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~Clay~

Xxx: Clay... ¡Hermanote, despierta! –dijo una pequeña vocecita queriendo despertar a Clay

Clay: ¿Qué quieres, Luna? –le dijo a su hermanita chiquita.

Luna: Ya despierta, no seas perezoso que no te queda –le dijo a su hermano mayor.

Clay: Mira quién lo dice –dijo, más despierto y levantándose de su cama.

Luna: ¡Pero yo soy más chiquita que tú! –dijo la pequeña, sacándole la lengua a su hermano.

A veces no soporto a mi hermanita, aunque yo también me la paso molestándola.

Bueno, mi nombre es Clay Moorington, tengo 12 años, y soy el (¡ojo que esta lo interesante aquí!) príncipe de Knighton (¡¡Pam, Pam!!). Aunque no soy muy presumido con eso, aparte que me gusta que me traten como un chico completamente normal.

Mi hermanita chiquita se llama Luna, y tiene 7 años, aunque a veces no parece de esa edad. A veces se comporta como una niña aun más pequeña, y a veces se comporta como si fuera, un poquito mayor.

Clay: ¿Y se puede saber para que me viniste a despertar, Lunita? –le pregunto a su hermanita.

Luna: Dos razones. Primero, para fastidiarte –empezó a decir, hasta que su hermano la interrumpió.

Clay: Como todo el tiempo –dijo, fastidiando.

Luna: Y segundo, porque mamá me dijo que te viniera a avisar que ya está listo el desayuno. ¡Así que apúrate! –le dijo, y se fue del cuarto de su hermano.

Clay: Ay Luna, siempre tan apurada –dijo.

Luna: ¡Escuche eso! –dijo la pequeña hermanita de Clay desde afuera, haciendo que él se riera.

A veces creo que mi hermana tiene podres o algo, aunque...Eso no sería tan raro. Mi tío es el Hechicero Real, y mi mamá también es hechicera, así que básicamente, que Luna y yo algún día llegáramos a tener poderes, no sería nada raro.

(Esto es lo que se puso Clay, ahorita:

Vaia, pero que elegante, Clay XD)

Cuando fui a desayunar, me conseguí primero con mi hermanita, como siempre que me espera en todo, y después fuimos los dos juntos.

(Hey, aquí la mamá de Clay y de Luna es Wanda, como ya todos deben de saber)

Mamá: Buenos días niños –los saludó a ambos, la reina (y mamá)

Luna: Ah, mamá, dile a Clay que yo tengo que ir con él a casa de Aaron en la tarde –dijo señalando a su hermano mayor.

Clay: Luna, yo ya te dije que si podías ir, ¿Recuerdas? –le dijo a su hermanita, sentándose al lado de ella.

Luna: Emmm...Justo ahorita no –dijo y rió– ¡No me mires así! Sabes que a mí a veces se me olvidan las cosas.

Clay: Si, lo sé. Y eso me da un par de razones más para molestarte –le dijo molestándola.

Luna: Aja, si claro –le dijo dándole un codazo.

Clay: ¡Luna!

Luna: ¡Te lo merecías!

Mamá: A ver, los dos ya dejen de pelear –dijo, y ambos niños se quedaron callados.

Xxx: Déjalos, Wanda. Sabes que los hermanos que no se pelean, no son hermanos –dijo riendo.

Mamá: No me estas ayudando, Merlok –dijo, y su hermano solo rió.

Clay: Oye, tío, ¿Cómo hacías para que mi mamá te dejara de fastidiar cuando eran niños? –le pregunto a su tío, y luego rió por la cara que puso su hermanita.

Tío Merlok: ¿Te cuento un secreto, Clay? –Le pregunto a su sobrino– Tu madre solo me molestaba cuando quería que le enseñara algunos hechizos.

Mamá: ¡Eso no es verdad! –dijo, reclamándole a su hermano.

A veces mi mamá y mi tío se parecen demasiado, pero la mayoría del tiempo no se parecen en nada. Casi, casi, como Luna y yo.

Luna: Tío, ¿Qué hay con los cinco elegidos para ir a la Academia de Caballeros? ¿Ya los escogiste? –pregunto, curiosa.

Sobre eso, mi tío dijo que iba a escoger a cinco niños para llevarlos a estudiar a la Academia de Caballeros. Yo siempre he querido ser un caballero, pero como soy el príncipe del reino, básicamente es imposible que pueda llegar a ser uno. Y la curiosidad de mi hermana es porque no especificaron la edad, aparte de que como a ella le encanta molestarme.

Tío Merlok: Ah, sí. Sobre eso, ¿Clay, querrías revisar en tu chaqueta? –le pregunto. Clay no entendió de qué hablaba, pero cuando vio su chaqueta, tenía un broche con forma de Halcón azul y blanco: El emblema de la familia real.

Clay: Wow, ¿Cómo llego eso a aquí? –pregunto, confundido.

Tío Merlok: Tal vez llego ahí, porque tú eres uno de los cinco elegidos –respondió, sorprendiendo a su sobrino.

Clay: ¿En serio? –Pregunto y Merlok asintió– ¡Gracias! –dijo, sonriendo.

Luna: Ay, genial. Nada para mí –dijo, quejándose.

Así es Luna. A veces ella se molesta porque a mí me dan algo y a ella no le dan nada. Pero creo que son sus caprichos de niña pequeña.

Tío Merlok: No creas que me olvide de ti, Lunita –dijo, se quito el sombrero, y empezó a buscar como loco algo en él. Como se veía muy cómico haciendo eso, hizo que sus dos sobrinos se rieran. – ¡Aja! ¡Aquí está! –dijo cuando por fin consiguió lo que estaba buscando. Le mostró a Luna una cajita.

Luna: ¿Qué hay ahí? –pregunto sonriendo. Entonces cuando ella abrió la cajita, vio un anillo de plata con una piedra color azul– Yo he visto eso.

Tío Merlok: Así es, pequeña Luna. Este anillo es una de las reliquias más preciadas de la familia –dijo.

Mamá: Ese anillo antes era mío, y ahora es tuyo –dijo. Luna agarro el anillo, y se lo colocó, y vio que la piedra pasó de ser color azul, a ser de color violeta.

Clay: ¿Ves? Ahora no puedes decir que no te dieron nada –dijo, fastidiando de nuevo a su hermanita. Pero ella apenas si le hizo caso.

Como ya dije, así es Luna. Cuando ve algo que le gusta bastante, no hay nada que la distraiga. Y a veces le pasa eso cuando en las noches se queda mirando a la Luna, aunque eso ya tiene más sentido.

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