Ú N I C O
Pulsa aquí para empezar a escribir
— Umh, disculpa... — Acerco su mano al hombro del chico sin llegar a tocarlo.
— ¡Si! Dime. — Este de dio la vuelta y Yoongi se sobresaltó por la forma tan alegre y enérgica en la que le respondió.
— ¿Sabes dónde queda la pileta de aquí?
No conocía nada de aquel lugar, había venido con sus hermanos y sus padres de vacaciones a la playa para pasar las fiestas y el hotel en el que se quedaban tenía pileta como bien decía la nota con la que se encontró cuando despertó.
"Nos cansamos de intentar despertarte y que parezcas un cadáver, ven a buscarnos a la pileta del lugar en cuanto despiertes"
— Atte.: tus hermosos hermanos y mamá.
¿El problema? No tenía idea de donde estaba, ni de cómo era ese hotel. Llegaron la tarde de ayer y como estaba demasiado cansado por el viaje decidió simplemente dormir en vez de recorrer el hotel con su familia.
Y ahora mismo se encontraba pagando el precio de su flojera teniendo que hablar con un completo extraño que parecía que había metido dos dedos en un enchufe.
— No eres de aquí, ¿verdad?
— Umm, no.
— No te preocupes, ven, sígueme, yo te guio.
— Gracias. — Le sonrió y lo siguió por el pasillo en el que lo encontró mientras ese chico le hablaba.
— Soy SeokJin, trabajo aquí... o sea, mi padre es el dueño del hotel y yo lo ayudo como puedo. No sé si podría decirse que trabajo porque en realidad no me paga. — Rasco su nuca riendo, él solo se mantuvo en silencio.
— Soy Yoongi, un gusto. — El chico, SeokJin, asintió y siguieron caminando en silencio hasta que.
— ¡Bien! ¡Llegamos!
Sintió como su corazón se saltaba un par de latidos ante el grito del chico.
— ¡Oh! Lo siento, lo siento, ¿Estas bien?
— Si, solo... gritas bastante.
— ¿Ah? SI, creo que es una de mis cualidades. — Yoongi asintió y SeokJin volvió a hablar. — Oye, me caes bien, ¿Podríamos ser amigos?
¿Qué? ¿En verdad ese chico le estaba preguntando a él por ser su amigo? Y, además, lo conocía hace 5 minutos, ¡Literalmente!
— Umm, si, supongo.
— ¡Bien! Tengo que volver al trabajo, te dejo con tu familia, ¡Hablemos más tarde!
El chico se fue riendo y gritando, dejándolo más que confundido. Al parecer, ahora tenía un nuevo amigo.
Desde ese día y como por una semana, ambos empezaron a hablar cada vez más seguido cuando se encontraban por los pasillos. Les contó a sus padres sobre su nuevo amigo y llego a la conclusión de dos cosas:
1) SeokJin era raro, pero le gustaba hablar con él.
2) SeokJin rebalsaba energía, mucha, demasiada. Se la pasaba gritando, saltando y gesticulando, todo lo contrario, a él, pero no le molestaba, al contrario, le gustaba que ese chico sea así, porque cada día era algo nuevo, siempre lo sorprendía.
Como esta vez.
— ¿Te dejan salir?
— ¿Ah? — SeokJin hablo a sus espaldas de la nada, logrando sobresaltarlo levemente.
— Te invito a dar una vuelta por la ciudad, no conoces mucho de aquí, ¿verdad?
— No conozco nada de aquí. — Ambos rieron por la corrección, se habían detenido antes de bajar por las escaleras, ambos se miraban. — Me encantaría aceptar tu propuesta, pero mama me espera abajo y no puedo irme simplemente.
— Pues creo que vas a tener que inventar otra excusa porque planeaba invitarte en la noche, es cuando la ciudad brilla. — Dio media vuelta mientras movía su mano como si estuviese mostrando un hermoso paisaje. — Literalmente brilla, porque, ya sabes, los negocios prenden las luces y... eso. — Volvió a darse la vuelta mientras se rascaba la nuca con la misma mano que antes señalaba el "horizonte" al mismo tiempo que soltaba una risa nerviosa.
