Juicio: Parte 2
Recuerdo cuando estuve aquí la primera vez. El señor tenebroso había caída ante el hechizo de protección de una madre, ese sentimiento de desesperación fue tal que volví locos a un par de magos que poco o nada tenían que ver.
¿Importaba siquiera? En esa época claro que no lo hacía, no veía más allá de la servidumbre.
Han pasado años. Años perdidos en un lugar lo apenas suficientemente grande como para poder caminar de un lado a otro.
Sé que hay todo tipo de celdas en Azkaban. Tal vez solo estábamos en lugares así los peores de todos, ¿No?
En esa vez estaba orgullosa de lo que hice, según yo mostraba el amor y devoción que tenía hacia mi maestro. De haber sabido que pasaría hubiera huido junto a Cissy.
La puerta hacia la corte es abierta, una luz cálida sale desde la entrada.
Los guardias que estuvieron resguardándome susurran al unísono: "Suerte"
Y de un solo paso entro.
Una gran corte me recibe, el ministro como cabeza de ella tiene aún ese tonto mazo para tratar de ejercer control.
A mi derecha Hermione, a la izquierda las personas que tal parece nos ayudaran, y una gran silla con cierta inclinación para darme la sensación de grandeza por parte del jurado.
-Señorita Black- dice el ministro ofreciendo asiento, accedo y caigo cómodamente en la silla afelpada. Una muy buena comodidad de unos días en esa supuesta "cama" -Damos por iniciado el juicio N.- 62973, de Bellatrix Black y el uso de magia, rompiendo las reglas y compromisos de su libertad condicional y por lo tanto rehabilitación social-
Hermione da un paso al frente, decidida. Cómo si fuera a dar la lucha más importante de su vida.
¿Tengo recuerdos de ella así? Puede que en la mansión Malfoy. Ahora veo porque es toda una Gryffindor.
El valor se transmite con su sola presencia y postura. Tan valiente como ingenua y tan ingenua como brillante.
-Su defensor será Hermione Jean Granger. Actual cuidadora y pareja de la acusada- ella asiente y el ministro da un mazazo que hace me asusté por reflejo -Bien. Puedes iniciar-
Hermione tose, acomoda el traje café que apenas note lleva (Incluso un estúpido portafolios)
¿Tanto me distraje al verla de nuevo? Sí que estoy mal.
-Señor Ministro y jurado. A representación de Bellatrix Black es que pido la liberación ante un ultraje-
-¿Podrías explicar?- pregunta una señora de rostro arrugado y cabellera larga y castaña -El uso de la magia está prohibido para ella, ambas aceptaron antes de la liberación mediante sus firmas-
-Así es. Y revisando el mismo papeleo hay una cláusula en dónde textualmente se permite el uso de magia de la acusada en caso de extremas necesidades-
Espera... ¿Qué? Exactamente, ¿Qué estuvo haciendo ella estos días? Creía que sería un juicio rápido, pero con solo decir esto puedo entender que la cosa no solo va para largo. Si no que ella se preparó para cada una de las posibilidades en este juicio.
... ¿Firme algo para empezar? Creo recordaría. A no ser que ella sea la firma, si es ese caso. Literalmente este juicio es una broma.
El jurado queda en silencio. La señora acomoda su toga y permite siga el habla, Hermione da media vuelta y me sonríe. Justo ahí noto sus ojeras.
-En la tarde del jueves de la semana pasada fui atacada por un grupo de Aurores bajo el cargo de William Dowlling. Trabajador del ministerio y dirigente de las cazas a hombres lobo. A prueba de ello están los Aurores Harry James Potter y Ronald Bilius Weasley, los cuales fueron clave de mi rescate-
-Lo que dices es una acusación fuerte- habla el ministro.
-Una acusación con fundamentos, señor ministro-
-Continúa- pide con una sonrisa.
Y ella sigue, imparable como asertiva. Cada que le responden en contra ella ataca más y más fuerte.
Los tiene del cuello.
Es casi igual que los documentales que veo sobre animales, el depredador no suelta el cuello de su presa hasta que está deje de moverse.
Eso es lo que Hermione está haciendo. No los deja respirar, no deja que formulen contradicciones aunque no las haya para empezar.
La combinación de rostros es curiosa. Algunos están sorprendidos, otros parecen indignados como ofendidos.
Pero hay dos. Dos de entre todos ellos que reflejan miedo absoluto. Miedo que incluso saboreo cuando Harry Potter pasa como testigo a favor de mi razón seguido del chico Longbottom. El cual, por extraño que me parezca. Me defiende y recuerda con fuerza el Patronus.
-¿Dice que Bellatrix Black es capaz de conjurar un Patronus corpóreo?- pregunta un enano entre la multitud.
-Correcto- responde Longbottom. El ministro parece pensar, me ve detenidamente antes de hablar.
-Señorita Granger, ¿Podría darle su varita a la señorita Black? Queremos ver su Patronus-
Hermione acepta, saca su varita y la ofrece con una sonrisa tan cálida que hace por segundos olvide en que situación estamos.
