Cuando Dylan y Thomas supieron que el otro era el indicado

Fue una tarde de agosto. Ambos caminaban sin destino, tomados de la mano y riendo de todo. Realmente no les importaba nada, sólo querían ser felices y así era. Después de la caminata por la ciudad, en la cual Dylan consiguió un anillo mientras Thomas estaba distraído con los libros, en la cual Dylan sospechó que Thomas era el indicado. Lo sospechó porque verlo hojear desinteresadamente un libro algo viejo, acariciar la portada del libro y oírlo suspirar al cerrarlo lo enamoró más. También compró el libro y Thomas salió aún más feliz de la tienda. Había querido El Señor Presidente desde que supo de la existencia del libro, pero el que el libro fuera viejo y de algún lejano país de Centroamérica no ayudaba mucho. Así que se sintió completo cuando lo tuvo en sus manos como libro de su propiedad.

Caminaron hacia la casa de Dylan (más de ambos que de Dylan) y al entrar, se dirigieron a la cocina. Thomas tenía pensado hacer un pastel mientras Dylan lavaba los platos (después de lamer la paleta, claro) para comer mientras miraban algo en Netflix. El ver a Dylan con mezcla en la nariz y una sonrisa en sus labios lo hizo querer encerrarlo y nunca dejarlo ir. Y Dylan, al ver a Thomas con un delantal amarrado a la cintura y concentrado en echar las medidas exactas lo hicieron querer encerrar al rubio en una burbuja para nunca dejarlo ir, porque Thomas podría ser humano pero no parecía de este mundo. Era demasiado inocente y tierno para el duro mundo exterior, mas el rubio tenía su carácter (aunque no pareciera). Solía pelearse con las viejitas chismosas que tenía de vecinas.

Entre besos y bromas esperaron a que el pastel estuviera listo y se comieron la mitad (cabe aclarar que Dylan comió más) viendo Brooklyn Nine-Nine. Y sí, la serie no es romántica pero Thomas y Dylan la aman así que es excusa más que suficiente para verla.

Al terminar la temporada, se dirigieron a la cama. Thomas con su libro y Dylan aprovechó el tiempo para planear la pedida. Sí señores, Dylan O'Brien viene con todo.

—Oh, malditos —susurró Thomas, más concentrado en el libro que en la persona que descansa a su lado, quien le mira con amor infinito en los ojos color miel.

Dylan, al escuchar a Thomas susurrar pequeños comentarios hacia algunos personajes y enunciados del libro, sonrió. Se dio cuenta que Thomas era el indicado, que era la persona que iba a estar con él hasta que alguno de los dos muriera. Igual estaba seguro que el espíritu seguiría al otro hasta el final de los tiempos porque cree firmemente que el amor es para siempre.

Sonrió. Mañana sería un gran día para pedir matrimonio, sí.

*•*
ALABADO SEA JAKE PERALTA WUUUU

DYLMAS DIOSOS NOSOTROS MUGROSOS.

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