Capitulo Único
Desde que tiene memoria SeHun sabe que ve cosas que se suponen no debería de ver en la oscuridad, sabe que ha desfilado por interminables consultorios de psiquiatras y ah tomado más pastillas que cualquiera de sus compañeritos en el jardín de niños, pero no es con intensión. SeHun no quiere ver esas horribles criaturas blancas o verdes que se deslizan por sus paredes y se arremolinan en el techo justo por encima de su cabeza, tampoco le gusta sentir ese escalofrío de muerte cada vez que un monstruo se acerca peligrosamente a su piel cubierta de sabanas incluso aunque se esconda debajo de ellas como alguna mágica capa protectora.
Al principio pensaron que eran temores normales a la oscuridad que tenían algunos niños a cortas edades, luego que eran terrores nocturnos o pesadillas muy reales que tenía el pequeño SeHun; pero cuando una mañana la señora Oh vio marcas de moretes en el cuerpo de su pequeño bebé y al preguntarle cómo se los hizo y el infante contesto que fue un monstruo que lo visitaba siempre el diagnostico cambio radicalmente.
Esquizofrenia paranoide, desde ahí su vida dio un enorme cambio.
Mas doctores, mas medicamentos, mas burlas y más muchísimas más criaturas horribles atormentándolo. Una noche antes de dejar definitivamente su casa SeHun no vio a ningún demonio de la noche –como SeHun había denominado a las criaturas– el pequeño pelinegro sintió un poco de paz que se esfumo fuertemente cuando el usual escalofrió recorrió su columna vertebral y sintió un pecho frio y unos brazos deslizarse por su cuerpo hasta apegarlo a la criatura que lo rodeaba por detrás.
–Pequeño y dulce SeHun. –dijo una aterciopelada voz en su oreja haciéndolo estremecer de miedo puro. –Saludos mi amor.
SeHun comenzó a gritar fuertemente a lo que el espectro puso una mano fría y blanca sobre su boca.
–Shhh pequeño, calla o tus padres vendrán.
Pero SeHun no se detenía, se revolcaba entre los brazos de la criatura intentando fallidamente separarse y correr a la habitación de sus padres.
–Bien pequeño si así lo quieres así lo tendrás.
La criatura deslizo sus manos hasta las muñecas del niño e incrusto sus largas uñas en la delicada piel de SeHun haciendo brotar sangre y que el infante gritara y llorara más.
–Volveré. –susurro antes de desaparecer en la oscuridad
SeHun solo recuerda de aquella noche los gritos de su madre, su madre quitándole de sus manos una filosa cuchilla para luego cargarlo entre sus brazos sollozando, su padre llamando por teléfono con lágrimas en sus ojos, las luces rojas y azules, luces blancas fosforescentes del hospital y aquella aterciopelada voz diciéndole que volvería.
***
Las cosas no volvieron a ser igual desde aquel día; SeHun fue ingresado al centro de enfermos mentales en tiempo indefinido para curar su mal, aislado completamente de todo y todos incluidos sus padres. SeHun miro el tiempo pasar por su ventana con barrotes; días, meses e incluso años en esa infernal prisión y con las mismas criaturas acechándolo puntualmente todas las noches, cuando ninguna venia SeHun sabía que aquel espectro vendría y lo tomaría nuevamente en sus brazos mientras le decía palabras a su oído; al principio gritaba y forcejeaba pero desistió cuando la primera vez que la criatura vino a verlo y SeHun estaba recluido lo llevaron al cuarto de electroshock y la corriente paso fuertemente por su sistema desorientándolo aun más
–"Te lo dije" –le susurro la criatura mientras altos niveles de energía pasaban a través de la mente y cuerpo de SeHun. –"Pero descansa mi amor, yo te sostendré"
Desde ese día SeHun no volvió a gritar, él creía que era suficiente con el coctel de medicamentos que lo obligaban a tomarse como para soportar eso también.
Extrañamente en ese centro hizo un amigo. Do KyungSoo, esquizofrenia catatónica, el pequeño adolescente podía quedarse días y semanas en la misma posición sin molestarle en lo absoluto; en las pequeñas charlas que tenia con SeHun cuando no entraba en crisis le contaba que era como si su cerebro se apagase y perdiera toda la voluntad de movimiento en sus brazos y piernas, entonces no le quedaba nada más que esperar a que todo volviera y situarse en la realidad.
