Un Malfoy Fuera De lugar

Hermione apenas había terminado su primera copa de champaña cuando Theodore subió a una tarima improvisada y golpeó un cucharón contra una olla para llamar la atención.

—Damas y caballeros, magos y brujas, criaturas mágicas y... bueno, Draco Malfoy —anunció con una sonrisa ladeada—. Bienvenidos al primer brindis de los secretos.

Hermione arqueó una ceja mientras seguía la dirección de la mirada de Theodore. Ahí estaba Malfoy, apoyado contra una pared con una expresión de absoluta incomodidad, vestido con algo que parecía sacado de una revista muggle de moda punk: una chaqueta de cuero negro, jeans desgastados y botas con hebillas. El cabello normalmente impecable estaba despeinado, como si hubiera pasado por un huracán, y un pendiente brillaba en su oreja izquierda.

No era la primera vez que veía a Draco fuera de su zona de confort, pero esto... esto era algo completamente diferente.

—¿Qué hace él aquí? —murmuró Hermione, más para sí misma que para nadie más.

—Es lo opuesto a lo que representa, ¿no crees? —respondió Theodore, apareciendo a su lado con un brillo travieso en los ojos.

—¿Por qué lo invitaste?

—Digamos que me gusta jugar a ser cupido. —Y antes de que Hermione pudiera protestar, Theodore alzó su copa y proclamó:— ¡Por las confesiones más honestas y el Año Nuevo más memorable!

En un abrir y cerrar de ojos, las copas de todos comenzaron a brillar, y Theodore explicó con entusiasmo:
—Esta poción garantiza que cualquiera que brinde diga la verdad... pero solo sobre lo que piensa del primer invitado con quien haga contacto visual después de beber. ¡A beber!

Hermione observó con horror cómo todos levantaban sus copas, incluida ella misma. Por reflejo, su mirada fue directamente hacia Malfoy, quien, para su mala suerte, ya la estaba mirando.

Bebieron.

—Granger, debo admitir algo —comenzó Malfoy, su tono casual mientras jugaba con su copa—. Este disfraz es tu culpa. Theodore dijo que tú vendrías, y pensé que no podía perder la oportunidad de verte con algo tan ridículo como este sombrero.

Hermione se ruborizó y decidió contraatacar.
—Pues debo decir que tú pareces un modelo rechazado de una tienda muggle. Aunque... debo admitir que te queda sorprendentemente bien.

Hubo un momento de silencio incómodo antes de que Theodore diera una palmada.
—¡Esto es perfecto! ¡Adoro el fuego en esta sala!

Hermione giró para fulminarlo con la mirada.—¿Tú planeaste esto, Nott?

—Quizás. Pero mi único objetivo es unir a dos almas... incomprendidas.

Draco levantó una ceja, claramente menos impresionado por el discurso dramático de su amigo.—¿Y quiénes serían esas almas?

Theodore sonrió de oreja a oreja.
—Eso lo descubrirán cuando los fuegos artificiales iluminen el cielo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top