Brillo eterno


Ra-Horakhty.

Él era la divinidad suprema del antiguo Egipto, el dios primordial conocido como el dios del sol. Los monumentos representativos de Egipto, como las pirámides y los obeliscos, son símbolos que representan la gran fe hacia el sol.

A pesar de ser un gran dios que incluso asistió a la reunión celestial sobre la creación de la humanidad, se dice que en una ocasión intentó destruir a la humanidad por su cuenta sin tener la aprobación del consejo, siendo así uno de los dioses imparables.

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https://youtu.be/a727SZcZieE

El público no podía creer lo que veía. La arena entera quedó en silencio, solo para ser llenada por los ecos de los golpes consecutivos que Tesla estaba recibiendo. Ra, envuelto en un aura divina, se movía con una velocidad y brutalidad imposibles de seguir con la vista normal.

Tesla:—Así que de esto es capaz la ingeniaría divina... ¡Genial! Sin embargo, la ciencia humana... ¡¡No tiene límites!!

Dios extra:—¡¿Ese tipo todavía tiene ganas de luchar?!

Diosa Extra:—¡Pero qué terco!

Ra:—¿No tiene límites? Cuestiono el faraón con su típico ceño fruncido!

Tesla apenas había recuperado el equilibrio tras el primer impacto cuando el puño dorado del dios lo mandó a volar, su cuerpo cruzando el aire como un muñeco de trapo. Ra desapareció instantáneamente, solo para reaparecer detrás del humano, conectando una feroz patada en su espalda que hizo crujir el aire y mandó a Tesla volando hacia las alturas.

Ra:—¿Aún no lo entiendes? Ya no soy el mismo que entró en esta arena.

Desde el palco de los dioses egipcios, Anubis aullaba como un chacal desquiciado.

Anubis:—¡Sí! ¡Hazlo pedazos, Ra! ¡Así se aplasta a los débiles! —gritaba mientras golpeaba el suelo con las manos, jadeando con emoción.

Las alas de luz de Ra surgieron en toda su gloria, extendiéndose con majestuosidad. Los rayos del sol parecían alimentarlas, iluminando cada rincón del Valhalla con un resplandor cegador.

Ra:—Déjame enseñarte lo que es un verdadero ataque divino...

¡¡¡FLARE SHIFT: ALAS DE LUZ!!!

El dios egipcio despegó en un destello, alcanzando a Tesla en el aire con facilidad antes de que siquiera pudiera intentar reaccionar.

Ra:—Con elegancia...

Un rodillazo certero lo estrelló hacia otro lado. 

Ra:—Con poder...

Antes de que Tesla pudiera tocar cualquier superficie, Ra apareció nuevamente, golpeándolo con otra brutal patada. 

Ra:—De alta pureza y además eficaz.

Una y otra vez, Tesla era golpeado y lanzado como si no fuera más que una pelota, rebotando entre los golpes inhumanos del dios del sol.

¡¡MIDNIGTH SUN!!

¡¡¡EL SOL QUE NUNCA SE PONE!!!

Heindall:—¡Increíble! ¡El dios egipcio está llevando el poder divino a un nivel sin precedentes! —narró Heindall, su voz llena de emoción y asombro. —¡Nikola Tesla, la brillante mente de la humanidad, está siendo tratado como un juguete en las manos del coloso de Egipto!

Los humanos miraban horrorizados, algunos incluso gritando de desesperación. Pero Tesla, a pesar de la ferocidad de los ataques, mantenía sus ojos llenos de determinación, sin permitir que se apagaran.

Finalmente, Ra apareció arriba del todo, sus alas de luz desplegadas como las de un verdadero dios solar. Con ambos brazos juntos sobre su cabeza, cargados de un aura dorada que parecía fundir el aire mismo, el dios lanzó un devastador golpe martillo hacia Tesla.

En el palco divino Indra el dios del Rayo Hindu invoco una pequeña descarga encendiendo un cigarrillo.

Indra:—Je, ese tipo, parece tener el poder suficiente para respaldar su arrogancia dijo dándole una calada a su cigarro y exhalando una pequeña nube de humo.—¡Qué interesante!

