i'll be there

I'll be there if you're the toast of the town babe
Or if you strike out and you're crawling home

Estaré ahí si eres el brindis de la ciudad bebe
O si te golpeas y te estas arrastrando a casa

31 DE DICIEMBRE. 9:30 AM

Jason y Leo peleaban con las luces de navidad del año pasado. Más temprano, ambos habían decidido (aunque en realidad solo había sido Leo) que las luces colgantes de colores que la familia Grace había usado la temporada anterior, quedarían "genial" en el salón. Por lo que los chicos habían abierto casi cada caja del ático hasta encontrarlas.

Ahora Piper, en el sofá, veía a sus mejores amigos tironear de los cables enredados sin lograr ningún tipo de avance.

- No puedo creer que te dejaras convencer de hacer una fiesta en tu casa, Jason - dijo la chica. - Si tus padres se enteran, estas muerto.

Ella tenía razón. Verán, los padres de Jason habían decidido a último momento ir a recibir el año nuevo en un viaje por las Bahamas, por lo que les habían dejado a sus dos hijos la casa entera para ellos solos. Por supuesto, la hermana de Jason, Thalia, había tenido la grandiosa idea de hacer una fiesta de año nuevo y había dejado a su hermanito a cargo de todas las preparaciones.

- Y no puedo creer que me hayan despertado tan temprano en vacaciones - se quejó la chica.

Jason dejó de lado las luces y la miró. Ella estaba acostada en el sofá blanco de su madre con sus botas sucias apoyadas en los almohadones. A Piper no le agradaban los padres de Jason, por lo que probablemente no le importaba ensuciar sus finos muebles. Su cabello oscuro estaba desparramado sin cuidado y sus ojos cansados estaban fijos en su teléfono mientras tecleaba rápidamente con sus pulgares.

¿Cómo alguien puede ser tan lindo cuando acaba de despertarse? Se preguntó Jason mientras la veía bostezar.

- ¿Sabes Piper? - Leo interrumpió su admiración por suerte antes de que ella lo notara. - Podrías ayudarnos con ESTAS PUTAS LUCES QUE NO SE DESENREDAN.

- No - respondió ella con calma. - Annabeth está viniendo por mí. Ella trae mi desayuno porque ALGUIEN insistió en que viniera por una emergencia y no pude desayunar - le lanzó una mirada fulminante a Leo.

- Sabes que puedes comer algo aquí - le dijo Jason.

- Lo sé, Jase - sonrió. - Pero también sé que no tienes leche vegana.

- Ni siquiera eres vegana - apuntó Leo. - Te encanta el queso.

- Pero me gusta la leche de almendras.

- Eso es tan estúpido.

- ¡Tú eres estúpido!

- ¡Está bien! - Los detuvo Jason. - Leo concéntrate en las luces. Tendríamos que terminar antes que Thalia llegue.

- ¿A dónde se fue? - Piper frunció el ceño dándose cuenta que no había visto a la mayor de los Grace desde que llegó.

- Ella y Luke fueron a comprar cervezas y otras bebidas - contó Jason mientras se pasaba los dedos por su rubio pelo. Adolescentes y alcohol sin supervisión no eran una buena idea a su parecer y lo ponía nervioso, pero Thalia creía que sería divertido y él no iba a pelear con su hermana mayor, ella ganaría de todas formas.

- ¡Ja! Tu hermana es la mejor - rio Piper mientras revisaba su teléfono otra vez, un segundo después volvió su vista a Jason con otra pregunta escrita en su cara. - Espera, ¿no se supone que tu primo vendría de visita? ¿Dónde está?

- Si vino. Se fue antes de que llegaras a comprarse café o algo. Dijo que el nuestro era horrible - explicó con una mueca. - Parece que hoy todos odian la idea de desayunar en mi casa.

Piper le mandó una sonrisa de simpatía que hizo que su corazón se expandiera.

- Estaba viendo el Instagram de tu primo los otros días y tengo que decir que natación realmente lo favoreció. Ya no es el niño flacucho de antes. Ahora ese es solo Leo.

Sus amigos volvieron a discutir, pero Jason ya no les prestaba atención. Su corazón se sentía como si se hubiese desinflado. La imagen de Piper observando las fotos sin camisa de Percy, admirando sus abdominales de nadador, le daban un mal gusto en la boca, pero lo entendía. Obviamente que le gustaba Percy, el chico de la gran ciudad que subía stories con sus medallas o de los raspones que siempre tenía por el skateboarding. Piper hacía lo mismo, ella siempre se estaba lastimando con su skate (lo que preocupaba a Jason aunque ella insistiera que estaba bien). Ambos tenían el mismo sentido del humor, serían perfectos juntos.

