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Era la tercera vez que se negaba a la propuesta de su amigo de ir a celebrar a un bar en el centro de la ciudad.
Resultaba que el "homenajeado" no era de ir a muchas fiestas aún cuando sus compañeros de la universidad siempre lo invitaban. Aunque esta vez era diferente, o al menos eso decía Kunigami Rensuke, alegando que no hace mucho encontró un lugar "especial" al que había estado frecuentando últimamente.
- Vamos, hay que ir todos juntos. Incluso Nagi accedió a acompañarnos - El mencionado solo levantó la mirada de su videojuego para enseñarle el pulgar a su amigo - Hoy es tu día Isagi - Realmente no lo era. No era su cumpleaños ni se cumplía alguna fecha importante. Lo único diferente en ese día del resto era que se había armado de valor y les había confesado a sus padres su bisexualidad, cosa que llevaba queriendo hacer desde hace ya un tiempo, dos años para ser precisos. Como ambos se lo tomaron bastante bien, aun a pesar de que Isagi casi lloró pensando que sería echado de casa, Kunigami había tenido la brillante idea de celebrar ese acontecimiento.
Y así es como acabaron en esta situación.
Al final no tuvo más remedio que acceder a ir a ese sitio y cuando estuvo frente a las puertas negras con luces de neón, su expresión cambió a una horrorizada.
- ¡Kunigami! ¡Pensé que me traerías a un bar normal! - Señaló el enorme letrero que claramente decía "Gay Bar" con letras de colores.
-Esto es un bar normal - Rió el de cabellos naranja para arrastrar al de ojos azules dentro, quien a su vez tomó del brazo al chico de cabellera blanca que andaba aun distraído en su teléfono.
- Por favor no me abandones Nagi - Le rogó y el mencionado se dejó llevar de ambos chicos dentro del lugar.
El ambiente era intenso. Podía sentirse una oleada de vapor, música estridente y el aroma a cigarrillos que se mezclaba con la esencia de varios perfumes rechinantes al unísono. Isagi sintió un mareo debido a las luces que rebotaban por el lugar. Nagi lo agarró por el hombro mientras veía a Rensuke acercarse a la barra rápidamente, dejándolos atrás a ambos.
- ¿No has venido nunca a este tipo de lugares? - Isagi no pudo escucharlo del todo pero asumió la esencia de esa pregunta. Era evidente que su respuesta era un rotundo no. Solo se limitó a negar con la cabeza. Nagi en cambio no podía creer lo que confesaría a continuación - No está tan mal, al menos disfrutas de la vista.
- Gracias pero eso no me reconforta - La risa nerviosa que brotó de sus labios se desvaneció para dar paso a un jadeo leve de sorpresa - No me digas qué no es tu primera vez aquí - Fue más una afirmación que recibió de respuesta a un peliblanco alejándose y dejándolo solo en pleno pasillo de entrada.
Isagi sacudió su cabeza, meditando si era mejor irse ahora antes de sentir más vergüenza o acabar haciendo el ridículo más entrada la noche, era bien sabido, por él, que no soportaba mucho el alcohol.
La señal que le hicieron sus dos amigos desde la barra, fue la que activó sus pies y lo hizo adentrarse más en el local. Ya no podía escapar aunque quisiera.
Habían pasado apenas dos horas y ya estaba solo en una mesa. No había bebido mucho, intentaba controlarse, necesitaba llegar en condiciones a casa. En cambio Nagi y Kunigami eran otro cuento. Por un lado el peli naranja lo había abandonado en cuanto salió a bailar un chico de cabello rosa casi rojo al escenario. Porque sí, tampoco nadie le había mencionado el hecho de que el show principal eran chicos semidesnudos bailando en pleno escenario.
No era como que a Isagi le desagradara pero tampoco era su estilo. Le era imposible mirar por más de dos minutos sin ponerse rojo y voltear el rostro como si le quemara.
Por otra parte estaba Nagi.
Ni bien había llegado, comenzó a charlar con un chico de cabello morado detrás de la barra, le parecía raro que hubiera durado tanto en esa conversación sin mirar el móvil en ningún momento, al parecer se veían algo cercanos, tal vez se conocían de antes.
"Seguro de las veces que Nagi y Kunigami han venido acá sin decirme"
Aseguró mentalmente sintiéndose decepcionado de sus amigos por ocultar que van a bares gays sin él, aunque ahora que lo habían invitado, tampoco era como que lo estuviera disfrutando mucho.