En el otro lado el Dios Nezha se sorprendio.

Nezha:—Eres fuerte, Ra-Horakhty dijo reconociendo el poder del dios solar.

En el palco superior griego Ares se encontraba sudando a balas nervioso de lo que presenciaba mientras Zeus solo se puso a rascar su barba viendo divertido esto.

Ares:—Es la primera vez que veo la forma de Horakhty en persona!

Zeus:—Quizá... lo subestimé un poco dijo mientras su rostro era sombrío teniendo una mirada con un brillo tétrico.—Que la victoria llegue ante ti, Ra-Horakhty.

El impacto fue como un meteorito. Tesla cayó hacia el suelo con una velocidad aterradora, pero antes de que pudiera chocar, Ra volvió a aparecer detrás de él.

Ra:—Zeus No necesito que me lo digas...El dios del sol tomó a Tesla por la parte trasera de la cabeza, su mano brillando como si fuera un pequeño sol. —Porque algún día te haré esto a ti también.

Acelerando su vuelo, Ra se lanzó hacia el suelo con Tesla en sus manos.

Ra:—¡Inclínate, mortal! —rugió Ra, su voz resonando en toda la arena.

La cara del humano chocó contra la arena con una fuerza que hizo temblar toda la estructura del hexágono. El impacto destrozó el suelo a su paso, dejando un enorme surco mientras Ra continuaba arrastrando a Tesla.

Desde el cielo, la figura de Ra brillaba intensamente, con su armadura reluciendo como un faro de poder absoluto. La brutal escena era digna de la ira de un dios, con el humano siendo literalmente arrastrado como un castigo divino.

Heindall, sudando por la tensión, narró con incredulidad:

Heindall:—¡Esto... esto es simplemente inimaginable! ¡Ra no solo ha demostrado una velocidad inalcanzable, sino que su fuerza y ferocidad están dejando a Nikola Tesla sin una sola oportunidad para reaccionar!

El público, enardecido y furioso, estalló en vítores hacia el faraón de todo Egipto:

—¡¡Ra!!

—¡¡Ra!!

—¡¡Ra!!

—¡¡Ra!!

—¡¡Ra!!

—¡¡Ra!!

—¡¡Ra!!

—¡¡Ra!!

El público de los dioses estalló en vítores y gritos de adoración. Pero en las gradas humanas, el silencio era absoluto, roto solo por murmullos de horror y esperanza desesperada.

Ra finalmente liberó a Tesla, lanzándolo al aire una última vez antes de dejarlo caer como una piedra hacia el suelo. Con los brazos cruzados y la luz del sol iluminando su majestuosa figura, Ra observó a Tesla desde lo alto, esperando el siguiente movimiento de su oponente, si es que aún podía levantarse.

Ra:—Esto es lo que significa ser un dios.

El público de los dioses se agitaba como una tormenta en un océano divino. Los gritos y los insultos se alzaban como un coro infernal, todos exigiendo que Ra terminara de una vez con la vida de Tesla. Pero Tesla no parecía prestarles atención.

—¡¡Ra!! ¡¡Mátalo de una vez!!

—¡Muere rápido, humano!

—¡Plaga!

—¡Apúrense y muéstrenos el siguiente combate!

—¡Señor Ra!

—¡Use la fuerza digna del nombre de el dios del sol!

—¡Usted es el ganador!

—¡Mátalo!

—¡Mátalo!

—¡Mátalo!

—¡Mátalo!

—¡Mátalo!

—¡Mátalo!

—¡Mátalo!

El científico, maltrecho y con el traje chisporroteando por los recientes ataques, se puso de pie tambaleándose, pero no con furia o desesperación, sino con una expresión que dejó perplejo a todo el Valhalla: Un rostro de absoluta fascinación.

Tesla:—¡Impresionante! —exclamó Tesla con los ojos brillando de emoción, mientras observaba la imponente armadura de Ra. 

Sus palabras resonaron en la arena, ignorando por completo el peligro en el que estaba.

