* 24 *

Cuando Nahuel se marchó, Aneley se quedó pensativa, de hecho lo había estado desde que él decidió contarle todo lo que sentía. No había prestado nada de atención a la película que vieron, no podía dejar de pensar en lo que él le había confesado.

De alguna manera lo sabía, lo presentía, sin embargo era más sencillo ignorarlo si no tenía la confirmación del muchacho, cosa que ahora ya no podría hacer. Sin embargo, no quería que nada cambiase entre ellos, así que haría el esfuerzo por mantener todo dentro de lo normal.

Se recostó en la cama y se encontró pensando en aquel beso que habían compartido, había sido mágico e intenso, había sido delicioso incluso para una chica como ella, que no quería ni podía enamorarse de nadie más.

Quería hablar con Kristel, pero decírselo podía ser complicado, después de todo era su hermana, ¿será que ella ya lo sabía? No podía ir a su casa porque él estaba allí y sería incómodo, pero definitivamente necesitaba hablarlo con su mejor amiga, aunque se tratara de su hermano, así que decidida tomó el celular y le mandó un mensaje.

«¿Puedes venir a casa?».

Era todo lo que puso acompañado de una carita de monito avergonzado.

«Hola, ¿qué tal? ¿Cómo estás? Yo muy bien, gracias. ¿Ahora? La verdad es que estoy aquí sentada en mi sala viendo un viejo capítulo de Friends junto con Nahuel que llegó hace un rato. Estamos comiendo palomitas y tomando un refresco. ¿No quieres venir tú?»

Inquirió la muchacha sin muchas ganas de vestirse y salir.

«Nahuel se acaba de ir de mi casa, me acaba de confesar todo lo que siente por mí, creo que si voy no sería cómodo porque no podríamos hablar.»

Kristel por poco no escupe todas las palomitas que se había llevado a la boca cuando leyó ese mensaje. Observó a Nahuel que reía divertido por algo que había dicho Chandler, pensó en preguntarle primero a él para confirmar aquello que Aneley le estaba diciendo, pero decidió que mejor hablaba primero con ella. Se levantó de prisa y fue a su habitación a ponerse algo más presentable para salir. Bajó a toda velocidad y se despidió de su hermano que sin preguntarle nada, levantó una mano en señal de despedida. Él estaba acostumbrado a los rayes de Kristel, no era nada nuevo esa clase de comportamientos en ella.

Aneley supo de inmediato que Kristel vendría en menos de diez minutos, así que fue a la cocina a preparar un poco de chocolate caliente para compartir con su mejor amiga, después de todo era su bebida favorita. La muchacha tocó al timbre como si el mundo se fuera a acabar mañana, y Aneley rio divertida mientras caminaba hasta la puerta.

—¡Cuéntamelo todo, ya! ¿Qué te dijo? —exclamó ingresando como un tornado.

—¿Desde cuándo lo sabes? —inquirió Aneley colocando los brazos en jarra, la actitud de Kristel no era de sorpresa por lo que acababa de enterarse, sino más bien por lo que hizo su hermano, eso quería decir que ella ya lo sabía.

—Desde... ¿siempre? —respondió la chica encogiéndose de hombros.

—¿Y no me lo habías dicho? —preguntó Aneley fingiendo indignación.

—Es mi hermano, Ane. ¿Qué sentido tenía? Estabas enamorada de Abel y él era solo un niño tonto... tenía doce o trece años, sinceramente a esa edad no mirábamos a niños más chicos —dijo encogiéndose de hombros—. Además pensé que era un platónico, algo como lo mío con aquel chico de último año, ¿lo recuerdas?

—Sí, lo entiendo —suspiró Aneley—. ¿Y ahora? ¿Sabías que seguía sintiendo cosas por mí?

—Entiendo que estás muy absorta en tus pensamientos y tus problemas, amiga, pero no darse cuenta que mi hermano babea por ti es imposible —añadió.

—¿Lo crees? —preguntó Aneley insegura.

—¡Iba a hacerse cargo de un niño que no era suyo! —exclamó la muchacha con una voz que denotaba que lo que decía era muy obvio, Aneley asintió.

—Hoy me acompañó al cementerio, le pedí que lo hiciera, necesitaba despedirme de Abel... Y luego...

Aneley le contó a Kristel con lujo de detalles lo que había sucedido, la chica entendió por qué su hermano había llegado con ropa distinta a la que había usado al salir de su casa, y también entendió que entre ellos pasaban muchas más cosas de lo que ella creía.

—No sé qué decirte, Ane. Amo a Nahuel y sé que te ama de verdad, sé que es un buen chico, un poco naif, pero es bueno... uno de esos que ya no se encuentran —añadió—. Sin embargo, no puedes forzarte a amar a nadie solo porque es bueno, no quisiera que ninguno de los dos hiciera sufrir al otro, ¿me entiendes?

—Lo sé, Kris, no voy a ilusionarlo si eso es lo que crees. Él sabe de mi situación, de mis miedos, de mis sentimientos, él sabe todo de mí —añadió con una sonrisa dulce.

—Hmmm. ¿Todo? Eso me pone celosa —zanjó Kristel frunciendo el labio para fingir enfado, Aneley sonrió—. ¿Qué te da risa?

—Nada, tú y tu actitud, siento ponerte en el medio de ambos. Prometo no lastimarle, no le daré esperanzas, de verdad —añadió.

—¿Tú no sientes nada por él, Ane? En mucho tiempo no te he visto sonreír como lo haces ahora, él ha sabido sacarte de ese sitio donde no nos dejaste entrar a nadie, tú lo invitas a pasar, como ahora, le has pedido a él que te acompañara al cementerio. ¿Estás segura de que no te pasa nada con él? —inquirió y la muchacha bajó la vista.