Una bocina desde afuera lo sacó de su tortuosa mente.

- Esa es Annabeth - avisó la chica levantándose del sillón. - Si no me apuro me mata.

Jason la siguió hasta la entrada para abrirle la puerta, y tal vez para pasar unos segundos más con ella, mientras Leo se quejaba de que no había ayudado en nada.

- Okey - Piper lo miró a los ojos al mismo tiempo que se ponía el abrigo, - nos vemos esta noche.

- Si - asintió el rubio rápidamente. - A las siete.

- Siete. Bien - Piper se ajustó el gorro de lana y le sonrió una última vez para luego salir de la casa corriendo hasta el auto de Annabeth, intentando no resbalarse por la nieve.

Cuando la vio desaparecer dentro del vehículo, Jason cerró la puerta, encontrándose a su mejor amigo sonriendo como un loco.

- ¿Cuándo vas a decirle?

- ¿Decirle qué a quién?

- A Piper. Que la amas.

- No sé qué dices. Piper es mi amiga, ella sabe que la aprecio. - Jason caminó hacia donde estaban las decoraciones dejando de hacer contacto visual con Leo.

- ¡Oh, cállate! Tu sabes a lo que me refiero. No quieres que sea solo tu amiga, quieres más.

- Lo has logrado, Leo. Ahora si has perdido la cabeza por completo. - Jason le dijo tratando de ignorar el calor que podía sentir subiendo por su rostro.

Leo tenía razón, él si quería ser más que un amigo de Piper, pero no se lo iba a admitir. Leo era capaz de llamarle a Piper y contárselo. Sería su fin si lo hacía, así que si, era mejor sufrir en silencio.

- Eres patético.

- ¿Quién es patético? - Percy acaba de entrar a la sala con su bendito café en una mano y una bolsa con una caja en la otra.

- Jason - respondió Leo. - No quiere admitir que está enamorado de Piper

- Esa es una palabra muy fuerte - Apuntó Jason.

- Pero es cierto - Percy dijo sentándose en el sofá en el que había estado antes Piper, dejando la caja a sus pies y el vaso de cartón en la mesita de café. - Siempre me hablas de ella. Cómo se quebró la muñeca en la primavera y tu "casi mueres", cómo le cerró la boca al tipo pesado que siempre la invitaba a salir y como tu "hubieras muerto si ella hubiera salido con él", - él literalmente estaba haciendo comillas con sus dedos para marcar lo que Jason le había dicho durante sus video llamadas semanales. - Y no nos olvidemos de lo bien que se veía en su disfraz de Wonder Woman para Halloween y como tu te "moriste en el instante en que la viste".

Leo se empezó a reír a carcajadas mientras Jason moría de vergüenza. Él le había confesado a su primo que estaba enamorado de Piper sin siquiera decirlo. Sus orejas estaban tan calientes que podrían haber cocinado en ellas.

- ¡Diablos, hombre! - Leo se secó una lagrima. - Lo tienes mal de verdad.

- Es que si soy malo en esto - lloró Jason rindiéndose finalmente. Se sentó al lado de su primo y se cubrió la cara con las palmas de su mano. - Puedo pasar matemática, historia y física con honores, pero Piper me está comiendo la cabeza. Realmente me gusta pero no puedo decírselo, podría arruinar toda nuestra amistad.

Si Jason fuera a confesarle sus sentimientos y ella no los devolviera, todo se arruinaría. Años de amistad se irían por la basura y no lo soportaría. Si había algo peor que estar a su lado y no poder tomarle la mano, era no estar a su lado. Se odiaría para siempre si eso pasara. No podía arriesgarse.

Percy le puso una mano en el hombro:

- Deberías decirle.

- ¿Decirle qué a quién? - Ahora su hermana y su novio habían entrado con varios packs de cervezas.

- Jason debería a decirle a Piper que está enamorado de ella. - Explicó Leo antes de que Jason pudiera detenerlo.

Los recién llegados comenzaron a reírse.

- Ya es tiempo. - Dijo su hermana Thalia.

- ¿Qué? ¿Tú lo sabias? - Jason no podía creerlo. ¿Tan obvio era?

- Por supuesto. Eres bastante obvio. Siempre hablas de ella.

