P1: Romeo y Julieta.
—Tienes que saber que me rehúso—se quejó el chico y el hombre envuelto en un elegante y pulcro traje diplomático color gris entornó los ojos.
—Y yo ya te dije que no me interesa en lo más mínimo lo que tú digas o pienses al respecto. Esa es mi última palabra y tienes que atenerte a las consecuencias, así que hazme el favor de bajar del auto y caminar hasta la sala de teatro de la señora Melrouse—inquirió el hombre sin dejar de observar su reloj de pulsera—Y ya baja de una vez que tengo una junta y no puedo seguir perdiendo el tiempo escuchando tus protestas que no te van a salvar de tu castigo...
—¿No te da remordimiento saber que tu hijo, tu único hijo, va a quedarse aquí hasta quien sabe qué horas haciéndole compañía a una vieja loca que se cree la esposa de Stephen King y la hermana perdida de J.K. Rowling?—cuestionó el chico y su padre negó firmemente.
—No seas grosero con la señora Melrouse, Erick...te recuerdo que no fue ella quién te dio esa estupenda idea de querer hacer de delincuente juvenil en las instalaciones de la universidad, así que baja de una vez por Dios...—masculló su padre. Erick entornó sus verdes ojos y tiró de la manija de la puerta pero no se movió ni un solo centímetro.
—Espero que cuando el resto de los profesores me reprueben en cada una de las materias que tengo te sientas orgulloso por saber que al menos lucía bien siendo el pasto de la obra escolar de la señora Melrouse—agregó con una mueca de fingida seriedad.
—Esos chantajes conmigo no funcionan así que vete de una vez que entre más tardes en llegar con ella más tarde te irás y déjame decirte que ya hablé con ella...—anunció y Erick lo miró de mala gana.
—Seguramente le dijiste que me torture tanto como sea posible ¿Qué sigue, papá? ¿Qué envíes a un guardaespaldas para que se encargue de decirte cada paso que doy?—dramatizó.
—No voy a repetírtelo, Brian—reprochó su padre. Erick no respondió. Volvió a entornar los ojos con una mueca de fastidio pintada en el rostro y bajó finalmente.
—Espero que al menos asistas a mi funeral—musitó.
—¿Qué demonios tiene que ver eso con cumplir con un castigo como este?—cuestionó el hombre y Erick negó.
—Que después de esto, papá...terminaré muerto. Te lo prometo—profesó y luego se marchó dejando a su padre con una mueca de confusión instalada en el rostro.
Avanzó lentamente por el pasillo de la universidad dándose cuenta que era mucho mejor cuando estaba llena. Tanto silencio en el largo pasillo que conducía a la sala de teatro era un poco tenebroso. No es que fuese un cobarde o algo parecido pero por lo regular todas las escuelas tenían una que otra historia de terror donde estudiantes muertos –o intendentes- rondaban por los pasillos en busca de chicos guapos como él.
Se rio de la estupidez que estaba pensando y negó colocándose los auriculares dejando que la voz de Drake penetrara sus tímpanos. Eso era mucho mejor que tener que atender a los pedidos de la señora Melrouse.
Lo primero que vio cuando llegó a la puerta de la sala de teatro fue un enorme cartel con la leyenda "Romeo y Julieta, obra escolar". Rio en voz baja imaginándose al pobre idiota que tuviese que ser el Romeo de ese año y empujó con fuerza la puerta haciendo que todas las miradas se posaran en él.
(...)
Julieta apartó la mirada del libreto que sostenía entre las manos e inspiró profundamente tratando de que el ardor que sentía en ese momento en sus pulmones se disipara. Todo lo que quería hacer en ese momento era echarse a correr lejos de la señora Melrouse y de su absurda idea de que sólo porque llevaba el nombre de Julieta –en honor a su abuela- tenía que ser la estúpida Julieta de su estúpida obra escolar.
