⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀𝟬𝟭. ❛ SHADOWBOXER. ❜

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yellowjackets / temporada 01.
━━━ capitulo 01 - volumen 01.
shadowboxer.

      I am out with my lanterns,
                  looking for myself.

📖🖋️.    emily dickinson

song:  souvenir by boygenius

─────── ☆☆☆ ───────
SÁBADO 23, OCTUBRE 2021
NAPERVILLE, ILLINOIS
TIEMPO: PRESENTE

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La noche había sido lenta como de costumbre, sus pasos se habían hecho pesados mientras llegaba a su baño. Pestañea y se dedicaba a observar las ojeras que después de todos sus intentos médicos año tras año, nunca habían hecho el intento de siquiera irse.

Soñaba.

Las ramas de los árboles que la rozaban hacían todo lo posible para herir sus brazos. Corría lo más rápido que sus adoloridas piernas le permitieron; y sentía que la perseguían, no sabía qué, o quién, pero el miedo no le permitía voltear hacia atrás y ver lo que la despertó en una instancia.

Despertaba.

Agradeció desde lo más profundo de su ser cuando observó la hora tardía que marcaba su teléfono, pensando en cómo esta fue de esas noches más apreciadas donde lograba dormir sin poder despertarse antes de tiempo. El sol se traspasaba por su ventana; mientras en lo único que se podía concentrar era en los garridos de su loro, Lolo. Sigue su rutina de siempre y siente como sus huesos entumecidos se despiertan al repetir en su mente lo que debe buscar: concentrarse en los materiales que debe buscar en la ferretería, luego arreglar la puerta, para luego disfrutar en su sofá todo lo que le resta del sábado.

El video que había visto sobre cómo arreglar su puerta de entrada seguía plasmando en su mente desde ayer; necesitando un taladro y gran experiencia en carpintería que le tomaría semanas en aprender, pero para su tristeza no posee ninguna de las dos. Observando todo el stock en frente a ella, se abstiene a pensar en cómo ningún trabajador se ha acercado a ella, preguntándole «Qué carajo quería», para así poder largarse de todo el molesto polvo microscópico que la rodea, pero entiende que capaz el rostro que la misma Solange define como "amable" tal vez el día de hoy no lo sea.

Normalmente, así no es como empieza sus mañanas, pero fue al bar anoche, casi logra emborracharse demasiado para su propio bien, y cuando se despertó por la mañana la cerradura de su puerta principal estaba rota. Realmente no recuerda cómo sucedió, pero sí sabe que para su propio bien debe arreglarlo lo antes posible; especialmente porque se acaba de mudar no hace tanto sola.

Agregando que no la había pasado muy bien últimamente, donde todas las consecuencias de sus actos habían decidido fusionarse para atormentar todo en lo que trabajó estas semanas para su último reportaje como periodista local, y simplemente quería explotar. No sabía en qué o en quién, pero alguien tenía que escuchar su mierda para que puedan sentir compasión, y así no lograr hundirse en alcohol como lo hacía cada vez que podía.

Y si bien después de pensar por bastante tiempo su próximo movimiento, sabía que el siguiente paso sería la comunicación, aún no sabe si será con algún vecino, sus colegas del trabajo, o incluso algún familiar con el cual tenga cero comunicación desde que se mudó lejos de todos y cada uno de ellos; aún no tiene idea el como logrará expresar lo que siente, pero lo hará.

Lo próximo que siente es la necesidad de dejar todos los materiales que había seleccionado, caminar hacia su auto lo más rápido que pueda; y dejar su puerta dañada tal y como está. En el siguiente minuto, donde por fin encuentra lo que busca, una voz profunda que no debería ser tan fácilmente reconocible se acerca a ella murmurando su nombre. Es una idiota por no seguir como si nada, pero la persona estaba por lo menos a tres metros de ella; estaba atada de pies a cabeza

No pienso darme la vuelta, se dice a sí misma, y toma algunos pocos segundos para que respire hondo antes de que pueda hacer cualquier cosa de la cual se pueda arrepentir luego. Y aunque siente que no puede hacerlo; sabe que lo hará, y decide que no volverá a huir; se abstiene a ser una cobarde mientras se gira hacia su izquierda poniendo una sonrisa en su rostro que sospecha como débil.

