𝟬𝟬𝟮 | Innocent lie

002 ┆✧* 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗧𝗪𝗢 ──
⎯ (Inocente mentira)

Si había algo que Amélie amara en el mundo más que a su familia, era la danza. La aprendió cuando era muy pequeña, y comenzó a practicar. Y, dentro de poco (para ser exactos en menos de tres horas) Amélie debía estar lista para la competencia de la cual era parte.

Pero había un pequeño problema: su madre. La mujer no la dejaba participar en cosas como esa porque, según ella, Amélie se exponía mucho, lo cual no era cierto.

Así que junto a su fiel compañero y mejor amigo Jack Myers, Amélie preparó un plan para poder salir de casa.

—Por favor, ¿sí? ¡Es Jack! Lo conoces.

—Eso no quiere decir que no me estén mintiendo.

—Me puedes llevar a su casa, y hablar con su mamá, por favor —rogó la rubia. Sabía bien que su mamá no podría llevarla a casa de Jack, por lo cual...

—Iras con Calissa —sentenció la mujer.

Amélie frunció el ceño. Esperaba que le dijera que iría sola, no con su hermana.

—Yo no iré —dijo la pelinegra de mal humor desde las escaleras—. Amélie ya tiene catorce, y los Myers viven a dos cuadras. No creo que la maten en ese largo camino —añadió sarcásticamente.

Su madre le dirigió una mala mirada, pero optó por aceptar la petición de su hija menor.

Al tocar la puerta de la casa de los Myers, Estefanía Myers, la madre de Jack fue la que abrió la puerta.

—Amélie, querida, que gusto —dijo, para luego darle paso al interior del hogar—. Nos estábamos preocupando, ¿estás lista?

—Claro —aseguró Amélia con una sonrisa—. Disculpe, ¿dónde está...?

—¡MEL! —gritó una voz masculina mientras la abrazaba con mucho cariño—. ¡Llegaste! Pensé que todo había salido mal, o que te había pasado algo...

—Por suerte tu queridísima mejor amiga ya está aquí —terminó Amélie con una dulce sonrisa—. ¿Cómo has estado, Jack?

Ambos adolescentes estuvieron platicando buen rato en la sala de estar mientras esperaban que la hermana mayor de Jack estuviera lista. Los jóvenes se pusieron al día sobre los últimos sucesos en sus vidas (aunque realmente fueran muy pocos), y al poco rato Alessia estuvo lista.

—¡Amélie! Qué gusto—–dijo la pelirroja, abrazando a la rubia—. ¿Cómo has estado? ¿Estás bien?

—Estoy perfecta, aunque algo nerviosa... —admitió Amélie.

—No deberías porque eres una excelente bailarina —aseguró Alessia—. Y con respecto a tu madre, aquí todos nos aseguramos de decir que pasaste la tarde aquí.

Amélie les sonrió agradecida a cada uno de los Myers. Si bien en su casa su hermana parecía odiarla, con ellos recibía aún más cariño del que ya tenía, y eso era algo que la rubia apreciaba demasiado.

—¡Hermione!

—¡Espera un momento!

—¿Por qué? ¡Llegaremos...!

—¡Ron!

El pelirrojo suspiró rendido y se apoyó en la pared.

—¿Por qué de repente Harry se puso a leer eso? —preguntó Ron a Hermione.

—No lo sé... —suspiró Hermione—. Es extraño. ¿Baile?

—Tal vez Harry quiera bailar —sugirió Fred.

—O tal vez ya le puso el ojo a alguna —opinó George—. Una lástima por Ginny.

La más pequeña de los Weasley se puso tan roja como su cabello, rodo los ojos y se alejó junto a su padre.

Los gemelos rieron y se acercaron a uno de los carteles.

—Claro, pero mírala Fred, es linda —dijo George con diversión—. ¿Qué opinas Harry?

—¿De qué? —preguntó Harry, confundido.

—¡De la rubia de ojos morados! —exclamó el pelirrojo—. Ahora que lo digo en voz alta, acaso puede ser...

—Creo que lo es, George...

—¿Quién es qué? —preguntó Ron.

—Nuestra Ly —respondieron los dos a la vez.

—¿Su quién? —preguntaron Harry, Ron y Hermione.

—Ly, nuestra Ly —dijo Fred con obviedad. Al ver las caras de confusión de los demás explico—: Amélie, su compañera de curso, compañera de habitación de Hermione, ¿Cómo puede ser que no la conozcan?

—¿Bennet? —preguntó Hermione con sorpresa. Los gemelos asintieron—. Yo si la conozco, pero no…

—A Meli le suele gustar mostrarse diferente —digo George, con una sonrisa—. ¿Cómo la conoces tú? A veces me asusta sus pelucas… no entiendo por qué las trae.

Mientras Hermione daba una breve explicación sobre la apariencia que Amélie había mostrado ante ella, Harry se planteaba si alguna vez la habría visto.

—¿Lista?

—No  —admitió Amélie—, pero no tengo de otra.

—Te ira excelente, Amélie, eso es seguro.

La rubia asintió con la cabeza, cerro los ojos y suspiró. Esa era una oportunidad única, y si su madre se llegaba a enterar debía de empezar a planear su funeral, así que tenia que salir a ese escenario y darlo todo de sí mima.

—Todo ira bien —se dijo a sí misma.

—Siguiendo con la categoria abierta de trece y catorce años, numero 306 —anunció el presentador—. Por favor, recibamos con un fuerte aplauso a Amélie con: Once upon a time.