El flujo de sus debates internos se vio interrumpido por el rechinar de la silla frente a él. Primero pensó que era uno de sus acompañantes que se habían dignado en acordarse de su presencia y que supuestamente estaban ahí por él, pero no. Era un chico desconocido.
Ojos avellana, cabello rubio algo revuelto pero no lo suficiente para verse desaliñado. Sus mejillas se veían rojizas, suponía que por el alcohol en sangre, era obvio que todos en ese lugar estaban ebrios, todos excepto el mismo Isagi. Algo que llamó su atención sobre el chico fue el pequeño lunar debajo de su ojo derecho.
¿Era atractivo? Sí, pero aun así a Isagi le pareció poca cosa.
- Hola lindo, me llamo Kira - Comenzó presentándose, Isagi le sonrió solo por no ser maleducado, el rubio lo tomó como una señal para seguir con su intención de coquetear con el de ojos azules - Me pareció raro que alguien como tu estuviera tan solo en una de las mesas del fondo.
- No, estoy esperando a mis amigos, fueron por unos tragos, seguro están al regresar pronto.
- Llevo viéndote hace bastante, es evidente que se olvidaron de ti - Touché, era innegable que lo abandonaron a su suerte. Isagi no supo que responder para sacarse al chico de encima y como si los dioses hubieran respondido sus plegarias, el pitido del micrófono les llamó la atención a ambos.
Isagi prestó atención solo para no ver al chico frente a él y darle la indirecta de que no estaba interesado, sin embargo, lo que primero fue una pequeña introducción del animador dando aviso de que empezaría el evento especial de la noche, pronto se convirtió en el foco de su atención.
Al centro del escenario, posicionado estratégicamente frente al tubo que conectaba con el techo, estaba el chico más atractivo que había visto antes.
Cabellera castaña con rubio en la parte inferior, un wolfcut corto que lucía desordenado. Un traje de abeja extremadamente sexy y ligas alrededor de sus muslos, las cuales apretaban tanto la piel que en cualquier momento sentía que simplemente no resistirían y acabarían cediendo a la presión.
Notó un leve delineado en sus ojos, ayudando a resaltar el brillo agudo de sus quinqués. ¿Cómo podía alguien tener ojos tan amarillos? Isagi se preguntó si eran lentillas.
Jamás había visto una mirada tan intensa.
Juraba que por un momento azul y dorado chocaron, haciendo que un escalofrío recorriera desde el brote en su cabellera hasta la punta de sus dedos.
Isagi suspiró, no pensó que fuera a ser audible debido al ruido pero pronto se percató de que todo el lugar estaba en silencio y su simple acción había resonado como eco, o al menos así lo sintió. Evidentemente se avergonzó pero aun así no apartó la mirada de esos ojos amarillos hechizantes.
Pronto la música comenzó a sonar y los movimientos sensuales del bailarín, no se hicieron de rogar, hipnotizando no solo a todo el club, sino también a Isagi quien había olvidado porqué estaba ahí en primer lugar.
- Se llama Bachira Meguru - Aclaró el rubio frente a él, Isagi solo atinó a escuchar el nombre de aquel ángel, o más bien demonio, esos movimientos definitivamente no eran de un ángel del señor y menos de una abeja como su traje aparentaba.
La voz del tal Kira fue difuminándose en el fondo junto con la música, hasta que en algún punto simplemente había desaparecido junto con el chico, pero Isagi ni siquiera notó cuando había quedado solo nuevamente, estaba demasiado ocupado apreciando como el chico en el escenario agarraba una de las ligas en su muslo derecho y la soltaba, haciendo rebotar levemente la piel debajo de sus mallas semi transparentes. Para cuando pudo reaccionar, el show había llegado a su fin.
Había sido demasiado intenso, aún le costaba procesar el espectáculo que acababa de ver.
Pronto el ambiente volvió a ser el de antes y todos volvieron a lo suyo. Incluso Kunigami se había acercado al chico y se había extrañado de verlo aun con la mirada perdida enfocada en el ahora vacío escenario.
- ¿Estás bien Isagi? - Preguntó extrañado el más alto, el chico seguía sin responder hasta que una sacudida de hombros por parte del peli naranja lo sacó de su ensoñación.
- Ese chico...- Murmuró, evitando la mirada pícara de su amigo. Se aclaró su garganta para evitar mostrar su obvio interés en el bailarín de recién - No lo hizo nada mal - Culminó, tomando el vodka que yacía olvidado frente a él. En lugar de alcohol, necesitaba agua para bajar la calentura.
