar por aquello que ven tus ojos, si Tesla reciente sus esfuerzos y le cuesta mantener el aliento, es porque algo lo provocó. ¡Sí! No es más que una muestra de las simples leyes de la física...
Antes de que el hombre terminara su explicación a su lado alguien lo interrumpió siguiendo con la explicación:
Thomas:—Es la temperatura exclamo Thomas Édison.
Galileo por su parte solo refunfuño mientras Edison se robo su momento y solo se agacho.
Galileo:—"¡¡Eso es lo que intentaba decir!!"
Tesla:—Espero que esta sea una gran pelea.
Ra:—Asqueroso humano, te purificaré con mi abrasador calor hasta hacerte cenizas.
Tesla decidió que la espera había terminado. Apretó ambos puños mientras un torrente de electricidad comenzó a correr por su armadura. Las bombinas en su pecho y brazos comenzaron a brillar intensamente, emitiendo un zumbido eléctrico que resonaba en la arena.
La figura etérea de Göndul apareció brevemente a su lado, como un destello verde esmeralda, antes de ser absorbida por completo en el núcleo de su traje, imbuyéndolo con energía vital.
Tesla:—Bien, veamos qué tan impenetrable es tu arrogancia, dios del sol —dijo Tesla, con una chispa de confianza en su voz.
La energía acumulada en su traje explotó en una descarga de luz eléctrica. Sin esperar un segundo más, Tesla se lanzó de frente a una velocidad absurda, sus pies destrozando el suelo de la arena con cada paso.
https://youtu.be/6agTVmXY1G0
Tesla:—¡AQUI VOY! —gritó Tesla mientras alzaba su puño derecho, rodeado de rayos azulados que chisporroteaban con furia.
Heindall:—¡¡DE UN MOMENTO A OTRO, TESLA SE LANZA A TODA VELOCIDAD!!
Una lluvia de golpes electrificados comenzó a caer sobre Ra como un torrente implacable. Cada impacto liberaba explosiones de energía que destrozaban el suelo bajo sus pies, dejando cráteres humeantes en su camino.
Los relámpagos danzaban caóticamente por toda la arena, iluminando las gradas y dejando al público sin aliento.
Pero Ra seguía de brazos cruzados, sin mostrar siquiera un atisbo de preocupación. Sus ojos amarillos brillaban con intensidad mientras su figura permanecía serena entre la tormenta de golpes. El dios egipcio esquivaba cada uno de los ataques con movimientos apenas perceptibles, como si su cuerpo se desvaneciera entre la lluvia de escombros y rayos.
Publico:—¡¡Increíble!!/—¡¡Destrozan el suelo como si nada!!/—¡¡Es genial!!
Heindall:—¡INCREÍBLE! ¡RA-HORAKHTY ESQUIVA LA OLEADA DE ATAQUES POR LOS PELOS! ¡¡UNA Y OTRA Y OTRA Y OTRA VEZ!! ¡¡TESLA NO PARA DE LANZAR ATAQUES!! ¡¡SUS GOLPES TIENEN UN INCREIBLE PODER DESTRUCTIVO!!
En las gradas el grupo de científicos admiraban lo que estaba sucediendo mientras una declaro:
Albert:—Ese es...dijo Albert Einstein.
Galileo:—Uno de nuestros inventos la energia vital de la valquiria potencia al traje. El Súper Autómata Beta es capaz de convertir esa energía en un voltaje ultra alto, que se acumula en su puño al instante. Decidimos llamarlo...
¡¡¡PPP: PLASMA PULSE PUNCH!!!
Édison:—O para abreviar, PPP dijo Thomas robando una vez mas el momento de atencion.
Albert:—Típico de Edison aunque estoy seguro de que fue la idea de Tesla.
La dama atómica Marie Curie siguió hablando mientras levantaba los hombros y exhalaba un suspiro.
Marie:—Aún así... "Plasma Pulse Punch" Suena muy absurdo.
Tesla frunció el ceño, intensificando la velocidad y fuerza de sus ataques.
