Capítulo siete.

»Mi historia«


Morgan Grayson.

Hoy me desperté temprano para ir al instituto, emocionada es la palabra correcta para describirme en estos momentos, lo que pasó ayer con Adam me trae así, emocionada. Estaba coqueteando conmigo y directamente me dijo que no espera ser solo mi amigo, o bueno así lo deduje yo, luego hablamos un buen rato de camino a mi casa y quedamos en ir hoy a su lugar favorito, donde fuimos la otra vez, donde estaba el lago y yo pensaba que iba a violarme o asesinarme ja ja, así que estoy muy emocionada y con la seguridad de que no me violará.

En este momento me encuentro desayunando para ir al instituto, cuando estoy a punto de salir una voz me detiene.

―Linda Morgan, en vez de andar con chicos deberías de empezar a estudiar y ensayar más. ―me dice mi padrastro Leonardo, sentado en un sillón, leyendo el periódico y con su típico traje negro y bien planchado.

―Estoy estudiando bastante y con los ensayos solo he faltado un día. ―me encogí de hombros restándole importancia.

―Es que tu madre me pidió que te lo recordara, sabes cómo es ―rodó los ojos―, porque me dijo has estado muy distraída con cierto chico. ―se quitó el periódico de la cara y empezó a mirarme subiendo y bajando sus cejas.

« ¿Por qué Leonardo no puede ser un padrastro normal y tratar de darme poca importancia?, es demasiado extraño que tu padrastro trate de ser tu amigo.»

―No tienes de qué preocuparte, mi vida está más que bien. ―digo rodando los ojos.

―Okey Morgan, solo espero no tener nietos aun. ―dijo con tono burlón y yo lo fulminé con la mirada antes de salir de la casa.

Mi padrastro no es una mala persona como acostumbran a ser los padrastros en las películas, de hecho estoy muy agradecida con él, aunque mi madre haya cambiado totalmente con su llegada no podría decir que es su culpa ya que Leonardo nunca nos ha exigido cambiar nada ni a Diego ni a mí, podrías decirse que mamá es la única que ha adoptado una mala actitud, Leonardo ha sido para Diego y para mí un buen ejemplo a seguir y trajo la felicidad a mi madre, así que tengo que agradecerle mucho. Él es una persona alegre y siempre está bromeando con nosotros como si de un adolescente se tratara y es como un segundo padre para mí.

Al salir de la casa vi que Diego ya estaba listo afuera esperándome, lo saludé como siempre con el "Buenos días cara de mono" y me subí al auto. En el camino íbamos hablando de que ya mi madre no pasa tiempo en casa y que los únicos días que tiene libre ni siquiera se preocupa en preguntarnos como estamos o en ayudarnos en algunas cosas.

Ya al llegar al instituto me despedí de Diego y le dije que no pasara por mí –ya que me iré con Adam–, entré y me dirigí a mi casillero donde estaban mis amigos.

―Vaya, así que tienes un nuevo amigo. ―comento Alisa refiriéndose a Adam y enarcando una ceja.

―Al parecer si y creo que va a dejar de lado a este sexy chico. ―dice Eiden haciendo cara de perrito, yo rodé los ojos, él siempre dice que es un chico sexy.

Claro que mi mejor amigo es bello y en algún momento me atrajo, pero no es nada más, es como mi hermano.

―No cambié ni deje de lado a nadie, solo lo conocí el día de la fiesta de Ashley, me pareció agradable y ya. ―les digo restándole importancia.

―Pues para mí, me quieres cambiar. ―Eiden enarcó una ceja y puso una mano en la cadera como mamá regañona, yo reí y luego nos dirigimos a nuestras clases.

Las clases como siempre estaban aburridas, pero algo que me llamó la atención fue que mis compañeros estaban susurrando algo que no lograba descifrar, pero le resté importancia, siempre están con un chisme nuevo. Luego de algunas clases salí al almuerzo y mis amigos ya estaban en la mesa, compré algo y me dirigí a donde ellos estaban.

―Hey ¿Qué cuentan? ―saludé con una sonrisa que se fue apagando al mirar las expresiones de los tres.

― ¿Qué cuentas tú?, esa es la pregunta. ―dice Hannah mirándome totalmente seria.

― ¿Cómo? ¿De qué hablas? ―pregunté algo confundida.

―Pues, de que todo el instituto vio cuando te ibas con tu nuevo amigo en su auto ayer. ―se une Alisa.

― ¿Qué? Pero... ¿Qué tiene que ver eso? ―volví a cuestionar aun confundida.

