Capítulo veintiuno.
»En peligro«
Anoche no pude dormir, pensando en todo lo que me contó Alisa, me siento asustada y muy preocupada.
*Flashback*
—Derek es de una banda de trata de blancas y nos quiere a ambas. —soltó sin rodeos.
— ¿Cómo lo sabes? —pregunté asustada.
—Por eso fue que también me golpearon, porque se dieron cuenta que los había descubierto. Al parecer el seduce a las chicas, tal y como lo hizo conmigo y luego se las lleva. —contó con una mirada llena de tristeza.
—Y él quiere hacer eso con nosotras. —afirmé un poco asustada con la situación.
—Sí y no va a parar hasta conseguirlo. —aseguró preocupada y también con notorio miedo.
— ¿Y cuál crees que será su siguiente paso? —cuestioné muy intrigada por el tema.
—El instituto. —dijo finalmente.
Nos quedamos mirando un momento, sintiendo la gravedad del asunto, dejándonos llevar por el miedo que nos recorría.
― ¿Cómo crees que entrará al instituto? ¿O cual crees que sea su fuente para escabullirse? ―pregunté con más nerviosismo dentro de mí.
―Hay alguien dentro de nosotros que trabaja para él.
*Fin de Flashback*
Alisa y yo hablamos por un tiempo más, pero decidimos descansar un poco del tema, no podemos hacer nada ahora y eso es lo que más me preocupa. Al levantarme llamé a Adam y le dije que no iría al instituto hoy, no le conté el por qué, el cual fue porque Alisa insistía en que no debemos ir por un tiempo, pero yo quiero ir, solo nos queda una semana y me gustaría estar para la fiesta de fin de año de Adam, Eiden y Allan.
—Morgan, baja un momento por favor. —grita mi madre desde el piso de abajo.
—Voy. —repliqué y me levanté de la cama.
Baje cuidadosamente por mi tobillo y cuando ya faltaban unos escalones escuché una voz que me alegró el día. Por cierto ya puedo medio/apoyar mi tobillo.
—Diego. —chillé con emoción y me tiré hacia él abrazándolo fuertemente, obviamente teniendo cuidado con el tobillo.
—Hola enana. —me dice abrazándome con la misma fuerza.
—No soy enana, tu creciste demasiado —lo fulminé con la mirada y luego le sonreí—, ¿Cómo estás? —cuestioné con emoción.
—Bien, vine a ver cómo te encontrabas. Quiero que salgamos hoy. —y allí se fue mi emoción.
—Diego, lo siento pero hoy no saldré de casa.
— ¿Por qué? —preguntó un poco ofendido y confundido.
—Porque invité a Alisa hoy a pasar el día juntas y no quiero decepcionarla, de hecho Alisa está arriba. —mentí sobre lo del día juntas, si supiera que de verdad es porque estoy en peligro.
—Bien pero cuando te quiera invitar de nuevo irás sin protesta, ¿Si? —propone un poco decepcionado.
—Claro con gusto. —añadí y me despedí de él.
Diego se fue y subí rápidamente como pude a mi habitación, no quería el interrogatorio de mi madre de porque decliné la salida con Diego. Al entrar a mi habitación vi a mi amiga Alisa sentada en el ventanal de mi cuarto, su mirada estaba totalmente perdida y su piel pálida, me acerqué a ella preocupada.
— ¿Está todo bien? —le pregunté cuando ya estaba sentada junto a ella.
—Mira esto. —dijo acercándome su teléfono para que observara un mensaje.
*Derek Hills:
—No creas que me daré por vencido tan rápido, bueno al menos contigo.
Se me heló la piel al leer ese mensaje, esto debe ser una broma, ¡Como alguien puede ser así!
—Alisa, ¿Qué haremos? —cuestioné mirándola seriamente.
—No lo sé, tengo miedo. —musitó con notorio nerviosismo en su voz.
—No tienes por qué tener miedo. —traté de calmarla pero es obvio que está alterada y asustada, como yo aunque intente mostrar que no.