—Malyen —dijo Solange, manteniendo su sonrisa más relajada de lo que espera. Intentando estar calmada y serena—. ¿Qué estás haciendo aquí?

La línea de su frente se arqueó levemente, la mira y Solange reacciona ¿Qué más haría una persona en una ferretería?

—Ha pasado un tiempo —rio Mal, dejando de un lado las cosas que su carro de compras contiene—. ¿Está Tamsyn aquí contigo? —siente la vacilación recorriendo sus venas, y entiende a lo que se refiere. No lo dijo; por supuesto que no sabía sobre la ruptura que habia tenido su hermana. ¿Gritar solucionaría todos sus problemas? Probablemente no, pero le molesta que ni siquiera les pudo decir a su familia lo que terminó hace semanas. Su corazón da un tirón brusco debido al rechazo que siente, y escucha como el hombre frente a ella sigue hablando sin observar cómo el rostro frente de ella se contorsionó entre su ola de sentimientos—. He tratado de comunicarme con ella, pero no contesta mis mensajes y tampoco las llamadas de mamá ¿Le podrías decir que queremos hablarle? Papá no ha estado muy bien... Bueno, ya lo sabes, pero, ¡Es genial verte!

Asiente entendiendo a lo que toda la familia de Malyen y Tamsyn se había abstenido de pensar, pero su mente es más que traicionera; logra irse hacia la idea de que no había pensado en ella desde que ambas se habían prometido la una a la otra no mantener ningún tipo de contacto a pesar de que juntas criaron a la hija que tuvo Tamsyn años antes de estar juntas.

Eso vendría siendo llamadas de disculpas, junto a cualquier otro tipo de comunicación que pudiera juntarlas; pero eso no quitaba el hecho de que Solange alguna vez fue parte de su familia, estuvo acompañándola entre sus pensamientos dolorosos debido al cáncer que rodeaba al padre de ambos, y muchas más situaciones por algunos años; siempre estando ahí para servirle a cualquiera de sus seres queridos, aun si eso le llegara afectar de una manera negativa en su trabajo.

Sabía que estaba mal, ninguna le debe explicaciones a nadie, el cómo, ni el porqué de la situación, pero igual no pudo evitar sentirse ofendida ante todo. Ella misma no justificaba su comportamiento malcriando de querer que la familia de su ex sepa sobre su ruptura; pero hoy no había empezado con el pie derecho, así que cualquier de sus pensamientos de mujer enojada puede hacerle una mala jugada sin ella tener una pizca de razón; además tiene otras cosas por las cuales pensar, así que prefiere hacer la vista gorda a su conducta junto a los pensamientos que tiene e ignorar si está mal o no.

Y aunque ambas son libres de salir con quien les plazca, su corazón no pudo evitar sentir como la traición lograba apuñalarla. Claro, no esperaba que le guardara una especie de luto por su relación, encontrando toda esa situación totalmente ridícula, pero al menos merecía que los más allegados hacia Tamsyn supieran sobre su ruptura debido a lo cercana que era ella con su familia. Aunque no la culpaba del todo; si aún mantuviera contacto con su madre, está segura que jamás le hubiese mencionado siquiera que tuvo una pareja, pero no le quita la idea sintió de que Malyen siendo el hermano, junto al resto de sus familiares tenían que saberlo.

—Si... Ha pasado tiempo.

—¿Acaso ustedes dos han cambiado de número telefónico? Como dije, he estado intentando comunicarme con ustedes, y es como si sus teléfonos no existieran —se rio, sacando su teléfono del bolsillo—. Incluso Cassie ha estado molestándote sobre querer visitarlas desde que empezó su cuarto grado en la nueva escuela, y sinceramente creo que le haría bien verlas.

