Capítulo 2: La niebla
Puede que se pregunten cómo funciona la magia. Bueno, para hacer un hechizo no decimos palabras raras ni rimamos, la mayoría consisten solo en apuntar con la varita a algo y decir lo que queremos que pase. Les daré un ejemplo: si tenemos una caja frente a nosotros y queremos que se abra, le apuntamos y le decimos: Ábrete.
Bueno, una caja se puede abrir fácilmente sin magia, usemos otro ejemplo, ¡lavar los platos! Solo hay que apuntar a los platos y decir: Lávense. Y ellos empezarán a limpiarse por sí solos.
Estos hechizos no funcionan con personas, ni tampoco con todos los objetos, si le decimos a una blusa que cobre vida, no lo hará. Los demás hechizos son para ganarse habilidades o para duelos, estos se consideran avanzados y requieren gran concentración y habilidad, ya que se citan mentalmente.
Por último, pero no menos importante, siempre que se realiza un hechizo, por alguna razón aparece un poco de niebla, la cual se desvanece a los segundos.
*-*-*-*
Luego de unos diez minutos de camino, llegamos a casa, una cabaña color café, grande y de un solo piso. Ya era hora de almorzar, y mamá nos obligó a todos a comer juntos en la mesa (la cual no usamos ni en navidad). Todo por nuestro primo que está de visita, o al menos pensé que lo estaba, hasta que nos dieron el gran anuncio.
—Kendall se quedará con nosotros un tiempo —informó mamá a la mitad de la comida.
—¿Qué? ¿Cuánto tiempo? —pregunté sorprendida, mirando a Kendall—. Aclaro, no es que ya quiera que se vaya, solo me pregunto cuánto...
—Mínimo hasta que termine su último año de colegio —respondió papá.
—Pero... ¿Por qué vivirá con nosotros? —preguntó Eddie—, aclaro, tampoco me estoy quejando, solo...
—¿Por qué no lo conocíamos? —preguntó Samanta, mi hermanita menor. Tiene seis años, y es de cabello rubio al igual que yo, e igual que todos en esta familia.
Kendall, quien había permanecido en silencio hasta el momento, finalmente se pronunció: —Soy su primo segundo, por eso no sabían de mí. Aunque ahora son mi única familia.
¿Qué?
—Kendall, si no quieres... —comenzó mamá, pero él la interrumpió.
—Está bien, tienen que saberlo de todas formas —dijo—. Supongo que conocieron a Patricia, ¿no? Pues, ella era mi madre, y... Sucedió ayer, parece que ella iba a hacer una aparición en algún lugar, pero la niebla le causó daño, como si fuera veneno y... —una lágrima le corrió por la mejilla.
Patricia era prima de mi padre, la había saludado unas cuántas veces, pero no sabía que tenía un hijo. Justo ahora me siento muy mal por él, aunque se le ve preocupantemente tranquilo para alguien que acaba de perder a su madre.
—Lo siento mucho —murmuré.
—¿Por qué la envenenó la niebla? —preguntó Samanta asustada.
—No era la misma niebla que conocemos —respondió Kendall.
Entendí que era por eso que a Kendall le da miedo aparecerse. El ambiente se volvió sumergido en un silencio incómodo hasta que mi padre habló de nuevo.
—Kendall será algo así como su nuevo hermano, así que esperamos que se lleven bien —dijo.
*-*-*
Al terminar de comer me fui a mi habitación a descansar de este raro día, pero no había ni cerrado la puerta cuando apareció un poco de niebla en el piso, y de la niebla salió una chica castaña, lacia y de ojos color verde. Era Natalia, mi mejor amiga.
—Hola Gabriela —saludó.
—Nat, ¿cuántas veces te he dicho que no me gusta que te aparezcas sin avisar?
—No tantas en realidad —se encogió de hombros—, espero que tampoco te enojes con Luke.
—¿Por qué? —pregunté desconcertada, en eso vi niebla en la silla de mi escritorio y unos segundos más tarde apareció mi mejor amigo sentado en ella.
—Hola, Gabriela —Saludó. Luke también tiene el cabello castaño, un poco más claro que el de Natalia, y siempre le cubre la frente. Sus ojos son negros y su piel es ligeramente pálida.
—Luke —contesté—, ¿cuántas veces te he dicho que no me gusta que te aparezcas en mi habitación sin avisar?
—¿Qué la niebla no es suficiente aviso?
Rodeé los ojos. Estoy arrepintiéndome de haber anotado a mis amigos en la lista de hechiceros que tienen permitido aparecer en mi casa.
