El Camino Sombrío

Capítulo 3: "El Camino Sombrío"

Valens se internó en el denso bosque, dejando atrás la aldea de los caballeros. En su mente resonaban las palabras de Sir Cedric, quien le había pedido que los acompañara en más misiones para proteger el reino. Pero su corazón lo guiaba en una dirección diferente. Sabía que debía regresar a la aldea de los elfos para advertirles sobre la inminente guerra que se cernía sobre ellos.

El camino no fue fácil. Valens se enfrentó a bestias salvajes y criaturas oscuras que acechaban en la espesura del bosque. Pero su habilidad en el combate y su destreza mágica aprendida de los elfos lo ayudaron a superar los obstáculos que se presentaban en su camino.

Un día, mientras avanzaba por un estrecho sendero, se topó con un carruaje rodeado por un grupo de escoltas armados. El carruaje estaba protegido con rejas de hierro y en su interior, una figura atrapada en una jaula capturó su atención.

Dentro de la jaula se encontraba una mujer Neko de cabello plateado y ojos brillantes, cuyo pelaje blanco relucía bajo los rayos del sol. Sus orejas puntiagudas se agacharon en señal de temor y desesperación.

Valens no podía quedarse de brazos cruzados. Con su ametralladora lista para el combate, se enfrentó a los escoltas que custodiaban el carruaje. Los disparos resonaron en el bosque, y la sorpresa y el pánico se apoderaron de los hombres mientras eran abatidos uno a uno.

Al liberar a la Neko, esta se acercó tímidamente a Valens, con una mirada de gratitud en sus ojos brillantes.

Neko: (voz suave) Gracias por salvarme. Mi nombre es Luna.

Valens: (serio) Soy Valens. No había forma de que pudiera quedarme de brazos cruzados ante tal injusticia.

Luna: (agradecida) Eres valiente y noble, Valens. ¿A dónde te diriges?

Valens: (decidido) Regreso a la aldea de los elfos. Se avecina una guerra, y necesito advertirles y protegerlos.

Luna: (preocupada) Entonces, déjame acompañarte. No tengo a dónde ir, y me siento en deuda contigo.

Valens: (pensativo) ¿Estás segura? El camino no será fácil, y no puedo garantizar tu seguridad.

Luna: (sonriendo) Estaré bien mientras esté a tu lado. Además, puedo ser de ayuda con mis habilidades mágicas.

Valens asintió, aceptando la compañía de Luna en su viaje. Juntos, emprendieron una subtrama de comedia, con Luna trayendo alegría y ligereza a la sombría tarea de Valens de proteger a los elfos.

En su camino, se encontraron con situaciones cómicas, donde Luna utilizaba sus habilidades mágicas de una manera inadvertidamente cómica. Un día, mientras cruzaban un río, Luna intentó levitar una roca para cruzar con estilo, pero terminó mojándose torpemente cuando perdió el equilibrio.

Valens no pudo evitar reír, algo que no había hecho en mucho tiempo. La risa de Luna era contagiosa y poco a poco comenzó a romper las barreras que Valens había construido a su alrededor.

A medida que avanzaban, Valens notaba que sus sentimientos hacia Luna se intensificaban. Apreciaba su compañía y su valentía, y se encontró disfrutando de su humor y su inocencia. Sin embargo, luchaba contra la idea de involucrarse emocionalmente, temiendo que pudiera ponerla en peligro.

En una noche oscura, mientras acampaban bajo las estrellas, Valens compartió su temor con Luna.

Valens: (serio) Luna, temo que mi presencia pueda traerte problemas. Este mundo está lleno de peligros, y no quiero que te veas afectada por mi pasado oscuro.

Luna: (suavemente) Valens, yo he elegido estar contigo. Si hay peligro, lo enfrentaremos juntos. No quiero estar en otro lugar que no sea a tu lado.

Valens quedó sin palabras ante la determinación de Luna. Sabía que no podía alejarla, pues su corazón ya se había entrelazado con el suyo.