Las compañeras de baile de Amélie le dieron un último abrazo y la rubia salió a escenario, se posiciono en su lugar y espero.

El baile hacia sentir a Amélie en las nubes, la hacia sentir tan relajada, tan calmada.. y eso era lo que ella amaba de eso. En escena, solo dejo que todo fluyera mientras seguía el ritmo de la música, dejo que su cuerpo tomara el mando. Al terminar, un millón de aplausos parecieron felicitarla, pero la voz de quien más tomo importancia Amélie fue la de su mejor amigo.

Jack, que gritaba felicitando a su mejor amiga, parecia estar a punto de perder la voz. En definitiva, sus felicitaciones eran las que más se escuchaba en el teatro. 

Amélie dejo el escenario con una sonrisa en su rostro, y al perderse de vista de los jueces sus compañeras la recibieron con un gran abrazo y muchas, muchas felicitaciones. Era difícil de explicar como te sientes después de bajar del escenario, pero Amélie lo resumiría en una sola palabras: increíble. Todo ese peso que ella había sentido minutos atrás se había desvanecido por completo, y el escuchar todos esos aplausos la alegraba enormemente.

—Excelente, realmente excelente, Amélie —la felicito su instructora.

—Es una lástima que te tengas que ir nuevamente —se lamentó Sophia, una de sus amigas y bailarinas—. ¿No te puedes quedar?

—No, lo siento —dijo tristemente Amélie—. Pero estaré para las finales. Sé que me extrañan —comentó divertidamente la rubia.

—Claro —asintió Sophia—. En especial Myers, ¿es mutuo?

—¡Estás loca! —exclamó Amélie—. Jack es mi amigo. Ya, ¿sabes? Vamonos, pronto comenzaran las premiaciones.

Las premiaciones comenzaron luego de muy pocos números, y los nervios de Amélie se habían vuelto a apoderar de su cuerpo. Si no quedaba en primer lugar se decepcionaría a sí misma, por supuesto, pero lo que más le preocupaba era decepcionar a su equipo. Pero Amélie se tenía fe.

El cuarto, tercer y segundo lugar habían pasado ya. Amélie estaba agarrada de la mano con sus compañeras, Sophia y Melissa, esperando los resultados del primero lugar.

—Y el primer lugar para la categoría de doce y catorce años es para…. —el presentador abrió el sobre lentamente—. ¡Amélie, de la compañía de danza survivors!

La rubia apenas logró reaccionar ante la mención de su nombre. Fue gracias a sus amigas que se puso de pie y camino para recibir su premio. Amélie estaba feliz, su sonrisa lo dejaba en claro para todos. Ella lo había logrado.

Al llegar al camerino Amélie se encontro con la persona menos esperada.

Su madre.

Y se veía enfadada. Demasiado si se lo preguntabas a Amélie.

—Mamá —trató de disimular—. Que sorpresa, ¿qué haces aquí?

—¿No debería ser yo quién lo pregunta?

—Pues no… como te dije, estoy con Jack —sonrió inocentemente.

—Me mentiste, Estelle.

Bien, había usado su segundo nombre. Amélie tendría que empezar a prepararse para lo que se aproximaba.

—Fue una inocente mentira —musitó Amélie—. Esto es importante para mi, pero te conozco mamá, nunca me hubieras permitido venir.

La mujer se quedó en silencio. Era cierto que nunca se lo hubiera permitido, pero no porque no quisiera apoyarla realmente.

—No me mientas más, Estelle —advirtió su madre—. ¿Te quedarás esta noche con Jack?

—¿Lo permitirás, en serio?

Kendra asintió en respuesta a su hija.

—¡Gracias! —Amélie sonrió levemente—. Y, lo siento, de verdad. Pero mira esto, ¡gane, mamá!


—Eres increíble.

—Lo sé.

—Ya besense —los interrumpió Alessia—. ¿Esto es la cena o una cita romántica entre ustedes dos?

—Ambas —admitió Amélie con diversión.

Alessia y Estefanía abrieron sus bocas formando una gran "O" con sus bocas.

—¡Es broma! —rió Amélie, abrazando a Jack—. Mejores amigos de la cuna a la tumba, ¿no?

—Por supuesto —asintió Jack, sonriendo. Aunque por dentro era todo lo contrario.

Alessia trató de no reír al ver la reacción de su hermano menor. Lo conocía bastante bien y sabía por sus sentimientos hacía la rubia.

—Así que, ¿regresarás mañana? —preguntó Estefanía, cambiando el tema—. ¿Cómo es todo haya?

—Es… mágico —respondió Amélie—. ¿Mala respuesta? —sonrió—. Bueno, es increíble. En peculiar existe un grupo de chicos problemáticos pero… nada fuera de lo común. Me mantengo al márgen, después de todo, ellos siempre estan en su mundo y yo en el mío.

—¿Serías su amiga? —cuestionó Jack.

—No me negaría a la idea.

Jack abrió su boca, vacilante. Parecía querer decir algo pero su voz no ayudaba. Por lo que Amélie tomo un trozo de carne y lo introdujo en su boca.

—Come, me parece que tenías hambre.

Esta vez Alessia no pudo contener su carcajada después del comentario de la chica. Sentía pena por su hermano, no podía creer que no fuera capaz de confesar lo que sentía, prácticamente la tenía como mejor amiga. Algo con lo que muchos solo soñaban.

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