También llego a la conclusión de que ese era un habito muy regular en SeokJin.
— ¿En la noche?
— Si, es que... tengo trabajo. — Tapo sus ojos con una mano mientras fingía llorar, volviendo a verlo mientras reía.
— Te espero a las... ¿9? En la puerta del hotel.
— A las nueve entonces. — Y justo cuando estaba por decir algo más.
— ¡SeokJin!
— Creo que te llaman. — Señalo hacia atrás aun viéndolo mientras SeokJin abría los ojos desmesuradamente.
— Ehhh. — Dio un sobresalto en su lugar al escuchar a su padre gritar otra vez. — Si, mejor que me apure, ¡Nos vemos más tarde entonces!
Grito mientras corría por el pasillo, agitando su mano enérgicamente en dirección a Yoongi. Este rió bajo y bajo las escaleras, a veces se preguntaba cómo es que no le daba un paro cardiaco de contener tanta energía, siempre era como si estuviera enchufado a algo y recibiera corriente todo el tiempo, no había otra forma de explicarlo.
Cuando llego abajo y vio a sus padres acostados sobre dos reposeras, su madre le indicaba enérgicamente que se acercara a ellos, pero él seguía caminando con tranquilidad. Quizás Yoongi no estaba enchufado como SeokJin, más bien era como si funcionara con baterías que debías recargar cada cierto tiempo.
¿Acaso eso podría molestarle a SeokJin cuando estaba con él?
¿Por qué estaba pensando en lo que podría molestarle a SeokJin? Después de todo solo era su... ¿Amigo? Supongo, pero de todas formas no debería importar lo que el piense.
Quizás debería intentar ser un poco más activo hoy en la noche.
Con ese pensamiento en mente le dio un beso en la mejilla a su madre y tomó un poco de agua fría de una botella que ella le tendía. Su padre simplemente vigilaba que ninguno de sus hermanos se muera ahogado en la pileta.
☀️
Se encontraba parado exactamente a la hora que acordaron en la puerta del hotel, vestía una camisa lisa negra y unos pantalones jean largos exactamente iguales, nunca fue muy glamuroso para la ropa.
— ¡Aquí estoy! Lo siento, espero que no hayas tenido que esperar. — SeokJin salió del hotel tan enchufado como siempre. Vestía una camisa blanca con flores de varios colores y unas bermudas de jean celeste claro. Su cabello castaño aún estaba algo mojado, evidenciando que se había duchado antes de encontrarse.
— No te preocupes, estas justo en hora.
— ¿En serio? Juraba que llegaba tarde. — Sonrió nervioso, pero rápidamente sacudió la cabeza, actuando exageradamente una sonrisa egocéntrica. — Quiero decir, tenía todo fríamente calculado, obvio.
— Jajaja, ya, ¿A dónde me vas a llevar entonces? Ya que tienes todo calculado.
— Ehh, eso acaba de sonar como si esto fuera una cita, no es una cita, ¿no? No planee nada romántico.
— ¿Qué? — Se sobresalto abriendo sus ojos desmesuradamente. — ¿¡Como va a ser esto una cita!? ¡Somos dos chicos SeokJin, no podemos tener una cita! — Quizás se había sorprendido de más, pero, ¿Cómo SeokJin podía pensar algo así?
— Ya, ya. Cálmate, era un chiste. — Puso su mano sobre su hombro buscando calmarlo. — Yo... lo siento, no creí que fueras a tomártelo así, soy un idiota.
— N-no, no, no te preocupes, yo soy el que lo siente. Es solo que me sobresalte, ya sabes, dos chicos no pueden tener una cita, está mal. — Soltó una risa nerviosa, SeokJin lo miro con una ceja alzada pero no agrego nada más, solo le sobó la espalda y rio un poco junto con él.
— Bueno, hagamos como que no paso nada y ya, ¿Acaba de pasar algo? Yo solo recuerdo que te encontré aquí parado frente a la puerta. — Movía sus manos y se encogía de hombros como para darle énfasis a sus palabras, logrando hacer reír a Yoongi y destensar el ambiente entre los dos. — Bien, te invito un helado cuando lleguemos a la peatonal, traje bastante dinero asi que puedes elegir el lugar que quieras.
