CAPÍTULO 19:
—Mi amor, ¿qué hacen aquí? —Mamá me acaricia la cara, retirando mechones de mi cabello (si todavía lo puedo llamar así).
—Nacho, ¿cómo conseguiste entrar? —Ignoro la pregunta. Esto es lo más importante ahora.
Alza sus bracitos con cansancio:
—Toqué timbre, dije que era Nacho y que quería ver a mis padres —. Admiro a este mocoso, en todas sus formas.
—Con esos ojitos no le pude decir que no —. Comenta uno de los malotes. Otra vez con los ojos...¡Son verdes! ¡Ya está!
—Vinimos a rescatarlos —respondo a mi madre sin ocultar el enojo— pero se la están pasando bien, ¿eh? —Nosotros aquí, medio muertos, y ellos comiendo pastel. Manga de desconsiderados, padres irresponsables, hijos de...
—No te confundas —el Don bigotes rodea la mesa y se acerca con parsimonia— ellos, y ahora ustedes también —observa a cada quien— están secuestrados. No saldrán de aquí hasta que obtenga lo que quiero.
—¿Y usted qué quiere, si se puede saber? —El estrés que tengo acumulado da como para internar a cuatro personas en crisis.
—Quiero saber dónde está Sheng, quiero que el muy maldito muestre la cara —. Eleva su puño con fastidio.
—¿Y ese cartel? ¿Y la torta con el coche? ¿Alguien me puede aclarar algo?
—Yo también quisiera saber, por favor —. Harry se rasca la nuca.
Los maleantes del otro lado intentaron entrar, pero Jaimito (nos reímos con su nombre) los detuvo. Tomamos asiento en las sillas y se nos sirvió pastel de chocolate. Además se nos explicó los puntos clave:
—Tus padres se quieren separar —el mexicano entrelaza sus manos y tuerce la boca con cierta pena—y estamos tratando de evitarlo.
Ruedo los ojos y le quito importancia con un simple gesto:
—Descuida, siempre pasa. Dejamos de creerles desde la cuarta vez —. Me lleno la boca con pastel.
—¡Eh! ¡Es en serio! —Reprochan al mismo tiempo.
—¡Ya discúlpense, par de infantiles! —Nacho los apunta con su tenedor.
Ambos se miran y terminan tomándose de las manos. Jaimito se golpea a frente.
—Lo siento, Pen —coloca los otros dedos sobre su panza—. Perdóname.
—Yo también.
—Oigan un segundo...¿por qué...? —Levanto los párpados todo lo que soy capaz.
—Estoy embarazada —. Mamá sonríe.
Me ahogo con la porción y Harry tiene que golpearme la espalda.
—¡Sí! ¡Seré el del medio!¡Seré el del medio! —Mi hermano salta en su lugar, completamente emocionado. Vaya, pensé que ya estaba grande para más niños en esta familia, pero estoy feliz con la noticia.
—Cálmate, mocoso. Sigo siendo la mayor— Le doy una guiñada.
—¡Felicidades! —Dice el pizzero. El recuerdo del beso me hace querer golpearme mil veces contra mesa y/o esconderme debajo para no salir nunca más. Bueno, en definitiva, lo hice para darle una lección, así que estuvo bien...muy bien. Fue lindo. Huele tan delicioso como lo recuerdo. Uff, ¡tonto cerebrito astrónomo!
NARRADO POR PEN:
Por fin estamos todos reunidos, aunque claro, secuestrados por un viejo con problemas. ¿Por qué Em está tan roja? ¿Por qué Harry está tan rojo? ¿QUÉ HICIERON?
Planeo abrir la boca para desatar mi tsunami maternal cuando alguien hace explotar la entrada (no pude ser yo, ¿verdad?).
Allí ingresa ni más ni menos que el asiático del que todo el mundo habla, el ex proxeneta más loco de la historia, el dueño del maldito mono pervertido y el tío favorito de mis hijos.
—¡Tío Sheng! —Nacho sale disparado a su persona.
—¡Soblino enano! —se agacha y lo abraza, luego revisa sus bolsillos— Toma, te tlaje unos dulces.
—Sí, ¡chocolate! ¡Mi favorito! —Analizo el paquete y me lleno de vergüenza al notar que es ropa interior comestible.
—¡Sheng! ¡Es un niño! — Le recrimino.
Em también se para y lo saluda.