Tesla:—¿Cómo lograste un diseño tan aerodinámico? —preguntó mientras extendía las manos hacia Ra, como si quisiera examinarlo más de cerca. —El vuelo es perfecto... ¡y las alas de luz! Esa maniobrabilidad... es como si fueran una extensión natural de tu cuerpo. ¿Cómo lo haces? ¿Concentración? ¿Material divino? —Tesla movía las manos emocionado mientras sus bombinas emitían pequeñas chispas.

Ra frunció el ceño, claramente confundido y molesto. Su imponente figura, bañada en la luz dorada de su armadura, parecía aún más colérica ante la actitud del humano.

Ra:—¡Humano insolente! —gruñó Ra con una voz tan poderosa como el sol mismo, pero Tesla lo interrumpió, sin miedo y aún más animado.

Tesla:—¿Me la prestas? —preguntó Tesla, sus ojos llenos de genuina curiosidad mientras señalaba la armadura de Ra. —Solo un rato. ¡Prometo devolvértela después de analizarla! Sería un gran avance para la humanidad... ¿te imaginas? ¡Trajes de energía solar para todos! ¡Serías el héroe de la ciencia moderna!

El público de los dioses estalló en furia.

—¡Mátenlo ya! ¡No merece hablar con un dios! —gritaban los dioses menores desde las gradas. Ra apretó los puños, y el aura dorada a su alrededor se intensificó.

Tesla, como si no se diera cuenta del peligro que corría, levantó un dedo al aire y lo movió de un lado a otro con un gesto burlón.

Tesla:—No, Non, Neit, Neim. —Su voz era calmada, pero llena de convicción, mientras el público en las gradas humanas comenzaba a murmurar intrigado.

Ra:—¿Qué estás diciendo ahora, humano? —preguntó Ra, con una mezcla de furia y curiosidad.

Tesla respiró hondo, adoptando una pose casi teatral mientras extendía los brazos.

Tesla:—Puede que el presente sea de ustedes, dioses... —empezó a decir, con su tono de voz subiendo poco a poco para captar la atención de todos. —...pero el futuro nos pertenece a nosotros.

El público humano explotó en vítores, emocionados por las palabras del inventor. Tesla, aún con una sonrisa en el rostro, continuó:

Tesla:—Los humanos somos seres que siempre ven un paso por delante... no, dos pasos por delante. —Tesla alzó una mano con dos dedos en alto, mirando a Ra como si fuera un estudiante al que estaba enseñando algo básico.

Tesla:—¡Q.E.D.! —concluyó Tesla, haciendo un gesto elegante como si estuviera firmando un tratado, con sus ojos brillando de determinación y orgullo.

El público divino rugió de indignación. Mientras tanto, Ra estaba completamente estático, su mirada ardía con una furia incandescente. Sus alas de luz se extendieron aún más, bañando el coliseo con un resplandor cegador, mientras el aire alrededor de él se calentaba al punto de ser sofocante.

Tesla dio un paso hacia adelante, chasqueando los dedos para liberar pequeños rayos de electricidad alrededor de su traje, que comenzaba a activarse de nuevo.

Tesla:—No importa cuántos soles te alimenten, Ra. Porque aquí y ahora, en esta arena... el futuro comienza conmigo.

Heindall, conteniendo su asombro, narró emocionado:

Heindall:—¡Nikola Tesla! ¡El hombre que desafía incluso al dios del Sol! ¿Podrá este inventor sin igual hacer realidad su visión del futuro? ¡El Valhalla espera con anticipación el siguiente movimiento!

Ra, con su voz resonante y cargada de ira, gritó:

Ra:—¡Calla, humano! ¡Te haré entender tu lugar!

La tensión en la arena era palpable. Dos seres completamente opuestos, el dios de la ira solar y el hombre que creía en la ciencia y el progreso, estaban listos para el siguiente asalto.

Tesla alzó sus manos al cielo una vez más, mientras los relámpagos danzaban alrededor de su figura, formando nuevamente la imponente jaula eléctrica que encerraba a ambos combatientes. El público se estremeció al ver cómo el campo de batalla se transformaba nuevamente, con la electricidad chisporroteando de forma casi incontrolable.