— Muy bien, te sigo. — Dijo y señalo la calle para que el otro avanzara, caminaron a la par hablando de todo y nada hasta llegar a la dichosa calle peatonal.
Nunca había visto una así antes, había bastante gente, banderines colgantes decoraban la calle de punta a punta se oía a la gente conversar y reír alegremente.
— ¡Hay muchísimas cosas aquí! Aunque viva por acá hace tanto siempre amo venir cuando empieza la temporada, me llena de energía y buena vibra. — SeokJin hablaba alegremente mientras tenía las manos entrelazadas detrás de la nuca y Yoongi admiraba todo el lugar con ojos bastante abiertos.
Se pregunto si SeokJin necesitaría más energía de la que ya tenía, o si era posible que tuviera más.
— Ese lugar se ve rico, ¿podemos comprar helado allí? — Señalo una tienda con su índice.
— ¿Ah? Nunca lo probé, vamos. — Sonrió y lo tomo de la mano, prácticamente arrastrándolo hasta allí.
Pidieron dos conos y los fueron comiendo mientras caminaban y veían distintas tiendas, había un hombre con un carro de madera, pero lo que más le sorprendió fue ver la gran cantidad de pulseras que esta tenía.
Había de todo tipo, casi todas hechas de hilo. Miraba curioso mientras SeokJin estaba a sus espaldas, viéndolo a él.
— ¡Mira qué bonita!
— Mmm, esta linda, ¿te gusta? ¿la quieres?
— Me gustaría, pero olvide mi billetera. — Rasco su nuca y volvió a hablar antes de que SeokJin pudiera hacerlo. — En fin, no importa, otro día puedo volver, ¿podemos ir a ver la tienda de allá?
Luego de señalarla fue casi corriendo, SeokJin tardo unos segundos hasta estar a su lado nuevamente pero antes de que le pudiera preguntar que se había quedado haciendo este le saco tema de conversación.
— ¿Te dan miedo las mariposas?
— ¿Eh? Claro que no, ¿Por qué me darían miedo?
— No sé, a mí me dan miedo.
— ¿En serio? Pero, son muy lindas.
— Tú dices eso, ¿acaso nunca fuiste atacado por una?
— ¿No...? ¿Las mariposas atacan para empezar?
— A mí una vez me persiguió una. — Puso cara triste, cambiándola rápidamente cuando Yoongi se estalló de la risa. — ¡Oye! ¡No te burles! ¡Podría haber muerto!
— Ay, ay. — No podía hablar por la risa que apenas lo dejaba respirar. — Pobre SeokJin. — Acaricio su cabeza dando palmadas en esta mientras seguía riendo, SeokJin volvió a sonreír. Ambos continuaron caminando y hablando mientras compartían helado hasta que se hizo tan tarde que tuvieron que volver al hotel. SeokJin lo acompaño hasta la puerta de su habitación.
— Bueno, creo que este es el fin de esta noche, ¡Debemos vernos de nuevo otro día!
— Shhh, no grites que hay gente durmiendo. — SeokJin abrió sus ojos en grande mientras tapaba su boca con ambas manos, ambos reímos bajo ante eso.
— Bien, te dejo, mejor que vaya a dormir temprano, mañana tengo que seguir trabajando. — Lloro falsamente como siempre lo hacía y logro sacarle otra risa.
— Pobre SeokJin. — Volvió a palmear su cabeza como antes. — Anda, ve a dormir, mañana nos vemos. — SeokJin lo apunto con un dedo como para hacer que lo prometa y se fue alegremente por el pasillo, agitando la mano en su dirección.
Después de ver como SeokJin entraba a su habitación cerró la puerta de la suya propia despacio para no despertar a nadie. Se metió sigilosamente en su "cubículo" y suspiro como para hacer pasar todas las emociones de esa noche.
Mientras se terminaba de poner el short de pijama se dio cuenta de que había olvidado el "ser más activo" y había seguido con su misma actitud de batería recargable. Golpeo su cabeza con su mano y volvió a suspirar.