–Debe ser horrible KyungSoo
–Así es pero es lo que hay, aunque sientes que cada vez más te vas perdiendo en la irrealidad y al final ya no sabes distinguir que es ficticio y que es real o normal.
–Lo irreal. –murmuro SeHun. –¿Quien sabe en realidad que es real y que no lo es? ¿Y si nosotros somos los cuerdos y los demás son los locos?
–Tú no estás loco SeHun. Lo sé, sé que hay cosas que no puedes explicar y que la gente teme a lo desconocido y el ser humano tiende a tachar de loco a lo que no va acorde con su estúpido concepto de "normal"
–Sí, debe ser. Pero igual eso no cambia nada, ni nuestra situación.
–Fe SeHun, no la pierdas. Yo aun la conservo.
***
El tiempo corrió y los 15 agridulces años de SeHun llegaron; con mucha insistencia su madre pidió al centro dejar salir a su bebé al menos ese día y por el buen comportamiento de SeHun y también porque no encontraron marcas nuevas en su cuerpo le permitieron salir. Sus padres lo llevaron al cine, a comer y al puesto de bubble tea que SeHun amaba de pequeño, incluso su amigo KyungSoo que había salido del centro hacia unos días se les unió.
–SeHun. –lo llamo su madre. –Iré por tu regalo, espera aquí ¿vale?
–Si mamá, ve tranquila, ya no soy un bebé.
–Siempre serás mi bebé cariño.
–No se preocupe señora Oh, yo lo cuido. –dijo KyungSoo
–Gracias cariño, ya vuelvo.
Cuando la mujer se alejo lo suficiente KyungSoo volvió su mirada al pelinegro
–Ahora en serio. ¿Cómo va aquello?
–En el último mes no ha pasado nada Kyung y es raro, con costos solo tengo tres días libres y vuelven furiosos. Ahora tengo realmente miedo ha pasado un mes sin nada, ni siquiera él, siento que cuando vuelvan va a ser espantoso; por primera vez tengo autentico pánico a la oscuridad.
–Solo llévalo con calma y recuerda no grites o te darán el electroshock.
–¿Y si realmente estoy loco y el tratamiento está funcionando?
–Claro entonces ¿Cómo explicas los arañazos y cortaduras si tu ni siquiera tienes uñas y te ponen guantes de bebé en las manos para dormir? Se que quieres encontrar una razón lógica a todo esto SeHun incluso aceptar que eres paranoide pero no es así, es algo más y tú lo sabes.
–Lo sé.
–Tranquilo, de alguna forma se solucionara. Mira ahí viene tu mamá.
La señora Oh se acercaba con una gran bolsa de regalo completamente sonriente hacia los dos adolescentes, con un fuerte "Feliz cumpleaños SeHunnie" le puso en sus manos la bolsa, dentro había un IPad blanco.
–Mamá, no puedo tener esto en el centro.
–Hable con ellos y lo arregle, si te dejaran así que disfrútalo mucho.
–Gracias mamá, eres la mejor.
–Quisiera ser la mejor bebé y curarte de eso pero no puedo, solo te puedo dar mi amor incondicional por siempre. Feliz cumpleaños mi SeHunnie. Te amo bebé.
–Yo también te amo mamá y te extraño.
SeHun no pudo contener algunas lágrimas que salían de sus ojos así que se aferro a su mamá con todas sus fuerzas, algo le decía que las cosas se podrían muy malas y aquel momento iba a ser el último que compartiría con su madre.
Era casi la media noche y SeHun se encontraba en la penumbra de su habitación, el cielo estaba despejado y la luna grande chorreaba rayos plateados en la oscura noche de primavera, SeHun había aprendido a agudizar su oído y escuchar el imperceptible zumbido de la valla de electricidad que rodeaba al centro, manteniéndolos a raya y sin opciones de escape; de más pequeño SeHun soñaba con sobrevolarla y viajar al cielo oscuro que se extendía en su plenitud libre y sin dueño, pero con todos los años pasados ahí ese sueño se fue destiñendo poco a poco hasta olvidarlo por completo.