Es una pregunta retórica; o eso es lo que ella espera que sea. Quiere hacer como que no lo escuchó, pero Mal la conoce más de lo que le gustaría admitir; por lo que sabría cuando estuviera mintiendo quiera o no.

—He estado algo ocupada con todo lo del trabajo y las reuniones de AA no me he podido concentrar, pero cuéntame ¿Cómo está Cassie? —Preguntó tratando de desviar la conversación a lo que él había preguntado primero—. ¿Ha conseguido alguna clase de amigos nuevos? Oí que la cambiaste de escuela.

Mal niega.

—Es bastante complicado, pero supongo que con el paso del tiempo hará amistades; aunque la mayoría de las veces esta tímida al respecto.

—Bueno, espero que logré por fin tener amistades, los niños puedes ser más difíciles que los adultos.

—Es algo difícil de creer, pero cierto... ¿No les gustaría ver la nueva casa? Nos la entregaron hace dos semanas, y aún no puedo creer que no nos hayan visitado —termina diciendo, y ella nota cierto pesimismo en el tono.

—Eso sería genial, Mal. Tal vez deberías comunicarte con Tamsyn y así pueden organizar todo —dijo con el tono de prisa y desesperación arrastrándola; quiere decir que es buena actuando, pero sabe que no lo es y tampoco hace el mínimo esfuerzo para aparentarlo.

—¿Está todo en orden? —la interrumpe mientras inclina la cabeza, mostrando la duda en sus rostro. Gira su rostro hacia ambos lados por un momento antes de mirarla nuevamente. Quiere decirle que sí, pero sabe que no ha estado bien desde hace poco, y puede que ambos lo sepan. El desgaste entre sus facciones le cuentan una historia que no puede ser hablada. Solo interpretada.

—Por supuesto que sí —se rio avergonzada por unos segundos—. ¿Por qué lo dices?

Había tardado mucho en llegar el momento que siempre le aterra cuando alguien forma parte de su vida. La idea de ser un libro abierto y que no puedas esconder lo que sientes es algo que siempre le pesa en su consciencia, porque a pesar de querer esconder lo que siente y hablarlo en las cuatro paredes que la rodean en sus citas de terapia; hay personas que la llegan a conocer a punto más allá y reconocen ciertas actitudes constantes que ella tiene. Algunas personas piensan que es difícil de entender. Es introvertida, tranquilo, una especie similar al alhelí, pero no es difícil de leer. Solo tienes que ser un observador casual para darte cuentas de pequeñas cosas que la representan.

Solange decide que no puede mirarlo a la cara mientras intenta justificarse, y aunque no son familiares para darle alguna explicación, por unos pocos segundos su mirada cae hacia la forma del taladro rodeada entre sus retorcidos dedos. La vergüenza decidió atormentarla en el peor momento posible, y siente la necesidad de esconderse en las profundidades de su sofá y terminar de ver la serie policiaca de la que tanto estaba obsesionada para después ignorar el suceso que está sucediendo ahora y fingir que no existió.

Y aunque quiera huir hacia su auto para arreglar su puerta lo más rápido posible, sabe que no lo hará. Le había acordado a su terapeuta, y a sí misma, que haría todo lo posible para no huir de sus problemas, como la cobarde que ella piensa que es, suelta un leve suspiro cuando Mal intenta acercarse y poner su mano en su hombro, para luego alejarse furtivamente y responder.

—Ya no estamos juntos, ella... Bueno... —Explicó, manteniendo su tono sereno y sin una verdadera gracia por detrás para aligerar el ambiente—. Nosotras ya nos separamos.