Aunque, recordándolo bien, SeokJin en ningún momento pareció disgustado por su actitud. Quizás en realidad no le molestaba y él se estaba haciendo bolas en la cabeza, pero mientras se acostaba juro que la próxima vez intentaría recordarlo, aunque sus pensamientos se volvieran un lio cuando estaba cerca de él.
☀️
Paso un tiempo desde aquella noche, ambos siguieron conociéndose y en muy poco tiempo habían logrado formar una amistad increíble, algo que ninguno de los dos había tenido nunca con otra persona.
Siguieron saliendo a distintos lugares, iban a la playa, comían helado o solo paseaban. El tiempo que le quedaba a Yoongi era corto, cada vez la navidad de acercaba más, pero ninguno quería pensar en lo que pasaría cuando tuviera que irse en dos semanas, tan solo se dedicaban a disfrutar del momento, justo como en ese entonces.
Ambos estaban sentados en un banco de una plaza, era de noche y miraban el cielo, Yoongi tenía la cabeza apoyada en las piernas de SeokJin, no hablaban de nada importante, solo la pasaban bien estando juntos.
— Mi hermano me dice que soy muy aburrido.
— ¿Si?
— Mmjh — Hizo un sonido parecido a un sí o un aja. — Dice que no tengo la suficiente energía no sé qué. — Se encogió de hombros.
— A mi parecer tienes bastante energía, o sea, tampoco la desbordas, pero es muy agradable estar contigo.
Y en ese momento entendió que al lado de SeokJin no necesitaba fingir energía. Que podía estar con su batería recargable sin problemas y jamás se quedaría sin carga.
— Sabes, creo que estoy yendo un poco mucho en contra de la sociedad, pero... realmente no me parece que este mal que dos chicos salgan. — Movía su mano en el aire intentando explicar sus palabras. — Lo digo por ese día que fuimos a la peatonal, aún si hubiésemos estado en una cita, no creo que eso este mal.
— Pero lo está, está mal.
— ¿Por qué?
—Solo... Que dos chicos salgan es antinatural. El humano fue creado para que sea hombre y mujer ¿Entiendes?
— Realmente... No. Sigo sin verlo como algo "antinatural" — Hizo comas con sus dedos. — Pero bueno, creo que nunca voy a entender a la sociedad.
No agrego nada más, solo siguió mirando el cielo, pero no dejo de pensar en eso en toda la noche, más aún cuando se encontraba solo en ese pequeño cuartito que era su habitación.
Aun se acordaba lo sorprendido que había quedado cuando descubrió que había un pequeño cuarto separado de la habitación principal, pero tenía sentido que este allí ya que en la habitación normal no quedaba más espacio para otra cama.
Era apenas un poco más grande que la cama que se encontraba allí, pero agradecía que pudiera estar encerrado allí, solo. Con las piernas contra la pared y la espalda acostada en la cama, consumiéndose la cabeza con la conversación de esa noche.
"Sigo sin verlo como algo antinatural"
¿Entonces a SeokJin no le parecería mal que él...?
☀️
— Hey, ¿y si salimos a pasear la madrugada del 25? Ya sabes, para festejar navidad.
— Creo que voy a salir a comer con mi familia, no sé si pueda.
— Vamos~ ¿No hay ninguna forma de poder convencerlos?
— N-no lo sé, no estoy seguro.
— Escucha, intenta hacerlo, si lo logras nos encontramos en la puerta del hotel a las 2am, ¿De acuerdo?
— Esta bien, pero no prometo lograrlo.
La conversación del día anterior resonaba en su mente. Si, quizás se había metido en un aprieto al querer salir con SeokJin justo la noche de navidad, pero, ¿Qué podía hacerle? La idea sonaba tentadora.
Estaban los 6 sentados en la mesa de un restaurante, este tenía pinta fina y no había mucha gente, quizás tendría que haberles preguntado unos días antes a sus padres y no justo la noche de navidad, pero ya era tarde.
— Papa, yo...
— ¿Qué pasa Yoongi?
— ¿Puedo... salir, hoy, en la madrugada? — Hubo una pausa incómodamente larga por lo que decidió volver a tomar la palabra. — Es que... una chica me invito a una cita hoy en la madrugada y bueno... — Se rasco la nuca, nervioso, y se sorprendió cuando vio a su padre sonreír.
