“Soy la polilla y el es la luz y voy a quemarme lo se”

La última noche del verano, todos disfrutábamos de una hoguera en la playa.

El atardecer ya se había pasado y el cielo ahora estaba teñido de negro, sin embargo, las estrellas brillan a total plenitud.

Poso mi vista en la inmensa playa frente a mí, la música deleita mis oídos cierro mis ojos para disfrutar más el momento que más tarde pasará a ser una pequeña anécdota.

Cuando me siento satisfecha abro mis ojos lentamente echando un vistazo al colorido lugar.

Entonces lo veo... Al Moreno que se a robando mi corazón....

Jure que mi saliva se congeló ante su mirada Pero sentí mi cuerpo desfallecer en el momento en que vi sus ojos.

¡Dios santo... Sus ojos!

me observaba mientras una sonrisa atrevida, atractiva, adornaba sus labios rojizos y perfectos.
Sentí mi estabilidad vacilar en el momento en el cual empezó a caminar hacía mi.

Seguí cada uno de sus movimientos, me regala una perfecta vista de su cuerpo. En pocos segundos se encontraba frente a mi..... Es la primera vez que lo tengo de esa manera, su altura me intimida y su mirada roba toda mi atención.

Doy un respingón y me levanto rápidamente de la arena quedando por debajo de su barbilla.

- ¿Puedo? - señala el lado vacío a mi derecha inconscientemente desvío mi mirada a esta nuevamente me regala un sonrisa mostrando su perfecta dentadura

Muevo mi cabeza frenéticamente haciendo notar mi nerviosismo sus verdes seguían clavados en los míos.

No me mires así por que me enamoró más.....

Siento mis manos sudar las llevo a mi vestido floreado de colores neón y hago un poco de presión en este.

¡Necesito controlar los nervios!

Varias personas nos observan murmurando cosas que no logro oír.

¿Realmente no estoy soñando?

Mi mirada se desvía hacia el me observa de la misma manera que yo con curiosidad. Se toma unos castos segundos para luego volver hablar.

- ¿Que quieres de mí? - su pregunta me toma desprevenida juego con mis manos sobre el cojín en mi regazo Cuando creo que puedo responder lo enfrentó

- Fácil... Que te enamores de mi... - su sonrisa se ancha aún más.

No recibí respuesta de su parte solo centro su mirada a la banda que tocaba sobre un pequeña tarima.

Estaba ahí sentada observando su perfil sereno, el silencio que reinaba no resultaba ser incómodo pero si aterrador de reojo observé su rostro su nariz recta, su sonrisa torcida, sus rizos café claro y sus ojos verdes .
En pocos segundos cortó la poca distancia entre nosotros por un instante creí que me besaría pero ese anhelo nunca llegó, escuché su voz ronca muy cerca de mi y al instante deje de respirar....

- No lo lograrás, no lograrás que me enamoré de ti...

Mi mirada y la suya se encontraron y puedo jurar que en ese momento eramos infinitos.
Escuche los pasos de mi primer amor alejarse sabiendo a la perfección que realmente iba a a ser la última vez que nos viéramos o eso creía...