Los hoyuelitos que te salen 🥀

Pienso en tu mirá, Rosalía.


🥀


Si le preguntaban a SeHun cómo se había enamorado de YiXing, aunque pareciese increíble, sólo una única sonrisa en medio de un grupo en el campus, había resaltado magnífica y poderosa, dispuesta a robarse su corazón y cordura, incluso cuando creía que ya no había más nada que robar en él. Tras unas cuantas decepciones, simulaba ser tan frío como la nieve, pero así mismo, débil; seguía desarmándose y derritiéndose ante el encanto caluroso de otro nuevo chico, sonriendo con soles hundidos en sus mejillas junto la caída del verano.

Había sido la caída de unas cuantas hojas marchitas, resecas y ocres delante de sus ojos, cuando las mejillas de YiXing se sonrojaron al sentirse observado por alguien a la distancia. ¿Qué había visto en SeHun le preguntaban los revoltosos de sus compañeros? Tal vez el dulce misterio de la timidez que escondía la mirada oscura y escurridiza de SeHun al rehuir también sus ojos. Como si fuesen un par de niños avergonzados de mirarse por más de unos cuantos segundos. Quizá eso era lo que le había encantado. El experimentar en plena juventud, la sensación del primer amor, por segunda vez.



Me da miedo cuando sales
Sonriendo pa' la calle
Porque todos pueden ver
Los hoyuelitos que te salen
Y del aire cuando pasa
Por levantarte el cabello
Y del oro que te viste
Por amarrarse a tu cuello
Y del cielo y de la luna
Porque tú quieras mirarlo
Hasta del agua que bebes
Cuando te mojas los labios.







SeHun había sentido por primera vez la parálisis en todo su cuerpo cuando el joven con el que se había deslumbrado hacía dos semanas, y al que veía seguido por el campus, lo había interceptado en un corredor cercano a su aula. Podría ser un sueño como los que imaginaba despierto en la aburrida clase de sociedad y estado, pero la clase aún no había comenzado y ese chico de hoyuelos, con toda la amabilidad del mundo le estaba sonriendo, preguntando por el aula número «trescientos cuarenta y me olvidé, por contar las veces que nos hemos visto a la distancia».

Una risa se había escapado también de sus propios y mudos labios. Claro que la seriedad solía ser una característica propia, pero cuando alguien salía de la nada con una frase ingeniosa y divertida, no podía negarle una tímida sonrisa. Y apenas con un intercambio de números de teléfono, cada uno se había ido en dirección contraria hacia sus respectivas aulas. ¿Cuántas posibilidades había de que el chico del cual platónicamente estaba enamorado, realmente le siguiese hasta su salón, sólo para conseguir su número?





Pienso en tu mirá, tu mirá, clavá, es una bala en el pecho
Pienso en tu mirá, tu mirá, clavá, es una bala en el pecho
Me da miedo cuando sales
Sonriendo pa' la calle
Porque todos pueden ver
Los hoyuelitos que te salen.








Le había costado tomar la decisión a YiXing, pero no se arrepentía en lo absoluto. No cuando no podía dejar de pensar en el mirar de ese joven atractivo, quien ocultaba una sensualidad cautivante tras su fachada seria pero gentil. Algunos días, YiXing se preguntaba, ¿qué pasaría si quizá ese era el último día que se veían e intercambiaban fugaces miradas a la distancia? Desde un árbol cercano al edificio hasta la fuente de agua a cincuenta metros. Entre varios amigos distrayéndolos, sólo gustándose de a lejitos, como un par de niños en jardín o primaria, que no podían decirse por la vergüenza, ni una sola palabra.

¿Y si un día SeHun ya no se aparecía más? Nunca se sabía cuándo alguien podría abandonar sus estudios por trabajo u otras responsabilidades. La duda y el temor a no poder conocerlo nunca, fueron más fuerte que nunca cuando a la segunda semana, SeHun no se había aparecido durante tres días seguidos en el lugar que solía estar, cerca de las escaleras de entrada al edificio; y entonces supo que era momento de ir tras él, antes de que iniciase su clase, para al menos luego comunicarse con él por teléfono.

Cuánto agradecía que sus torpes palabras de conquista, hubiesen hecho reír al chico de expresión frívola y condescendiente, quien pese a su temor a ser rechazado, había accedido a darle su número.








Tan bonita que amenaza
Cuando callas me das miedo
Tan fría como la nieve
Cuando cae desde el cielo
Cuando sales por la puerta
Pienso que no vuelves nunca
Y si no te agarro fuerte
Siento que será mi culpa.