— Ah, era por algo así. — Hizo una pausa para llevar carne de su plato a su boca. — Mmmh, puedes ir.
— ¿Si?
— ¡Claro! No me esperaba que mi hijo fuera a conseguir novia en vacaciones, estoy orgulloso.
— Yah, yo también quiero una chica~. — Su hermano se quejó y todos en la mesa rieron.
— Me parecía raro que hasta ahora nunca tu hubieras acostado con nadie, ya estaba empezando a asustarme con que eras maricon. —La risa de su padre resonó estridente, él se congelo en su lugar. — ¡Te imaginas cariño! Tener un hijo puto. Pero por suerte tu eres sano, no sé qué haría si alguno de ustedes cuatro saliera con una de esas enfermedades.
— Ay no papá, a esa gente hay que matarla.
Su padre golpeo la mesa y señalo a su hermano asintiendo, dándole la razón. Él seguía congelado en su lugar.
— Exacto, muchos dicen que eso puede curarse con tratamiento, pero no. Esos enfermos jamás se curan, la única solución es ¡Pum! Tiro en la cabeza. — Su padre formo una pistola con su mano e hizo como si le disparara a Yoongi en la frente. Todos estallaron en risas y él se vio obligado a reír bajo para no parecer raro, pero todo esto no le daba nada de risa. — Pero bueno, ya dejando de hablar de esa gente, si se le puede considerar gente a esos, es bueno que hayas conseguido una cita y ya te estés volviendo todo un hombre, es una lástima que tengamos que irnos mañana.
— Si, este lugar es tan lindo, ¡Me encantaría volver el año que viene! — Su madre hablaba emocionada, pero él no volvió a decir nada en toda la noche, demasiado ocupado en sus pensamientos sobre aquella charla.
☀️
— ¡Hey! — La cara de sorpresa de SeokJin hizo que se le escapara una risa.
— ¡Yaju! Pensé que no podrías venir, estaba empezando a entristecerme. — Tan expresivo y enchufado como siempre, SeokJin llevo una mano a su cara como si se limpiara las lágrimas, aunque seguía sonriendo.
— Y bien, ¿A dónde me vas a llevar hoy?
— Sorpresa~. Sígueme.
SeokJin empezó a caminar y él hizo lo pedido. Caminaban uno al lado del otro hablando de todo y de nada hasta llegar al destino planeado por SeokJin, el cual lo hizo sorprenderse bastante.
— ¡Taran~! — SeokJin dio un pequeño salto en su lugar para darse la vuelta y señalo el paisaje, él seguía igual de sorprendido.
— Se... ¿se puede entrar a la playa de noche?
— ¡Claro que sí! La playa no es algo que cierre.
— Pero, la marea...
— Si, se lo que vas a decir, pero no vamos a meternos al agua, anda, ¿vienes conmigo? — SeokJin le tendió la mano, Yoongi se quitó sus ojotas y tomo la mano que le era ofrecida.
La arena estaba fría, era una sensación nueva, todo junto a SeokJin era nuevo, todo era lo contrario a lo que estaba acostumbrado y, a pesar de que le gustara, sabía que no estaba bien.
— Puede que no tengamos mucho, pero podemos sentarnos aquí, ¿Qué dices? — No llego a responder para cuando SeokJin ya se había sentado, simplemente se sentó a su lado, sus manos rozándose al estar tan cerca.
— La luna está realmente hermosa hoy, el cómo se refleja en el mar, ¿No es lindo? — SeokJin le rodeo los hombros y lo atrajo más a sí, hablaba animado, con la mirada fija en la luna, casi embobado. SeokJin miraba embobado la luna y Yoongi lo miraba embobado a él. Pero estaba mal.
—Hey Yoon.
— ¿Mmh? — SeokJin había dejado de ver el cielo para girar su rostro hacia él, haciendo que dejara de abrazarlo.
— Tengo... Hace unos días- Ahg, lo siento, soy muy malo para las palabras. — Reía nervioso mientras llevaba su brazo a rascar su nuca. Yoongi simplemente permaneció en silencio. — Bueno, te compre algo, ya sabes, para que me recuerdes... ¡Si no te gusta puedes rechazarlo! No te voy a obligar a quedarte con algo que no te gusta.
