¡Anda ya!

Tragué en seco, vislumbrando al hombre de mis sueños saludando. Me preguntaba si era para mí. Imposible... Mi reacción fue estúpida, miré hacia otro lado, ocultando mi extrema felicidad. ¿Cuál era la posibilidad de encontrar a mi actor favorito en algún momento de mi vida? ¿Y dos veces en la misma semana?

- No me dijiste que Andrew McConie estaría aquí -susurré entre dientes.

- No lo sabía - respondió Sophie, algo sorprendida. Alec, el DJ con el que se quedaba, se acercaba. Su perro corrió delante, saltando sobre mí. Me tambaleé hacia atrás debido a su peso, era bastante grande y gordo.

- ¡Oye, Tobby! - llamó a su dueño.

- Sin problemas. - Después de estar a punto de caer, me agaché y acaricié al perro, que pronto me llenó de babas. ¿Y ahora qué?, pensé. Sentí el movimiento en la piscina, miré disimuladamente, los cuatro chicos se reían. Estaba desconcertada. - ¿Dónde está el baño? - pregunté, sacudiendo las manos, tratando de eliminar el exceso de saliva del San Bernardo.

- Rodea la casa y gira a la derecha. Entra por la primera puerta y estarás en la cocina. El baño está adelante - me explicó, pero no entendí bien, estaba nerviosa por la situación. Asentí automáticamente.

Mientras caminaba uno de mis amigos gritó: - ¡Oye!

Me volví hacia ellos, saludándolos con una leve inclinación de cabeza. Andrew, con los ojos entrecerrados, se cruzó de brazos. ¡Qué músculo! Quería visualizar todo el pecho. Fui como el DJ me guió, el camino era intuitivo.

Entré en el pequeño cuarto de baño, abrí el grifo y dejé que el agua arrastrara toda el líquido pegajoso. Resoplé cuando me di cuenta del poco maquillaje que llevaba, era muy básica. Abrí la mochila y cogí lo único que tenía, un pintalabios marsala que no era mío, sino de Nathy.

- ¡Gracias a Dios! - Dije en voz baja. Pasé el dedo índice por la punta del lápiz de labios y luego lo extendí por mis mejillas.

- ¿Tienes gente? - preguntó la voz ronca más sexy de Hollywood. ¡Oh, Dios! Entrecerré los ojos y me llevé la mano al pecho, asustada.

- Sí... Sí... - Tartamudeé. - Ahora mismo salgo.

- No hay que apresurarse - dijo. Seguí desesperada sólo por su presencia. Era surrealista lo que estaba ocurriendo. No quería que pensaras que me dolía la barriga, porque estuve allí durante mucho tiempo. Sería vergonzoso. Abrí rápidamente la puerta y lo miré fijamente. Mi corazón se aceleró, estaba tan guapo con el pelo mojado hacia atrás. Sus ojos verdes, realzados por la luminosidad del lugar, transmitían calidez. Muy diferente del primer día que lo vi. Probablemente el sueño me había impedido darme cuenta de su sencillez. - Hola, Cawo... ¡Mierda!, no sé cómo se pronuncia.

- ¿Cómo es? - Pregunté, curiosa. ¿Sabe mi nombre? - Por supuesto que escuchó a Vallentina decirlo, pero lo memorizó. ¿He captado tu atención? Suspiré, encontrando su intento fallido lindo y divertido. - No tienes que llamarme así. I... - Fruncí el ceño. - Prefiero a Carol.

- Carol es más fácil. - Metió las manos en los bolsillos y bajó su rostro, reflexivo, cabreado. - ¡Ah, vaya! He entrenado tan duro... Cawola también es bonito. - Arqueó una ceja, burlón. Me reí, exageradamente.

- Por el amor de Dios... no digas más eso... Esto es cómico - dije con dificultad en medio de la crisis de risa que me azotaba.

Andrew, de pie y con cara de tonto, me miraba de forma diferente. Tal vez no quería hablar por opción. Me sentí como si fuera admirada por la estrella. Me mordí la comisura del labio, avergonzada.

- Creía que era un efecto especial - bromeé, intentando acabar con el incómodo silencio. Sin comprender, frunció el ceño. Entonces señalé su abdomen. McConie le miró y negó con la cabeza.

- Me ofendes. ¿Sabes cuántas horas me ejercito al día para tener este aspecto? - Parecía una barrera implacable que me impedía salir de la puerta del baño que él mismo quería usar.

- Lo sé. Dos horas y media. - No he ocultado la fan que era. De hecho, yo había bebido dos latas de Hard Seltzer para celebrar la fiesta, probablemente por esta razón la vergüenza me abandonaba. Andrew se lamió los labios y hizo un pico dándome crédito por la respuesta correcta. Tenía un novio, no debería mirar esa boca con malicia, sin embargo, me perdí por unos segundos. Tengo que dejar de coquetear, decidí, disgustada. - ¿Me vas a dejar pasar? - pregunté, desafiante pero juguetona. Hizo un gesto, inclinándose como un caballero, indicando el pasaje con la mano.

