Deseos Tontos
Espero que les guste~
Nota: Recuerdo que alguien me dio la idea pero no pude encontrar quien fue :3
Timmy era un niño tonto, incluso si técnicamente esta rozando la edad supuestamente adulta, aun se consideraba como tal.
Era un niño tonto que siempre se metía en problemas, tenía una larga lista de castigos escolares que podían demostrarlo y que se habían acumulado a lo largo de los años, siempre actuando sin pensar. También tenía una larga y muy explicita lista de deseos que apoyaba eso. Era egoísta, él mismo lo sabía, y muchos de sus deseos salían mal debido a que su único interés realmente era su propio bienestar y felicidad, aunque no va a negar que en cada momento la culpa y el arrepentimiento fue lo que lo llevaron a correr contra el tiempo en un intento de arreglar todo lo que había estropeado.
Era extraño la cantidad de veces que casi destruía su propio mundo y el de todos los demás, se sentía tonto si lo pensaba mucho al notar como parecía cometer los mismos errores una y otra vez, como si nunca aprendiera pero era como si su emoción y entisamos en el momento borrara todo lo demás, dejando el arrepentimiento y la culpa para enfrentar al reaccionar.
Timmy no iba a decirlo en voz alta pero se sentía muy avergonzado sobre muchos de los deseos que había hecho a lo largo de los años y prefería no hablar de ellos.
Su pequeño grupo a veces se reunía y por alguna razón sin sentido, solo hablaban, compartiendo historias raras, felices y hasta tristes entre ellos. Jimmy solía compartir las locas decisiones que había tomado, enceguecido por su mente de genio que nunca parecía callarse, y de como muchos de sus inventos terminaban por hace lo contrario a lo que quería, saliendo mal usualmente. Danny divagaba un poco de su actuar sin pensar, luchando por mantener a la ciudad y a la gente a salvo, al mismo tiempo que intentaba mantener su identidad en secreto de todos sus seres queridos e hacia el intento de equilibrar todo eso con su vida en general. Bob es quien habla sin pensar de todas las cosas raras y locas que puede hacer en su propio mundo, de sus amigos y vecino, ignorante al parecer del enojo que muchos le tenían.
Era agradable hablar con otros que no podían juzgarte realmente, porque cada quien había cometido sus propios errores y enfrentado las consecuencias de eso pero, incluso entonces, Timmy solo compartía los deseos más tontos, esos que no tuvieron mayor consecuencia que no sea para si mismo. Como cuando había deseado esa super bicicleta indestructible que intento controlar su mente y alejarlo de todo lo demás hasta que logro desarmarlo, o como cuando deseo ser padrino mágico por un día, quejándose de manera exagerada sobre los ejercicios al estilo ejercito que lo obligaron a realizar y de lo mal que le habían salido todos los deseos que debía cumplir. Les hablaba de cosas como esa, algo simple y que no hizo mucho daño.
Hasta que hizo comentario sobre ellos. Estaba distraído, ni siquiera sabe cual de todas sus tontearías había soltado pero sabe que es malo por los ojos bien abiertos que lo miran, una mezcla de espanto y preocupación brillando en los ojos de cada uno, sabe que es malo y se encoge en su lugar.
Que buen momento seria para que el suelo se abriera para tragárselo o algo raro sucediera para salvarlo del repentino silencio que reina entre ellos.
-Oh vamos, no me miren así- se siente ansioso ante las miradas fijas de sus amigos, removiéndose en su lugar, sonriendo con nerviosismo y haciendo un gesto, esperando poder desviar su atención. -No es el deseo más estúpido que pedí en mi vida- bufo, intentando restarle importancia al asunto pero ellos solo luciendo horrorizados y supo que había metido la pata, para variar. Él y su enorme bocotá.
-Tengo que preguntar, solo por morbosa curiosidad...- Danny se pasa la mano por el rostro con cansancio notable y Timmy siente una punzada de culpa. El medio fantasma ya de por si luce cansado y como si pudiera caerse en cualquier momento, debido a su insomnio y pesadillas que acortan sus horas de sueño, pero en ese momento, luce peor por unos segundos.
-...¿Cuántos deseos estúpidos pediste en tu vida?- Jimmy luce furioso por alguna razón y el menor solo puede sonreír con nerviosismo, luchando contra las ganas que tenía de esconderse de las miradas ajenas.
-Bueno, yo...- se rasco la nuca, desviando la mirada, buscando alguna especie de salida o excusa. -...no fueron tantos- mira a sus padrinos mágicos, con el de cabello verde riendo a carcajadas y la de rosa cruzada de brazos con una sonrisa burlona, en una clara señal de no estar dispuestos a ayudarlo. -...traidores...- hace un puchero, no del todo dolido por esa reacción, cree que se lo merece.
-¡Timmy!- los presentes llaman, impacientes por la falta de respuestas.
-¡Oh, yo sé esto!- Cosmo chilla con entusiasmo, levantando la mano para llamar la atención, agitando su barita en cuanto se voltean a verlo y haciendo aparecer un libro de aspecto grueso, con las palabras "Deseos estúpidos de Timmy" en la portada, que no tarda mucho en flotar hasta el grupo y abrirse, mostrando todos las tontearías que Timmy a cometido hasta el momento. Puede ver sus expresiones deformarse a medida que más lee, encogiéndose un poco más en si sillón, tirando del cuello de su buzo rosa y cubrirse media cara, solo dejando sus ojos visibles para mostrar su vergüenza.
-¡¿Cómo rayos aun estas vivo?!- gruñó Danny, luciendo al borde de arrancarse el cabello del estrés y Timmy solo gime cuando los tres empiezan a hablar casi al mismo tiempo. Se oculta lo mejor que pueden tras su ropa, aturdido por los tres diferentes tonos que lo reprenden de distintas maneras, Jimmy con ira, Danny con cierto pánico y Bob con preocupación dramática. Solo puede esperar que ellos se calmaran por si mismo y tiene la sensación de que no lo harán pronto.
Estará allí un largo rato, puede sentirlo.
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