El conocido escalofrió vino súbitamente a su cuerpo para luego sentir el pecho frio en su espalda junto a los brazos envolviéndolo por la cintura. La aterciopelada voz hablo.
–Felices quince años mi amor. Aun recuerdo cuando eras solo un pequeño, pero ya creciste, solo debo esperar tres años más.
–¿Quién eres? –pregunto el pelinegro
–Pero que sorpresa, me hablas.
–Ya han pasado muchos años, creo que merezco saberlo ya que tú me dices "mi amor"
–Cierto es justo. Mi pequeño tu puedes llamarme SuHo.
–SuHo. –repitió SeHun. –Bueno yo me pregunto SuHo si puedo mirarte.
–Aun no pequeño, eso debe esperar.
–¿Por qué? ¿Y si realmente eres una alucinación?
–No la soy SeHun, tú no estás loco y de verdad desearía matar de manera horrorosa a cada persona que te lo ha dicho y a las que te han hecho daño por esto. Tu solo espera ¿de acuerdo? En su momento me verás y entenderás, te lo prometo.
SeHun gurdo silencio, las palabras de la criatura se oían muy sinceras y el pelinegro por un momento quiso creerlas.
–Las otras criaturas no han vuelto a perturbarme.
–Más les vale. –respondió SuHo. –Si veo a una rondándote su destino será peor que el exilio.
–¿Y cuál es ese?
–No tienes que saberlo mi pequeño amor. Eres muy puro como para saber eso, mejor cierra tus ojos.
–No. ¿Para qué?
–Solo hazlo y no los abras.
SeHun no sabía porque hacia aquello pero de todos modos obedeció, cerro sus ojos y no los abrió, sintió que SuHo abandonaba su espalda y se posicionaba frente a él, acaricio sus cabellos de una forma realmente tierna cosa que impresiono a SeHun y luego esparció pequeños besos por todo el rostro y cuello de SeHun aunque nunca beso sus labios. El pelinegro se sentía confuso, su cuerpo reaccionaba a las caricias de la criatura y sus labios anhelaban sentir los del contrario en un beso profundo que lo dejara con ganas de más.
–Basta. –dijo SuHo asustando a SeHun. –Lo siento pequeño, está bien no temas abre los ojos.
SeHun sintió a SuHo en su espalda y abrió nuevamente los ojos.
–No puedo besarte bebé aun no, pero eres tan completamente exquisito que tus labios me llaman a que los reclame y los corrompa pero aun no. –SeHun guardo silencio. –Será mejor que me vaya ya, tú duerme mi pequeño, ningún demonio vendrá a atormentarte solo yo.
–Tú no eres un demonio.
–Si lo soy mi pequeño y el peor.
–¿Por qué?
–Porque te quiero para mí.
Tal como SeHun lo presentía las cosas se pusieron malas, nadie podía explicar esos cardenales morados casi negros en el rostro y cuello de SeHun y como podía ser que al pelinegro no le dolieran en lo absoluto. Miles de doctores vinieron a intentar hablar con él pero el pelinegro no emitía una sola palabra, nadie entendería, nadie nunca entendería y SeHun aun estaba buscando una respuesta al porque no le molestaba que SuHo dejara esos moratones en su piel y el porqué le había gustado tanto que se los hiciera.
Después de esa noche SuHo lo visitaba con regularidad, el pelinegro le había contado lo de los moratones y que el Dr. Lee le pareció buena idea darle una sesión de electroshock a SeHun por no hablar acerca de lo sucedido, el pelinegro sentía sus vellos erizarse de miedo al percibir la furia asesina que emitía SuHo mientras le contaba aquello.
–Lo mataré; nadie debe tocarte.
–Está bien, de todos modos él hace eso con todos sus pacientes, digamos que el Dr. Lee no conoce la palabra paciencia. De todas formas el Dr. Kim mi doctor le dijo que no volviera a tocarme ya que no soy su paciente.
–Igual lo haré, librare al mundo y esas pobres almas de ese hombre.
–Y aun así dices que no eres bueno.