Tesla:—¡Vamos! ¿Es todo lo que haces? ¿Esquivar? —exclamó con frustración mientras su armadura liberaba más descargas, aumentando el rango destructivo de cada golpe.
Finalmente, Tesla descargó un golpe decisivo, una embestida descendente con su puño derecho que parecía dividir el aire en dos. El impacto levantó una nube masiva de polvo y escombros, acompañada de una explosión eléctrica que hizo retumbar la arena.
Cuando la nube de polvo comenzó a disiparse, Tesla levantó la vista, su respiración algo agitada. Allí, en medio de los restos de su devastador ataque, estaba Ra, inmóvil y sereno.
El dios egipcio alzó su brazo derecho con elegancia, interceptando el golpe de Tesla como si no fuera más que un leve empujón. La mano de Ra rodeó el puño electrificado de Tesla, apagando la electricidad como si estrangulara una llama.
Tesla retrocedió varios pasos, sorprendido por la facilidad con la que su ataque había sido detenido.
Ra:—¿Eso es todo, inventor? —dijo Ra, con un tono severo, mientras apretaba su puño. Un aura dorada comenzó a emanar de su cuerpo, y el calor en la arena aumentó exponencialmente, haciendo que la roca bajo sus pies se volviera roja y ardiera lentamente.
Tesla apretó los dientes, mientras la energía de su traje se acumulaba de nuevo. El combate apenas estaba comenzando.
Heindall:—¡MIENTRAS RA HA ESQUIVADO LOS EXPLOSIVOS ATAQUES, TESLA HA DOMINADO TODO EL ESCENARIO!
—¡¡Es impresionante!!
—¡¡Ese poder aplastaría incluso a un dios!!
No obstante, a pesar de todo, Ra-Horakhty no estaba impresionado. Mirando hacia abajo al humano, habló el dios sol con altaneras palabras:
Ra:—Careces de inteligencia, clase, y también divinidad.
Tesla:—Caracoles...dijo viendo su puño en medio del polvo generado. —Si no consigo conectar un golpe, esto sólo será un bonito juguete que suelta rayitos...
El publico de los dioses se puso de pie levantando sus puños al aire diciendo palabras sobre lo fuerte e impresionante que era el dios faraón.
—¡Es tan fuerte!
—Como era de esperarse del gran Ra.
—¿No es demasiado abrumador?
—Por supuesto que lo es, estamos hablando del dios del sol contra un humano.
—En realidad, ese humano insignificante ni siquiera debería estar aquí.
En un sector especifico de las gradas se encontraban cuatro figuras sobresalientes. Siendo las cuatro bestias sagradas de china que representan los 4 puntos cardinales de las estaciones.
Biakko:—¡Qué sorpresa! Siempre he pensado que Ra era demasiado arrogante, pero, ¿es realmente tan fuerte?—se admiró el tigre blanco Bai Hu/Biakko.
Ryujji:—No... es un poco pronto para empezar a juzgar—repuso Qinglong/Ryujji, el dragón azul.
Genbu:—Podría ser que ese humano sea simplemente demasiado débil, ¿no?—propuso Xianwu/Genbu, la tortuga negra.
???:—O quizás ya haya hecho algo...—teorizó Zhuque/Suzaku, el ave bermellón llamando la atencion de la tortuga.
Tesla, con una mirada resuelta y destellos de electricidad brillando en su traje, se lanzó una vez más hacia Ra. Cada paso que daba hacía que la arena chisporroteara y se llenara de humo. Su estrategia había cambiado; esta vez no buscaba la fuerza bruta, sino la astucia.
Tesla:—En ese caso... ¡No puedo seguir fallando!
Ra, con su rostro severo e imponente, esquivó el primer ataque del humano con un ligero movimiento de cabeza, pero algo era diferente. El relámpago usual que acompañaba los golpes de Tesla no estaba presente, dejando al dios del sol con una sensación de desconcierto.
Fue entonces cuando Tesla aprovechó.