―Pues que tu "querida amiga" Lindsay, se está encargando de decir que te estás acostando con su novio ―espeta Hannah enojada―. Esa estúpida te está poniendo por el suelo con sus estúpidos rumores. ―vuelve a hablar airada.

A Hannah no le gusta que se metan con ninguno de nosotros, es algo que no tolera y es ahí cuando vemos a la pacifica Hannah explotar.

―Ya lo arreglaré. ―digo para terminar de comer y levantarme junto con mis amigos.

Cuando vamos caminando por los casilleros escucho una voz chillona e irritante llamarme, me giré encontrándome con esa chica tan desagradable que me ha hecho la vida imposible.

― ¿Cómo te fue con mi novio perra? ―Lindsay se dirigía hasta mí mirándome con odio y desprecio.

Ignoré su expresión airada y me acerqué a ella.

― ¿A quién le dices perra? , si en este pasillo la única zorra que hay aquí eres tú. ―espeté mirándola con el mismo odio.

―No creo que te convenga meterte conmigo, ¿sabes? ―amenaza con una sonrisa maliciosa.

― ¿Por qué? ¿Qué me vas a hacer? ¿Darme un beso en la mejilla? ―me burlo de ella con una sonrisa de suficiencia.

―Pues eso sería muy poco para lo que te voy a hacer. ―dice y se acerca a mí― ¿Quieres que te enseñe la primera parte?, perr... ―no terminó de decirlo cuando le había tirado del cabello y la tenía contra el suelo.

Ella como es un poco más alta que yo logró zafarse de mi agarre rápidamente y me tiró al suelo, en eso aprovechó y me golpeó dos veces el rostro, provocando que mi labio inferior se partiera levemente, y ahí fue donde me enojé mucho más y le tiré del cabello, la puse contra el suelo desquitándome, le golpeé el rostro repetidas veces, a ver cómo se siente que le golpeen su "Perfecto rostro". De pronto sentí unos brazos en mi cintura que me apartaban de Lindsay. Me giré y vi a mi rubio amigo Eiden, en ese momento noté que muchos estudiantes estaban viendo la pelea.

― ¿En qué­­ estás pensando Morgan? ―cuestiona Eiden―. Te pueden castigar por eso. ―vuelve a hablar un poco alterado.

―No me importa, disfrute golpear a esa zorrita. ―respondo riendo, en este momento me sentí satisfecha pero algo preocupada de lo que vaya a pasar después.

Después de hablar con la directora de lo que había pasado, obviamente nos colocaron un castigo, para el lunes después de clases tendré que quedarme limpiando algunos salones, y dijeron que no le dirán a mis padres, ya que fue la primera vez que me meto en problemas. Salí y me senté en una banca afuera del instituto y en eso veo a Adam dirigirse a mí, se acerca y se sienta junto a mí.

«Respira Morgan, piensa en cosas bonitas y no explotes en frente de este malnacido mujeriego.» Me digo mentalmente.

―Hola, ¿Cómo estás? ―saluda con esa sonrisa calmada que lo caracteriza.

―Bien... ¿Qué haces aquí? ―cuestioné cortante y un poco confundida, aun no entiendo porque quiere seguir buscándome si tiene una novia perfecta esperándolo.

―Venia para irnos al lago. ―responde y en ese momento se me había olvidado que hoy iríamos.

Me puse a debatir un momento, si no voy puede que no podamos hablar después, pero si voy puede que hablemos y le pregunte sobre lo de Lindsay.

―Ah claro... ―le digo fingiendo que ya lo sabía y regalándole una sonrisa hipócrita.

―Tranquila sé que se te olvido, solo vamos. ―musitó con una sonrisa amplia.

«Que buen actor eres Petty»

Nos pusimos de pie, fuimos hasta el estacionamiento, subimos a su auto y nos dirigimos hasta el lago. En el camino iba pensando en las palabras de Lindsay, ella me dijo que Adam y ella eran novios pero Adam no me ha comentado nada y pues me parece raro, «Ay pues claro Morgan, si quiere engañarte y tener algo contigo no te dirá esas cosas» Estoy confundida y podría decirse que hasta dolida, pero cuando lleguemos le preguntaré, ya no quiero que jueguen conmigo. Al llegar al lugar nos bajamos del auto y nos sentamos en la valla del otro día.

― ¿Cómo ha estado tu día? ―pregunta.

―Como un día normal... Clases aburridas, almorzar, pelear con tu novia, ya sabes, lo normal. ―digo, captando su atención al instante, me miró con el ceño fruncido.

― ¿Cómo? ¿Qué novia? ―cuestiona confundido.

―Lindsay, ella me dijo que ustedes eran novios. ―lo miré fijamente y noté que de verdad estaba confundido.

