CAPÍTULO 18:
Estoy jadeando, un enfermero retiene mis brazos y tengo un médico muy enojado en frente. ¿Qué pasó? Encontré a Derek. ¿Y entonces por qué tanto alboroto? Porque al llegar a considerable velocidad por huir de la autoridad tropecé, y le arranqué los cables al respirador de su compañero de cuarto, y ahora su nariz está sangrando... Sólo quiero saber una cosa, ¿qué pensaba el óvulo de mi madre al aceptar un espermatozoide tan desastroso? Si sigo así, crearé la tercera Guerra Mundial.
Por suerte Derek aclaró la situación, en cuanto supieron que era la chica sobreviviente me regalaron una mirada de pena y me dejaron estar unos minutos (más una advertencia de regalo). Sí señores, apiádense de mi retraso.
Al dejarnos solos me aproximo al muchacho, que tiene el cabello rubio muy corto y unos lentes rectangulares.
—Lo siento muchísimo, ¿estás bien?
Se acomoda sus gafas y sonríe:
—Descuida, eso fue divertido, ¡ojalá tuviera una chica que corriera así por mí! —clava sus ojos en la lejanía con aire poético y después se ríe de su propia broma— Soy Mateo, un placer —.Toma mi mano y la sacude enérgicamente.
—Soy Penélope, igualmente...y lo siento, otra vez.
Un carraspeo me sobresalta:
—¿Hola? Aquí también hay un chico convaleciente que necesita atención —.Mueve la muñeca a modo de saludo.
Ruedo los ojos y sonrío:
—Sólo quería saber si seguías vivo, y veo que sí, qué lástima —le guiño un ojo y él suelta una risa fresca. Pero mi rostro se endurece al ver su pierna cubierta por una sábana—¿Qué te hicieron? Me dijeron algo de una intervención.
Su cara se torna seria...muy seria, demasiado.
—Emm...bueno Pen, tengo que decirte la verdad, será mejor que te sientes —bien, ya me preocupa. Me pongo en la silla para las visitas y no digo nada—. ¿Recuerdas lo de la serpiente? —asiento— Yo podía caminar perfectamente pero...perece que algo salió mal. La herida se infectó y —hace una pausa— tendré que usar silla de ruedas —cubro mi boca por la sorpresa, él...¿no podrá caminar más? ¿En serio? No puede ser—.Lo siento.
Sacudo la cabeza para despejar mis lágrimas y hago una mueca:
—¿Por qué te disculpas? Derek —coloco una mano en su hombro— sobreviviste a la caída de un avión, a la mordida de una serpiente y lo mejor, sobreviviste a mí. Así que no te acobardes ni te detengas —sonrío—. Sabes que siempre estaré para empujarte —. Termino abrazándolo.
El cuarto queda en un silencio incómodo, y sí, me parece raro, ¿no se supone que estamos a la mitad de un drama?
—Cielos Dek, tu chica es más buena que el pan, creo que la cagamos —. Mateo se lleva una mano a la nuca y tuerce la boca. A ver, ¿qué está pasando aquí?
Me aparto de él con una ceja alzada, únicamente para descubrir su clásica expresión de niño castigado.
—Si yo te dijera que era una pequeña bromita de los dos, ¿te enojarías?
Cierro los ojos y respiro profundamente...uno, dos, tres...
—Derek, ¡tus bromas de mal gusto me tienen cansada! —chillo— ¿No entiendes que me duele? ¡Ya no quiero saber más nada de ti!, ¡imbécil!
Se alarma cuando me levanto para irme:
—¡Espera! —Le cierro la puerta con estrépito.
Debe aprender que no puede jugar con eso. Ahora que aguante. Lo voy a hacer sufrir, es más, no regresaré en unas horas, para que piense en lo que hizo.
Un golpe proveniente de la sala de los chicos me sorprende, y no tengo más opción que entrar y ver qué pasa.
1) Derek está en el suelo, con una bata que NO le cubre el trasero. (Creo que lo he visto más veces que su cara).
2) Mateo está arqueado haciendo sonidos raros y señala continuamente su mesa de noche.