-¿¡Están locos!?- grita un viejo barbudo. Mismo viejo del cual he visto miedo en esta casi hora -Si se hace de una varita ella nos atacara-
-Podría hacerlo, si- admito tomando la varita -Pero, no lo haré. Quiero regresar a casa cuanto antes- y canto el conjuro. La calidez abraza mi cuerpo, los recuerdos de ambas llenan mi línea de pensamiento para cuando escucho murmullos.
-Es cierto- habla en alto la señora del principio.
La última vez no vi bien mi Patronus, es lógico. Estaba aterrada.
-Es una hiena parda- siseo mientras el Patronus se acerca a Hermione, pega su cabeza contra su pierna y se desvanece.
-¿Parda?- dice ella.
-Es una sub especie. Lo vi en un documental y me gustó, son más chicas, pero van en grandes manadas además de ser totalmente carnívoras-
-¿En serio?-
Por segundos olvidamos nuestra posición. Es más, incluso esto se habría convertido en una larga charla sobre tal animal.
Lo puedo ver. Yo contando todo lo que recuerdo del animal, a Hermione escuchado atentamente mientras prepara algo o tal vez estaríamos en el parque o simplemente en la sala.
-Tomaremos un descanso de veinte minutos- habla el ministro -Esto debe ser arreglado hoy y solo hoy- se levanta y todos le siguen.
La sala se va vaciando hasta que solo queda mi "equipo defensor" y los guardias que me escoltan.
-Lo estás haciendo bien- admito besando su mejilla -"No me importa la política, Bella, eso no es lo mío, Bella"- imitó su voz en un agudo chillido. Ella solo se limita a sonreír.
-¿Qué crees que harán en ese descanso?- pregunta el chico Longbottom.
-Pensar en cómo salir de esto intactos- responde Andrómeda -Tienes algo más, ¿Cierto?- cuestiona a Hermione -No niego tu defensa impecable, pero el ministerio jamás aceptará abiertamente equivocarse-
-Lo tengo. Dos cosas que si o si nos darán la libertad de Bella. De hecho- dice camino a la puerta -Iré a por alguien-
La chica sale dejándome sola con el grupo. No dejo de ver la entrada, esperando.
Toda mi vida fue ser solo un uso, una moneda para mi padre, un adorno para mi esposo y un arma para el señor oscuro.
Así que. Ser la adoración y lo primordial para alguien es... Un buen cambio.
...
Una vez pasado el tiempo todo el jurado regreso con Hermione tras ellos.
El ministro regresó con una cara de pocos amigos, se sentó seguido del si no mal recuerdo actual director de Seguridad mágica que apenas conocí un par de veces, Barrett Parkway, un... Mago con personalidad.
Si personalidad es llevar solo ropas negras como su cabello y estar siempre en silencio o como si estuviera oliendo algo desagradable.
Pero, dejando eso de lado... ¿Qué hace aquí? No, él ya estaba ahí. Solo que estaba lo suficientemente lejos del ministro, ¿Qué pasó que provocó un cambio en los sitios?
-No toleramos que Bellatrix Black haya usado tan deliberante su magia- Regaña el ministro -Pero podemos entender la razón del porqué, así que-
-Señor Ministro- interrumpe Hermione -Quisiera denunciar dos actos frente a esta corte-
El ministro y el jurado quedan en silencio.
Las dos personas a las que les puse el ojo veo esconden sus manos en sus sacos.
-Habla-
-Tengo por escrito y por dicho por parte de usted. Que la mitad de las bóvedas Black serían usadas para la reparación de los daños por la guerra y llevar ayuda humanitaria. Mientras que la parte sobrante sería dada a ella para ayudarle en su transición del mundo mágico al Muggle, ¿No es así ministro?-
-Correcto. Yo mismo autoricé eso, una vez cumplido el año la señorita Black podrá acceder a lo sobrante de su bóveda-
-Bien pues. Denuncio a Donovan Cage y a Ludwing Van, director del cuerpo de Normas internacionales de comercio mágico. De robar la bóveda Black-
La sala explota. Los mencionados se levantan, uno aterrado y otro molesto.
-¿¡Cómo se atreve a decir tal cosa de mi persona!?- grita Cage -Yo soy el que propuso esto para empezar. No hay razón para que yo robe las bóvedas Black-
-Tengo testigo- dice Hermione camino a la puerta.
-¡Señor ministro! Esto es una calumnia, un insulto fuera de lugar-
-La chica está actuando dentro de lo permitido-
-Pero-
Un duende entra a la sala. Pálido, grandes orejas como nariz. Su ropa elegante a saco rojo y zapatos negros cuidados y relucientes desentonan con el lugar.
Una silla aparece frente a él, apenas unos pasos cerca de mí.
-Señor Ministro- saluda con educación.
