Capítulo 7: La lectora

—...Y su hermana es la que está asesinando gente —le contaba a Kendall todo lo que me había enterado en los últimos días.

Y después recordé que le prometí no contarlo a nadie. Ups.

—Su hermana mató a mi madre —dijo Kendall.

Asentí con incomodidad. Hay algo que no entendía sobre Kendall y era el hecho de que parecía haber superado la muerte de su madre muy rápido. Literalmente vino a vivir con nosotros el día después de que la mataron, y no se veía devastado, realmente estaba tranquilo.

—¿Ha habido alguna otra "víctima de la niebla"? —le pregunté, retomando la investigación inicial.

—Ninguna desde Bruno —respondió—. Talvez la hermana de Katie se aburrió de matar gente, debemos encontrarla antes de que lo retome...

Fue interrumpido por la entrada de mi hermana menor, Samanta.

—Conozco esa mirada —le dije a Kendall—, quiere algo.

Mi hermanita sonrió.

—Kendall, ¿me quieres llevar al cine? —pidió.

La pregunta lo tomó por sorpresa, y se notaba en su cara que no tenía ganas de llevarla, así que decidí ayudarlo.

—¿Por qué no le dices a Eddie? —sugerí—. Estoy segura de que él muere de ganas.

—No, ya le pregunté y no quiere —Samanta hizo una carita triste.

—Bueno, yo puedo llevarte con mucho gusto —me ofrecí—, pero mañana, porque ya son las nueve de la noche y el centro comercial en el que está el cine cierra a las once.

—La película solo dura una hora, sí hay tiempo —dijo—, pero no quiero ir contigo, quiero ir con Kendall.

Kendall rio y yo sentí una apuñalada en el estómago.

—Me encantaría ir, y no seas grosero con Gabriela, la necesitamos para que te aparezca allá y así no tengamos que ir en auto.

—¿En serio puedes hacer eso? —me preguntó Samanta sorprendida.

Yo asentí. Nunca lo había intentado, pero si Luke puede significa que yo también debo poder.

—¿Por qué no querías ir conmigo al cine?

—Es que eres muy aburrida.

Eso dolió.

Seguro es porque he pasado mucho tiempo con Katie y me está contagiando.

*-*-*

—¿Entonces en donde apareceremos? —preguntó Kendall, cuando ya estábamos listos para ir al cine.

—Solo hay una zona donde se permite aparecerse —le respondió Samanta.

—¿Y por qué no aparecemos en la sala de cine de una vez? —inquirió.

—Kendall —dije—, si se pudiera aparecer ahí todo el mundo se colaría en cualquier función.

—Oh, ya veo, bueno... Al cine más cercano —dijo agitando su varita y luego desapareció.

Tomé a Samanta de la mano: —¿Lista?

—Sí.

Chasqué los dedos y un segundo después estábamos las dos en la zona del cine para aparecerse. Vaya, qué fácil fue, pero qué montón de energía me gasté.

Kendall estaba junto a nosotras y abrió los ojos sorprendido al igual que Samanta, ¿qué les pasaba...?

¡Soy una tonta!

Mi querida niebla azul, de la cual nadie puede enterarse, estaba ahí visible junto a mis pies. Y al menos unas diez personas en la zona. No sabía que hacer más que esperar a que la estúpida niebla se desapareciera, pero siempre dura unos largos quince segundos, tiempo suficiente para que alguien la vea.

—¡Es azu...! —Kendall le tapó la boca a mi hermana antes de que gritara, luego él se lanzó al suelo junto a mis pies y se sentó en frente de la niebla como intento para taparla, Samanta, algo desconcertada, decidió hacer lo mismo.

Me fijé en las personas para ver si alguien la había notado. Nadie nos estaba viendo, pero cuando Kendall y Samantha se lanzaron al suelo llamó la atención de algunas personas.

Ocho segundos más... Vaya, el tiempo sí que es lento cuando a uno no le conviene.

Las personas que nos vieron no le dieron crédito a sus ojos y se fueron, y los otros tres son una pareja y su hijo, quienes nos siguen viendo en este momento, y estoy segura de que Kendall y Samanta no pueden tapar toda la niebla.

—¿Pasa algo? —les pregunté sonriendo.

—N-n-no... —dijo la mujer, parpadeó unas cuatro veces seguidas, la niebla ya al fin había desaparecido.

Salimos de ahí rápido y caminamos hacia el cine.

—¿ESTÁS LOCA?

—NO FUE MI CULPA.

—¿ENTONCES DE QUIÉN?

Kendall y yo gritábamos en voz baja

—De... ¿todos? —me encogí de hombros—. ¡Ninguno se acordó que la niebla azul aparecería en público!

—Gabriela, si alguien te vio... ¡estarías en grave peligro!

—¿Hablas del grupo secreto? —pregunté desconcertada—. ¿Y tú qué sabes de eso?