Los mensajes habían sido pocos al inicio porque no quería espantar a SeHun, pero pronto para su sorpresa, quien hacía preguntas y se interesaba más y más era precisamente éste, y para YiXing era todo un acontecimiento, creía que la timidez le ganaría. Pero al parecer SeHun estaba dispuesto a no dejarle en silencio por mucho tiempo, quería saber cada día cómo estaba, qué hacía, aún si habían comenzado a hablarse personalmente entre sus tiempos libres, eso ya no parecía bastar. Ni tampoco acariciarse las manos cuando estaban a solas, a SeHun ya no le bastaba con ser abrazado, pero YiXing no quería molestarle yendo más allá, lo máximo a lo que se había atrevido, era a besar la frente de SeHun en despedida cada tarde.

Hasta que una noche cuando se les había hecho más tarde de lo usual en el café, SeHun creyendo que su corazón podría reventar y sangrar desconsoladamente por la bella sonrisa y voz de su amado, a quien aún no se atrevía a decirle qué tan intensos eran sus sentimientos, decidió besar tras un largo abrazo en la esquina de la calle, las mejillas con hoyuelos.

Allí donde vivían las sonrisas que le daban la vida suficiente cada noche, para lograr dormirse y vencer al mortífero insomnio.

Con tan sólo ese ruidoso e intenso beso, YiXing sintió la sangre hervir en sus venas, el calor subir hasta su cuello y hacer un pequeño pero profundo descontrol. En efecto era como vivir el primer amor, y es que ni siquiera su primera relación había sido tan mágica y suave como la que estaba teniendo junto a SeHun.

—Estoy enamorado de ti YiXing, y si dices que tú no, creo que soy capaz de matarme.

La mirada de SeHun era cortante, absolutamente penetrante, un par de ojos oscuros, pequeños pero no por ello menos poderosos, eran un par de balas incrustándose impetuosamente en su pecho.

—Oye, eso es muy fuerte...

—Hablo en serio.

—También estoy enamorado de ti, SeHun, y también hablo muy en serio —le tomó de las mejillas.

Aunque SeHun era unos centímetros más alto, no dejaba de verse mucho más frágil. Éste le abrazó con fuerza, ocultando su rostro en el hueco de su clavícula.

—No quiero que le muestres a nadie más tus hoyuelos... —alzó la mirada.

—No es como si pudiese evitarlo... —susurró cada vez más cerca de sus labios.

—Me da miedo cuando sales sonriendo a la calle... Porque todos pueden ver los hoyuelitos que te salen.

—Pero no le pertenecen a nadie más que a ti —lo besó finalmente con el deseo quemando en su boca—. A mi me da miedo cuando pienso en tus ojos. No quiero que enamores a nadie más, con la suavidad de la nieve en tu mirar.

—No lo haré... Sólo me derrito por ti —sonrió amenamente al besarle también, comenzando a hacer de aquel primer beso, uno tan helado como el otoño de ese año, tan rojo vivo como el caer de las hojas.



Pienso en tu mirá, tu mirá, clavá, es una bala en el pecho
Pienso en tu mirá, tu mirá, clavá, es una bala en el pecho
Me da miedo cuando sales
Sonriendo pa' la calle
Porque todos pueden ver
Los hoyuelitos que te salen.





El amor intenso, quién sabía si turbulento, que iniciaba en medio del frío y gélido viento, que pedía fidelidad y seguridad, pero también devoción y aferro.

Ese que tal vez YiXing supo para el verano, no sería perfecto.

La libertad se le iba de entre las manos, cuando SeHun amenazaba con acabar con la felicidad, y dejarse morir en la soledad, tan sólo un corte profundo, y lo vería desangrar.

Sólo un par de lágrimas en vano, saladas como el deseado mar de verano, caerían por parte de YiXing, y SeHun desesperado, lo contemplaría huir.

Ni las palabras más hirientes servían, ni un «te amo» sentimientos repetiría.

SeHun sabía que esa vez realmente sería la última, cuando YiXing cruzase la puerta y saliese a la calle, sonriese liberado, y alguien más viese enamorado, los hoyuelitos que le salen.



Fin.


🥀




Esto salió así de golpe, ya empecé a escuchar los álbumes de esta bella chica Rosalía, y sabía que la iba a amar, y en cuanto escuché esta canción, los hoyuelitos de YiXing inevitablemente se me venían a la cabeza 😭💖 muchas gracias por leer
<33 😘

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