- No sé si sabías pero este bar ofrece servicio privado con algunos bailarines, claro cuestan un poco, aun más si se trata del chico de recién pero puedo hacer una excepción por hoy y regalarte algo caro amigo - Los ojos de Yoichi se agrandaron. No sabía que decir ni cómo reaccionar.
¿Su amigo le estaba ofreciendo pagar una sesión de baile privada con ese chico de brillantes ojos dorados y movimientos sensuales?
Una parte de él estuvo a punto de rechazar la oferta pero su lado impulsivo tomó la delantera y acabó asintiendo ante la propuesta de su amigo, quien rápidamente se dirigió a la barra donde aun se encontraba Nagi con aquel peli morado. Por cómo le hablaba Kunigami, supuso que no era un simple bartender. Vio como el chico tomaba el dinero que le ofrecía su amigo y a cambio recibía una tarjeta roja.
Tragó fuerte con cada pasó que daba su amigo hacia él, contuvo la respiración cuando lo tuvo de frente y lo único que pudo enfocar era aquel pase VIP que le ofrecía acceso directo al paraíso.
- Reo ya avisó al chico que tiene una sesión privada ahora, solo atraviesa el pasillo al fondo a la izquierda y sigue hasta el final, sigue los nombres en la puerta hasta que te encuentres con un cartel que diga "Bachira Meguru" - No tuvo que preguntar a quien debía darle ese pase, solo lo tomó y siguió las indicaciones de su amigo. Tampoco se cuestionó por qué su amigo conocía tanto el backstage, eso era lo de menos en ese preciso momento.
Ahora mismo solo contaba cada paso que daba, cada vez más cerca de las puertas del infierno, uno muy ardiente.
Se paró en frente de una puerta caoba con el nombre del chico en medio.
Tragó fuerte y procedió a tocar con manos temblorosas. Un dulce "adelante" se escuchó desde atrás e Isagi tomó el pomo y lo giró con temor.
- Así que eres el primer cliente de la noche - canturreó el chico que le había robado suspiros no hace muchos minutos atrás - Pasa sin pena y toma asiento en ese sillón - Señaló un mueble al fondo de la habitación. Isagi pasó al lado del chico sin levantar la vista del piso, su corazón latía a mil por hora, no esperaba que de cerca Bachira fuera incluso más ardiente. Sintió la mirada penetrante en su espalda todo el camino hasta llegar al sillón - Al parecer eres tímido, no has dicho palabra alguna desde que llegaste - El chico llevó una mano a su cabello y lo acarició, algo coqueto - Es una lástima, pensé que serías más atrevido desde que casi me desnudas con la mirada hace rato en el escenario.
Estaba perdido.
No había sido su imaginación, él había notado la intensidad con la que lo devoraba hace un rato y sus ojos sí se habían encontrado más de una vez.
Estuvo a punto de ponerse de pie y decir que todo había sido un malentendido y que no requería sus servicios pero el de cabellos bi color tomó la delantera y apagó la luz, encendiendo una tenue que cambiaba de color cada cierto tiempo. Isagi se resignó. Ya que estaba ahí mínimo se tomaría el tiempo de disfrutar aunque por dentro muriera de vergüenza.
La música comenzó y a diferencia del show en público, esta vez Bachira se tomó su tiempo, acercándose al chico frente a él. No sabía por qué pero desde que sintió su mirada esa noche, no había podido evitar sentir curiosidad por él. De hecho había planeado acercarse más tarde si aun estaba solo en aquella mesa algo alejada pero al parecer el destino tenía otros planes. Como por ejemplo tenerlo ahí sentado en aquel viejo sillón mientras él se acercaba como fiera cazando a su presa.
Isagi volteó un poco la vista al sentir la rodilla de Bachira posicionarse al lado de su pierna, no creía que un acercamiento de ese tipo estuviera del todo permitido en ese tipo de locales pero quien era él para negarse a un contacto tan cercano. Intentó poner una de sus manos sobre el muslo cercano pero la piel del bailarín le quemó al tacto, como si intentara decirle que era prohibido tocar. Sin embargo al mirarlo a los ojos, este tenía una expresión divertida, incitándolo a aventurarse y acariciarlo.
