Epílogo.


Cuatro semanas después...

El público estalló en aplausos mientras Julieta trataba de no echarse a reír y arruinarlo todo tal y como había hecho durante todos los ensayos cuando la risa inevitablemente le ganaba.

Erick tomó su mano disimuladamente pues se suponía que estaba muerto. De inmediato una especie de corriente eléctrica atravesó su cuerpo y soltó un pequeño suspiro.—Te quiero—le dijo entre el sonido de los aplausos de las personas que se habían reunido para ver la obra escolar.

—Te quiero más—confesó ella entrelazando sus dedos con los del chico.

El telón rojo se cerró lentamente y las luces se apagaron por completo. Los chicos se pusieron de pie en un salto, se miraron a los ojos –o por lo menos lo intentaron en la oscuridad- y Erick la abrazó con fuerza sintiendo de inmediato como el aroma del cabello de la chica se colaba por sus fosas nasales. ¡Lo amaba!—¿Te dije ya que eres la mejor actriz en el mundo?—cuestionó con media sonrisa.

El corazón de Julieta se estremeció dentro de su pecho, soltó un pequeño suspiro y se acercó a Erick para depositar un beso sobre los labios del muchacho.—Sólo exageras y encima me mientes...no soy ni siquiera una actriz—replicó la chica.

—Claro que no miento y claro que eres una buena actriz...fingiste odio hacia mi mucho tiempo cuando en realidad me amabas en secreto...—ambos rieron—Estoy completamente orgulloso de ti...

—Yo también estoy orgullosa de ti, Erick...—musitó la chica con media sonrisa. Erick la besó de nueva cuenta y luego se separaron cuando se percataron del sonido de sollozos detrás de ellos. Se apartaron un poco y las cejas de Julieta se fruncieron cuando encontró a la señora Melrouse derramando lágrima tras lágrima como si estuviese presenciando una de las comedias románticas que los había obligado a ver en una de las clases.

"Con esto encontrarán su vena romántica, chicos" Había dicho aquella vez.

—¿Se encuentra usted bien, profesora?—cuestionó Erick mirándola fijamente.

—Es que realmente sigo sin poder creer que el experimento llamado amistad que realizamos haya funcionado tanto que primero fueron amigos y ahora son novios...lo siento como un logro personal...—susurró. Julieta rio.

—Por cierto, queremos darle las gracias...—decidió Erick sonriéndole.—Muchas gracias por hacernos los protagonistas de su obra escolar, nos sentimos orgullosos del trabajo que hicimos pero también nos sentimos orgullosos porque al final de cuentas logramos romper una barrera invisible que nos habíamos impuesto a nosotros mismos...gracias a usted estamos juntos...gracias a usted nos dimos cuenta que entre nosotros no sólo podía haber odio...que también podía haber amor... —explicó mientras la mujer lloraba todavía más y más.—Oh, y también queríamos contarle un secreto...

—¿Un secreto?—cuestionó la mujer limpiándose las lágrimas con su mascada.

—Si...—respondió Julieta con media sonrisa sin soltar la mano de su novio.

—Queríamos decirle que nuestra clase favorita es la clase del club de teatro...—le espetó Erick abrazando con fuerza a la chica por la cintura. Erick apoyó su barbilla en el hombre de la muchacha y la mujer de tendió a llorar de nueva cuenta.

—Dios, ustedes son tan lindos...—susurró afligida.—Váyanse de una vez antes de que hagan que no me quede ni una sola gota de agua en el cuerpo...

—¿Sabes una cosa?—cuestionó Erick avanzando de la mano de su novia por el pasillo que conducía a la puerta una vez que toda el área estuvo libre de personas. Julieta lo observó un momento en silencio y le ofreció una pequeña sonrisa.—Tal vez Romeo y Julieta no sea tan malo...

Ella rio.—¿Quién eres tú y qué le hiciste a Erick Brian Colón?—bromeó.

—Lo digo en serio...—se quejó el chico.—De hecho, creo que me gusta...

—¿Estás hablando en serio?—preguntó ella deteniendo su andar.

—Pues claro—respondió.—Aunque la verdad es que le cambiaría el final...

—Le cambiarías el final...—repitió.—¿Y qué final se supone que le darías?—preguntó con sumo interés. El chico soltó una risita divertida.

—Que no mueran...ahora que somos Romeo y Julieta creo que le dimos nuestro toque ¿no te lo parece?—inquirió retomando la caminata.

—¿Por qué dices eso?

—Bueno, es algo más grande si te lo piensas mejor pero...sigue siendo una tontería...se suponía que Romeo y Julieta murieron por amor...pero quién rayos dice que hay vida después de la muerte...en cambio nosotros, nos amamos después de la muerte ¿cierto?—Julieta arrugó la nariz y Erick se echó a reír.

—No entiendo tu punto...

—Tú eres Julieta...yo soy Romeo...se supone que morimos pero míranos aquí...amándonos...—susurró. Una auténtica sonrisa se instaló en los labios de la chica. Se frenó de nueva cuenta y dejó un beso sobre sus labios.

—¿Tú crees...?—él asintió.—Hay una pregunta que he querido hacerte desde hace varios días pero creo que este es el momento perfecto...—anunció con media sonrisa.

—¿Qué es lo que pasa?

—Te amo...—soltó ella.

El corazón de Erick se estremeció de inmediato igual que cada vez que ella le decía que lo amaba. Se sentía increíblemente bien escucharlo.—Te amo más...

—¿Volverías a querer jugar al delincuente juvenil haciendo destrozos en la universidad una vez más?—inquirió Julieta mirándolo a los ojos.

—Sólo si papá me castiga enviándome a la clase de teatro de la señora Melrouse y si la obra de teatro se llama Romeo y Julieta...—ambos sonrieron—¿Por qué al final de cuentas todos quieren un amor como el de Romeo y Julieta, no?

—Excepto Romeo...—se burló ella.

—Y excepto Julieta...

Fin.

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¡Pues espero que les haya gustado muchooo! Les envío un beso enormeee y nos leemos prontito.

Con amor, Gloria, xx.

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