Usando su mano izquierda, colocada estratégicamente detrás de él, liberó una explosión masiva de electricidad que impulsó su cuerpo hacia adelante con una velocidad casi supersónica. En un abrir y cerrar de ojos, Tesla cerró la distancia que lo separaba de Ra y lanzó un devastador golpe con su puño derecho directo a la cabeza del dios, liberando una descarga eléctrica fulminante.
¡¡¡PPPJ: PLASMA PULSE PUNCH JET!!!
El impacto fue una sorpresa para Ra. Sus ojos amarillos se abrieron de par en par al recibir la embestida eléctrica que desgarró el aire y sacudió el pilar hexagonal bajo sus pies. Pero en lugar de tambalearse, la sorpresa del dios se transformó en una furia ardiente.
Ra:—¿Crees que puedes acercarte tanto a mí sin pagar las consecuencias, mortal? —rugió Ra, mientras una aura abrasadora comenzaba a envolver su cuerpo.
En un movimiento imposible para cualquier humano, Ra saltó hacia atrás, girando su cuerpo en el aire con una precisión divina. Su pierna derecha, rodeada de un aura dorada y calor abrasador, trazó un arco mortal en el aire antes de impactar directamente en el rostro de Tesla.
El impacto fue devastador. Tesla salió disparado como un proyectil, atravesando el aire antes de estrellarse violentamente contra uno de los pilares que bordeaban el hexágono de la arena. El sonido del choque resonó como un trueno, seguido del crujido de roca al romperse.
El público quedó en completo silencio, conteniendo el aliento mientras observaban a Tesla sentado contra los restos del pilar, su traje chisporroteando y su casco agrietado. Un segundo después, el pilar detrás de él se vino abajo, desmoronándose en pedazos, enviando una nube de polvo al aire.
Heindall tomó la palabra, su voz llena de emoción y asombro:
Heindall:—¡Impactante! ¡El dios del sol, Ra, ha respondido con una patada de proporciones divinas, enviando a Tesla directo al borde del hexágono! ¿Podrá el inventor más brillante de la humanidad levantarse una vez más? ¡El combate está lejos de terminar!
Ra aterrizó con elegancia, su figura dorada contrastando con el polvo que cubría la arena. Observó a Tesla con una mezcla de desdén y respeto.
Ra:—Levántate, inventor. Si crees que puedes tocar el sol, entonces demuéstramelo —dijo Ra, extendiendo los brazos y dejando que su aura dorada iluminara la arena una vez más.
Tesla, aún sentado entre los escombros, limpió la sangre de su rostro, esbozó una leve sonrisa y susurró:
Tesla:—No he venido hasta aquí para detenerme ahora.
https://youtu.be/vgsXp1DmSM4
Tesla, de pie, caminaba lentamente hacia Ra con determinación en su mirada, pero algo comenzó a cambiar. A cada paso que daba, su cuerpo se sentía más pesado. Sus movimientos se volvían más lentos, como si una fuerza invisible intentara aplastarlo.
Heindall:—¡OH! ¿QUÉ ESTÁ PASANDO? TESLA SE HA DETENIDO DE REPENTE. ¿QUÉ ES ESTO? ALGO ANDA MAL.
En el palco superior de los dioses Ares se puso de pie de un salto reconociendo lo que estaba ocurriendo mientras habla recordando su ultimo encuentro con el dios del sol:
Ares:—¡Eso es lo mismo que me sucedió a mí!
Fue entonces cuando Tesla notó la causa. Una aura abrasadora rodeaba a Ra, pulsando con ondas de calor tan intensas que parecían rivalizar con las del propio sol. El aire alrededor del dios se distorsionaba como si estuviera ardiendo, y su figura se proyectaba como un coloso envuelto en llamas que cegaban incluso al más fuerte de los mortales.
Tesla retrocedió instintivamente, sintiendo el peso del calor sobre su cuerpo. A su alrededor, incluso los espectadores en las gradas parecían agobiados por la intensidad. El sudor caía en cascadas por sus rostros, y algunos comenzaron a abanicar desesperadamente para aliviarse.
—Oye, ¿no tienes sed desde hace un rato?
—Ah, con el calor que hace de este lugar no es de extrañar.