—Tontelías...a ella le gustaban mucho los condones de menta cuando ela pequeña —. Mi hija le da una expresión de "Oh, gracias por revelar esa vergonzosa etapa de mi vida. Si me disculpan, estaré enterrándome bajo toneladas de tierra".
Se gira y baja la mirada, volviéndose a sentar.
—Ah... —El muchacho trata de animarla de alguna manera.
—Harry, cállate.
—Perdón —. Susurra.
Jaimito se levanta con ímpetu, mostrando un semblante duro y casi siniestro:
—¡Sheng! ¡Así que te dignas en venir! —se acerca— ¡Después de años!
El otro ni se inmuta:
—Te has pasado de la laya. Exagelado. Has sido siemple un exagelado.
El gran hombre va, y quedan frente a frente. Oh, la que se va a armar, ¡la que se va a armar! Mafia contra mafia, ¡sangre, se derramará sangre! ¡Venganza, deseos de matar que se remontan hace mucho tiempo! Eh...¿Por qué se abrazan?
—¡Me dejaste tan solo! ¡Te fuiste sin mirar atrás! ¿Lo nuestro no te importó?
—¡¿QUÉ?! —Todos, absolutamente todos lanzamos la misma exclamación.
—¿No que te había robado? —Pregunto.
—Sí —Jaimito suelta unas lágrimas, conmocionado— me robó el corazón hace mucho tiempo.
Sheng le limpia las lágrimas con el pulgar y pone una mano en su mejilla:
—No hagas esto pol despecho. Si te dejé fue pala plotegelte....Yo siemple te he amado. No volví polque tenía miedo de que me lechazalas.
—Ay, ¡mi chinito!
—¡Mi goldo!
Se dan un beso.
—Ahora lo he visto todo, wey —. Comenta Pancho a otro.
—Sheng...—Murmura Derek, anonadado.
—Es gay....—Termino la oración.
Sí, son vacaciones que jamás olvidaremos.
En ese mismo instante decidieron casarse. Es impresionante lo que dos seres con dinero pueden hacer. Desde contratar un servicio de catering en dos segundos, hasta sobornar a un cura para que se unan "ante los ojos de Dios", seh, yo creo que hasta el Señor recibió su paga.
Pero la cosa no terminó allí, mi hermana apareció con dos sobrinas. No una, ¡dos! Gemelas. Soy tía de gemelas, dama de honor de una boda gay transcontinental y madrina del bautizo que Jaimito insistió en hacer (con el mismo cura). Por supuesto que cada quien recibió su baño y vestimenta formal. Ya es la segunda vez que este chino me viste. Es alarmante.
El cartel se mantuvo, únicamente se modificó un poquito: "¡Feliz no divorcio y Baby shower y Boda gay y Bautis...!" no dio el espacio para el resto, igual se entiende.
Menos mal que mis gases se terminaron, sería espantoso pedorrearme en...¿cuatro? Cuatro fiestas juntas.
NARRADO POR EMILY:
Observo a la gente (algunos invitados llegaron un poco más tarde, ahora el lugar está lleno) bailar de un lado a otro mientras mastico un copetín de aspecto extraño. Clásica comida china.
—Hola, ¿quieres bailar? —Alzo la vista y Harry me extiende la mano, sonriente. Trae un traje que le queda pintado, resalta su figura de manera favorable y elegante.
Me encantaría, pero soy horrible bailando.
—Lo siento, estoy comiendo, ¿quieres? —Le paso el plato. No sé de dónde saqué el gusto por comer.
Él frunce el ceño y se aguanta la risa:
—¿Sabes lo que es?
—No, ¿qué? — Tomo otro, lista para metérmelo en la boca.
—Lenguas de pato.
Lo deposito lentamente en el plato mientras asimilo la idea. ¡Pensé que eran nuggets de pollo con forma graciosa!
—Tienes razón, bailemos —. Me alejaré de todo lo que parezca comestible en este lugar.
Se ríe como sólo él puede hacerlo y no me queda de otra que reír también.
Realizamos pasos raros. Lo bueno de no saber bailar, es tener un compañero que lo hace peor que tú.
—Dime una cosa, ¿te volveré a ver, repartidor? —Sonrío.
—No lo sé, tú y tu familia traen locuras a donde sea que vayan...—eleva sus comisuras— menos mal que también soy loco.
Y ahora quien da el beso es él.
Lenguas de pato...sin palabras:
Y una pregunta...¿les sorprendió mucho lo del viejo amor de Sheng? XD.
¡Saludos desde mi rincón! :D.
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