¡¡GEMATRIA ZONE: PRISION DE LOS DIOSES!!!

El traje de Tesla brillaba con una intensidad nunca antes vista, las bobinas de su armadura giraban frenéticamente, generando un ruido ensordecedor. Sin vacilar, el humano se lanzó como un cometa, envuelto en un aura de pura electricidad, directamente contra Ra.

https://youtu.be/Ccsh_-Cucl4

Ra, sin embargo, permaneció inmóvil. El pecho de su armadura comenzó a arder con un calor tan intenso que el aire a su alrededor se distorsionaba. Con una mirada llena de furia y determinación, el dios del sol desató un inmenso rayo de calor dorado desde su pecho. La luz cegadora iluminó toda la arena del Valhalla, obligando a la multitud a proteger sus ojos.

¡¡¡BARRERA ESTELAR ARDIENTE: PROMINENCIA MAXIMA!!!

El rayo envolvió a Tesla por completo, desapareciendo su figura en un mar de luz y calor. Los dioses comenzaron a gritar de emoción, convencidos de que Ra había eliminado al humano. En las gradas, Bastet dejó escapar una sonrisa macabra mientras murmuraba:

Bastet—El arma divina Horus no es solamente una armadura utiliza a Barrera Estelar Ardiente junto a la armadura, como una onda de calor térmica emitida en 360 grado, ósea en todas las direcciones, desde el cuerpo del señor Ra. Concentra esa energía y la direcciona, lanzándola de manera localizada. El arma divina Horus es, en otras palabras, un amplificador del poder divino del señor Ra para utilizarse en términos de ataques y mecanismos de defensa.

Pero entonces, un sonido inesperado rompió la celebración. 

Por su parte Zeus en las gradas se reía al ver como un chisporroteo se escuchó detrás de Ra, haciendo que el dios girara su mirada con incredulidad.

Zeus:—Ra...Parece que este combate está lejos del desenlace.

Los dioses, que instantes atrás gritaban de júbilo por lo que creían una victoria de Ra, quedaron petrificados al escuchar el chisporroteo detrás del dios del sol.

Heindall:—¿Teletransportación? —preguntó un asombrado Heindall, incapaz de contener su emoción mientras narraba lo ocurrido.

Tesla:—Dioses, contemplen el potencial...

Sin darle tiempo a reaccionar, Tesla, con ambos puños electrificados, lanzó un doble golpe directo a la espalda de Ra.

Tesla:—¡¡De nuestro conocimiento!!

Tesla, sin embargo, no esperó. Se lanzó como un cometa, dejando tras de sí una estela de electricidad pura. Su figura electrificada parecía un relámpago encarnado, descendiendo directamente hacia Ra con una velocidad que hacía vibrar la arena bajo sus pies.

Ra, decidido a acabar con el humano, liberó su rayo de calor dorado con una intensidad aún mayor que antes. La arena tembló, y la columna de calor atravesó el campo de batalla como un juicio divino, consumiéndolo todo en su camino. El público de los dioses gritó de emoción, confiados de que Tesla había desaparecido sin dejar rastro.

Pero entonces sucedió.

Un inmenso pilar de electricidad ascendió hacia el horizonte, disipando las nubes del cielo y llenando el aire con un estruendo ensordecedor. La intensidad de la descarga fue tal que la estructura de la jaula eléctrica tembló, y el suelo del coliseo se resquebrajó, enviando escombros volando en todas direcciones.

EL GRAN CONOCIMIENTO DE LA HUMANIDAD ATRAVIESA EL CIELO Y RETUMBA LA TIERRA

Cuando la luz finalmente comenzó a disiparse, el público quedó en completo silencio. Allí, en medio de un enorme cráter, yacía Ra. Su imponente armadura dorada estaba destrozada en varias partes, con pedazos cayendo al suelo como hojas marchitas. El dios del sol, aunque de pie, respiraba con dificultad, y su mirada estaba fija en Tesla.