???:—Puede tomar algo si lo desea...
De repente, aparecieron cuatro figuras elegantes y majestuosas en la arena. Eran Sehkmet, Isis, Hasthor y Bastet, hermosas diosas egipcias que llevaban jarras llenas de una bebida refrescante. Sin pronunciar palabra, caminaron entre las gradas repartiendo el elixir entre los mortales y los dioses que sufrían por el calor.
Bastet:—Naturalmente, es cortesía nuestra. El cuerpo de Ra se vuelve más ardiente al entrar en combate, liberando inmensas olas de calor—explicó—. Debido a este impacto, el calor y la sequedad de este lugar ahora son comparables a los de un desierto incluso en las gradas. Y ni hablar de la arena de combate, que tiene que estar mucho peor...
Ra permaneció inmóvil, su ceño fruncido y su rostro inquebrantable. Su sola presencia llenaba el campo de batalla con una presión abrumadora, tan sofocante como el más cruel de los desiertos. Cerca de él, la temperatura era intolerable; incluso el suelo bajo sus pies comenzaba a agrietarse y arder lentamente.
¡BARRERA ESTELAR ARDIENTE!
¡¡LIBERACION TOTAL!!
Tesla, con su traje chisporroteando y recubierto de ceniza, colocó ambas manos detrás de su espalda. Las bobinas en sus brazos comenzaron a acumular energía mientras relámpagos azules bailaban en su superficie. Con un grito de esfuerzo, Tesla unió ambos puños, formando una esfera cargada de electricidad pura.
Tesla:—¡No puedes sofocar la ciencia, Ra! ¡Vamos a ver si tu luz puede con mi energía! —exclamó el inventor con fervor, arrojándose hacia el dios.
Tesla golpeó directamente contra la barrera del dios del sol, un campo de fuego que parecía una extensión de su voluntad.
¡¡¡PPPT: PLASMA PULSE PUNCH TWIN!!
Chispas y llamas se entrelazaron en un espectáculo brillante, mientras ambos se enfrentaban en un choque directo. Durante unos momentos, pareció que Tesla estaba resistiendo; la electricidad de su traje luchaba ferozmente contra la ola de calor.
Pero entonces la barrera de Ra se intensificó. El aura abrasadora del dios comenzó a expandirse, y Tesla sintió como la presión y el calor aumentaban exponencialmente. La resistencia de su traje comenzó a flaquear, y su carga eléctrica se disipó lentamente bajo el poder de las llamas divinas.
Con un rugido ensordecedor, Ra liberó una llamarada de calor puro. La explosión de energía impactó directamente en Tesla, envolviéndolo en un mar de fuego abrasador. El humano dejó escapar un grito de dolor mientras el calor penetraba las defensas de su traje, chamuscando su piel y derribándolo hacia atrás.
Heindall, desde lo alto, narró lo sucedido con emoción:
Heindall:—¡El poder del sol, imparable y absoluto, ha demostrado por qué Ra es digno del título de dios supremo egipcio! ¡Tesla, el genio de la humanidad, lucha contra las llamas de una deidad que encarna el calor del desierto y el núcleo mismo de las estrellas! ¿Podrá levantarse después de semejante ataque? ¡La batalla está lejos de terminar, pero la ventaja es claramente de Ra!
Mientras tanto, Ra permanecía en el centro de la arena, rodeado de su aura ardiente. Observó a Tesla con una mezcla de desdén y respeto, esperando a que el humano hiciera su próximo movimiento.
Ra:—Qué mediocre—bufó—. Como era de esperar, una pérdida de tiempo...
Bastet:—Una victoria aplastante sin mover ni un dedo—sonrió Bastet—. Eres verdaderamente impresionante, señor Ra.
Tesla se tambaleó mientras se ponía de pie. Su armadura chisporroteaba, con algunas de las placas externas carbonizadas por el ataque previo. A pesar de ello, el humano sonrió con determinación mientras se limpiaba un hilo de sangre que caía por la comisura de sus labios.