Isagi tomó su risa burlona como una invitación y colocó su mano sobre aquella liga que había estado observando desde hace mucho. Mientras tanto Bachira había terminado de sentarse sobre él y ahora comenzaba a mover lentamente sus caderas al ritmo de la música, rozando sutilmente su trasero semi expuesto sobre la zona íntima del chico.
Isagi gimió bajo ante el roce y Bachira levantó sus caderas y reclinó el sillón, obligando al chico a acostarse en él.
- Aun no me has dicho tu nombre - Susurró sutilmente en su oído derecho, estremeciendo al chico bajó él, quien atinó a agarrar con fuerza su trasero, como acto reflejo. Esta vez fue el turno de Bachira de soltar un suspiro repentino.
- Isagi Yoichi - Su voz salió más ronca de lo que esperaba. Era evidente que tenía la garganta seca y rasposa a estas alturas.
- Bien Isagi Yoichi, al parecer esta noche nos divertiremos tú y yo - No sabía cómo tomarse esa declaración, pero antes de que pudiera reaccionar, Bachira se estaba retirando de encima suyo para volver al centro de la habitación, donde comenzó una secuencia de movimientos incluso más ardientes que los del escenario. A pesar de la satisfacción de verlo bailar solo para él, Yoichi no pudo evitar sentirse decepcionado. Justo cuando estaba agarrando valor para hacer un movimiento más osado, el bailarín se alejaba dejándolo con las ganas.
Estaba consciente de que no podía ir más allá, eran las reglas pero por la actitud anterior del chico danzante enfrente suyo, de verdad pensó que las normas no importarían esa noche.
- Luces distraído - el aliento chocó en sus labios. No sabía en qué momento Bachira se había acercado tanto a su rostro. En esa posición podía ver perfectamente el escote del traje de cuero que traía. Unos pectorales bien marcados resaltaban perlados por el sudor que recorría su piel de porcelana - ¿Te parece si subimos un poco la intensidad? No quiero que te aburras Isagi.
Era solo su apellido pero en los labios de aquel chico sonaba demasiado caliente.
Yoichi se preguntó qué haría a continuación cuando lo vio darse la vuelta y agarrar un envase con un líquido amarillo. Bachira volvió hacia él y se lo ofreció, a continuación comenzó a despojarse de prendas que le estorbaban como aquellas alas en su espalda e incluso la diadema con antenas en su cabeza. Luego volvió a sentarse sobre Isagi quien lo veía confundido.
No sabía qué hacer con aquel frasco.
- Es miel - Aclaró el de ojos dorados - Úsala sabiamente - Entonces lo entendió y el agarre en su mano se agudizó.
- No creo que nada de esto esté permitido en una sesión privada.
- Que listo eres Isagi - lo felicitó, frotándose nuevamente sobre el chico - Ahora que lo entendiste, espero solo te consideres afortunado y disfrutes de mis servicios extra especiales - Murmuró en su oído, dando una pequeña lamida como muestra de lo que podría (o no) suceder.
El de irises azules decidió dejar todo pudor atrás y tomar las riendas de la situación. Abrió el envase con el espeso líquido dulce y tomó el mentón del chico sobre él.
- Saca la lengua - Ordenó. Bachira no tardó en hacer lo que le pedían, mostró la punta de su lengua mientras cerraba los ojos, esperando el siguiente movimiento de Yoichi.
La miel fue derramada en la boca del chico y no tardó mucho en recorrer su lengua y escurrirse por su mentón. El recorrido siguió su curso hasta acabar mezclándose con el sudor en la piel del bailarín, pasando desde su cuello hasta perderse en el escote de su traje. Isagi llevo sus manos hasta el cierra trasero del atuendo del chico y procedió a bajarlo, deshaciéndose de este en menos de un minuto, dejando al descubierto el torso de Meguru.
Su abdomen lucía marcado, no de forma exagerada pero sí que podía notar que el chico se ejercitaba. Sin embargo lo que más capturó su mirada fue la delgada cintura del chico. Pensó que esta se debía en un principio a la faja del traje pero ahora que lo tenía semi desnudo podía comprobar que se equivocaba.
Todo en él era perfecto e Isagi no podía aguantarse las ganas de hacerlo suyo.
Bajo la intensa mirada dorada, se dedicó a recorrer con su lengua el abdomen del chico, enfocándose principalmente en darle la vuelta al camino que había formado el líquido que él mismo vertió sobre la perlada piel. Bachira soltó un gemido agudo cuando sintió los dientes del peli azul sobre uno de sus pezones. Llevó sus manos a la nuca de Yoichi y lo acercó más a su cuerpo, buscando reducir la poca distancia que separaba sus cuerpos.