Era tan absurdo y odió a sobre manera a Mariana por hacerla si quiera poner un pie a diez kilómetros a la redonda de la sala de teatro. Odiaba la idea de que todo el mundo la viera vistiendo un espantoso atuendo y lo peor de todo era que estaba completamente segura que ese era tiempo perdido.
El año anterior la obra había sido una réplica exacta de Piratas del Caribe y para mala suerte de la señora Melrouse todo el mundo se había quedado dormido en la mitad de la obra.
¿Entonces porque tendría que ser diferente este año?
Llevó su mirada apenas escuchó un estruendoso chillido proveniente de la puerta. Arrugó la nariz cuando detectó con sus ojos marrones a Erick Brian Colón –el delincuente juvenil en potencia del que todo el mundo hablaba- contemplandolos fijamente.
—Lamento la tardanza pero en realidad fue un verdadero reto tener que aceptar que tenía que venir—masculló con desdén pero la profesora estaba tan entusiasmada por verlo que pasó por alto el sarcasmo del chico.
—Me has caído como un ángel del cielo—anunció la mujer y automáticamente la sonrisa de Erick se borró de sus labios.
—¿Por...por qué?—susurró y la mujer le sonrió ampliamente. Una sonrisa que haría que el mundo entero temblara.
—Ninguno de los chicos que pertenece al club de teatro cumplen con las características que estoy buscando para nuestro Romeo de este año...pero ahora que te veo a ti con esa sonrisa, esa elegancia y ese porte me doy cuenta que eres tú...—explicó la mujer.
—¿Qué?—susurró Julieta totalmente atónita.
—¿Qué?—negó—No, haber discúlpeme pero mi padre me dijo que tenía que estar bajo su disposición, no unirme al club del horror para pasar la vergüenza de mi vida arriba de ese escenario—masculló Erick.
—Ten más respeto, Erick—lo retó la profesora—Y no sé que es lo que te haya dicho el señor Colón pero a mí me dijo que estabas bajo mi entera disposición por lo tanto si en este momento te digo que te tienes que poner de cabeza y aplaudir eso es lo que tú vas a hacer—le espetó la mujer cruzándose de brazos.
—Pero yo no soy un actor—le espetó Erick de mala gana.
—Nadie aquí lo es, cariño. Sin embargo todos van a hacer un esfuerzo para que todo salga bien...probablemente este sea el portal que necesitan para tomarle el gusto a la actuación y terminen siendo igual de famosos que Stephen Monroe...
—No sé quién es—respondió Erick.
—Eso fue porque su libro sólo vendió dos copias pero fue mi alumno y aunque nadie compró su libro es totalmente bueno...—le espetó.
—¿Usted lo compró, señora Melrouse?—cuestionó Julieta y Erick la miró de inmediato. La chica entornó los ojos pero no apartó la mirada.
—No. Pero me lo contaron.—respondió—además, ese no es el punto. El punto, señor Colón; es que usted será el Romeo de este año y no quiero ni una sola protesta más por su parte ¿me entendió?—masculló de mala gana.
—¿Pues no me queda de otra, verdad?—preguntó el chico y ella sonrió.
—Esa es la disposición que a mí me gusta—rio la mujer—ahora, Julieta será Julieta y ven acá...ponte de pie junto al señor Colón porque quiero ver como se ven juntos—pidió con una sonrisa soñadora.
Julieta frunció el ceño y negó un poco. Se rehusaba a quedarse de pie junto a Erick. Se rehusaba a ser la estúpida Julieta que moría de amor por el estúpido Romeo, es decir, no es que Romeo fuese estúpido pero Erick si lo era y si Erick era Romeo entonces por ende, ese Romeo era un estúpido.
—No, yo...
—Por favor, señorita Rodríguez no me haga perder otra media hora para hacerla entender a usted porque será mi Julieta perfecta, digo el nombre ya lo tiene, supongo que con eso será más fácil entrar en el papel—reprochó en medio de un largo suspiro.