3) Yo, la más inepta en lo que se refiere a medicina, tiene que ayudar a los dos, genial.
Como Mateo es el que parece tener peor aspecto corro y abro el cajón. Lo primero que mi vista encuentra es un inhalador, así que se lo doy para que lo use.
—¡¿Eres idiota o qué?! —Derek ya está un poco incorporado, pero se resbala con facilidad y trae gesto de dolor, supongo que será por la pierna, que la trae vendada.
—Que...quería alcanzarte —gime—. No podías irte sin oír mis explicaciones.
Ruedo los ojos:
—¿Andando con una pierna? —le tomo el brazo y lo ayudo al llegar a la camilla— Eres un tonto muy tonto. Además, no me había ido, quería hacerte una broma en venganza, pero ya veo que ninguno de los dos puede sin mí.
Mateo afirma con la cabeza y levanta el pulgar:
—Muchas gracias, le salvaste la vida a este idiota.
Río un poco por su comentario y me fijo nuevamente en Derek:
—Bien, te escucho—. Me recuesto a la pared, como mafioso esperando la oferta.
Él acomoda su pierna antes de hablar, al levantar la cabeza muchos mechones caen sin ninguna delicadeza sobre sus ojos dándole una apariencia fresca y descuidada, más aún si tengo en cuenta que continúa con su barba de varios días. Humm...se vería bonito con una capucha. Pen, concéntrate, estás enojada con este tipo, debes poner una cara que no sea de deleite, porque sí, estás poniendo exactamente esa.
—Primero que nada, voy a tener que usar muletas hasta que mi pierna se mejore —menciona con precaución, luego agrega—, le conté de ti a Mateo y decidió que sería bueno que te pusiéramos una especie de prueba. Así que exageramos un poco la situación...
—¡¿Exagerar?! ¡Creí que no caminarías jamás! —Salto enojada, y con razón.
Frunce el ceño:
—Eso lo inventaste tú, yo no dije nada.
—¿Y qué hay de toda esa perorata de la serpiente? ¿Cómo querías que entendiera otra cosa después de aquello?
—¡Te encanta meterle drama a la vida! ¡Sólo era un chiste!, ¿acaso no vas a reírte nunca?
—¡Me voy a reír cuando se me cante la gana!
—¡Eres una amargada loca!
—Chicos...
—¡Y tú un infantil retardado!
—Chicos...
—¡Habló la experta en el tema!
—¡ME VAN A PROVOCAR OTRO ATAQUE DE ASMA! —Mateo saca una voz de súper macho que nunca sospeché que tenía y ambos le prestamos toda la atención, pero sin dejar nuestras caras de pendencieros. Su risa nos hace suavizar la expresión y sustituirla por confusión absoluta— Vaya, así de dinámicas deberían ser la parejas.
—Nosotros no somos pareja —.Apresuro a decir.
—Para nada —.Agrega Derek.
Nuestro nuevo conocido alza una ceja pero no habla.
Un rato después alguien lo llama y se levanta, arrastrando su tanque de oxígeno.
—Adiós, Hazel.
Le muestra el dedo medio con una sonrisa y se va.
Cuando ya estoy harta de escuchar el tic-tac del reloj y el zumbido de los tubos de luz separo los labios:
—Oye, ¿al final por qué te operaron?
—Para no tener una cicatriz tan horrible y por si llegaba a tener alguna infección —se encoge de hombros haciéndose el duro, pero casi simultáneamente libera un suspiro—. Lo siento, debí saber que reaccionarías así.
Penélope, no aceptes sus disculpas, no importa si tiene esos tontos ojos de pasto, no lo per...bueno, hazlo, pero de forma indirecta:
—Descuida, yo también debí suponer que te arrojarías al suelo por mí —.Muestro mis dientes en una mueca de superioridad. Me le acerco luciéndome y le estampo un beso en la mejilla. ¡Toma Derek! Ahora no soy tan predecible, ¿eh? Espera maldito, ¡no desvíes la cara! Oh, ya lo hizo. ¡Me está besando sin mi consentimiento! (No muevo mi boca con la suya porque quiera, es una simple cuestión de educación corresponder).