Quiere que la noticia no lo tome por sorpresa, pero cuando observa el rostro de Mal contraerse en pura compasión que no quiso tomar como un cumplido ante la situación. Lo ignora y decide esperar a que él mismo hable, o se vaya sin decir nada. Espera que haga lo último. Espera sentir un mínimo de felicidad por contarle a alguien que no sea su hermano menor lo más impactante que había sucedido en su vida desde hace años, pero no sucede. La pesadez de su corazón se ve carcomida por la vergüenza que involucra hablar de su ex en una ferretería, mientras las personas a su alrededor ignoran el inesperado encuentro.

—¿Hablas en serio? —se abalanza y ella retrocede sin descuido. Siente como su columna choca contra una estantería, pero el dolor se disipa entre su desesperación de querer desaparecer entre las grietas de las paredes que la rodean. Y aunque agradezca la evidente preocupación que tiene Malyen sobre ella, sabe que ese puesto ya no le corresponde—. ¿Qué quieres decir con que ya no están juntas? ¿Qué sucedió? ¿Están ustedes dos bien?

—Sí, sí. Todo está en orden por aquí, no te preocupes por mí.

—¿Y qué sucede con Tamsyn, sabes si está ella bien?

—Creo que —se interrumpe antes de asentir para sí misma—. Bueno... Eso ya realmente no es asunto mío desde hace unos meses, y en verdad no sé cómo está. Pero si quieres, llámala a su trabajo; joder, no lo sé.

Responde más agresiva de lo que pretende, pero ignora la desilusión que le ofrece Mal. Cree que lo mejor es ignorarlo.

—Entiendo —asiente, captando el tosco desvío del tema—. ¿Necesitas mi ayuda en algo? Puedo servirte a lo que sea que hayas venido hoy.

—No pienso que sea necesario.

—Pero...

—Mal créeme, fue genial, verte de nuevo y poder saber del otro, pero será mejor dejar la charla hasta aquí, no sé si cambió de número telefónico, pero tú mismo te puedes comunicar con ella —le interrumpe todo lo que quiere decir, para luego darse media vuelta, para después encontrarse junto al cajero que le desea buenos días antes de que pueda salir huyendo hacia su auto y manejar sin importarle los límites de velocidad a su alrededor.

Cree que huir forma parte de las acciones más imbéciles que existen debido a que las personas nunca se responsabilizan de las consecuencias que provocan o, simplemente, son idiotas que no le importa nada que los rodea; pero la conversación con el hermano de su ex solo pudo definirse como «incómodo» así que lo menos que pudo hacer fue preocuparse por el cómo termino la charla antes de regresar a donde le correspondía.

El camino a su casa fue incómodamente largo. Desde que consiguió su título universitario y el ahorro que mantuvo desde que regresó; se encargó de alejarse lo más que pudo de su familia. Un pueblo que tiene la posibilidad de ser más solitario que ella misma, encargado de ser un terreno escolar con las mejores escuelas privadas para cualquier niño. Y si bien desde el primer momento esa información nunca le fue de su incumbencia, apreció que fuera algo más que un lugar donde la gente ignorante pueda vivir sin preocupaciones más que pagar el costoso recibo de electricidad.

Naperville es una ciudad ubicada en los suburbios occidentales de Chicago, Illinois. Es la tercera ciudad más grande por población del estado de Illinois y es conocida por sus calles arboladas, su impresionante horizonte y su vibrante centro de la ciudad. También alberga varios parques, reservas naturales y centros comerciales, así como escuelas públicas y privadas de primer nivel.

Cierra la puerta del auto mientras lucha con las bolsas de compras que están a punto de estallar, casi colgando de sus codos, se sorprende al escuchar la voz de su vecino del frente.

—Bonito sábado ¿No lo cree?

—En mi opinión está algo soleado —exclamó—. Pero ha sido un día bastante relajado —termina mintiendo mientras se despide de forma cordial.

Se gira para saludar a su vecino del frente junto a su perro. Su respuesta fue más que todo cordial, pero a pesar de haber tenido un buen momento de sueño, no se despertó bien. Y sinceramente lo que no podía hacer era conseguir la capacidad social que se esconde entre las raíces de su pecho. Quiere, pero sabe que no lo hará.

