30-"CRASH AGAINST YOU"

Gray se encontraba sentado en una silla solamente en boxer con las luces apagadas, observando el vacío sin fin de su apartamento. Estaba sólo, completamente solo. Dolía demasiado, pensó que Juvia regresaría a sus brazos si le abría el corazón pero no ocurrió de esa manera. Tal vez eso era lo mejor, no quería lidiar con la decepción y lágrimas de nuevo por su culpa. Se sintió como estacas en su corazón, desangrándose lentamente.  Era lo mejor, no necesitaba mostrar sus sentimientos. No era la mejor persona cuando se trataba de ello.

Unos golpes interrumpieron sus pensamientos de auto desprecio. Se trataba de Natsu con seguridad. Era un maldito grano en el culo desde que volvió con Lucy. Para él sólo existía mariposas y flores, mientras que para Gray sólo témpanos de hielo y desolación.

Pensó en ignorarlo, lo había hecho otras veces pero sus continuos y molestos golpes fueron una clave de que no se detendría hasta hablar con él.

Levantándose de la silla sin ninguna prisa y su paciencia deslizándose. Abrió la puerta de un tirón.

-Será mejor que sea importante porque juro por Dios...

No pudo terminar la frase porque delante suyo quien estaba era la maga de agua más hermosa que había visto sobre la faz de la tierra.

-Juvia.

Al decir su nombre se dio cuenta de que era ella en realidad, no una fantasía retorcida que había cobrado vida de sus necesidades básicas.

Juvia observó como la sorpresa e incredulidad brillaban en los ojos de Gray, parecía tan dolido que la mató por dentro. Se suponía que no debía doler, se suponía que no debía amarlo pero cada vez que respiraba sentía que lo hacía sólo por él. El mismo imbécil que la rompió después de haberla reconstruido.

-Qué estás haciendo aquí?

Odio como se rompió su pecho al verlo tan vulnerable por su culpa pero sobre todo estaba tan enojada. Esta vez ella lo usaría a él.

Lanzándose contra su pecho, poniéndose en puntillas para restar a su altura rodeó con sus manos sus hombros y lo besó con desesperación.

La sorpresa fue lo que lanzó a Gray contra la pared, sin duda el cuerpo de Juvia no suponía ningún esfuerzo físico. La puerta se cerró de un tirón.
Continuaron besándose como si su vida dependiera de ello, encontrándose con la desesperación y el dolor del otro en cada caricia.

La falta de aire fue la que los separó, sus pulmones exigiéndole el oxígeno requerido pero eso no los detuvo. Sintiendo como su respiración se relantizaba. Ambos colocaron su frente contra la del otro, cerrando sus ojos.

-No quiero hablar, sólo quiero sentir.

Gray asintió en respuesta, está vez besándola lentamente. Juvia estrechó su cuerpo contra el muro de músculos de él. Quería odiarlo con todas sus fuerzas pero era incapaz de hacerlo. Después de todo la suma de todas las fuerzas es igual a cero.

-Estamos tan jodido-dijo abrazándolo escondiendo su rostro en su cuello, sintiendo su pulso.

-Yo también te amo Juvia.

Esa mirada dulce acompañada de esa sonrisa triste la devastó. El simple gesto de sus dedos contra sus mejillas apartando una lágrima que había caído en silencio la terminó de romper.

Juvia no quería hablar así que lo besó de nuevo, está vez con calma.

Gray entendió el mensaje, nada de charlas aunque tenía millones de cosas que deseaba preguntarle pero no lo haría. Ella quería tenerlo, ya era suyo.

Tomándola en sus brazos la llevó a su cama, sus pies alrededor de sus caderas mientras Juvia lo llenaba de besos alrededor de su cuello y dorso. La dejó en el centro de la cama contemplando su belleza.

-Tu ropa está sobrando.

La Maga se deshizo de ella dejándola en el suelo al lado de la cama, su cabello ahora despeinado en una simples bragas sentada en el colchón.

-Sin sujetador nena.

Juvia enarcó una ceja por su apelativo cariñoso, nunca se había mostrado tan abierto con sus pensamientos parece que él había cambiado. Ella lo había hecho también. 

-Estoy esperando Gray-dijo con evidente descaro, antes le decía Gray-sama,  ahora parecía estar en el pasado.

El mago la agarró del muslo arrastrándola hasta el borde de la cama sin tanto esfuerzo, la peliazul dejó salir un grito por la sorpresa.
Gray la abrió de piernas con facilidad y arrancó sus bragas.

-¡Oye eran nuevas!-dijo molesta por el comportamiento agresivo del hombre al que amaba.

Sin darle tiempo a decir más comenzó a lamer y succionar su clítoris manteniendo sus piernas bien abiertas dejándola a su merced.

-¡Oh Dios no pares!-gritó cuando otra ola del tórrido placer la atravesó. Gray no pudo evitar sonreír, aumentando su ego.

Gray sabía que a Juvia le gustaba un poco de dolor acompañado de placer por eso le mordió en el pequeño botón, separando sus pliegues húmedos de excitación con dos dedos abriéndola aún más para adentrar su lengua.

A la Maga le parecían haber apagado su cerebro, lo único que se oían eran sus gemidos y ruegos por más, persiguiendo su orgasmo que cada vez se acercaba aún mas. No había estado con nadie más cuando rompió con Gray porque sabía que no sería lo mismo.

El mago aumentó el ritmo de sus dedos. Juvia en respuesta comenzó a mover sus caderas sin vergüenza persiguiendo su clímax, arqueando su espalda y enterrando sus manos en la sabana con fuerza. Sus ojos cerrados y su cuerpo perlado en sudor. Entonces sintió como una avalancha recorrió su cuerpo de un golpe.

El orgasmo fue intenso, tanto que le quitó el aliento y la mayoría de las funciones cerebrales ya que no sintió como Gray se pocisionaba encima de ella, entrando de un golpe en ella. Su humedad había sido suficiente lubricante pero aún así fue demasiado repentino.

-Joder-si eso mismo diría ella si pudiera hablar así que lo besó, transmitiendo todo su amor por él.

Gray no fue suave y amoroso, fue duro persiguiendo su propia liberación. Sabía que no duraría cuando estuviera dentro de su mujer así que le dio su satisfacción primero.

No duró mucho, llenando a Juvia con su semen. Dándole un último beso en la boca.

Ambos se quedaron en silencio, sin saber que decir. Era claro lo incómoda de la situación.
Juvia suspiró, no le gustaba esto.

-Te amo, pero si me vuelves a dejar por alguna de tus estupideces se acabó para siempre-era una amenaza pero aún así lo aceptó. Ella estaba de nuevo con él y está vez no la dejaría ni un instante.

-Entiendo-dijo apretándola contra su cuerpo, ella se acomodó encima de su pecho sintiendo los latidos de su corazón. Finalmente estaba en casa de nuevo.

Dos cap en un día, tomenlo como un regalo por año nuevo.

Felicidades a todos.

Besos y hasta la próxima.

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