Pero en lugar de temor o derrota, los ojos de Ra reflejaban un odio indescriptible hacia el humano. La ira del dios era palpable, y el aire a su alrededor seguía ardiendo con un calor abrasador, como si la misma furia alimentara su poder.

En las gradas, los dioses estaban atónitos. Incluso Bastet, que antes sonreía confiada, frunció el ceño al ver a su señor en ese estado. Anubis, jadeando como un perro emocionado, dijo entre risas desquiciadas:

Anubis:—¡Esto se está poniendo interesante... muy interesante! ¡Ra aún no ha terminado con él!

Tesla, por su parte, aterrizó suavemente fuera del cráter, su traje aún chisporroteando mientras una sonrisa confiada se dibujaba en su rostro.

Tesla:—Parece que aún no tienes suficiente, dios del sol. —Tesla ajustó sus guantes, haciendo que las bobinas giraran una vez más. —Vamos, muéstrame lo que sigue.

La multitud, tanto divina como humana, apenas podía contenerse. La batalla entre el dios del sol y el maestro de la electricidad estaba lejos de terminar, y el Valhalla entero ardía en emoción.



UNA HAZAÑA QUE SÓLO PODÍA LOGRAR EL GENIO CIENTÍFICO AL QUE LLAMAN MAGO.

El 7 de enero de 1943 fue el día que Nikola Tesla falleció.

9 meses después, específicamente el 8 de octubre se llevó a cabo un experimento secreto basado en la última investigación de Tesla.

La imagen ahora muestra un enorme crucero acorazado navegando por aguar turbulentas en medio de un furiosa tormenta.

EL EXPERIMENTO FILADELFIA.

Al frente de la costa de Filadelfia en Pensilvania se encontraba el destructor USS Eldridge, equipado con docenas de potentes bobinas Tesla.

Aparentemente, se quería comprobar que un alto voltaje en el casco del destructor lo volvería invisible ante cualquier radar.

Sin embargo, al momento de encenderlo, sucedió algo inesperado...

El destructor acorazado fue rodeado por completo por una enorme red eléctrica que envolvió no solo a la flota marina si no tambien a los marineros que conformaban la misma dejando a los espectadores de dicho experimento en absoluto shock mientras el barco se iba consumiendo a si mismo en una luz.

Se produjo un campo electromagnético con una potencia que superó toda expectativa. El gigantesco destructor no sólo había desaparecido del radar, sino que también desapareció a la vista de todos los presentes.

Al mismo tiempo, a 363 km de la costa de Norfolk en Virginia apareció el destructor USS Eldridge.

Marineros:—¿?

De la nada el inmenso acorazado apareció dejando sorprendido a aquellos marineros que los presenciaron al verlo salir de la nada.

Subteniente T:—¿El experimento buscaba volver un barco invisible a los radares? No.....Eso solo era una cortina de humo.....Su verdadero propósito era....otro! ¡Lo que sucedió ese día es algo que ni yo creería.....Si no fuera porque lo vi con mis propios ojos! 

Ese día yo presencia la Teletransportación

Proyecto Filadelfia, experimento de la Teletransportación.

Todos creyeron que había sido un éxito, sin embargo, el USS Eldridge se había convertido en un macabro infierno. 

Debido a la anomalía, cada miembro de la tripulación sufrió efectos secundarios. 13 de ellos desaparecieron o murieron, mientras que los 6 restantes terminaron enloqueciendo.

Los altos cargos de la marina se encargaron de que toda la investigación del proyecto fuera enterrada en el abismo más oscuro.

¿Entonces la última investigación de Tesla fue un completo fracaso?

¡NO!

EL INGENIO DE TESLA HA LOGRADO

LA "TELETRANSPORTACION"

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Ra se puso de pie tembloroso mientras apretaba sus puños a la par que algunos fragmentos de su dorada armadura caían al suelo hechos pedazos.

Tesla sonreía, con los brazos en la cintura, orgulloso y extasiado, incapaz de contener su emoción y euforia.

Tesla:—A esta técnica la llamo...

¡¡¡TESLA WARP!!!