—¿Cuál grupo secreto? ¿De qué hablas?

—Nada —suspiré.

—¡Pueden pelear después! ¡Me voy a perder la película —se quejó Samanta tirándonos de la mano a ambos!

Supongo que el haber visto niebla azul no le interesa tanto en este momento como llegar a tiempo a la película. Hablaré con ella luego para explicarle todo y asegurarme de que guarde el secreto.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

—¿Me pueden comprar un helado? —pidió mi hermana señalando la heladería que estaba frente al cine. Recién había acabado la película, estuve dormida la mitad del tiempo.

—Sammy, mira la fila —le dije, miré mi reloj y aún faltaba una hora para que el centro comercial cerrara. Había tiempo para conseguirle su helado, pero no ganas.

—Por favor —rogó—, de verdad quiero uno.

—Podemos comprar de otro lugar que no tenga tanta fila —sugirió Kendall.

—¡No quiero de otro lugar! —por la cara que tenía mi hermanita, sabía que estaba a punto de llorar.

—¿Por qué no? —protestó Kendall—. ¿Y por qué hay tanta fila? ¿Qué tiene de especial ese helado?

—Es delicioso —le expliqué— ya sé que todo el helado es delicioso, pero ese sí es especial.

—Igual no, Samanta, es demasiada fila.

Mi hermana empezó a llorar.

—Ay, está bien —dijo Kendall mientras la cargaba—. Te compraremos tu estúpido helado.

Samanta aplaudió y sus lágrimas desaparecieron como si nada. Típico.

—Habla por ti, yo iré a ver algunas tiendas por mientras —le dije.

—Claro —murmuró Kendall—. Suena justo que tú te diviertas paseando por ahí mientras que nosotros nos quedamos aquí parados haciendo una fila infinita.

Bueno, pues él fue el que accedió a conseguirle el helado, así que le tocaba.

—No seas exagerado, en veinte minutos te atenderán —dicho esto caminé en dirección contraria.

Pasé por varias tiendas admirando las vitrinas desde afuera, la mayoría ya estaban cerradas. Seguí caminando solo para matar el tiempo, lo mejor que encontré fue un puesto en el que estaban ofreciendo muestras de jugo de uva gratis en botella.

Llegué hasta el otro extremo del centro comercial y vi un local vacío en el fondo, lejos y aislado de las demás tiendas. Sin nada, absolutamente nada, excepto una chica de piel bronceada y largo cabello café sentada en una esquina del suelo, leyendo un libro que no reconocí.

No sé por qué, pero quise ir a conversar con ella, así que entré al local.

—Hola —dije.

—Hola —contestó, sin si quiera levantar la mirada del libro—. ¿Te puedo ayudar en algo?

—¿Qué lees? —le pregunté, ignorando su pregunta anterior.

—Un libro —respondió, haciendo énfasis en que era lo más obvio del mundo.

Tuve que hacer un gran esfuerzo por no contestarle nada pesado. Esto me gano por intentar ser simpática.

—Ya lo noté, a lo que me refería es a cuál libro es.

Ella rio.

—Solo jugaba —levantó el libro lo suficiente para que pudiera ver la portada, se leía en grandes letras rojas "Drácula" de Bram Stoker.

—Interesante —dije, ella seguía sin mirarme—, ¿te gustan los vampiros?

—No exactamente —comentó—. Oye sin ofender, pero, ¿podrías ir al grano y decirme a qué viniste?

Al menos dijo sin ofender.

—Ah... yo, me preguntaba... quería saber ¿qué es, o qué será este lugar vacío?

También me entró curiosidad por saber qué hacía aquí, pero ya estaba siendo lo suficientemente entrometida.

—Bueno este local se arreglará para que pronto sea una tienda de donas. Me estaba encargando de limpiarlo, pero como lo vi bastante limpio, decidí darme un descanso.

Reí ligeramente porque no sabía qué más decir. Ella finalmente levantó la mirada.

La conozco... No sé de dónde, pero estoy segura de que la he visto antes, en algún lugar.

—¿Te conozco? —ella se me adelantó, debía estar pensando lo mismo que yo—. Me pareces familiar.

—Tú también —admití—. Pero...

—¡Oh por Dios! —exclamó de repente cubriéndose la boca y riendo.

En ese exacto momento la recordé.

Sabía que la había visto antes. ¡Ella es la chica que estaba con Luke cuando me aparecí en su cuarto! Su posible actual novia, que si me lo preguntan, sigue viéndose muy mayor para él, probablemente ya es universitaria.

Gruñí en mi mente, y me hice la confundida con ella.

—¿Qué pasa? —le pregunté, mientras abría la botella de jugo que había conseguido y tomaba un sorbo.

—Nada, olvídalo —todavía estaba riendo un poco.

Puse los ojos en blanco, y vi borroso un par de segundos.

—¿Estás bien?

Me sacudí: —Sí, si estoy bien, solo me mareé por un segundo.