Tesla, siempre analítico, alzó un dedo como si estuviera explicando un experimento científico:
Tesla:—Ahora lo entiendo... —comenzó, dirigiendo su mirada hacia Ra, quien seguía emanando una aura abrasadora. —Tu capacidad no es simplemente crear llamas. Tú aumentas la temperatura de tu cuerpo sin límite aparente, transformándote en una fuerza de la naturaleza.
Ra frunció el ceño, su mirada severa y su paciencia menguando con cada palabra del humano.
Ra:—Sigues parloteando como si tus palabras pudieran cambiar algo, mortal. Pero cuando termine contigo, tu preciosa humanidad será lo siguiente.
Tesla levantó un dedo, agitándolo de un lado a otro mientras respondía con calma y una sonrisa:
Tesla:—No, not, nem, neit. —Dijo con una entonación precisa, pronunciando la negación en diferentes idiomas, provocando murmullos de confusión entre los espectadores.
Los ojos de Ra brillaron con furia.
Ra:—¡Insensato! ¿Quién eres tú para negarme? —gruñó el dios, dando un paso al frente mientras las llamas a su alrededor crepitaban con más intensidad.
Tesla, sin inmutarse, levantó ambos brazos al cielo como si invocara una fuerza superior, y habló con voz firme que resonó en toda la arena:
Tesla:—El querer destruir algo que ha sido creado es el acto más inmaduro que existe. ¡Mientras los dioses se estancan en su arrogancia y soberbia, la humanidad sigue avanzando!
Ra se detuvo, su expresión cambiando a una mezcla de furia y desconcierto, mientras Tesla continuaba, dirigiendo su discurso a todos los presentes, humanos y dioses por igual:
Tesla:—¿Saben por qué? ¡Porque ese es el verdadero poder de la ciencia! Nosotros no nacemos con poderes divinos ni con habilidades sobrenaturales. Pero, a través del ingenio, la creatividad y el esfuerzo, creamos maravillas que trascienden generaciones. La humanidad es imperfecta, sí... pero esa imperfección nos impulsa a superarnos.
Las palabras de Tesla comenzaron a resonar en las gradas humanas. Los espectadores, hasta entonces sofocados por el calor del dios del sol, comenzaron a levantarse de sus asientos, gritando emocionados, vitoreando el nombre del inventor.
Humanos:—¡Nikola Tesla! ¡Nikola Tesla! —rugía la multitud, llenando el desfiladero con su pasión.
Tesla bajó los brazos, mirando directamente a Ra, su sonrisa confiada ahora más pronunciada.
Tesla:—Mientras la humanidad tenga ciencia, seguiremos avanzando, dios del sol. Tú puedes quemar todo lo que desees... pero no puedes apagar la chispa del progreso.
Ra apretó los puños con fuerza, mientras las llamas a su alrededor aumentaban en intensidad, reflejando su furia.
Ra:—¡Hablas demasiado, humano! Veamos si tus palabras tienen tanto peso como tus actos.
Heindall, desde su máquina voladora, tomó la oportunidad de narrar el momento:
Heindall:—¡Las palabras de Tesla han encendido el espíritu de la humanidad, y los rugidos de apoyo resuenan como un trueno en el Valhalla! Pero, ¿puede el genio humano resistir el juicio ardiente del sol? ¡Esto está lejos de terminar, damas y caballeros!
Ambos combatientes se prepararon una vez más, las chispas y llamas en sus respectivos dominios brillando con renovada intensidad.
Tesla:—Parece que ya está cargado.
Tesla extendió sus brazos en forma de X, y un rugido eléctrico sacudió el aire. Las bombinas en su traje comenzaron a girar frenéticamente, liberando una cascada de chispas que inundaron el campo de batalla con una luz cegadora.
Tesla:—Ahora déjame mostrarte... ¡¡El valor y la evolución de la humanidad!! gritó Tesla, mientras la electricidad brotaba de su cuerpo como torrentes de pura energía.
Con movimientos rápidos y precisos, trazó el símbolo del infinito frente a él. La marca luminosa cobró vida, irradiando una energía azul esmeralda que comenzó a extenderse como ondas por toda la arena. El público observaba, boquiabierto, cómo aquella figura de energía se duplicaba y expandía, formando un circuito gigantesco que cubría toda la arena.
