01 - El moreno

“Te miro y tu serenidad me asusta la tormenta que traes se nota en tu mirada”


El comienzo

Respiraba, expulsaba, me centraba y seguía sin poder calmar mis nervios. Notaba como cada centímetro de mi cuerpo en su totalidad no lograba hacerlo.

Esos ojos verdes me atraparon por completo....

Observe su fría expresión eran  como dagas, sensuales dagas..sentí un leve cosquilleo que podría asegurar que eran como mariposas vaya metáfora cliché Más bien parecían abejas asesinas.

Aquello sonaba surrealista pero si así se ve con el uniforme,  no quiero imaginar cómo se verá sin el....

— ¿Estas bien? — Fue lo único que musitó

— Si —  Intente hablar firme pero sono más como un balbuceó

Volvió anclar su mirada azabache en mi, encarnando una ceja para luego regalarme una sonrisa torcida.

Sentí mi estabilidad vacilar ante su sonrisa, su perfecta sonrisa...

Lentamente di un paso hacia atrás.

Sentí su cuerpo cruzar junto al mío. Cinco minutos solo cinco minutos bastaron para enamorarme de esos ojos verdes o del caos que venía en ellos....

¿Así comienza el primer día de instituto?

Mire sobre mi hombro izquierdo por donde hace un instante el moreno se había ido. Solté un suspiro y como el seguí mi camino a la rectoría...

— Buenos días — La chica levanta la vista de la computadora.

— ¿Tienes cita? — pregunta la chica acomodando sus lentes sonríe apenada

Asiento — Vengo por mi horario

— ¿Perteneces a la convocatoria de becados? — su pregunta me incomoda ahora soy yo la que está apenada

— Si — sus marrones me miran con asombro — último grado — Ella asiente rápidamente y me entrega una carpeta

— Aquí esta todo para que conozcas las instalaciones y la última hoja es tu horario — Me explica muy cuidadosamente — Felicidades y bienvenida a Mangus  — menciona dándome un bombón de chocolate.

— Gracias

(...)

¿Alguna vez tuvieron esa sensación en el estómago? Como si quisieras vomitar pero al final no sucede.

Muchas miradas se posan en mi, era la típica chica nueva parecían llenas vigilando su presa.

Lo sé, lo sé una extraña explicación.

Elevo mi mirada a la pequeña placa sobre el marco de la puerta de madera, vaciló un poco si tocar o no... ¡Al carajo! llevo mi mano a esta y hago pequeños toques..

—Adelante

Escuché desde el interior lleve mi mano al pómulo de puerta abriéndola por completo...

Silenció sepulcral

— Bu - Bueno días — No puedo estar mas avergonzada justamente ahora se me da por tartamudear

— Bu - Bueno días — Un chico me copia haciendo reír al resto del grupo

— Silencio — Grito el profesor llamando aun mas la atención — Respeten a su compañera — se lleva un pequeño pañuelo blanco hacia su cien secando el sudor — termine por favor — Hace adema para que continúe.

— Lola Honbart 17 años — llevo mis manos a la falda negra haciendo un poco de presión en esta. — Vengo de instituto carhs — tome una bocana de aire para luego de unos segundos volver hablar — y..... Soy becada — solté el aire retenido

— Tenemos otra pobretona entre nosotros — El chico volvió hablar encarnando una ceja divertido

— Otro comentario asi y te vas a rectoría — sentenció el profesor levantándose de su asiento — Felicidades y bienvenida se nota tu esfuerzo si estás aquí — sus palabras me motivan ¿Realmente debo estar orgullosa de ser la becada?

Llevo mi mirada al frente intentando conseguir un lugar disponible para mi mala suerte
El único lugar disponible es al lado del molestó chico de hace un rato hago una mueca de desagrado y me aproximó a mi lugar

La clase empieza hago mi intentó de llevarle el ritmo pero no dejo de pensar en el moreno de la entrada juego con mi bolígrafo y pierdo la noción del tiempo.

Rig rig

La campana me trae a mi realidad miró el reloj negro que adorna mi muñeca, diez y media de la mañana. Hora del receso.

Camino por los pasillos un poco perdida no encuentro mi casillero reviso nuevamente la carpeta y si, no estoy buscando mal es el 201. Doy un par de pasos más y lo encuentro.