- Deberías decirle - recomendó Luke. - Nunca sabes que puede pasar. Tal vez tu también le gustas y ella también tiene miedo de decirte.

- ¿Y qué pasa si no le gusto?

- ¿Qué pasa si si?

- Estaría bien pero, ¿qué pasa si no?

- Lo superas. Hay más chicas Jason. - Respondió su hermana.

La cosa era que, para él, ninguna chica se comparaba con Piper.

- Bueno... - Percy levantó la caja. - ¿Quieres una dona?

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En el segundo en el que Piper se había subido al auto, Annabeth arrancó con fuerza haciendo que la otra chica se fuera para atrás de forma brusca.

- ¡Annabeth! - Gritó Piper mientras se acomodaba en el asiento y se colocaba el cinturón. - ¿Estás apurada por llegar a algún lugar?

- Lo siento, - respondió la rubia bajando la velocidad. Sus ojos grises sin dejar de ver el camino resbaladizo en frente de ella. - He tenido una horrible mañana, - contó. - Ahí está tu café.

Piper miró para abajo y encontró en el porta vasos su café para llevar. Lo agarró y pudo sentir, incluso con sus guantes de lana puestos, que todavía estaba caliente. Al llevárselo a la boca, su cuerpo fue abrazado internamente con calidez.

- ¿Qué sucedió? - Le preguntó a su amiga luego de unos sorbos. La otra gruñó y comenzó a narrar el motivo de su frustración.

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31 DE DICIEMBRE. 8:50 AM

Piper: iras a little treat??????

Ese fue el primer mensaje que recibió Annabeth cuando estaba vistiéndose. Rodó sus ojos a su amiga sin importar que no pudiera verla. Piper sabía la respuesta. Piper sabía que a Annabeth le fascinaba el chocolate caliente que hacían en la cafetería artesanal que estaba cerca de su casa y que cada mañana de las vacaciones de invierno, tomaba su desayuno ahí.

Annabeth: Si. ¿Qué quieres?

Si su morena amiga le estaba hablando casi a las nueve de la mañana preguntándole por una cafetería, era obvio que quería algo. Piper no despertaba hasta las 12 en vacaciones.

Piper: leo me forzó a ir a la casa de jason. dijo que era una emergencia y no pude tomar mi café antes de salir. puedes comprarme uno porfaaaa?? prometo pagártelo.

Annabeth: ¿Te llamó por la fiesta que harán esta noche? Thalia me dijo algo sobre eso.

Piper: no me dijo

Piper: pero seguro

Piper: voy a matarlo si no es una emergencia de verdad

Piper: el café annabeth no me ignores

Annabeth: ¿Por qué no lo tomas en lo de Jason?

Piper: su café es horrible

Tenía razón. Los padres de Thalia y Jason tenían un pésimo gusto en cuanto a marcas de café.

Annabeth: Bien. ¿Lo de siempre?

Piper: si

Annabeth: Bien. Te lo llevaré. No he visto a Thalia en un tiempo así que supongo que me quedaré.

Piper: eres la mejor!!!

Annabeth: Más te vale que me devuelvas el dinero, McLean.

Piper: <3

Dando por terminada la conversación, Annabeth bajó las escaleras de su casa en puntas de pie para no despertar a su familia. A su madrastra no le gustaba ser despertada temprano los días que no había clases.

Antes de salir, se puso su saco negro y sus botas del mismo color y abrió la puerta sintiendo el viento helado golpear su pecho como una estaca. En la noche había nevado y todo los jardines delanteros de las casa estaban teñidos de blanco. El cielo gris igualaba sus ojos creando la perfecta escena de invierno, la última del año.

Al entrar al auto, Annabeth encendió de inmediato la calefacción. El interior del vehículo parecía estar incluso más frío que el exterior. Mientras el auto se calentaba, pensó en su amiga Thalia.

Habían sido amigas desde que la rubia estaba en segundo grado. Thalia era tres años mayor que ella pero eso no había impedido su relación. Cuando Thalia había visto a una Annabeth de siete años golpear a un niño de nueve en la nariz por llamarla rubia tonta, supo que tenía que conocerla. Desde ese entonces habían sido inseparables, hasta que Thalia se fue a la universidad, conoció a su novio y ya no tuvo tiempo para estar con ella.

Al irse su mejor amiga, Annabeth se acercó a su hermano menor, Jason, que también parecía extrañar a su hermana tanto como ella (y no era como si ellos nunca hubieran hablado antes, Annabeth prácticamente vivía con los Grace, pero aún así, al irse Thalia, se hicieron más cercanos). Con Jason también llegaron Piper y Leo y su grupo de amigos se expandió.