—Para serte sincera, Nahuel es una de las personas más importantes de mi vida, como tú dices ha sabido llegar a mí y me ha rescatado de mi propio abismo, pero no puedo prometerle algo que no sé si seré capaz de darle, ¿me entiendes? Yo más que nadie quiero poder volver a amar, quisiera enamorarme, quisiera enamorarme de él, pero... —Negó confundida.

—Bien, Ane... está bien, yo te entiendo —dijo la muchacha abrazándola.

—No le dirás nada de esto, ¿verdad? —preguntó Ane y ella asintió.

—Por supuesto que no le diré nada, puedes confiar en mí —afirmó la muchacha.

Quedaron un buen rato en un silencio cómodo, acostadas una al lado de la otra en la cama de Aneley y mirando al techo. Kristel pensaba en lo mucho que le gustaría que su hermano y su mejor amiga fueran pareja, pero ella entendía el dolor de Aneley y tampoco quería ver a Nahuel sufrir. Aneley pensaba en Nahuel, en su sonrisa, en su abrazo, y en ese beso que compartieron.

—Nos besamos, hace poco nos besamos —contó entonces.

—¿Qué? —preguntó Kristel confundida—. ¿Te besó y no te diste cuenta de lo que sentía por ti? —inquirió—. Hay algo en ti que no está bien —bromeó.

—Es que... fue algo que solo sucedió. Ninguno de los dos hablamos luego de aquel beso, ni siquiera ahora lo hicimos. Solo pasó, yo pensé que fue el momento, un impulso... qué se yo —añadió suspirando confundida.

—¿Pero? ¿No sentiste nada? —preguntó Kristel girándose para verla, Aneley sonrió de solo recordar ese momento—. Cuéntame cómo y cuándo fue —añadió Kristel.

—Claro que sí, fue genial —respondió Aneley y luego le comentó todo sobre ese día.

—Ane... creo que estás confundida, necesitas aclararte —dijo su amiga—. Debes decidir si es a Nahuel a quien quieres o solo necesitas enamorarte para olvidar.

—No quiero jugar con él si eso te preocupa —respondió Ane sintiéndose algo dolida, creía que su amiga lo decía por los otros chicos con quienes había estado.

—No me malinterpretes, sabes que no lo digo por lo que estás pensando —añadió Kristel que conocía a su amiga a la perfección—. Solo tienes que ir despacio, un clavo no saca a otro clavo, Ane, eso es mentira.

—Lo sé, y no quiero eso tampoco —respondió la muchacha.

—Es solo eso, Nahuel está enamorado y como tal puede llegar a pensar que te podrá rescatar con su amor, pero ambas sabemos que no es así, que el amor no rescata a nadie, que somos nosotros mismos quienes nos rescatamos. Si tú sales adelante y te rescatas a ti misma, como parece que estás empezando a hacerlo, entonces serás libre para amar a quien quieras, incluso a Nahuel, pero a veces, cuando salimos de algún sufrimiento muy grande y alguien nos hace sentir tan bien como él te está haciendo sentir a ti, podemos confundirnos, podemos amar la idea de enamorarnos, y eso a la larga será doloroso para ambos —explicó.

—Eres una persona sabia, Kris. Perdóname por haberte dejado de lado y por haberte apartado de mí todo este tiempo. Gracias por quedarte a pesar de todo —añadió Aneley tomándola de la mano, Kristel sonrió y le besó en la mejilla.

—Te adoro, amiga, lo sabes. No me iré de tu lado nunca —añadió sintiendo que su amiga finalmente estaba regresando.

Se quedaron allí en silencio, hasta que de pronto Aneley comenzó a reír.

—¿Te volviste loca? —preguntó Kristel mirándola con diversión.

—Estaba pensando en que él me dijo que había cosas que tenían que aceptarse. Yo le pregunté qué clase de cosas y ahí me dijo que estaba enamorado sin ser correspondido —explicó la muchacha.

—Ajá

—Y pues le dije que la chica que lo dejara ir era una tonta —zanjó—. ¿Soy una tonta?

—Lo eres, eres bien tonta, Ane... pero así te queremos —dijo Kristel riendo con su amiga.

—¡Tú eres tonta! —zanjó la muchacha arrojándole una almohada a su amiga.

—¿Ah, sí? —preguntó y entonces comenzó una guerra de almohadas.

Ambas comenzaron a jugar como si fueran un par de niñas hasta que los estómagos comenzaron a dolerles de tanta risa. Aneley se sentía plena, se sentía vibrante y feliz, tan llena de vida como hacía muchísimo tiempo no se sentía, Kristel estaba contenta, sentía que recuperaba a su amiga, que finalmente el sol volvía a brillar para ella y aunque temía que su hermano saliera lastimado, sabía que mucho de eso se debía a su aparición en la vida de Aneley. Le gustaba pensar que quizá solo era cuestión de tiempo.

Hola chicos, ¿cómo están?

Tengo algunos avisitos:

1. La historia llamada Epifanía que subiré próximamente, estará en Sweek que es una app o plataforma como wattpad, el motivo por el cual lo subiré allí es porque participará de un concurso. Te pido que si puedes, te bajes la app porque es importante para mí que tenga muchos seguidores la historia (allí las historias tienen seguidores). La historia será juvenil paranormal, trataré el suicidio y el acoso como temas centrales en un contexto fantástico.

2. Ni príncipe ni princesa no ganó un Watty, nos quedamos en la lista corta, pero bueno, otra vez será, gracias a todos por el apoyo de siempre. A veces se gana y otras se pierde. 

3. Tu música en mi silencio sale de wattpad el 20 de octubre por publicación en físico. Si no la leíste por favor anda a leerla antes de que la retire. Gracias.

...Los quiero mucho...

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