Tesla:—Suena muy genial, ¿no es así? dijo volteando su cabeza hacia sus compañeros científicos pero ninguno de ellos compartía esos mismos pensamientos de ser "genial"

El aire en la arena del Valhalla se había calmado, pero la tensión seguía presente, palpable. Todos los ojos estaban puestos en Tesla cuando un sonido agudo rompió el silencio. Una de las bombinas de su traje comenzó a girar de manera frenética, emitiendo chispas y un zumbido cada vez más fuerte, hasta que finalmente se rompió con un estruendo, cayendo al suelo en pedazos humeantes.

La multitud, tanto divina como humana, observaba con asombro. Tesla, al notar las miradas inquisitivas, levantó ambas manos, señalando el lugar donde antes estaba la bombina rota. Con una expresión que mezclaba fascinación y un toque de orgullo, comenzó a explicar:

Tesla:—¡Esto, queridos espectadores, es una de las consecuencias de mi técnica! —exclamó Tesla mientras los relámpagos chisporroteaban alrededor de su figura—. Es una técnica que sólo es posible realizar en esta maravillosa Prisión de los Dioses, esta Zona de Gematria. Fuera de esta, intentar algo como esto sería... no, mejor dicho, es extremadamente peligroso.

Los dioses y humanos lo miraron expectantes, algunos confundidos, otros intrigados. Tesla se señaló a sí mismo y continuó:

Tesla:—Para que yo, Nikola Tesla, pudiera alcanzar el punto de teletransportarme, primero necesité una gran concentración de las Súper Partículas Tesla. ¿Lo ven? Esa es la razón detrás de todos esos golpes que he lanzado por toda la arena sin detenerme. —Tesla levantó su brazo, mostrando la bobina que aún chisporroteaba en su traje—. Mientras golpeaba aquí, allá y acullá, estaba generando una alta concentración de estas partículas. Sin embargo, es algo completamente invisible para el ojo humano... o divino.

Ra, que hasta ese momento había estado observando con el ceño fruncido y los brazos cruzados, apretó los puños con molestia al escuchar la explicación de Tesla. El humano continuó, ignorando por completo la mirada asesina del dios del sol:

Tesla:—Y una vez que logras cargar la energía necesaria, sólo queda tomar la decisión crítica: ¿Hacia dónde quieres teletransportarte? Esa decisión, amigos míos, es la clave. Ya hecha esa elección, sólo queda sincronizar las Súper Partículas Tesla con la Súper Bobina Tesla, y... ¡voilà! ¡Apareces en el lugar que deseas, en un abrir y cerrar de ojos!

El público quedó boquiabierto, mientras Tesla señalaba con teatralidad hacia el cielo, sonriendo como si estuviera dando una lección a una clase de estudiantes.

Tesla:—Sin embargo —prosiguió Tesla, su tono más serio ahora—, hay desventajas. Y como todo buen científico, es mi deber compartirlas. La sincronización necesaria para realizar esta técnica no es instantánea. Toma exactamente 63 segundos.

En las gradas, Edison se golpeó la cara con frustración.

Edison:—¿Por qué dices tus debilidades?

Ra chasqueó la lengua, irritado, pero Tesla no se detuvo.

Tesla:—Además —dijo Tesla con entusiasmo, golpeando su pecho como si estuviera orgulloso—, por cada vez que utilice esta maravillosa habilidad, una de las Súper Bobinas Tesla será consumida. ¡Así es! Hay un límite en el número de veces que puedo usar esta técnica, lo que significa que sólo puedo usarla... dos veces más.

Ra no pudo contenerse más. Dio un paso al frente, su aura de calor comenzando a intensificarse, y le preguntó con un tono lleno de rabia y confusión:

Ra:—¿Por qué revelas tus debilidades, humano? ¿Acaso has perdido la cordura?

Tesla, lejos de intimidarse, levantó un dedo al aire y lo movió de un lado a otro, negando enfáticamente.

Tesla:—No, no, no, mi estimado Ra. —Tesla adoptó una postura dramática, señalando al público con ambas manos—. ¡¡Para la ciencia!! ¡¡El ocultar información es algo sumamente dañino!!