—Solo queríamos visitarte y saber cómo te fue hoy —dijo Nat—, ¿qué quería la directora?
La miré con una falsa sonrisa.
—Suspenderme —anuncié, y ambos me miraron sorprendidos.
—¿Te suspendieron?
—¿Qué rayos hiciste ahora? —preguntó Luke.
—¿Yo? Nada, pero... —me estaba debatiendo sobre cuáles debían ser mis siguientes palabras, ya que Luke a pesar de ser mi mejor amigo, no tenía idea sobre mi situación con la magia. Él piensa que soy una hechicera normal como cualquiera.
—¿Pero qué? —me incitó a continuar.
Bueno, supongo que llegó la hora de que se entere, de todos modos ya confirmé que sí soy hechicera, así que no es del todo vergonzoso.
—Luke, no sé hacer magia —dije rápidamente, antes de que pudiera arrepentirme.
—Ya en serio, ¿por qué te expulsaron?
No es de sorprenderse que no me creyera.
—¿Alguna vez me has visto hacer magia?
—En muchas ocasiones.
—Menciona una.
—Bueno, no recuerdo, pero... ¿Qué clase de broma es esta, Gabriela?
—No es ninguna broma —dije mirando el suelo—, nunca he hecho magia.
En eso me acordé de mi pequeña transportación en la mañana, sí había hecho magia, pero hasta hoy.
—No te creo —replicó.
—Admite que nunca me has visto realizar un hechizo. ¿Crees que viajo en auto por diversión?
—¿Quieres decir que he sido tu amigo desde primer año y me ocultaste un secreto así de grande todo este tiempo? Perdón Gabriela, pero no lo podría creerlo —expresó en un tono serio, nunca lo había oído hablar serio.
—Lo siento... —dije, no me parecía que fuera para tanto, pero claramente lo era para Luke—. La directora me suspendió porque piensa que no soy hechicera, pero hoy mismo comprobé que sí lo soy.
—Me confundes —Luke suspiró y luego dirigió miró a Nat—. No pareces sorprendida.
Ella sonrió débilmente expresando una disculpa.
—¡Por supuesto! Tú sí lo sabías —se quejó Luke.
—Lo siento.
—No es tu culpa, Nat —me volvió a ver—, es de ella, ¿por qué nunca me lo dijiste?
—Lo importante es que ya lo sabes —respondí, él me siguió mirando esperando más detalles—. Yo... supongo que por vergüenza, de seguro te habrías burlado de mí y además yo no quería que nadie supiera.
—Bueno probablemente me habría burlado alguna vez —confesó, yo sonreí porque ya no estaba molesto, y lo abracé—. Te odio.
—Gracias —reí.
Después de eso les conté a ambos lo que me pasó en la mañana, cuando traté de aparecerme en el estacionamiento y aparecí a casi un metro de donde estaba antes.
—¿Estás segura? —preguntó Nat.
—Completamente.
—¿Apareció niebla? —inquirió Luke.
—No...
—Entonces, talvez solo pensaste que habías aparecido unos centímetros más...
—No, yo sé lo que vi —repuse—, estaba casi a un metro de donde me encontraba antes.
—Un metro no es mucho —comentó Nat.
—No es nada —le corrigió Luke.
—¡Sí es algo! —protesté—. Significa que mi magia finalmente despertó.
Mis amigos no parecían muy seguros, pero asintieron.
—¿Qué tal si tratas de aparecerte ahora? —sugirió Luke, acto seguido abrió la ventana y miró hacia afuera—, trata de aparecerte en el patio.
—Está bien —dije, talvez la presión de no querer hacer el ridículo frente a mis amigos me ayude a lograrlo.
—Al patio —dije moviendo mi varita.
No aparecí en el patio, ni me moví un solo centímetro de donde estaba.
—Nada —dije con amargura.
Mis amigos tenían una gran cara de sorpresa, como si no pudieran creer lo que veían, pero no me estaban viendo a mí, estaban viendo a mis zapatos. Bajé la mirada y vi como salía niebla de donde estaba parada.
—Eso es nuevo —dijo Nat.
—Ahí está la niebla por la que preguntaban —aplaudí orgullosa, por ser la primera vez que provocaba niebla.
—Está aumentando —observó Luke—. ¿Por qué está aumentando?
Me alejé de donde estaba la niebla y esta empezó a aumentar y aumentar hasta que toda mi habitación quedó llena de niebla. Mis amigos y yo salimos rápidamente de ahí y cerramos la puerta.
................................................................................................................
Gracias por leer :)
Pd: Natalia en multimedia.
Editado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top