- Póngase cómoda, señorita - dijo seductoramente.

Me dirigía a la zona exterior cuando decidí asegurarme de que entraba en el baño. Andrew, con el codo apoyado en el mostrador, me miraba. Vi que se sorprendió con mi verificación.

- ¿No ibas al baño? - pregunté, caminando hacia atrás. Andrew se encogió de hombros como si dijera "es cierto, sigo aquí", y luego me dedicó una pequeña y encantadora sonrisa. Será difícil de resistir, estaba segura. Eso si realmente quiere algo conmigo.

Perto da mesa de jantar havia outras mesas. Sophie brincava com seu celular, sentada em uma delas.

- ¿Te has hecho una foto, has conseguido un autógrafo? - ella se burló. Lo negué, agitada.

- Creo que está coqueteando conmigo. Parece que te gusto. - Mientras me acomodaba frente a ella, me quedé pensativa, preocupada por mi comportamiento descarado.

- Por supuesto que sí. Deberías haber visto lo rápido que salió de la piscina para ir a por ti.

- Estoy en pánico. Esto es una locura. No hace mucho estaba viendo sus películas, suspirando de amor. Ahora está aquí tan cerca... Todavía no lo he asimilado.

- ¿Qué vas a hacer? - preguntó con una mirada instigadora. Entonces me dio una patada en la pierna disfrazadamente, indicando la puerta trasera de la casa. Andrew salió de la cocina. Se había cambiado de ropa, llevaba una camisa blanca y una bermudas negras. ¿Se va a ir ya?

- I... I... No voy a hacer nada... - Respondí, medio perdida en mis sentimientos. - No voy a arriesgar una relación de años por una aventura con un actor mujeriego. - Resoplé, indecisa. ¡Qué tortura!

- Ajá... ¿Un novio que ni siquiera te responde?, Carol - Tu comentario no hizo más que animarme. Pero no tendría el valor de traicionar a Edu. Al menos eso es lo que yo pensaba.

He visto la ruta de McConie al son de "Mirrors" de Justin Timberlake, no pude evitarlo. Me enrosqué un mechón de pelo, me rasqué la nariz, golpeé desordenadamente el pie en el suelo.... Yo era la persona más agoniada del mundo en ese momento.

- Chica, contrólate - bromeó mi amiga. Me reí, forzada. - Si no quieres disfrutar de tu ídolo que no puede dejar de mirarte... El que está allí, a menos de cinco metros con ese cuerpo caliente y sudoroso, que podría estar a tu lado...

- Para, por favor... Para... - Dejé escapar una carcajada y escondí mi rostro en la mesa, levantando la mirada sólo hacia ella. - Eres mala... Muy mala...

- Yo no soy nada, pero tú eres una tonta. - hizo una pausa. Reflexioné sobre su opinión. - ¡Anda ya!, amiga... Hace mucho tiempo que Edu no te contesta. ¿Dos semanas?

- Tres... - Emití como un gemido.

- Ay... Eso no es normal. Está con otra persona. - Sophie sospechaba de Eduardo. Siempre me advirtió de sus mensajes tardíos y de la frialdad con la que me trataba durante las llamadas telefónicas.

- Es cierto. Tienes razón. ¡Que se joda Edu! - Determiné, cubriendo mi cara, que se estaba sonrojando.

- Me voy a levantar y tu galán vendrá. ¿Quieres ver? - Ejecutó el acuerdo lentamente, como si me diera tiempo de cambiar de opinión. Respiré profundamente, enderezándome en la silla. Me estiré el vestido, que se me subía, y me golpeé el sombrero.

- Si no está aquí en un minuto. - Levanté el dedo índice, muy precisa.

- ¿Un minuto? - me interrumpió. - Un minuto es ridículo. Realmente no quieres tener sexo hoy.

- ¡Chica! , ¿qué es eso? - Me sorprendió. Me quedé atónita. - Un minuto es todo el tiempo que tiene. - Crucé las piernas.

- Está bien. Disfrútalo, porque ni siquiera me he ido y ya viene el tío sexy.

- ¿Qué? - Me congelé inmediatamente.

¡Hola!, chicas. ¿Cómo actuarías en una situación como ésta? Iba a desmayarme... O mejor, creo que permanecer despierta cerca de Andrew sería la mejor opción. 🤣🤣🤣🤣

Esta semana he publicado sólo un capítulo, porque este libro (en la versión portuguesa) se está terminando. Pero en la próxima semana intentaré publicar unos 3. 🙏❤