–No lo soy bebé, solo contigo y lo que te rodea. Ese hombre te torturo y ahora yo lo torturare a él.
SeHun lo dejo pasar ya que no creía que aquello fuese real pero tres días más tarde se equivoco completamente. El Dr. Lee fue encontrado en una sala de electroshock muerto, con su piel completamente quemada y unas cortaduras horizontales en sus muñecas como las primeras que tuvo SeHun cuando era solo un niño, lo encontró una señora de la limpieza a la hora del almuerzo causando conmoción en todos los presentes, tanto personal como pacientes, SeHun sentía su almuerzo subir por su garganta para luego salir en una arcada salvaje, afortunadamente los demás pacientes comenzaron a sobresaltarse por lo que los llevaron rápidamente a los dormitorios cosa que SeHun agradeció por primera vez desde que estuvo ahí.
SeHun se sentía entrar en pánico, no había creído realmente las palabras de SuHo pero ahí estaban materializadas y él se sentía enloquecer verdaderamente; hasta ahora había dudado que SuHo fuera real pero aquello estaba pasando y todos lo podían ver.
Súbitamente sus cortinas se corrieron y la habitación quedo semi iluminada, SeHun sintió el frio pecho de SuHo en su espalda a lo que el pelinegro se sobresalto.
–Shhh, está bien bebé. Todo está bien.
–Lo-lo ma-mataste.
–Te dije que lo haría.
–Pero tú no eres real.
–Lo soy SeHun, soy muy real y maligno ya te lo había dicho pero tú no quisiste creer.
–Vete SuHo por favor.
–Pero SeHun...
–¡NO! solo déjame, necesito estar solo.
–Volveré. –dijo SuHo antes de desaparecer.
SeHun se levanto de su cama y fue a la mesa de noche que tenía en un rico de su habitación, tomo la caja de galletas con fondo falso donde guardaba sus pastillas y agarro dos fuertes sedantes, no tenia cabeza para pensar ahora acerca de lo sucedido si lo hacía perdería por completo la cordura.
***
Una semana había pasado desde la muerte del Dr. Lee y al parecer solo sus pacientes se alegraban, SeHun se sentía más tranquilo con la situación y SuHo no había vuelto a aparecer, KyungSoo había vuelto también debido a otra crisis y cuando tuvieron oportunidad lograron hablar.
–Al Dr. Lee lo asesinaron KyungSoo, no fue un accidente como dicen.
–Fue un accidente SeHun, el Dr. Lee se drogo tanto que no sabía lo que hacía y termino dándose electroshock, ¡Qué ironía! Morir por tu tratamiento favorito.
–Escúchame KyungSoo, se que sonare como un loco pero SuHo lo hizo, el espectro que siempre me visita dijo que lo haría por darme terapias de electroshock, él dijo que lo mataría y así fue.
–Bueno si él lo hizo nos hizo un bien a todos; ese bastardo era un loco de la electricidad.
–Pero Kyung...
–Nada de peros, no pierdas la cordura por esto, al menos sabes que él es real y que no tienes ideas paranoides como dicen los médicos que tienes.
–Bueno eso sí.
–Has caso a tu hyung.
SeHun rio, KyungSoo se auto había denominado su hyung y el pelinegro de verdad había deseado un hyung como KyungSoo.
–Por cierto hyung ¿Quién fue el moreno alto que vino a dejarte con tu madre esta vez?
El rostro de KyungSoo nunca había estado más rojo que esa vez y SeHun supo que tenía de sobra para hacer bromas a costa de su hyung por un largo tiempo.
Esa noche SeHun se descubrió extrañando a SuHo y sus brazos alrededor de su cintura, estaba en su cama y la noche era completamente oscura, ni la luna quiso salir, SeHun comenzó a sentir miedo, tanta oscuridad lo hacía entrar en pánico así que cerró sus ojos y susurro
–SuHo.
Acto seguido el nombrado se apareció arrullando a su niño en sus brazos
–Tengo miedo. –lloriqueo SeHun
–Está bien pequeño, nada te pasara.
–Todo está muy oscuro.
–Lo sé mi amor, pero yo no te soltare.