Deja en el suelo todas las compras que había conseguido junto a las cosas de la ferretería mientras observa el correo entre debajo de la puerta de entrada y el piso. Observa el cheque de este mes a nombre de The Morning Dispatch, y extiende su mirada hasta el último correo sin nombre; conteniendo solamente la dirección de su casa. El papel rasgado suena contra sus paredes tapizadas y observa con determinación lo que contiene el correo frente a ella.

Desde que recuerda su adolescencia, Solange creía firmemente que las runas eran una herramienta de autoconocimiento y orientación espiritual, eran mucho más que simples símbolos; eran portales que podían revelar verdades ocultas y respuestas a preguntas intrincadas. Y con cada tirada, encontraba consuelo y dirección en las palabras grabadas en las pequeñas piedras y troncos que observaba en el bosque.

Lo reconoció de inmediato. No había manera de no darse cuenta quién le había enviado esto; y sabía que lo realizó con maldad. La idea de la persona era solo recordarle año tras año lo que alguna vez llegó a ser; las noches encapsuladas en alcohol la obligaban a olvidar, pero ella sabría que jamás lograría borrar su memoria. Jamás lograría eliminar el pasado que la atormenta, y jamás podría hacerlo.

La runa frente a ella consta de una línea vertical en el centro, que representa la conexión entre el plano espiritual y el terrenal. A cada lado de la línea vertical, hay dos líneas diagonales que se extienden hacia afuera, simbolizando la apertura y expansión de la energía positiva. En la parte superior de la línea vertical, hay una pequeña curva en forma de arco, que representa la protección y la guía celestial. En la parte inferior de la línea vertical, hay otra curva similar en forma de arco pero invertida, representando la conexión con la tierra y la sabiduría ancestral. Los colores que la rodean están diseñados en tonos suaves de blanco y plateado, que simbolizan la pureza y la claridad; reforzando la intención de la magia que busca promover la bondad y el equilibrio en el universo.

Sabía que la runa era totalmente inofensiva y no representaba nada malo, pero la persona que lo envío sí lo era. Reconocería esa letra y la forma de la imagen donde sea; esa ligera curva en la "I", y el cómo siempre terminaba con la última letra en mayúscula. Puede ser utilizada como símbolo de protección, y si bien apreciaba el intento de protección hacia ella; no entendía el porqué. No había aparecido desde hace 5 años, y hoy, había decidido colmar la paciencia alrededor de Solange.

Sabía que la espina en su corazón era porque algo no estaba bien; el correo no era bien recibido y mucho menos por la historia que contiene detrás.

Sus manos comenzaron a temblar y su respiración se volvió entrecortada. Cada segundo que pasaba antes de que apareciera el mensaje en la hoja de papel era como una eternidad. Se sentía atrapada entre la curiosidad y el miedo, preguntándose si alguna vez estaría preparada para enfrentar lo que pudiera estar esperando dentro del correo no deseado.

No lo estaría.

El demonio que acosa su ser se encarga de golpearla hasta sangrar cada vez que puede. Su cuerpo entero se sentía como una herida abierta con sal frotada en una buena medida. Un gemido profundo salió de lo más profundo de su pecho cuando se impulsó a través de su cocina y se estrelló contra la pared que dividía su espacio.

Estaba segura de que esto era una advertencia silenciosa, que a pesar de haber desaparecido de su vida. Ella sigue así, vigilando cada uno de sus pasos y siguiendo el curso de su vida; asegurándose que cumpla lo que juro hacer entre las ramas y árboles que las rodeaban. Estaba segura de que esta no era la última vez que recordaría todas las flores enredadas en su pelo, las noches en velo donde observaba el fuego de la fogata, el cómo navegaba entre sus hermanas y madre que la acompañaron por tanto tiempo hasta que ella simplemente lo arruinó.