El público humano comenzó a murmurar, algunos asintiendo, otros gritando en apoyo.

Tesla:—¡¡Al compartir libremente todo conocimiento es como la ciencia... no... es como la humanidad ha progresado!! —proclamó Tesla con fervor, extendiendo los brazos como si estuviera predicando.

Los dioses en las gradas observaban con incredulidad. Algunos estaban completamente perplejos.

Ra:—Humano hablador, si sigues a si la boca será tu ruina...

El Valhalla entero parecía contener el aliento. La luz de las auras de Ra y Tesla se intensificaba, inundando la arena de destellos cegadores mientras los dos combatientes se preparaban para lo que sería el choque final. Heindall, con su voz al borde del grito, narraba con emoción desbordante lo que estaba a punto de ocurrir.

Heindall:—¡Damas y caballeros, lo que estamos presenciando es el clímax de un combate que quedará grabado en la eternidad! ¡El último ataque! ¡El rugido de la ciencia contra el poder del sol eterno!

Humanos:—¡¡Tú puedes, Tesla!!

Dioses:—¡¡Acaba con él, Ra!!

https://youtu.be/YKqDiNJJPXk

Tesla cargó de frente, envuelto en una tormenta eléctrica que hacía que cada paso resonara como un trueno. Por su parte, Ra se mantuvo firme, concentrando toda su energía y calor en el centro de su pecho. La armadura divina del dios del sol brillaba con una intensidad cegadora mientras liberaba un rayo de calor aún más gigantesco y abrasador que cualquier ataque anterior.

¡¡¡BARRERA ESTELAR ARDIENTE: PROMINENCIA MAXIMA!!!

El rayo dorado surcó la arena como una ola imparable, vaporizando el suelo a su paso. Pero Tesla, con su mirada resuelta y una sonrisa desafiante en su rostro, no se detuvo.

Con un destello repentino, Tesla desató su técnica final.

Tesla:—¡Este es el avance de la humanidad! ¡El progreso eterno! —gritó Tesla, cubriendo su Súper Autómata β con una capa de electricidad tan intensa que su figura se volvió apenas visible.

El humano comenzó a desatar una lluvia interminable de golpes eléctricos, cada uno tan rápido que era imposible distinguir dónde terminaba uno y dónde comenzaba el siguiente.

¡¡¡PPPI: PLASMA PULSE PUNCH INFINITY!!!

Las explosiones de luz llenaron el campo de batalla mientras Ra, con los ojos encendidos de furia, absorbía los ataques, gritando con fuerza mientras desataba más y más poder.

El calor del rayo comenzó a consumir a Tesla. Su brazo izquierdo quedó envuelto en llamas, desintegrándose lentamente bajo la presión abrasadora del ataque del dios del sol. La armadura chisporroteaba, y partes de ella caían al suelo, pero Tesla no retrocedió ni un solo paso.

Cuando parecía que Ra estaba a punto de ganar el choque, Tesla, con un grito feroz, activó su Teletransportación una vez más.

Ra frunció el ceño, anticipando el movimiento del humano, girándose con rapidez para prepararse para el ataque sorpresa... pero algo estaba mal.

Tesla seguía frente a él. Sus ojos dorados se ensancharon de confusión al ver al humano que no había desaparecido, pero un extraño brillo detrás de él captó su atención.

Ra volteó rápidamente la cabeza, y su rostro se llenó de sorpresa y horror. Detrás de él estaba el brazo izquierdo que Tesla había perdido, flotando en el aire y envuelto en una espiral de electricidad pura.

Con un movimiento sincronizado perfecto, Tesla lo atacó desde el frente mientras su brazo envuelto en electricidad se lanzó desde atrás.

¡¡¡PPP-XC: PLASMA PULSE PUNCH X-CROSS!!!

Tesla:—¡Este es el verdadero poder de la ciencia! —exclamó Tesla mientras ambos ataques convergían.