La rubia llevó sus ojos hasta Mariana que la contemplaba tratando por todos los medios posibles de no echarse a reír en ese momento. Llenó de aire sus pulmones y aun con el libreto en la mano se puso de pie mientras Erick caminaba para acercarse a ella sin que las ganas de llegar hasta la profesora Melrouse se le notaran por ninguna parte.
Se detuvieron uno junto al otro cuidando no rozarse y la mujer soltó un largo suspiro.—Se miran tan perfectos juntos—masculló con una mirada soñadora que Julieta quiso vomitar en ese mismo momento.
—Sobre todo sus caras de felicidad, por Dios—se burló Mariana ganándose una mala mirada por parte de su mejor amiga—Realmente creo que para ambos ser Romeo y Julieta era el sueño de sus vidas...—agregó risueña.
—Tiene razón señorita Estévez—decidió la mujer.—Gírense un poco y mírense a los ojos...—ordenó.
—No—respondieron al unísono. El entrecejo de la profesora se frunció y se volvió a cruzar de brazos en una clara señal de protesta pero a ninguno de los dos le importaba en lo más mínimo.
Julieta realmente ansiaba que las dos horas y media de teatro se terminasen pronto porque estaba haciendo un esfuerzo sobre humano para no mandar al diablo a la mujer que realmente parecía muy emocionada con la idea de hacer Romeo y Julieta –por tercera vez consecutiva-. Sobre todo porque para hacer peor la existencia de la muchacha Erick Brian Colón era Romeo.
¿Por qué la vida tenía que ser tan cruel con ella?
—Los estamos esperando—replicó Mariana en tono burlón.
¿Esa chica en realidad era su mejor amiga? Se cuestionó Julieta mentalmente. Contó mentalmente hasta diez y se giró lentamente.
Erick realmente no tenía otra opción así que si quería al menos que s estancia en el club de teatro fuese llevadera tenía que obedecer. La señora Melrouse podía ser realmente dulce pero cuando se enojaba era peor que Hulk en estado de furia pura.
Sus ojos verdes se encontraron de frente con los color miel de Julieta y de inmediato sintió su cuerpo tensarse. Era linda, sí. Pero también era la chica con el peor carácter de toda la bendita universidad.
—Esto no está funcionando—musitó la profesora en medio de un largo suspiro.—Pareciera como sí se quisiesen matar con la mirada, por Dios...Romeo y Julieta se aman, no se odian...
—Pues al parecer estos si—hilvanó Mariana con una risilla divertida.
—Que dulce Julieta—se burló Erick y Julieta negó.—Todas quisieran estar en tu lugar ahora mismo ¿sabes?—cuestionó y ella rio en voz baja—Todo el mundo quisiera tener una historia de amor como la de Romeo y Julieta conmigo...
—¿Si sabes que Romeo y Julieta al final mueren, no? Por qué no comenzamos por el final y nos haces el favor de morirte de una vez...—murmuró la rubia.
—¿Pueden hacer un intento por llevarse bien al menos mientras la obra de teatro concluye? —pidió la mujer desesperadamente.
—¡Ni en sueños!—respondieron el unísono.
—Dios mío...esto será mucho más difícil de lo que pensé...
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Holi<3
¿Qué les pareció la primera parte de Ni tan Romeo ni tan Julieta?
Tengo una manía de esas bien fuertes por poner Romero en lugar de Romeo, so; si lo encuentran por ahí no me hagan caso lo hago inconscientemente jajaja Capaz en mi otra vida me casé con un tal Romero, o yo era Romero, ahre que decía. También ya se dieron cuenta que de madrugada suelo decir muchas tonterías. JAJAJA soooooo, no me hagan caso, así soy yo.
Y una pequeña manía con el "so" jajaja pero lo he usado toda mi vida así que eso si está imposible de quitármelo, jaja.
En fin. Un beso enormeeee.
Con love, Gloria, xx.
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