22-"NO SOY TU PRINCESA"
Crocus, Capital de Magnolia...
Una Maga de cabellos tan rojos como el mismo fuego se encontraba bajo las sábanas blancas intentando dormir, mañana iría con el rey y la princesa para atender algunos Asuntos Exteriores. La princesa Hisui decidió ir por voluntad propia al Reino Álvarez para establecer relaciones comerciales y hacer un pacto de paz después de los acontecimientos pasados. Por supuesto esto se mantenía en total secreto ya que este era un tema sensible para los partidos de mayor importancia. Hisui quiso que Erza fuera su guardaespaldas y mantendría un bajo perfil, pero su padre ordenó como otra medida de seguridad otro guardaespaldas para su hija, mañana se encontraría con el misterioso hombre que saldría de viaje junto a ella durante tres meses.
-Es inútil no puedo dormir-dijo suspirando rodando encima de la cama.
La escarlata se levantó del suave colchón y tomó un poco de agua del vaso que había servido. Saldría un rato para despejar la mente.
-Reequipar-dijo vistiendo con su usual armadura.
Sin embargo decidió ir por algo más casual está vez, después de varios intentó escogió un sencillo vestido blanco dejando su cabello rojo suelto.
Salió de la habitación sin ningún plan en mente y comenzó a deambular por las calles observando las personas, la tranquilidad que ahora existía y la felicidad que brotaba como lluvia. El aire frío despeinaba su cabellera rojiza. Erza Scarlett disfrutaba la noche como nunca antes, sin problemas agonizantes fantasmas del pasado, o eso pensaba.
Reconocía esa risa, ese dulce sonido que prácticamente había olvidado, la llevó de nuevo al pasado. Donde él estaba con ella y se protegían entre sí, Jellal Fernández estaba riendo por primera vez en mucho tiempo y era una risa sincera.
-Erza-dijo el mago al reconocer la figura delante de él. De su cara se borró esa sonrisa que tanto había esperado ver y la culpable de esto era ella, su presencia inoportuna.
-Lo siento no sabía que estabas aquí-Erza dio media vuelto y se dispuso a marcharse pero el agarre de él en su muñeca la detuvo haciéndola girarse para verlo a esos ojos que tanto añoraba.
-Me evitas cierto?-dijo Jellal dolido y Erza no supo por qué actuaba así. Él decidió eso no ella y no sería la villana aquí, así que se soltó de su agarre de manera decidida y lo miró con fiereza a los ojos.
-Dejame en paz Jellal-estaba enojada y se iría ahora.
-Te vas al igual que ella.
Al escuchar esas palabras Erza detuvo su paso. Quería saber qué significa lo que había dicho, por supuesto nadie dijo que le gustaría.
-Quién es ella?-dijo intentando no parecer tan lastimada. Jellal parecía decidir si hablar o callar, pero los efectos del alcohol lo hacía más valiente sobre sus sentimientos.
-Meredy se enamoró de Lyon Bastia-dijo con un tono amargo en su voz.
La escarlata intentaba comprender la información que había salido de los jugosos labios que deseaba probar con fiereza nuevamente, y antes de que pudiera evitarlo una lágrima corrió por su mejilla, esas palabras habían dolido más que 100 golpes consecutivos. El chico que amaba le estaba diciendo que quería a otra.
-La quieres?-preguntó en un susurro mientras limpiaba la lágrima de su mejilla intentando ocultar el dolor que sentía.
-No lo sé-dijo siendo honesto tomando otro trago de la bebida servida por el mesero.
Erza no podía soportar ver como Jellal se destruía. Tenía que ayudarlo aunque quisiera asesinarlo de una manera dolorosa y tortuosa.
-Vamos levantate te llevaré a casa-dijo Erza ayudándole a ponerse de pie.
-Por qué eres tan buena conmigo?-preguntó acariciando su mejilla con dolor en su voz.
-No lo sé-sus palabras eran escasas, llenas de contrariedad y confusas.
-No te merezco-fue un susurro mientras sonreía con dolor.
La escarlata no respondió al comentario del chico que amaba así que continuó con su trabajo, llevarlo hasta la posada donde se hospedaba. En realidad no estaba muy lejos del bar sólo a un par de cuadras de allí. La dueña de la posada le indicó la habitación que era la número 6 y le dio las llaves. Después de entrar en la habitación lo acostó en el colchón mientras lo cubría con una manta.
-Deberías sonreír más Jellal tienes una sonrisa hermosa-dijo Erza depositando un beso en sus labios.
-Te amo Erza.
La Maga se volteó pensando que Jellal estaba despierto pero descubrió que dormía como un pequeño niño y al acercarse descubrió lágrimas en sus ojos así que las quitó de su hermoso rostro.