— ¿Puedo ver qué es?
— ¡Ah! Si, espera. — SeokJin se inclinó un poco hacia un costado para sacar una pequeña cajita de uno de los bolsillos de su short.
Ansioso, tomo la caja que le era ofrecida y la abrió, revelando su contenido: una hermosa pulsera. Era la que habían visto cuando pasearon aquella noche juntos, no era de algún metal ni lujosa, se veía barata, hecha de hilo intercalando entre el blanco y el negro, con alguna piedra falsa en el centro.
— Se que no es la gran cosa, pero, puede servir como recuerdo. — SeokJin volvió a reír antes de sobresaltarse en su lugar. — ¡Ah! Dame, yo te ayudo a ponértela, son algo difíciles de poner uno mismo.
Compartieron una risa y SeokJin tomo la pulsera de la caja, alzo el brazo derecho y SeokJin lo abrazo con la pulsera, la ataba con delicadeza, haciéndole varios nudos para asegurarse de que quedara fija.
— Ya. — Ambos alzaron la vista al mismo tiempo, sus rostros quedaron muy cerca, sonrojándose al mismo tiempo.
No sabía que hacer, como reaccionar. Sabía que tenía que hacer, tenía que alejarse, porque SeokJin era otro hombre y un acercamiento como ese estaba mal, muy mal.
Pero entonces, si sabía que debía alejarse, ¿Por qué se iba acercando cada vez más?
¿Por qué correspondió cuando SeokJin junto ambos labios en algo que ambos querían pero que nadie se aminaba a hacer?
Había tantas cosas que no entendía, no entendía por qué ese contacto se sentía tan bien, cuando en realidad debería sentirse mal. No entendía por qué su corazón latía desbocado cuando estaba junto a SeokJin si este no era una chica.
— Yo creo... creo que estoy empezando a sentir algo por ti, Yoongi. Podríamos seguir hablándonos cuando te vayas o-.
No entendía porque lo empujo lejos cuando lo único que quería era tenerlo junto a él lo máximo posible.
— ¡N-no! — Desconcertado, SeokJin intento agarrarlo y abrió la boca para decir algo, pero Yoongi se puso de pie antes. — ¡No, SeokJin! ¡No!
No entendía lo que le estaba pasando, no entendía esa necesidad de alejarse.
— Yoongi. — Se puso de pie junto a él e intento abrazarlo, calmarlo, hacer algo ante el aparente ataque de nervios que Yoongi estaba presentando.
No quería alejarse, porque su mente no entendía que necesitaba hacerlo.
— ¡No! ¡No! Está mal, está mal. — Su respiración estaba acelerada, repetía las palabras y sus manos se movían frenéticamente frente a él. SeokJin no sabía que hacer, solo intento abrazarlo, hacer que se sintiera mejor.
— Y-Yoongi, Yoongi tú me-.
— ¡NO! — Sorprendido por el grito, SeokJin dio un paso atrás. — ¡Ni te atrevas a decirlo!
— Yoongi, cálmate, te va a hacer mal. — De nuevo SeokJin intento acercarse, intentando estar lo más calmado posible, ya no le importaba nada más que calmar al desastre de nervios y lágrimas que estaba frente suyo, pero esta vez Yoongi lo empujo con su mayor fuerza posible, haciendo que caiga sobre la arena. Se tapaba la cara y se mecía levemente de un lado a otro, sin poder dejar de llorar.
— Yo... lo- lo siento, pero yo no... — Sus manos apretaban su rostro, no quería que SeokJin lo viera llorar, quería que SeokJin lo abrace, quería que SeokJin lo hiciese sentir mejor. — Lo siento, pero yo no puedo estar enfermo, SeokJin.
— Tu no estas enfermo, Yoongi.