— ¡Si! — Exclamé en voz alta llamando la atención de otros alumnos sonrió avergonzada debo parecer toda una loca.

— Deberías celebrar en la cafetería que lo has encontrado — El moreno desconocido ladeó la cabeza y sonrió de lado pero era una media sonrisa burlona aquella que esconde tanto pero quizás decía todo.

— ¿Que haces allí ? — ataque cruzandome de brazos

El se dio la vuelta y me miró

— Es mi casillero ¿No es obvio? — ironizó con una ceja alzada

Desvié mi mirada avergonzada

— Soy nueva — Me excuse volteando mis ojos

— Como digas — cruzó por mi lado dándome un pequeño golpe en mi cien y desapareciendo al final del pasillo con rumbo a Sabra Dios...

Bufé reincorporando mi cuerpo empece a caminar sin rumbo como vaca sin corral. Después de cruzar algunos pasillos llegó a la cafetería. Un olor exquisito inunda mis fosas nasales  mi estómago gruñe ante tal acto y ¿Quien soy yo para negarme a alimentar mi pobre ser en pena ?
Entre ala cafetería acaparando nuevamente la atención huelo a nueva a miles de millas de distancia.

Suspiré con gran profundidad Me colocó en la fila apenas caigo en cuenta que estoy apunto de pedir alguien se pone por delante de nosotros. Miro detenidamente al chico con el uniforme de algún equipo deportivo que se a puesto frente nuestra.

— Te has saltado la fila — las palabras abandonan mis labios y me arrepiento al instante

El moreno se da la vuelta y encarna una ceja divertido y amplía su sonrisa mostrando toda su dentadura.

— ¿Y? — Fue lo único que musitó mientras se encogía de hombros

— Vamos nosotros primero — Digo señalando a una peli negra que está por delante de mí

— Solo vengo por un sobre de leche — responde enseñándome el líquido en sus manos que ha tomado del mostrador

— ¿Leche? — lo miró incrédula y el asiente recarcando el sobre casi en mi rostro

¡Tragarme tierra y escupirme  donde queráis!

— ¿Que vas a pedir ?

— un batido de chocolate y una rodaja de pastel de vainilla — El moreno asiente con la cabeza y habla con la mujer de la caja

— Ten — me entrega una bandeja con lo antes mencionado cuando le iba a entregar la tarjeta para que se cobrará vuelve hablar — No hay necesidad tómalo como un regalo de bienvenida — antes de que pudiera protestar se a ido dejándome con la palabras atoradas en mi garganta.

Lo observó cómo se aleja con su grupo de amigos a fuera de la cafetería para posteriormente dirigiese a un lugar desconocido para mi. La escena parecía de película iban riendo perfectamente como si no hubiera nada a su alrededor,  solo ellos.....

Alguien truena sus dedos ante mi sacándome de mi pequeño trance 

— Haz caído en el hechizo Crack — pensé que decir mientras la miraba a los ojos, unos ojos tan negros que incluso lo profundo siquiera se le comparaba.

— ¿En el hechizo que? — pregunté escandalizada ante la afirmación de la peli negra

— hechizo Crack — afirmó tomando un sorbo de su café

— ¿Los conoces ? — Volví a preguntar tomando asiento en una de las mesas del lugar, ella movió la cabeza en señal de respuesta.

— La pregunta es ¿Quien no los conoce ? — Demandó estrepitosamente

Hago una mueca intentando procesar la información

— Entonces — Hago además para que continúe

Pone los ojos en blanco — Son los nueve chicos más populares de Mangus y pertenecen al equipo de fútbol americano... — ironiza dejando al aire las últimas palabras — Pero aquí viene lo mejor — sonríe — El chico con el que hablabas hace un instante es el capitán y dueño de la mitad de los corazones de Mangus — finalizó terminando su café

— Cada cuento para su loco — exprese terminado mi batido

Ella ríe llamando la atención de los presentes en el lugar — Cada cuento para que...— dejo la frase nuevamente en el aire para soltar otra carcajada.

— Para su loco — afirme

— Marcela — extiende su mano hacia mí, no dudó ni un instante en tomarla

— Lola— copié  su sonrisa

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