Aries x Aries
Aries chica x Aries chico
Ellos no podrían decir que se amaron desde el inicio, fue muy difícil la convivencia, sobretodo porque su corazón pertenecía a otras personas, pero aprendieron amarse de la manera más difícil que cualquier ser puede intentar amar. Se amaron con la razón.
- Aries* - llamó la carnero mientras el bebé dormía en sus brazos
- Dime – respondió el carnero desde el sofá
- Libra necesita pañales y Libra* tiene clase de guitarra en la tarde – Aries* asintió.
- Llevaré a Libra* a las clases de guitarra y de camino aquí compraré los pañales – Aries asintió
- Y... por favor, mantente alerta por si ves a Capricornio o a Escorpio* - Aries* asintió
- ¡Libra* hijo, baja que vamos a tu clase de guitarra! – Libra* asintió y bajó algo triste con su guitarra. - ¿Qué te sucede hijo? – Libra* alzó la mirada.
- La profesora de guitarra desapareció, nadie sabe cómo o porque, ella era la mejor. Ella hacía las clases divertidas – dijo el niño mirando al suelo.
- No te entristezcas hijo, posiblemente tenía problemas familiares y por eso le tocó irse. – Libra* trató de sonreír – ve, despídete de tu madre
El niño obedeció y les dio un beso a su madre y al bebé.
- Hasta luego Ari – le dio un beso suave en los labios, de esos besos que saben a otro y no dudo en dárselo como debía ser, claro está que debía tener cuidado con la bebé
De camino a la academia, Aries* estuvo muy pensativo, ¿profesora que desaparece? ¿Capricornio? ¿Escorpio*? ¿Estarán juntos? ¿Habrán muerto? Sacudió la cabeza ante esa idea absurda y continúo concentrado en la carretera.
Después de media hora, llegaron a la academia, entraron y Aries* entró para ver cómo iba su hijo y después se iría. Pero algo llamó su atención, una sonrisa muy conocida para él, una sonrisa que vislumbraba honestidad. Sus ojos se encontraron y ella sonrió en forma de disculpa y se llevó el dedo índice sobre sus labios.
- Señor, hoy no se permite que los padres entren a la academia – dijo la coordinadora de la academia
- S-solo un momento por favor- dijo Aries* tratando de encontrarse nuevamente con la mirada que tanto conocía
- Lo siento pero no – dijo autoritariamente la coordinadora, Aries* obedeció a regañadientes y se fue, no sin antes dar una última mirada que solo le trajo problemas, se chocó con un poste.
Depuse de salir de la academia, fue a la farmacia por unos medicamentos y los pañales de su pequeña Libra. Llegó a casa y vio a Aries caminar de un lado a otro.
- ¿Qué sucede? – preguntó angustiado Aries*
- Llamó Escorpi* - Aries* contuvo el aliento
- Creo haber visto a Capricornio en la academia – dijo mientras hacia una ligera presión en su nariz
- ¿por eso te jodiste la nariz? – preguntó burlona Aries
- Do – dijo con la nariz tapada, Aries rio. –vas a despertar a Libra.- dijo Aries* mientras evitaba reír. No aguantó más y llevó a su esposa al sofá. – cállate – susurró
- Cállame – sus labios se estamparon contra los de ella. Aries* acariciaba el torso de Aries suavemente, la temperatura subía pero debían calmarse, no era tiempo para esas cosas.
- Te amo – pronunció lentamente Aries*
- Prometiste no decirlo hasta que fuera verdad – Aries* sonrió
- Lo es preciosa... - juntó nuevamente sus labios
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