Annabeth no había visto a Thalia desde que llegó a la ciudad por las vacaciones de invierno, y empezaba a asustarse de que tal vez ya no eran tan cercanas como antes.

¿Qué pasará cuando yo me vaya a la universidad? se preguntó Annabeth mientras emprendía viaje hasta la cafetería. De todas formas, rápidamente descartó todo pensamiento negativo de su cabeza, no podía hacer suposiciones, ella solo tendría que hablar con su amiga y arreglarlo. Se conocían hace diez años, estaría bien.

Por suerte, no había mucha gente esa mañana, o puede que fuera demasiado temprano para decir. Era víspera de año nuevo, la gente se comportaba diferente en esa fecha. No era como cualquier otro día.

Habían unas cuatro personas sentadas en las mesas de la cafetería tomando su desayuno, y otras dos en el mostrador siendo atendidas. Un chico de cabello negro miraba el estante lleno de pasteles y donas.

El teléfono de Annabeth sonó indicándole que le había llegado un mensaje. Lo sacó del bolsillo de sus jeans esperando ver un nuevo mensaje de Piper, pero se encontró con un mensaje de su padre:

Frederick Chase: Tu madre está molesta contigo.

Annabeth: Helen?

Frederick Chase: Si.

Annabeth: Ella no es mi madre.

No, Helen era su madrastra. Annabeth no había hablado con su madre hacía dos meses, el recuerdo le trajo un gusto amargo en la boca. Ahora necesitaba no solo su chocolate, sino también una dona.

Annabeth: ¿Por qué esta enojada?

Tuvo que contenerse de escribir "esta vez".

Frederick Chase: Hiciste demasiado ruido cuando saliste.

"Dios mio" pensó Annabeth. Esa mujer hacía que su sangre hirviera. No podía pensar en un segundo en el que hubiera hecho ruido. Había sido cuidadosa a propósito.

Annabeth: No. No lo hice.

Frederick Chase: No discutas conmigo, Annabeth. Solo discúlpate cuando la veas.

Que su padre se pusiera siempre del lado de su madrastra, lo hacía todo peor.

Annabeth: Bien.

Frederick Chase: Además, ¿crees que puedes pasar el año nuevo en lo de Thalia?

Annabeth: ¿Por qué?

Ya tenía decidido hacerlo desde que Thalia le mencionó la fiesta y aún no se lo había mencionado a su padre, pero que lo sugiriera era sospechoso.

Frederick Chase: Helen quiere tener un día con los gemelos.

No habían palabras. Annabeth sentía demasiadas cosas en ese instante. Helen quiere solo celebrar el año nuevo con sus hijos y su padre lo permitía así como así. No le importaba que la estuvieran excluyendo. Y está bien, ella ya iba a irse a casa de Thalia, pero igual había sido un golpe bajo.

Annabeth: Si, iré con Thalia.

Escribió con furia y bloqueó su teléfono sin esperar otra respuesta. Justo el chico que iba a tomar su orden la llamó y tuvo que dejar su ira y decepción de lado y poner una sonrisa amable.

- ¿Lo usual, Annabeth? - todos los que trabajaban allí ya la conocían.

- Si, pero agrégale un café con leche de almendras y una dona, por favor.

- Lo siento. Ya no quedan más donas.

Genial. La mañana era oficialmente un desastre.

- Pero acabo de ver... - Al voltear hacia los estantes donde siempre están las donas, vio al chico de antes, aquel de pelo negro, tomar de la otra ayudante una bolsa con una caja y un vaso para llevar. Ese chico se estaba llevando todas las donas. Annabeth lo maldijo en su mente.

Aparentemente, él había estado escuchando, porque se dio vuelta y la miró con sus grandes ojos verdes y una pequeña sonrisa.

- Lo siento, rubia - el extraño, que al verle el rostro le parecía familiar, se encogió de hombros y se fue.

- No hacemos muchas donas para víspera de año nuevo. Todos duermen hasta tarde para quedarse despiertos en la noche y se ponen malas - explicó el cajero.

- Esta bien - no lo estaba. - Solo quiero las bebidas entonces, para llevar.

Mientras esperaba que las prepararan, su teléfono volvió a sonar. Sin nada mejor que hacer lo revisó, pero sabía que no le contestaría nada más a su padre.

Si había un mensaje más de su padre, pero era Piper esta vez la que le había escrito.