—Es que no sabemos qué hacer y tampoco podemos hacer nada. —espetó rápidamente y alterada.
—Calma, esperemos estos días y veremos qué tal, pero tenemos que estar alertas. —dije y logré calmarla.
—Pero, ¿Y si trata de hacernos algo? —Alisa relamió su labio con inquietud pero ya estando más calmada.
—No creo que se acerque si estamos con los chicos. —añadí sonriéndole de lado.
—Pero también hay que tener en cuenta la persona que posiblemente esté dentro del instituto —asentí—. Bien, me calmaré estos días, pero si veo algo extraño te aviso. —dice y se levanta del ventanal.
— ¿A dónde vas? —pregunté confundida.
—A mi casa, mi mamá debe estar vuelta un lío. —trató de bromear, pero no se veía nada de diversión en su mirada.
Me senté en mi cama a escuchar música, estaba pensando en todo. Tengo miedo, mucho para ser sincera, no sé qué hacer, « ¿Y si nos hace algo? ¿Y si logra encontrarme? ¿Y si alguno de mis amigos resulta estar trabajando con él? ¿Quién podría ser?», tengo muchísimos miedo. Mis ojos se empezaron a sentir pesados sin previo aviso, me quedé dormida.
(...)
Cuando me levanté vi la hora en mi teléfono y eran las 7:14 de la noche, así que bajé a buscar algo para comer. Al bajar noté que todo estaba cerrado y que había una notita en el refri, me acerqué y la tomé.
"Hija, salí a una reunión en la empresa de Leonardo, llegaré un poco tarde, hay comida en el horno".
Después de leerla, tomé un poco de helado que había en el refri y le envié un mensaje a Adam para que me haga compañía, subí a mi habitación y me quedé allí viendo una película y comiendo helado, como una chica despechada.
Cuando la película iba a la mitad, sonó el timbre de la casa y bajé rápidamente, porque se de quien se trata. Al abrirla me quedé estática con lo que vi, era un chico súper alto vestido de negro que simplemente me entregó una carta y se fue, no pude ver su rostro, el color de sus ojos, nada, su rostro estaba cubierto con una especie de pañuelo y su presencia solo me emitía peligro. Fue raro pero me puso muy nerviosa. Me adentré en la casa y abrí la carta.
"Sé que te han hablado mal de mí y que tienes un mal concepto mío, pero quiero que sepas que aún no estás en peligro"
ATT: Un amigo cercano.
Tenía letra cursiva y buena ortografía, además de un talentazo para la poesía. Ok no. Pero no quita el hecho de que me heló la piel. Después de un rato más el timbre volvió a sonar y esta vez fui un poco asustada, pero al abrirla me encontré con sus ojos verdes que me tranquilizaron.
Ya pasados unos minutos me encontraba con Adam en mi habitación, no piensen mal solo estábamos hablando y viendo unas películas. Estábamos acostados, yo estaba recostada en su pecho, cuando sentí el vibrar de mi teléfono, lo tomé y abrí el mensaje.
*Número desconocido:
—No te descuides, en cualquier momento te atraparé, linda.
Fue escalofriante y quedé en un pequeño trance en donde solo pasaba por mi mente la persona que pudo haber escrito eso, pero regresé a la realidad al oír la pregunta que me hizo Adam al notar mi cara.
— ¿Qué sucede princesa?, estás pálida. —dijo y me despertó de mi pequeño trance.
—Nada solo era Alisa. —mentí sintiéndome nerviosa.
—Bien, tengo que irme linda, mañana nos vemos, ¿Sí? —dijo y yo asentí.
Le abrí la puerta y él se fue, sentí miedo de estar sola nuevamente, la realidad me trae mucho miedo, hay alguien que me persigue y no sé exactamente donde esté. No quiero asustar a nadie más, por eso prefiero no contarle a nadie aún, voy tratar de calmarme por esta semana a ver si se me olvida el hecho de que estoy en peligro.
***
Nota de la autora: Holas!!
¿Que les pareció el giro inesperado y loco?
Weno, espero le haya gustado jejeje. Besotes.
Betzabeth A.
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