El impacto fue descomunal. Ra quedó atrapado en el ataque de pinza, incapaz de esquivarlo. El golpe frontal de Tesla impactó en el pecho del dios mientras su brazo eléctrico perforaba la armadura desde la espalda.

La explosión que siguió sacudió toda la arena. Un estruendo ensordecedor llenó el Valhalla, seguido por un pilar de luz eléctrica que ascendió hasta los cielos, disipando las nubes y envolviendo la arena en un destello cegador que parecía rivalizar con el propio sol.

Los espectadores quedaron en completo silencio. Los humanos contenían la respiración, mientras que los dioses miraban en estado de shock absoluto. El rugido de la explosión se desvaneció lentamente, dejando sólo el sonido del viento que arrastraba polvo y escombros por el campo de batalla.

Cuando finalmente la luz se disipó, todos pudieron ver la escena.

La explosión finalmente se calmó, dejando atrás un escenario de completa devastación. En el centro del cráter que ahora definía lo que quedaba de la arena del Valhalla, el dios Ra cayó de rodillas, su armadura dorada destrozada, y su cuerpo exudando un humo oscuro. La brillante aura solar que lo rodeaba comenzó a apagarse, como una llama que finalmente se extingue.

Ra, el poderoso dios del sol de Egipto, cayó al suelo, incapaz de levantarse, mientras su mirada se alzaba hacia el cielo, aún con orgullo, antes de cerrarse lentamente.

Tesla, de pie al otro lado del cráter, respiraba con dificultad, su traje completamente destrozado, con chispas saliendo de las pocas partes funcionales que le quedaban. Su brazo derecho colgaba inerte, y la electricidad que antes lo rodeaba había menguado. Pero, aun así, Nikola Tesla alzó su puño izquierdo al cielo, irradiando un aura de victoria que resonaba por todo el coliseo.

La multitud humana, que hasta ese momento había estado en silencio, estalló en vítores y aplausos ensordecedores. Gritos de alegría y admiración inundaron el Valhalla, mientras los humanos lloraban, celebraban y se abrazaban entre sí.

Tesla giró lentamente hacia el público, su rostro bañado en sudor pero con una sonrisa llena de determinación. Con voz firme, pero aún vibrante de emoción, dijo:

Tesla:—Con esto... —Tesla alzó su puño al aire mientras su voz retumbaba como un trueno— queda demostrado que la ciencia logro superar a los dioses.

El público humano rugió con aún más fuerza, sus gritos casi opacando los murmullos incrédulos que venían de la sección de los dioses. Algunos dioses menores observaban en estado de shock, mientras otros desviaban la mirada, incapaces de aceptar lo que acababan de presenciar.

Desde su palco, Bastet apretó los dientes en furia contenida, mientras Anubis jadeaba con emoción salvaje, disfrutando cada segundo del espectáculo. Zeus, observando desde lo alto, se inclinó levemente hacia adelante, con una mirada seria pero llena de interés.

Heindall, con el cuerno en mano y los ojos aún abiertos como platos, finalmente logró recuperar su voz.

Heindall:—¡Impresionante! ¡Increíble! ¡Un milagro sin precedentes! ¡Nikola Tesla, el genio de la humanidad, ha logrado lo imposible! ¡Ha derrotado al dios del sol, Ra, en una batalla que quedará grabada por siempre en la historia del Ragnarok!

Tesla, aun tambaleándose por el esfuerzo, bajó lentamente su puño y dedicó una mirada al dios caído.

Tesla:—Ra, has luchado con honor —dijo en voz baja, como un gesto de respeto antes de girarse hacia el público una vez más.

La multitud seguía rugiendo, con lágrimas de emoción y gritos de orgullo resonando en cada rincón del coliseo celestial. En ese momento, Tesla, con su cuerpo al borde del colapso, se convirtió en un símbolo de la perseverancia y el ingenio humano, alguien que había desafiado lo imposible... y había ganado.

Nikola Tesla vs Ra-Horakhty

duración del combate: 18 minutos y 6 segundos.

Ataque Decisivo: Plasma Pulse Punch X-Cross

Ganador: Nikola Tesla


Fin que les parecio?

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