Y jamás olvidaría la sangre que ella y sus hermanas derramaron por tanto tiempo, jamás olvidará la sensación de querer ser liberada de lo que le habían prohibido. Jamás olvidará la vez que sucedió "La caída" aunque con el poder de todas sus lágrimas eso es lo que anhelaba. Quería, quería y quería.

Quería por alguna vez ganar y conseguir lo que siempre había necesitado.

El día pasa exasperantemente lento.

El lunes había llegado, y el golpeteo del pie izquierdo de su colega, Charline, le molestan mientras hace el intento de llenar su taza de café nuevamente y seguir observando a sus compañeros de trabajo que, al igual que ella, sienten desprecio por situaciones pequeñas como esas.

En todos estos últimos días no se ha sentido del todo bien, pero tampoco le importaba hablar con su terapeuta por esas mínimas situaciones que interrumpían su día a día. Reconoce que ser sincera con Estella le daba un confort que nadie más lograba darle. Tardes donde lo único que pensaba era correr hacia la tienda más cercana y comprar alcohol barato se habían convertido en ilusiones sobre charla y confrontación hacia su mente, y cualquier inconveniente que tenga.

El domingo por la noche terminó por dormirse después de medianoche porque estaba ocupada terminando un trabajo, solo para levantarse a las 7:00 a.m. del día siguiente para pasar las siguientes 8 horas haciendo malabares entre correos, un par de artículos sin editar y tratar de no dormirse en las cuatro paredes de su oficina compartida. Podía admitir que estaba lista para regresar a casa, estaba en su último hilo, rogando que la partieran en dos para poder distribuirse en dos lugares sin que nadie se pueda dar cuenta. Mencionando del doble de cansada que está al no alimentar su cuerpo por completo; lo único que lo atraviesa es agua y café: mucho café.

Toma la taza de café caliente como un abrazo cálido a cualquier hora del día, cuando el frío del clima la ha dejado con frío y cansada. Una taza de café es algo que normalmente le da el empuje y la energía necesaria para comenzar su día a día. Y en este momento, dos horas faltantes para irse hacia su auto y terminar su día observando cualquier película que pasen en el canal de terror; se acaba cuando la fila está llena de personas adictas a la cafeína desde hace unos 8 minutos y contando.

—¿Está todo en orden? —le pregunta Charline, una de sus colegas frente a ella, que tarda más de lo normal en prepararse una taza de cafeína con leche como si fuese igual de complicado que un caramel macchiato. El tono de su voz, tangente y suave como si hablara con su pequeña hija de 4 años, a punto de ir al preescolar; tratando de apaciguar toda la molestia que le causa a la fila, como si el tik tak de sus tacones no fuesen el origen de una volteada de ojos propia de sí.

—Nada de lo que preocuparse te aseguro —murmura detrás de ella, Malcolm, con un tono menos agresivo de lo que alguien esperaría.

Había sido un día largo en el trabajo, como de costumbre, pero todo ese cansancio acumulado en el día de hoy la dejó completamente agotada. La pila de correos electrónicos en su bandeja de entrada solo crece cuando lo único que quiere hacer es cerrar la sesión, y la pila de informes en su escritorio apenas se toca.

El sonido de su teléfono interrumpió el artículo que escribía, observa el nombre y se abstiene a contestar con rapidez. Cuando escucha la voz de su hermano detrás; se sorprende y logra contener un poco de felicidad al saber que él está bien. Quiere preguntarle tantas cosas y a la vez nada que cuando por fin se arriesga a preguntarle cómo estaba su sobrina recién nacida, la noticia que logra entender no le hace bien a su estado de ánimo.

Su madre no estaba bien. Eso lo sabía desde qué regresó con ellos hace tanto; pero su enfermedad había empeorado y la soledad no era el mejor acompañante en el mejor de los casos, por lo que cuando esté le suplicó que viniera a visitarla antes de que pueda arrepentirse en su mente automáticamente dijo «no»

Sí. Se supone que las madres son de las mejores figuras que se pueden tener en la vida; son las mujeres que logran acompañarte desde el inicio de tu vida hasta que se van. Están ahí para hacerte una mejor persona y ayudarte en tu crecimiento personal; pero no todas las madres piensan igual, no todas logran formar un vínculo que dure para toda la vida, y mucho menos no todas las madres no consiguen tener un buen vínculo con sus hijas.