-Por favor aclaremos esta duda, ¿Señor?-
-Hace un par de meses, tres para ser exactos. A nombre del ministerio Donovan Cage y Ludwing Van llegaron a Gringotts a por grandes cantidades tanto de dinero como de objetos de algo valor a nombre de la familia y actual matriarca de los Black-
-¡Eso es mentira duende avaro!- grita alguien medianamente joven. Cabello hacia atrás, rubio y bien parecido. Sus mejillas rojas con sudor en su frente y un traje completamente gris. Debe de ser Ludwing.
El duende se burla mientras que Potter camina lentamente hacia el lugar del jurado seguido por la comadreja.
-He así que expongo a Donovan Cage y Ludwing Van junto a William Dowlling como aquellos que trataron de conspirar en contra de mi integridad y de Bellatrix Black-
-¡Son falacias!- grita el viejo -He servido al ministerio incluso desde antes que nacieras, estuve cuando Voldemort tenía poder y aun así seguía recto. No como la... Puta que tienes ahí, una asesina que no puede ni decir el nombre de su amo-
Los murmullos ahora son gritos. La cara del ministro es... ¿Seca? No parece ser expresivo, y al mismo tiempo...
-¡Mírenla!- grita Donovan asustándome pues no dejaba de ver al ministro -No puede ni hacer eso. Le lavo el cerebro a la chica, todo esto es un gran ejemplo de su maquiavélidad. Atacando a la persona que la quiso ayudar-
-No- bramo. Todos callan, Hermione me ve -No puedo decir Vol... Vol...-
-¿¡Lo ven!? Es un ejemplo claro-
-Bella- llama Hermione.
-No puedo decir ese nombre. Porque su nombre es ¡Tom Marvolo Riddle!-
Silencio en la sala...
Ni un solo ruido.
Potter desenfunda su varita. La agita, y.
-¡Diffindo!-
-¡Expelliarmus!-
El ataque de Donovan corta mi mejilla pasando apenas y cerca del ojo, aun así. Grito.
Hermione me rodea y trata de cubrir el sangrado mientras apunta con su varita la herida.
Del otro lado de la silla gritos y el sonido de otro ataque, aparto a la chica la cual se queja.
Potter desarmo al viejo y la comadreja al otro.
El ministro mueve las manos antes de gritar:
-¡Traigan a William Dowlling ahora!-
Barrett desaparece y aparece al instante con el gordo, lo suelta, pero en lugar de queja o habla solo chilla y tararea.
-No es cierto- digo bajo tratando de ocultar mi risa -¡Quebraste su mente!- grito en burla -¡Vaya ejemplo del ministerio eres Cage!-
-¡Cállate puta de Voldemort!-
-¡Silencio!- grita el ministro. Todos, incluso los ahora capturados le ven. Mira a todos lados, molesto y con varita en mano -¿Algo más que aportar?-
-Si- responde Hermione -Tengo en recuerdo en dónde Donovan Cage intenta un soborno para contra Bellatrix- Hermione abre su portafolios y saca un frasco con el hilo de memoria -La persona que me lo dio pidió total discreción de su persona-
-Será revisada después. Durante el juicio de este par-
-¡Señor ministro! Por favor, Kingsley. Llevas años conociéndome-
-¡Cierra la boca! Eres el tipo de persona que entrego el ministerio ante Voldemort a cuesta de los demás. ¿Qué sabes de perdidas y sacrificios cuando en la guerra te escondiste y arrastraste?-
-No, Kingsley-
-Llévenselos-
-No, no ¡No!- grita y patalea en los brazos de Barrett, Ludwing solo llora en silencio -¡Defienden a una asesina, prefieren a una asesina y a su amante! ¡Maldita sangre sucia!- escupe y llora a la par que lo arrastran con varita.
Sus gritos se van apagando de poco en poco.
El dolor del Diffindo desaparece al igual que la sangre.
-Bellatrix Black será puesta una vez más en libertad. Cubriendo el año que le queda, una vez dado, la mitad de su fortuna será restablecida y entregada- hace una pausa. Cómo si esperará quejas -Doy por concluido el juicio N.- 62973 a favor de Bellatrix Black la cual será puesta en libertad de inmediato- golpea con su mazo y se levanta. Al pocos todos le siguen.
Una risa escapa de mis labios.
Siento como un peso cae, un gran alivió sin duda. Hermione toma mi mano, besa mis nudillos y me acerca a ella.
-Te lo dije-
-Si, lo hiciste...-
La abrazo con fuerza, con posesión. Mis manos se aferran a su espalda a la vez que una risa llena de alivio y emoción empieza junto a pocas lágrimas.
-Te lo dije- repite besando mi cabeza.
-¿Qué tanto hiciste en solo dos días?-
-Muchos... Bastante-
-Lo note. ¿Hermione?-
-¿Si?-
-Quiero ir a casa-
.....
Mi pierna sube y baja. Solo, en una celda de no sé dónde, a espera de un próximo juicio.
Esa...
Sangre sucia.
-Esto no se va a quedar así. No lo hará-
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