-Yo también te amo-dijo Erza llorando dándole un beso en la frente dejándole allí sólo en la oscuridad de su habitación.
La escarlata salió de la recámara y sabía que no podría dormir así que se sentó en el bar para tomar un trago, no tomaría hasta quedar borracha pero necesitaba un trago.
-Adiós Jellal Fernández espero que encuentres lo que busques-dijo tomando de una el trago servido.
Erza continuó sentada en la mesa mientras veía las personas ir y venir, sintiendo el aire frío de la noche en su piel desnuda y pensando que nunca más vería nuevamente al hombre que quería.
De esa manera tres horas pasaron lentamente, estaba rodeada de personas pero aún así estaba sola. Era hora de regresar al hotel donde se quedaba sin embargo un pensamiento atravesó su mente, si nunca volvería ver a Jellal tal vez está era la oportunidad de decirle adiós de forma permanente sin arrepentimientos.
Erza corrió hacia la posada y golpeó de manera decidida la puerta con el número 6 en su exterior. Tal vez era un error, pero no se arrepentiría de esto jamás.
-Erza qué haces aquí-un somnoliento Jellal abrió la puerta vistiendo solamente con los boxer negro y su cabello despeinado, era todo lo que ella necesitaba para hacer esto.
-Bésame.
Antes de que Jellal pudiera comprender lo que quiso decir Erza se abalanzó sobre sus labios con un hambre voraz decidida a tenerlo sólo para ella. El mago enredó en su mano el cabello rojo que tanto adoraba atrayendo su boca y su lengua a la suya, jugueteando con el labio inferior, mientras Erza cerraba la puerta de un tirón con su pie disponiéndose a recorrer con sus uñas cada parte de su piel. Era exquisito, sus labios, su piel, su olor y sobre todo la erección que sentía en su vientre, su parte íntima daba saltitos de alegría al ver de nuevo a su compañero de juegos, y la desvergonzada interna salió a la luz cuando pasó por esa puerta.
Separándose por la falta de aire se observaron unos segundos viendo el brillo de sus ojos que reflejaban el rostro del otro. Ese deseo, la tensión acumulada estaba a punto de explotar.
Erza eliminó la ropa que llevaba puesta con su magia dejándola desnuda delante de él, completamente desnuda mientras Jellal dejaba salir un gruñido al sentir el roce de sus senos en contra de su pecho. La escarlata tomó de manera posesiva su boca besándola, indagando con su lengua cada lugar de la suya, tirando con los dientes el labio dejándolo un poco hinchado, se veía endemoniadamente sexy. A Erza le gustaba este Jellal, desenfrenado, lleno de tensión sexual y siendo un hermoso pervertido sólo para ella.
El mago la quería disfrutar por completo, quería poseerla de una manera completamente diferente, quería probar cosas nuevas, el sexo con Erza era magnífico pero hoy sería épico. Lanzándola encima de la cama sin darle ningún tiempo a pensar la observó como si fuera un pastel que debía probar, ahora cubrirla con la capa de glaseado no parecía tan mal, tendría que hacerlo después.
-Abre tus piernas y deja las manos quietas princesa-dijo en tono de orden Jellal y ella como una buena niña obedeció.
Jellal se colocó en el medio de sus piernas y colocó su rostro delante de ella rozando casi sus labios, sin embargo fue grata la sorpresa al descubrir que esos labios no eran los qué quería saborear. Jellal descendió con su lengua por sus senos, vientre y cuando llegó a la entrada de su dulce niña la contempló como si fuera lo más hermoso que jamás podía desear.
Jellal dejó salir un poco del aire contenido en su zona íntima que se encontraba sensible, e hizo que sus piernas cedieran aún más, ahora estaba completamente a su merced. Jellal depositó un beso en sus labios genitales, y espasmos con un gemido fue la respuesta de Erza.
-Buena chica-dijo divirtiéndose en este momento.
Jellal comenzó a lamer, su viperina lengua rodeó su hinchado clítoris y comenzó a succionarlo, una y otra vez, repitiendo está tortura. Erza agarró la cabeza de Jellal y lo impulsó aún más en su zona, y él obedeció, su lengua se movía lenta y agonizante, saboreando a su princesa. Sin embargo esto no se ha acabado todavía chicos, porque Erza se merece esto y mucho más.
Cuál de las dos lenguas traviesas prefieren?
Lyon Dios griego o Jellal Dulce pecador.
Espero que les guste el capitulo, tratare de subir la segunda parte de este cap“No soy tu princesa,no soy tuya”
Besos y dejen sus comentarios y votos💜💜💜❤
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