Y en algún momento, Janey logró tocar el corazón de su amada hija antes del accidente; pero después de todos esos años algo cambio para ambas. Formar palabras coherentes había sido una dificultad que la sobrepasó por un largo tiempo; y al igual que su madre, Solange no consiguió olvidar todo en el momento que le correspondió. Nunca recibió la ayuda corresponda y mucho menos el apoyo maternal que todas deben recibir en algún momento de su vida.

Silencio.

Eso es lo que logra recordar cada vez que piensa en su madre. Largas noches de silencio donde ambas se preguntaban que podían hacer para recuperar lo perdido, y ninguna tomó el valor para acceder a sus pensamientos. Sabe que debió decir algo, pero tampoco se culpa a sí misma por ser así; todo el peso cae en su madre debido a la falta de ayuda emocional que esta le proporcionó cuando le tocaba. Noches donde nunca se levantó para ayudarla con las pesadillas que le quedaron como recordatorio de lo que alguna vez llegó a ser, años donde mucho menos cumplió su servicio como progenitora de dos hijos menores.

Estaba determinada a ignorar a su familia lo más que pueda; pero ella misma sabe que no puede; la fuerza lo que ella llama hermano, gracias a él se le dificulta alejarse de todos los problemas que le trajo ser salvada nuevamente. Y aunque se arrepiente de muchas cosas en la vida; escapar de lo que tanto le hizo dolor fue de las mejores cosas que pudo hacer para salvarse a sí misma.

Había cierta ironía de trabajar para una revista y un periódico local; cualquier tipo de rumor familiar corrían como mosca en miel en cuestión de segundos; y cuando todos en su piso se enteraron de lo sucedido con la madre de Solange, la mayoría no pudo evitar darle el pésame. Como si estuviera muerte.

Y odió la forma en la que todos actuaban con falsa empatía.

Janey no estaba muerta, y aunque estuviera cerca de estarlo, jamás se permitiría a sí misma decir que está muerta. Ella sabe que no lo está; pero sus colegas creen que sí. Trata de ignorar el zumbido en su oído cuando su jefa le pregunta sobre su madre. Viva o muerta, sabe que a nadie le importa, y mucho menos a una mujer que solo se encarga de la sobreexplotación que da.

Hace una mueca de dolor cuando su jefa — nuevamente — pasa por su parte de la oficina al salir, ansiosa por recibir una actualización.

—Hey... ¿Tienes los informes listos?

Solange niega, observando el ligero cambio de humor de la mujer frente a ella.

—Lo siento, un par de ellos me consumieron más tiempo del que esperaba —miente. Pero se nota que ella no se lo cree, ni un poco, y su expresión se agria mientras hojea los papeles.

—Necesito que estén listos para el final de la semana, pase lo que pase.

—Por supuesto —murmura, con la cara ardiendo de vergüenza—. Te los tendré listos y en tu correo para el jueves.

—Eso espero —sus tacones ya están golpeando el suelo antes de que Solange pueda abrir la boca para disculparse de nuevo.

Y antes de que pueda murmurar algo de lo que no diría en voz alta, la voz de su jefa llega nuevamente hacía ella.

—Escucha... Sé que todo esto de tu situación familiar es difícil —observa como la sonrisa falsa de su jefa se convierte en una mueca con cada palabra que sale de su boca—. Pero recuerda que las vacaciones duran lo que deben durar. Si quieres tomarte un tiempo y visitar a tu madre, hazlo... Además, no recibes cheques solo por visitar a tu madre ¿Estamos? —le pregunta girando el botón superior de su falda oscura.

—Estamos —asiente con seguridad, aunque si es sincera, no lo siente.