Valens y Luna continuaron su viaje, enfrentándose a diversos desafíos en el camino. A medida que se acercaban a la aldea de los elfos, la tensión y la anticipación crecían en el corazón de Valens. Sabía que una guerra estaba por desatarse, y su deber era advertir a los elfos y protegerlos.

Finalmente, llegaron a las afueras de la aldea, solo para encontrarla en un estado de alerta y preparación. Los elfos se agitaban, discutiendo planes de defensa y estrategias para enfrentar a los humanos que les habían declarado la guerra.

Valens y Luna fueron recibidos por Thalion, el líder elfico, con gratitud y respeto. Los elfos estaban sorprendidos por la aparente falta de maná en Valens, pero no cuestionaron su valía ni sus habilidades en el combate.

Thalion: (serio) Valens, agradezco que hayas regresado. Pero lamento decirte que nos encontramos en una situación complicada.

Valens: (determinado) No te preocupes, Thalion. Estoy aquí para ayudar y proteger a tu pueblo.

Luna: (con empatía) También estaré a su lado, Thalion. No les fallaremos.

Thalion asintió, reconociendo su valentía y determinación. Los elfos se prepararon para la guerra, dispuestos a defender su hogar y a sus seres queridos.

En los días siguientes, Valens y Luna entrenaron junto a los elfos, compartiendo sus habilidades de combate y estrategias. Valens se encontró cada vez más impresionado por el ingenio y la destreza de los elfos en el arte de la guerra. Aunque no utilizaban la tecnología como él, su magia y habilidades eran formidables.

Mientras tanto, la relación entre Valens y Luna crecía más profunda. Luna traía luz y esperanza a la vida de Valens, mientras él le brindaba protección y apoyo. A pesar de los desafíos y la oscuridad que se avecinaba, encontraron consuelo en la presencia del otro.

Finalmente, la guerra estalló entre los humanos y los elfos. Valens y los elfos se enfrentaron a los ejércitos invasores con valentía y habilidad, pero la superioridad numérica de los humanos los superaba.

En el clímax de la batalla, Valens se encontró cara a cara con el general enemigo, un hombre poderoso y despiadado. Los dos guerreros se enfrentaron en un combate épico, con espadas chocando y magia brillando en el aire.

Aunque Valens luchó con tenacidad, la lucha fue ardua. Sus heridas se multiplicaban, pero su determinación no flaqueaba. Luna, usando su magia para ayudar en la batalla, lo apoyó desde la distancia.

En el momento decisivo, cuando parecía que la victoria estaba a punto de escaparse, Valens invocó una fuerza interna que desconocía. Reunió maná del ambiente, algo que nunca había hecho antes sin esfuerzo consciente.

Con un grito de guerra, Valens canalizó esta nueva energía en su ametralladora, liberando una ráfaga de disparos que sorprendió al general enemigo. El impacto lo derribó, permitiendo que Valens tomara la ventaja y lo derrotara.

La batalla fue ganada, pero la guerra dejó cicatrices en ambos bandos. Valens se encontró con el general enemigo caído, quien miró con odio y desesperación antes de morir.

General Enemigo: (jadeando) Me venciste, pero la guerra no ha terminado. Habrá más sangre derramada.

Valens: (serio) La guerra solo trae dolor y sufrimiento. Espero que algún día puedas encontrar la paz.

Valens regresó al lado de Luna, ambos exhaustos pero aliviados de haber sobrevivido. Los elfos celebraron su victoria, pero sabían que el costo había sido alto.

En los días que siguieron, Valens y Luna se quedaron con los elfos, ayudando a reconstruir y curar las heridas de la guerra. La relación entre Valens y Luna se fortaleció aún más, pero ambos sabían que el destino que les esperaba no sería fácil.

La historia de Valens y Luna continuará, con nuevos desafíos y decisiones difíciles que enfrentarán juntos en un mundo de fantasía oscuro y sombrío.

(Continuará...











Miren nunca les dije su nombre, pero es Mirra, verdad que si Mirra (⁠⌐⁠■‿⁠■⁠)☕

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