–Te extrañe. –admitió el pelinegro
–Y yo a ti, pero estabas alterado, debía esperar que te calmaras.
–Nunca me has dicho quien eres.
–Soy el mal mi pequeño.
–Ya, eso me lo dijiste pero ¿Podrías ser más especifico?
–Aun no bebé, aguarda por favor.
SeHun asintió, de nada valdría insistir. Por primera vez se aparto de SuHo para poner su cabeza en el frio y amplio pecho del hombre detrás de él y abrazar lo que él sentía era su cintura
–Tengo sueño. –murmuro SeHun
–Duerme bebé, yo vigilare tus sueños.
Era extraño como aquella criatura de la noche, un espectro del mal daba tanta seguridad a SeHun.
***
Era la primavera de sus dieciocho años; SeHun había recolectado tantas cosas en su vida que sentía ya eran suficientes, había tenido el amor completo de sus padres, un mejor amigo que se había vuelto su hermano y confidente, y aunque pareciera raro había conocido el amor en la temida oscuridad, la que viene siempre cuando el crepúsculo del día se hace presente y los monstruos salen debajo de tu cama para divertirse contigo, la que es espesa y negra que te deja a la intemperie de lo desconocido de lo que nadie sabe en realidad que hay más allá.
Por motivos de seguridad SeHun no pudo salir ese día, sus marcas y cardenales eran más persistentes en el último año así que estaba en constante vigilancia, su madre y padre lo visitaron ese día y SeHun se despidió, algo le decía que no volvería a verlos.
KyungSoo fue a visitarlo con su ahora novio JongIn y también se despidió del bajito, KyungSoo con lágrimas en sus ojos sostuvo sus manos y con voz temblorosa le dijo que simplemente fuera feliz
–Tú también hyung, recuerda no pierdas la fe. Sé que te curaras y serás feliz con JongIn, el parece quererte mucho.
–Te amo SeHun, eres el mejor ser humano que conocí
–Y tú eres el mejor hyung que tuve, también te amo KyungSoo.
Con un abrazo ambos amigos se despidieron.
Era la noche y SeHun simplemente esperaba en su ventana viendo la luna chorrear sus preciosos rayos plata; el escalofrío familiar se instalo en su espalda bajando deliciosamente por todo su cuerpo para luego sentir el pecho familiar en su espalda junto a los brazos rodeando su cintura
–Es hora. –dijo SeHun
–Así es bebé.
–Te veré y me besaras.
–Mhmm.
SeHun sonrió
–¿Tienes miedo?
–No. No lo tengo, si voy a estar contigo todo estará bien.
–Te amo SeHun.
–También te amo SuHo.
–Mantén tus ojos abiertos. –SeHun asintió
SuHo hizo girar a SeHun lentamente; los rayos de plata dejaban ver la belleza de su amado SuHo en total esplendor; ojos negros, cabello rubio, rostro hermoso, pestañas largas, cejas pobladas y labios rosados.
–Eres hermoso. –susurro SeHun
–Tu mi pequeño eres el hermoso. Y ahora serás mio para toda la eternidad.
SuHo tomo el rostro de su pequeño entre las manos para sellar con un beso mortal su eterna vida en las tinieblas.
***
Se corrieron muchos rumores luego de la muerte de SeHun, unos más disparatados que otros pero al fin y al cabo tuvo mucho de que hablar; encontraron al pelinegro en su cama con un mensaje en su pared
"Me llevo a lo mejor que pudo tener esta cochina vida"
Nadie nunca supo quien había escrito ese mensaje ni a donde se llevaría a SeHun, así que lo clasificaron como que el paciente se suicido, aun si no encontraron una sobredosis de medicamentos en su sistema o cortaduras en sus muñecas.
Claramente algunos si sabían lo que había pasado como KyungSoo pero él jamás lo divulgo, sea como sea su SeHunnie estaba ahora mejor y libre de todo tormento.
Aunque en el infierno si se divulgo que el jefe había encontrado a su pequeño acompañante eterno y que al fin estaban juntos SeHun ocupando ahora su trono de oro junto al de metal de SuHo que el rubio había mandado a construir hacia ya dieciocho años.
Fin
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