De repente, una serie de esferas eléctricas comenzaron a manifestarse, una tras otra, apareciendo y uniéndose entre sí mediante arcos de electricidad. Chispas volaban, el aire crujía y los espectadores, humanos y dioses por igual, quedaron paralizados al contemplar la gigantesca estructura que surgía frente a ellos.
Tesla:—Te doy la bienvenida a la prisión de los dioses...
¡¡GEMATRIA ZONE: PRISON OF THE GODS!!
El público estalló en vítores, confundido y extasiado ante el sobrenatural espectáculo del que eran testigos.
—¡¡Wow!!
—¡¡Es tan brillante e increíble!!
—Eh... ¿Qué es eso?
—Los dos están rodeados de luz.
—¡¡Una jaula eléctrica!! ¿Esto es real o sólo es una ilusión?
—No... sin duda es real.
Heindall:—¿EH? ¿QUÉ? ¿QUÉ ESTÁ PASANDO? ESPERA...PE....PERO ¿QUE ESTA PASANDO? ¡¡¡TESLA Y RA ESTAN ENVUELTOS POR UNA LUZ DESLUMBRANTE!!!
En el centro de la jaula, Tesla flotaba. Sus pies no tocaban el suelo; la electricidad que brotaba de sus bombinas le permitía ascender como un ser divino. Su traje brillaba con una intensidad casi cegadora, y chispas caían como lluvia alrededor de él. Cada movimiento parecía cargado de una energía infinita, su figura rodeada de un aura de poder que lo hacía parecer un dios nacido del trueno.
Heindall:—¡¿TESLA ESTÁ FLOTANDO?!
Mientras tanto en las gradas humanas los científicos derramaban lagrimas de felicidad de lo que presenciaban.
Marie:—Asombroso...dijo entre sollozos.
Galileo:—Oh... no puede ser dijo entre risas.
Édison:—La ciencia es... no...—lloraba Thomas Edison—. La ciencia de Nikola Tesla es demasiado hermosa.
Tesla alzó su mano derecha, apuntando directamente a Ra, y su voz resonó en todo el Valhalla con una mezcla de desafío y confianza:
Tesla:—En esta jaula de 9,63 metros, ¡el único dios soy yo!
El público estalló en vítores. Los humanos gritaban con fervor, emocionados al ver a su representante desafiar al imponente dios del sol en su propio terreno. Los dioses en las gradas observaban en silencio, algunos furiosos, otros intrigados por la audaz declaración del científico.
Ra, envuelto aún en su aura abrasadora, alzó la vista hacia Tesla. Sus ojos brillaban con un fuego dorado, y la rabia contenida en su expresión era palpable.
Ra:—Humano —gruñó, su voz reverberando como un trueno lejano—. Te atreves a ponerme límites... ¡a mí, el sol eterno! Esta jaula no será tu templo, sino tu tumba.
Tesla sonrió pero no con arrogancia, extendiendo ambos brazos hacia los costados mientras su electricidad rugía con renovada intensidad.
Tesla:—No hay límite, ni físico ni conceptual, que la ciencia no pueda desafiar, dios del sol. Ahora, ¡ven! ¡Hagamos historia!
Heindall, boquiabierto por la escena, no pudo contener su emoción mientras narraba lo ocurrido:
Heindall:—¡Una jaula de electricidad ha descendido sobre el campo de batalla! ¡Tesla, el genio de la humanidad, ha reclamado su divinidad en el corazón de este rayo infinito! ¿Pero podrá el hombre de ciencia contener el ardor inquebrantable de Ra, el coloso egipcio?
La tensión era insoportable. Tesla flotaba en el aire, rodeado de chispas y relámpagos, mientras Ra permanecía firme en el suelo, su figura envuelta en un fuego que parecía capaz de devorar el mundo. La batalla estaba a punto de alcanzar un nuevo nivel.
Fin que les parecio el capitulo?
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