Capítulo veintitrés.

»¡Sí!«


— ¿Murió? —escuché el susurro de Eiden.

—No aún respira imbécil. No, me retracto, ya está en el paraíso. —susurra ahora Alisa.

—No lo creo. —musitó Eiden.

— ¿Por qué? —cuestionó bajando la voz Alisa.

—Porque sin senos no hay paraíso. —las carcajadas de ambos retumbaron por toda la habitación.

Escucho muy claramente sus palabras y sus carcajadas, pero me hago la dormida, no quiero levantarme aún. Hoy no tengo ganas de ir al instituto, sin embargo de repente siento un peso sobre mi cuerpo y abrí mis ojos instantáneamente.

—Alisa, bájate estás gorda. —me quejé empujando a Alisa para que se bajara de encima de mí.

— ¡Despierta! —exclama fuerte para que termine de levantarme—. Y no estoy gorda querida. —ahora es su turno de quejarse.

—Bien, ya estoy despierta y ten cuidado de no lastimar mi tobillo. —dije removiéndome en la cama.

—Bien ya me levanto. —espetó Alisa y se levantó.

—Hola Morgan ―saludó Eiden muy sonriente y yo lo fulminé con la mirada—. ¿Qué? —cuestionó riendo.

—Nada... —dije y seguí mirándolo mal.

— ¿Escuchaste mi chiste, cierto? ―tapó su rostro con ambas manos.

—Sí. —musité y no pude seguir fingiendo estar seria.

— ¡Ja!, te hice reír perra. —dijo Eiden haciendo uno de esos bailecitos raros de él.

—Bien, ya salgan me voy a vestir. —espeté y ellos salieron de mi habitación.

No tardé mucho cuando ya estaba desayunando junto a Alisa y Eiden, mi madre nos preparó unos deliciosos emparedados como nos gustan, el de Alisa y el mío con jamón y queso y el de Eiden con todo lo que encontrara mi madre en la nevera.

Ya cuando terminamos de comer nos fuimos en bus hasta el instituto, en el camino nos encontramos con Allan y de allí fue todo risas y chistes. Me siento un poco mal porque ya mis dos mejores amigos y mi novio se graduarán, y no podré pasarla con ellos todo los días como ahora, no es que me sienta mal es solo que los voy a extrañar.

—Hola hermosa. —saludó Adam con una sonrisa radiante acercándose a nosotros.

—Hola amor. —le devolví el saludo y lo besé.

—As...Co. Un día de estos moriré de un ataque de azúcar. —dijo Allan y todos reímos menos Adam que solo rodó los ojos y miró mal a Allan, de verdad no sé cuándo acabarán estos malos tratos entre ellos.

—Hola chicos. —Adam saludó a todos ahora.

—Hola querido —respondió Alisa y me haló del brazo dándole una sonrisa a Adam—. Necesito que me la prestes un momento. —Adam asintió y ella y yo nos alejamos un poco de ellos.

Cuando ya estábamos un poco lejos la mire confundida y dije— ¿Qué sucede?

—Solo quiero hablar sobre el baile. —Oh, el baile, lo había olvidado, el baile es en una semana y no puedo creer como lo olvidé, ¡Es tan emocionante!

— ¿Qué quieres hablar del baile? —pregunté.

—No es el baile en sí, es más bien con quien vas a ir —y ahí ya se me fue la emoción del baile—. ¿Con quién iras? ─cuestiona Alisa emocionada e intrigada con mi respuesta.

—Por los momentos, con nadie. ―respondí e hice una mueca de disgusto.

— ¡¿Qué?! —cuestionó muy fuerte, yo me acerqué y coloqué una de mis manos en su boca para silenciarla.

—Adam no me lo ha pedido y obvio no se lo voy a pedir yo, tampoco tengo a más nadie con quien ir. —expliqué retirando mis manos de su boca.

—Lo normal es que vayas con Adam y que él te invite, pero si él no te invita sé que otros lo harán. —Alisa se encogió de hombros.

—Okey y... ¿Tú con quien iras? —Cuestioné y ella se sonrojó y empezó a jugar con sus manos—. Alisa...

—Bien te diré. ¿Recuerdas al chico lindo de la cafetería? —preguntó y yo quedé atónita.

— ¿Enserio?

— ¡Sí!, él y yo hemos hablado mucho desde ese día y hemos tenido varias citas, entonces yo le pregunté si me acompañaría y dijo que sí. —chilló con mucha emoción.

—Vaya Alisa que eres toda una conquistadora. —digo subiendo y bajando mis cejas.

—Obvio querida. —dijo con cara de diva.