Piper: ya los tienes??

Piper: leo es un idiota

Piper: no era ninguna emergencia

Annabeth: Los están preparando. En rato estoy ahí.

Piper: genial

Piper: tengo que contarte algo. tengo planes para esta noche

Annabeth: ¿La fiesta?

Piper: si, pero planes en la fiesta

Piper: tengo que decírtelo en persona

Piper: estoy muy nerviosaaaaa

Piper: apurateeeeee

Annabeth: Estaré ahí en 10 minutos. Puede que antes.

Piper: voy a explotar

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- Ok - dijo Piper después de que Annabeth le contara su mañana. - Estas enojada porque no habían donas.

- Y por mi padre y Helen.

- Si, son una mierda. Lo siento.

- Lo que sea. Dime lo que me tenias que contar - Annabeth cambió el tema. - Tus planes para esta noche.

- Si - por el espejo, Annabeth vio a Piper sonrojarse. - ¿Conoces la tradición, esa de besar a alguien a media noche? - Annabeth asintió con la cabeza. - Bien, pues creo que voy a besar a Jason. Voy a decirle que me gusta.

- Oh por Dios, Piper - Annabeth aparcó en la entrada de la casa de su amiga, pero la conversación no había terminado aún. - Esto es grande, ¿qué te hizo decidirlo?

- Bueno - Piper mantenía su vista en su falda, sin poder mirarla a los ojos. - Cuando llegué a su casa, él me abrió la puerta y cuando me vio, me sonrió de una forma que... - No pudo terminar, su cara estaba completamente roja y se la cubrió con una mano ahogando un grito. Annabeth sonrió al ver a su amiga así. Ella sabía que a Piper le había gustado Jason por años y su enamoramiento solo había crecido. Estaba feliz de que al fin fuera a confesárselo. - No sé, Annabeth. Lo vi y lo supe. Tengo que intentarlo, no puede perseguirme por otro año. Pero al mismo tiempo, estoy muy nerviosa. ¿Qué pasa si no le gusto y arruino nuestra amistad? No podría mirarlo de vuelta.

Annabeth rodó los ojos. Todos sabían que a Jason le gustaba Piper, quizás desde antes que a ella le gustara él. Era muy obvio. Piper era buena en ocultarlo, pero el menor de los Grace no podría esconderlo ni aunque su vida dependiera de eso.

- Va a estar todo bien, Piper. Si le gustas. Confía en mi.

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31 DE DICIEMBRE. 10:30 AM

- Vamos, Nicooo - insistió Will por lo que parecía ser la centésima vez. - Será divertido, ya veras.

Will había estado tratando de convencer a Nico de ir a la fiesta de año nuevo de los Grace por un rato ya, pero el cascarrabias de su novio no daba afloje al tiro. De todas formas, no se iba a rendir.

- Will, no. - Nico gruño desde su cama. Alzó el brazo para alcanzar su teléfono y ver la hora. - No puedo creer que me hayas levantado tan temprano, maldición.

- No es tan temprano - discutió Will. - Yo estoy levantado desde las siete.

No le sorprendía. Will estaba arriba junto con el sol. A veces era un poco molesto, como esta vez. A Nico le gustaba dormir, y más que nunca en vacaciones. Tacha eso, a Nico le gustaba dormir y punto.

- No llegaras a la medianoche, Will. Te vas a dormir antes. - Es que así como se levantaba con el sol, caía con él también.

- ¡No, claro que no! ¡Si llegaré! Ya veras - refunfuñó. - Iras a la fiesta conmigo, llegarán las doce y tendremos un beso de año nuevo y verás que si puedo estar despierto después de la medianoche.

Eso sonaba como un reto.




¿Un fic de año nuevo luego de pascuas? Al parecer si.

Quise subir este capítulo mucho antes pero cosas pasaron :( (se me rompió la computadora y se me eliminó todo lo que ya había escrito. Quedó mejor que antes igual, asi que tal vez fue mejor).

¡¡Pero ya está aquí!! Díganme que les pareció. ¿Les gustó?

Hacerte Cambiar estará listo en unos diez días mas o menos... así que nos vemos allí.

Cuídense, lávense las manos y en lo posible, quédense en su casa. ¡Gracias por leer! Deja un voto si te gustó. ♥️

NOTA 2021: Publico esta historia que subí el año pasado porque estamos cerca de año nuevo y encaja con el tiempo de esta historia. Capítulos nuevos todos los sábados hasta año nuevo. 

Nos vemos!!!

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