―Pues debe estar drogada, porque ella y yo no somos nada... ―responde y me asombró un poco su respuesta― Ella fue mi mejor amiga, tenemos una gran historia, pero no es mi tipo y no somos nada, ni pasará nada entre nosotros eso lo sé.

—Adam... Sé que no dirás nada por razones obvias, pero sé sincero por favor, ella me golpeó, me insultó y ha inventado cosas sobre mí, eso no lo hace alguien que solo es o fue "tu mejor amiga", seme sincero, ¿de verdad hay algo entre ustedes? —nos miramos fijamente y mentiría si digo que su respuesta no me tenía al borde de un colapso emocional, dolía pensar que ha estado jugando conmigo todo este tiempo.

—No hay nada entre Lindsay y yo, Morgan, lo digo de verdad —medio me sonrió y ahí estaba yo lanzándome de nuevo a sus brazos y confiando en el ciegamente—. Bueno en fin no vinimos aquí para hablar de ella, vinimos aquí para hablar de cosas importantes.

― ¿Cómo qué? ―pregunto ahora curiosa y sintiendo un gran alivio al escucharlo decir que no es nada de Lindsay.

―Pues de que quiero conocerte más, que tal si tú me cuentas tú historia y yo te cuento la mía. ―yo me tensé un poco y vi que el también.

Este tipo de temas siempre llegan a lo más profundo de nosotros, hablar de nuestras historias es difícil y sé que para Adam es difícil, he pasado casi todo lo que llevo en el instituto acosándolo y he escuchado varias de sus conversaciones de él con su amigo Daniel, a él no le gusta hablar de su historia.

―Okey ―empecé con un suspiro―. Bueno vivo con mi mamá, mi padrastro y mi hermano. Cuando era pequeña vivía muy feliz por decirlo así, junto con mi padre, mi mamá y mi hermano, pero mi padre se enfermó y cuando tenía diez años sufrió un paro respiratorio y murió ―baje un poco la mirada, el solo observada en silencio―, al cumplir los doce mi mamá se volvió a casar con un empresario muy importante y se convirtió en alguien fría que ahora no reconozco como la madre dulce que era antes, actualmente estoy en un estudio de danza, es mi lugar de escape, mi padre quería que yo bailara, así que sigo su sueño y mi sueño. ―terminé, no contándole del todo, pero tampoco guardándomelo todo.

Creo que ahora ya me siento más en confianza.

― ¿Alguien más sabe de tu historia? ―cuestionó con una sonrisa de lado.

―Sí, Eiden, Alisa y Hannah, mi historia no es un tema del que me guste hablar mucho. ―él asintió.

―Bueno mi turno ―empezó él ahora, dio una gran suspiro y comenzó―. Cuando era pequeño vivía con mi mamá, papá y mi hermano, una familia feliz y según muchos la describían como, perfecta ―bajo la mirada un momento y luego volvió a mirar el lago―. Mi papá es un empresario importante y mi madre dueña de diversas tiendas de ropa. Cuando tenía trece años ―suspiró nuevamente, esto le es difícil, lo sé―, mi hermano tuvo una fuerte discusión con mi padre, tomo su auto y se fue, en el camino tuvo un accidente y murió... ―tenía la mirada perdida y sumida de tristeza― Culpe a mi padre por mucho tiempo y aun lo hago... Luego de un tiempo me inscribí en el equipo de fútbol, es mi lugar de escape desde entonces, y no hay nada más nada que debas saber de mí, esa es mi trágica y triste historia ―suspiró entrecortadamente y miré su expresión estaba absorto en sus pensamientos―. Mi Historia... ―repitió en un tono bajo y afligido.

― ¿Alguien más sabe tu historia? ―negó con la cabeza gacha.

―Al igual que tu esto no es algo de lo que me guste hablar con todos, mi amigo Daniel sabe lo necesario y ahora tú. ―lo que pensé, se está guardando todo para él.

Lo miré y no lo dude ni un momento. Me puse de pie, lo abrecé y le susurre al oído― Siempre estaré para ti, no lo dudes, cuando estés en medio de la tormenta estaré ahí con una sombrilla para cubrirte. Cuando me necesites ahí estaré.

Me miró y me sonrió, luego me volvió a abrazar fuertemente.

Tanto él como yo, hemos pasado muchas cosas fuertes, y creo que cuando una persona se siente triste, no debe guardarse para sí mismo la razón por la cual esté así, es mejor compartirlo y superarlo, hablando es la mejor forma de desahogarse.


***

 Para este capitulo, me inspire en la canción del comienzo, espero les guste besos.

Betzabeth A.

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