Después que hablamos no pude ni siquiera hablar nuevamente con los chicos porque nos dimos cuenta que ya teníamos que entrar a clases. Ya estando sentada en mi asiento, en el salón de clases, mi teléfono vibró y ésta vez sí tuve precaución al mirar la pantalla.


*Adam Petty:

—Tú, yo, salida el lago, piénsalo ;)


Reí por la manera en la que escribió, desde que nos hicimos novios Adam se ha vuelto más atrevido y a veces me muestra su lado pervertido, es todo un sueño conocer más a fondo al chico que siempre ha sido mi crush y que ahora ¡Es mi novio!.


*Morgan Grayson:

—Nos vemos a la salida, hermoso ;)


Guardé mi teléfono y por suerte la profesora no me vio ni nadie más. Cuando ya era hora del almuerzo tomé mi teléfono nuevamente y le marqué a mi madre para avisarle que llegaría tarde a casa, salí con Alisa para almorzar con los chicos. Todos hablaban entre si y bromeaban pero yo solo los miraba, Alisa tiene razón Adam debería invitarme, no yo a él, y si alguien más me invita sería muy raro.

— ¿Qué tal si nos vamos ya? —preguntó Adam trayéndome a la realidad.

—Eres una mala influencia Petty, pero está bien, así me gusta. —sonreí con picaría y él me robó un pequeño beso.

Minutos después ya nos encontrábamos en su auto, camino al lago.

Aún sigo un poco ida, ya estoy sentada en el auto de Adam pero siento que estoy en otro mundo. Tengo muchas dudas, ¿Será que Adam me invitará? o ¿No lo hará?, no lo sé tengo muchas dudas. ¿Será que no quiere invitarme?, no, no puedo pensar eso, este no es el momento para pensar cosas hirientes o algo así, será mejor que calme mis dudas y ya.

— ¿Estás bien? —Adam me sacó de mis pensamientos nuevamente.

—Sí, ¿Por? —pregunté, porque su mirada sobre mí era de confusión, no entendía que había hecho.

—Porque ya llegamos y ni siquiera te has movido, además en todo el camino solo has estado mirando por la ventana. —explicó y yo asentí dándole una sonrisa.

«Como me conoces Petty»

—Solo estaba pensando mucho. —le resté importancia y bajé del auto junto con él.

Nos sentados en el césped a ver el atardecer y me sentí un poco rara porque estoy sentada en el regazo de Adam, sé que no debería sentirme rara pero es algo nuevo para mí, nunca me imaginé tenerlo así, cerca de mí.

—Morgan. —llamó mi atención Adam, rompiendo el silencio.

— ¿Si? —lo miré directamente a los ojos.

—Quiero hacerte una pregunta. —me dio un pequeño beso en la mejilla.

—Hazla. —dije sintiendo un poco de nervios.

— ¿Me harías el gran honor de ir al baile conmigo? —preguntó con notorio nerviosismo.

— ¡Sí! —Dije con emoción y me avergoncé al instante—. Lo siento me dejé llevar por la emoción.

—Tranquila, amo cuando eres así conmigo y más cuando te sonrojas, cuando te digo lo sexy y caliente que eres. —y allí me sonrojé y sentí las famosas mariposas en el estómago.

—Adam... —lo reproché, pero sin embargo logré sacarle una sonrisa amplia y genuina, de esas de las que estoy enamorada.

Nunca en todos los años que llevo acosándolo llegué a pensar que él se fijaría en mí, no soy una chica con baja autoestima, de hecho me considero bonita, pero siempre hay amores que los sentimos imposibles.

Adam no es un típico badboy con mala fama, con toda la popularidad y el egocentrismo a niveles elevados, claro que es un chico sexy y terriblemente genial y por eso llama la atención, por eso chicas se derriten por él y por eso muchos lo conocen, yo soy una chica conocida, por ser la mejor amiga del capitán del equipo de futbol del instituto. Cualquiera diría que no es muy difícil que dos personas como nosotros se enamoraran, pero para mí él era un chico inalcanzable, de tantas chicas que lo siguen, ¿Por qué a mí?

A veces en el amor no tenemos respuesta concretas, pero si momentos inexplicables y jodidamente hermosos, donde dos corazones de desconectan de todo para empezar a sentir con el de otra persona a una sola melodía, latiendo juntos.

Esta tarde ha sido una de las mejores y amo sentir esta sensación tan hermosa cuando estoy con él, se siente genial cuando alguien que ha sido tu amor platónico por mucho tiempo, se ha fijado en ti, me encanta esta sensación que tengo, amaría que fuera para siempre, es algo que anhelo.


***

Nota de la autora:  ¡Hey rikuras! Recuerden votar y comentar, se les quiere un montón.

Betzabeth A.

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