Isagi parecía tímido pero en el fondo no lo era para nada o eso pudo deducir el castaño al sentir como las manos del contrario se abrían paso dentro de las pantis que aun portaba, atrapando su trasero con ambas manos y presionando mientras con su boca dejaba marcas esta vez en su cuello.
Bachira estaba jugando con fuego, sabía que se arriesgaba demasiado haciendo ese tipo de cosas en el trabajo, más aun cuando estaba terminantemente prohibido para los bailarines del club. Pero ¿Podían culparlo? Isagi simplemente estaba tocando cada uno de sus puntos débiles y esa mirada penetrante que le dedicaba lo estaba incitando a postrarse ante él y dejarse dominar por completo.
Pronto sintió como el chico bajo él atrapó su lengua y luego de jugar unos segundos con ella, siguió con su labio inferior, mordisqueando y besando sin decencia alguna.
Ya había perdido la cuenta de cuantos jadeos se habían desprendido de lo más profundo de su garganta pero las acciones del chico no le daban tregua. La gota que rebalsó el vaso fue la forma en la que Isagi Yoichi atrapó entre sus dedos aquella apretada cinta sobre sus muslos.
- Estuviste provocándome mucho hace rato mientras jugabas con estas - Por fin habló, mirándolo desde abajo. Bachira suspiró al sentir como el elástico se estrelló contra su piel al ser soltado con fuerza.
- Al parecer tendré que usarlas más seguido, siempre que logre provocarte de esa forma - Sus palabras fueron tragadas por su garganta al sentir nuevamente los labios del chico sobre su boca, esta vez teniendo nulo cuidado al devorarlo.
En un movimiento improvisado, Isagi logró invertir la posición, quedado esta vez Bachira bajo él en el sillón.
- Si no puedo controlarme quiero que sepas que es tu culpa, Bachira Meguru - Advirtió antes de agarrar las pantis junto con la delgada ropa interior que impedía la vista de la evidente erección del miembro del bailarín.
- No recuerdo haberte pedido que te controles, Isagi Yoichi - Llevó sus manos sobre las del chico y lo ayudó a deshacerse de la poca ropa que aún cubría su cuerpo.
Isagi tragó en secó al tenerlo de esa forma bajo él. La tenue luz verdosa de aquella lámpara tornasol, rebotaba sobre su deslumbrante piel y resaltaba aun más el amarillo en el cabello y ojos del chico.
- ¿Esperas una invitación? - Extendió sus manos hasta su cuello - Ven aquí y hazme tuyo, Isagi Yoichi - Justo cuando sus bocas estaban por encontrarse nuevamente, un golpe en la puerta los detuvo.
- ¿Bachira, todo bien ahí dentro? - La voz de un chico los hizo incorporarse y alejarse rápidamente del otro. El aludido se apresuró en ir hasta la puerta para ponerle seguro antes de que su compañero Chigiri decidiera entrar sin permiso.
- Todo en orden - Canturreó mientras le hacía una señal a Isagi de que hiciera silencio.
- ¿En serio? Ese chico amigo de Kunigami aún no ha salido de tu camerino, espero que no estés haciendo nada raro con él.
- No te preocupes Chigiri, terminé hace rato la sesión, es solo que el cliente me pidió usar el baño, tal vez se desmayó ahí dentro pero ya lo sacaré a patadas de aquí - Isagi se sintió ofendido ante su supuesta coartada, lo hacía ver como un pajero necesitado, aunque viendo su entrepierna ahora mismo, tal vez sí necesitara pedirle prestado el baño.
- De acuerdo, aun no termina tu turno, sales de nuevo en 20 minutos, hoy cierras la noche - Aviso para luego irse por el pasillo que conectaba el área principal con el backstage.
Bachira esperó a que los pasos de su compañero se alejaran lo suficiente para soltar un suspiro de pura decepción.
- Por desgracia el show debe continuar - Habló llamando la atención del chico frente a él que hasta el momento había permanecido en profundo silencio - Lo lamento Isagi pero por desgracia no podremos terminar esto aquí - Isagi lucía profundamente desilusionado pero algo hizo clic en su mente, claramente escucho salir de la boca de Meguru un "no aquí."
- Bien será mejor que salgas, necesito alistar- Isagi lo encaró, deteniendo sus palabras.