—¡De acuerdo! —la sonrisa de su jefa se acentúa cuando aplaude con fuerza entre sus manos—. Organizaré todo lo que involucre tu ausencia aquí, hasta que puedas regresar; mientras terminas estos artículos para la revista en tu viaje.

Termina de hablar antes de que Solange pueda soltar un pestañeo y responder.

Quería responder. Quería gritar lo más fuerte que podía y organizar un crimen de odio que solo la pueda dejar sin consecuencias. Quería que la gente dejara de ser tan imbécil y tuvieran la suficiente amabilidad de pensar en los demás por solo dos malditos segundos. Su mamá, el estrés de Carter, el miedo que siente de volver; todas esas sensaciones se juntan y logran ponerla stresada, angustiada, agotada junto a otros sinónimos que logren acercarse, para así atormentarla lo fría de su ducha.

Había estado atenta a la llamada de su hermano sobre su visita, Solange noto que él estaba preocupado y emocionado a la vez; supuso que era por su visita, después de todo su estancia sería el departamento de su Carter, pero no quería hacerse ideas erróneas ante cualquier sentimiento que él o su madre quieran abordar en el momento que los vea a cada uno por separado.

El miedo la siguió cuando acomodaba sus maletas en la parte trasera de su auto junto a la jaula de su loro; la angustia formó parte de su cerebro cuando se dio cuenta de que lugar visitaría después de tanto. No solo visitaría a su madre, sino que estaría más cerca de todo el círculo al cual formó parte. Todas esas largas noches de desvelo donde su único acompañante eran las colillas de los cigarros; llegaron como una carga, sobre todo su arrepentimiento cuando logró irse a la mierda en el momento vio el anuncio descolorido de "Bienvenidos a Nueva Jersey".

Sabía que no era alguien débil; pero ella la hacía sentirse así. Sometida y sumisa a todos sus pensamientos e ideas que lograba formular para que su vínculo fuese más grande de lo que ya era. Y sabía que ella no era mala persona, pero había escapado tanto de ese mundo al que perteneció; que no tuvo otra manera de irse, sino que huir.

No era débil, pero regresar a la ciudad donde Seraphina le había jurado lealtad después de todo haber terminado; le hacía querer llorar y enredarse en las flores que alguna vez logró tener en su cabello. 

     ambas decoraciones (la del inicio, y esta) fueron realizadas por stairscars

























. . . ⛦ THE CIRCLE SPEAKS

⠀⠀they're gay i know!!!😡🗯️

⠀⠀Primero que todo, aprovechando que Netflix saco oficialmente yellowjackets; estoy encantadisima de presentarles el primer capítulo de Nightcrawler. Estoy llorando brillitos porque tenía meses esperando sacar algo de esta serie y ¡por fin lo logré! No mentire, me puse a escribir como loca desde las 12 am cuando vi que subieron la serie, y aquí estoy jaja. Feliz de que la procrastinación no me haya ganado — solo por esta vez.

⠀⠀Estoy super feliz de ya poder actualizar, y es que este capítulo me hacía morder mis uñas de lo emocionada que estaba, siendo yj mi top de series favs — más que todo. Y aunque puede que todo al inicio sea confuso, daré todo de mi para que con cada capítulo puedan entender un poco más, y como dije antes, si tienen una duda; solo díganme y se las respondo. 💘

⠀⠀Muchas gracias a los lectores que están llegando. Solo me queda agradecerles y decirles que se preparen por todo todito que tengo planeado. Y aunque apenas la historia está empezando, espero pronto ya puedan leer todo lo que pasó Solange en los 90', y como todo surgió. Solo les puedo decir que esperen, lean, voten y comenten para que pueda traer capítulos más rápidos — aprovechen que ando de vacaciones.

⠀⠀with love, eli! xx

𔓘          𔓘          𔓘          𔓘          𔓘          𔓘 
2023 | © RAVENCORES
you are a flower in my stomach,
blooming through the
cracks of the ribs. . .

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