Seguimos conversando por varios minutos más, ella comenzaba a agradarme a pesar de todo, y cuando me di cuenta ya había pasado casi una hora desde que dejé a Kendall y Samanta.

—¡No puede ser!

—¿Qué pasa?

—Mi hermana, y mi primo, estaba esperando a que se compraran un helado, pero... —inmediatamente desbloqueé mi celular y me encontré con un montón de mensajes de Kendall preguntando donde estaba yo, un montón más exigiendo que contestara, y como cuatro llamadas perdidas. Al final decía que ya se habían ido, que me fuera pronto, y que estaban preocupados.

Le contesté diciéndole que estaba bien y que me quedé hablando con una amiga.

—Será mejor que me vaya ya, igual el centro comercial está por cerrar —le dije, me levanté rápido y me sentí mareada de nuevo.

—Claro, oye no me dijiste tu nombre.

—Me llamo Gabriela, ¿y tú?

—Alice.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Omnisciente

Luke y Natalia acababan de aparecerse en el centro comercial donde estaban los demás miembros, aún no tenían idea de qué estaban haciendo ahí.

El centro comercial ya estaba cerrando, por lo que eran básicamente los únicos en el lugar.

—¿Cuál es la misión? —preguntó Natalia.

Jane había enviado un mensaje pidiendo que se aparecieran en el centro comercial para completar una misión importante. Natalia ya estaba en pijamas cuando lo envió, pero de igual modo decidió alistarse ya que decía que era importante.

—Paciencia, niña —murmuró su papá, sin prestarle mucha atención. Él estaba emocionado, y eso a su hija le preocupaba—. No era necesario que vinieras, ¿por qué no se van tú y tu amigo?

—¿Por qué? ¿Qué vamos a hacer? —preguntó Luke, al parecer todos sabían el plan menos Natalia y él.

—Mejor quédense —intervino Jane—. Se darán cuenta tarde o temprano.

Luke y Natalia intercambiaron miradas de confusión y los siguieron.

Llegaron hasta uno de los extremos y Luke enfocó su mirada en el local donde Alice le contó que trabajaría. Se sorprendió al ver que tenía las luces encendidas y más aún al notar que había dos personas ahí adentro. No estaba tan cerca como para ver con claridad quienes eran, pero Luke estaba seguro de que una debía de ser Alice.

Esperaba que no fuera lo que creía.

Comenzó a temer lo peor en cuanto vio como Jane con una mochila se iba acercando al local en el que estaban Alice y una rubia conversando. Ahora sí estaba seriamente preocupado.

Natalia por su parte, había reconocido a la rubia en el local que tanto observaba Luke, era Gabriela.

—¿Qué va a hacer Jane? —preguntó Natalia—. ¿Por qué se dirige a...?

—Trabaja ahí, es la dueña del lugar —le explicó Cory.

Luke sabía que eso era mentira. Sin decir nada, salió corriendo para alcanzar a Jane y poder detenerla, sea lo que sea que planeara hacer, no debía ser bueno.

Cory sujetó a Natalia para evitar que intentara algo también, y el resto de los guardianes le dispararon de todo tipo de hechizos a Luke para detenerlo mientras él se esforzaba por esquivarlos. Ya había alcanzado a Jane cuando finalmente le dieron, un hechizo que hizo que unas cuerdas invisibles lo ataran de pies a cabeza.

Jane se desapareció y luego reapareció frente al local donde estaban Alice y Gabriela. Rápidamente dejó la bomba y luego con magia cerró las cortinas del lugar dejándolas encerradas ahí.

Se apareció unos metros más lejos y contempló como el local explotaba.

—¡ALICE! —gritó Luke, desesperado, lleno de lágrimas.

Natalia se quedó en shock sin poder creer lo que acababa de pasar. Los demás miembros aplaudieron y luego precedieron a desaparecerse antes de que alguien los descubriera.

Tuvieron que teletransportar con ellos a Luke y Natalia, ya que estos no se movían.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

POV Gabriela

—¿Qué te pasa? No te ves nada bien —dijo Alice

—Yo...

En ese momento alguien nos arrojó algo y luego cerró la puerta y cortinas con llave, dejándonos encerradas a Alice y a mí. Miré lo que habían dejado y me di cuenta de que era posiblemente una bomba por los cables y porque marcaba 5 segundos.

No podía moverme, estaba perdiendo el equilibro.

Desactívate —dijo Alice, que luchaba contra la bomba mientras yo caía al suelo.

4...3

La bomba no se detuvo. 

¡Desactívate! —repitió.

Y no pasó nada, pude ver como la bomba marcaba dos segundos en el momento que Alice me tomó del brazo.

—¡A-casa!

Aparecimos en un lugar diferente y vi niebla verde antes de que mi vista se volviera negra por completo.

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Pregunta: ¿Que opinan de la historia?

Pd: Alice en multimedia :)

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