Cuando son separamos, clava su mirada en mí con una imperceptible sonrisa:
—Cualquiera se arrojaría al suelo por esto.
Algunas personas dicen que las camillas son incómodas...ellas se pueden ir al diablo.
Juro, juro que extrañaba el polifón y las sábanas. Son hermosas, las amo. Me casaré con ellas y tendré unos hijos suaves y mullidos. La arena y las hojas quedaron atrás, oh sí. Ahora tengo una cama, una CAMA con todas las letras.
Aunque, por más que no puedo negar que estoy súper feliz por esto, me falta algo, una almohada sin forma definida, con pelo y nombre. Sí, necesito un perro.
Ok, no.
Lo quiero a él, ¿pero qué pasa? No se puede, no pienso colarme a su cuarto otra vez, y mucho menos a esta hora.
Unos golpes suaves en la puerta me interrumpen, ¿quién puede ser?
1) Mi familia está en un hotel porque no les dejan quedarse fuera del horario de visita.
2) Ni en un universo paralelo, las enfermeras tocan antes de entrar.
Me levanto de mala gana, abro la puerta y... ¿Mateo? ¿Por qué siento que esto iba a pasar?
—¡Hola compañera! ¿Cómo te trata la noche? —Sus ojos brillan con muchísima picardía y entusiasmo.
—¿Q-qué haces aquí? —Me aparto del marco para dejarlo pasar, pero no sólo está él, sino también Derek y un chico alto al que nunca vi en mi vida cargando con una caja de pizza. Cuando Mateo ve mi expresión exclama con total naturalidad:
—Vinimos a visitarte. Él es James, estudiante de medicina, está haciendo la guardia.
Alzo una ceja increpando al nuevo:
—Si estás de guardia, ¿qué haces aquí?
Él tuerce la cabeza:
—No hay mucho que hacer estos días. Además, Mateo me dijo que a cambio de que los acompañara a su salida nocturna, me daría el número de su hermana.
El susodicho me propina un codazo y rueda los ojos:
—No es la gran cosa, pero a este lo tiene comiendo de su mano.
—Y... ¿De dónde sacaron la pizza?
Alza los brazos exasperado:
—¿Vas a preguntar todo? Mejor encendamos el televisor y pongamos una buena película. Necesitamos festejar que ustedes dos, locos, están vivos —.Nos señala a Derek y a mí desde una de las sillas de visitas.
El nuevo, James, parece anonadado:
—¿Ustedes son los jóvenes de la isla?
—Sí, esos somos.
Después de que Derek lo dijera, no pudimos evitar que quisiera escuchar la historia, sin embargo nos reímos bastante al hacerla entre los dos, viendo nuestros puntos de vista y exagerando aspectos. Se formó un lugar acogedor, una sala de hospital se convirtió en mi casa, una que había creído perder. Los chistes, los abrazos, incluso el olor a condimentos calientes me hicieron darme cuenta de lo bonita, extraña y cambiante que es la vida. Siempre dispuesta a darnos nuevas fotos para el álbum, recuerdos gratos y otros no tanto, pero recuerdos al fin. Y en esto pienso mientras mastico con ganas mi porción y río por una broma de los chicos: "Señores, señoras y niños del vuelo A-4, viviré por todos ustedes, y seré feliz por ustedes, lo prometo".
FIN.
Sí, esa palabrita arruina infancias de ahí arriba es real... Lo siento :(. ¡Y antes de que quieran golpearme por no haberles advertido, tengan en cuenta que lo hice por nuestro bien! Es mejor que se enteren en el momento.
Ya, soy pésima para las malas noticias, ¡así que daré las buenas! Aún queda el epílogo, y pienso redactar algunos contenidos extras. Además...hay historia nueva (en realidad es más vieja pero empecé a subirla ahora), se llama QUEBRADOS y aborda de todo un poco...drama, humor, acción (eso intenté) y fantasía. Me encantaría que se pasaran por allí y opinaran :) .
Bueno, gracias por tomarse su tiempo para conocer a Pen y también a Derek, y por ayudarme a mejorar en lo que amo. ¡Gracias elevada a la diez!
¡Saludos desde mi rincón! :D.
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