- Dijiste que no podíamos continuar aquí, no quiero sonar desesperado pero eso me sonó a un "continuemos en otra parte."
Bachira sonrió, envolviendo los hombros del chico y atrayéndolo hacia su cuerpo aún desnudo - Tienes razón, mi turno termina en una hora, si quieres seguir donde lo dejamos puedes esperarme fuera del bar y vamos a un lugar más privado.
- Me parece perfecto - Besó sus labios, esta vez con dulzura, Bachira no tardó en corresponder, imitando los movimientos del chico - Es una cita Bachira Meguru.
Cuando Isagi salió por la puerta, Bachira se dejó caer. Se había vuelto loco. Jamás pensó siquiera en incumplir las normas del club, menos con alguien a quién había visto solo una vez, él no era tan fácil. Pero había algo en ese chico a lo que no pudo resistirse. Tal vez el azul de sus ojos y la forma en la que lo miró durante su primera presentación de la noche. O era simplemente lo tímido que se vio en un principio cuando estuvieron en un lugar más privado. O incluso se atrevía a decir que era la combinación de ambas.
No sabía, pero tampoco estaba tan desesperado por entender todo lo que había pasado hace unos momentos.
Sacudió su cabeza y se apresuró por alistarse, pronto tendría que presentarse y esperaba ver al chico en el público, quería verse lo mejor posible para su nueva conquista.
......
- Isagi, sí que te divertiste con el chico abejorro - Nagi se acercó a la barra, donde el peli azul había pedido solamente agua con demasiados cubos de hielo en el vaso.
- Cállate - Fue su corta respuesta. Pronto Kunigami se acercó a sus amigos y por primera vez en la noche, decidió hacer un brindis por el chico recién salido del closet. Isagi le siguió el juego solo para que se callara y lo dejara en paz pronto, se notaba que el chico ya estaba bastante ebrio.
- Espero consigas pareja pronto Isagi, así dejas de ser tan aguafiestas y amargado.
- Deberías llevarte a Kunigami de una vez Nagi, ya apesta a whisky - Nagi agarró de los hombros al de cabellos naranjas y se volteó hacia Isagi.
- ¿Y tú con quien te irás?
- Pediré un taxi, solo váyanse.
En cuanto Nagi y Kunigami cruzaron las puertas de entrada, Isagi divisó en el escenario como Bachira volvía a salir a escena. Algunas de las personas en el bar estaban demasiado ebrias como para siquiera prestarle atención al chico que se disponía a dar el último show de esa noche. Isagi en cambio estaba más sobrio que nunca.
Se acercó a paso lento para posicionarse frente al escenario, lo más cerca posible para tener la mejor vista de todas. Bachira le sacó la lengua en cuanto lo tuvo en frente e Isagi solo se llevó el vaso a la boca para dar un sorbo, aunque solo era agua.
Ese último baile era solo para él y eso lo hacía sentir especial.
"Gracias Kunigami y Nagi por arrastrarme a este sitio"
......
Isagi se encontraba fuera del club. Eran las tres de la madrugada, el clima estaba fresco pero le era imposible no sentir el vapor que emanaba de su cuerpo.
Su mente solo podía pensar en una sola cosa o más bien en alguien.
- ¿Te hice esperar? - Y como si lo hubiera llamado con la mente, Bachira apareció ante él, vistiendo una ropa casual. Admitía que ese overol y hoodie lo hacían lucir adorable. Río ante su pensamiento, adorable una mierda, Bachira era un demonio.
- No, recién salí del bar - Acortó las distancias, sin saber muy bien que hacer a continuación pero Bachira tomó la delantera y unió sus labios en un roce leve. Isagi sonrió.
- ¿En tu casa o en la mía?
- En un baño si prefieres, no soy muy exigente - el bicolor rió ante la respuesta del de ojos azules.
- No me esperaba que fueras tan atrevido, Isagi Yoichi.
- Al parecer es lo que sacas de mí, Bachira Meguru.
Bachira agarró su mano y lo arrastró por la acera, bajando la calle - Entonces será mejor que nos apresuremos y vayamos a mi casa, quiero que me muestres más de ese lado tuyo, egoísta.
Hace casi un año que no escribo, perdón por las incoherencias o errores o no sé. No quedé del todo satisfecha con esto pero no está mal para retomar la escritura.
Quizás después haga alguna escena extra o lo continúe de alguna forma pero por el momento esto es todo.
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