— ¡Si lo estoy! Porque tú a mí si me gustas SeokJin y eso no está bien, eres otro hombre y eso es de enfermos y yo no puedo estar enfermo- n-no puedo estarlo, no, no soy un enfermo. — Intercalaba entre abrazarse a sí mismo y pasarse las manos por la cara, repetía las palabras una y otra vez. — Yo no soy un enfermo, no lo soy, yo soy un hombre SeokJin, no un enfermo. Yo tengo que enorgullecer a mis padres.
— Lo siento SeokJin pero yo... yo no puedo ser un enfermo como tú. — Y salió corriendo de allí, ignorando los llamados del otro, intentando silenciarlos, aunque resonaran en sus oídos.
Corrió lo más que pudo, corrió dejando a SeokJin atrás, corrió sin parar, porque sabía que si paraba ya no habría vuelta atrás. Corrió sintiendo como los pasos de SeokJin iban tras él.
Corrió sintiendo como con cada grito que SeokJin daba llamándolo el cable que lo mantenía conectado a la corriente se tensaba cada vez más, hasta que finalmente se desconectó y dejo de escucharlo, dejo de sentirlo correr tras él, pero siguió corriendo.
Corrió hasta que ya no pudo más, corrió hasta el hotel y corrió escaleras arriba hasta su habitación y se apoyó contra la puerta de esta una vez dentro. Allí estaban sus padres junto a sus tres hermanos, cada uno en su cama, completamente dormidos.
Se encerró en la diminuta habitación que era de él y se sentó sobre la cama, atrajo sus piernas hacia su pecho y se apoyó contra una de las paredes. Intentaba ahogar sus sollozos en su mano para no despertar a nadie.
Lleno de arena e inundado en lágrimas, no lograba regular su respiración. Su mente era como un barco en medio de un océano embravecido, un barco sin rumbo que no tenía que lo ilumine en su camino, puesto que ya no había corriente para que la luz brille.
Sintió como algo le raspaba la cara y logro ver la pulsera la cual ya había olvidado por completo y que solo sirvió para volver su llanto aún más intenso.
Lloro hasta que se durmió y cuando despertó volvió a llorar. Lavo su cara en busca de borrar toda evidencia de lo que había pasado, su mirada se detuvo en el reflejo de sus labios sobre el espejo y los flashbacks de ese momento lo atacaron, haciendo que un par de nuevas lagrimas rodaran por sus mejillas.
Cuando sus padres le preguntaron qué había pasado él solo mintió con que la chica con la que había salido lo rechazo, aunque haya sido todo lo contrario, literalmente. Se subió al auto familiar en el asiento de atrás, apoyando su cabeza en la ventana y viendo fijamente la pulsera en su muñeca.
El auto partió y él se fue de ahí, se fue de ese lugar, de esa playa, dejando atrás al que nunca aceptaría pero que había sido su primer y único amor. Un amor completamente prohibido, un amor asqueroso y enfermo para la sociedad. Un amor que nunca pudo volver a tener, pero que extrañó por siempre.
☀️
Habían pasado 10 años desde que se fue de esa playa, jamás volvió.
Se encontraba parado en el altar de una iglesia, su familia y la familia de su futura esposa admiraban como esta entraba por la puerta con su hermoso vestido blanco y su ramo de rosas también blancas. Su madre tenía lágrimas en los ojos, todo el mundo estaba emocionado, o bueno, casi todo el mundo.
Allí, parado en ese altar, mientras veía a su futura esposa entrar, se dio cuenta de que su batería recargable estaba completamente vacía, porque no sentía ninguna emoción.
Desde hacía tanto tiempo que no sentía nada, desde aquel ultimo día en aquella playa su batería se había ido agotando y ya no existía nada capaz de recargarla. SeokJin, ese chico que parecía enchufado a la corriente todo el tiempo era en realidad la corriente que él siempre necesito para recargarse, corriente que ya no podría tener nunca más.
Corriente de la que solo quedaban los recuerdos, esos que estaban enterrados en su mente y que lo atormentaban en cada navidad, recuerdos acompañados de la pulsera que orgullosamente adornada su muñeca.
☀️
Área: Chimenea
Genero: Romance
Shipp: Yoonjin
Extensión total: 4500 palabras
Etiqueta: _Mxonlight_
Siento mucho la demora :(
Espero que les haya gustado y perdón si hay algún error.
Besos virtuales.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top