I

Cuentan los cuentos populares en el Reino del Valle de Hollow, la historia de un dulce ángel, el más gentil y amado del cielo, fue despojado de sus alas por formar malas amistades.

Hay una regla fundamental en el cielo, jamás debes formar amistades con criaturas mágicas, los hijos del cielo, no pueden ser amigos de los hijos de la Luna y el Sol, o recibirán un castigo.

Las criaturas mágicas son peligrosas, seres sedientos de sangre y odio, no les importa matar a humanos por capricho, hacen guerras con magia sin parar.

No debes acercarte jamás a éstas o terminarás muy mal mi preciado hijo.

No sabía cómo decirle a mi madre que me hice amigo de unos niños peculiares en el bosque.

-¿No te parece un cuento creado para asustar a los niños?- Dije sin más, era absurdo, no existían ni guerras y caos, las criaturas mágicas se esfumaron de los pueblos humanos, algunas al bosque, otras tienen sus propios reinos.

-No es un cuento Izuku, si a un ángel le hacen esto, ¿Qué le harán a los humanos por ese pecado?- Dijo mi madre angustiada.

Aquel cuento generó todo lo opuesto, yo quería saber más de ellos, me daban lo mismo eso de los ángeles y todo eso, pero por ahora lo mejor es mentir y asentir.

No me iba a separar de ellos, al fin sentía que pertenecía a un lugar y ellos me querían en él.

Al día siguiente fui a las profundidades del bosque con una sonrisa en la cara, estaba emocionado.

-Hola Izuku- Dijo Ochako a penas me vio -¿Cómo estás?

-Bien, aunque mamá se molestó porque escapé de los guardias nuevamente- Dije con una sonrisa -Hicimos un trato, debo decirle y llegar a las seis, prohibido salir de noche solo.

-¿Enserio?- Dijo Ochako con tristeza -En la noche es más divertido, aparecen las luciérnagas.

-Mamá me dice que las criaturas mágicas pueden llevarme...- Dije con una mueca, estábamos en paz y siguen asustados.

-Tiene sentido- Dijo una voz reconocible, me di la vuelta y vi a Kacchan -Aunque yo me preocuparía que humanos de otros Reinos te secuestraran, una guerra entre humanos beneficia más que con nosotros.

Reí, era imposible un secuestro, nadie me lastimaría en paz, además una guerra porque solo una persona es secuestrada, absurdo.

-Soy un niño, las guerras no se forman por la pérdida de uno- Dije sin más, cruel, pero cierto.

-Creo que el nerd no entiende aún su lugar- Dijo burlesco -El único heredero a la corona vale varias monedas de oro y no es un secreto que los reyes no pueden tener a otro príncipe...

-Kacchan no digas eso...- Susurré, no me gustaba verme superior al resto por un título.

-La vieja destruiría Reinos enteros si me hieren- Dijo Kacchan con seriedad -Ella es la Reina de los dragones y aunque no lo fuese igual lo haría, la cosa es que todos me ven como el heredero y bueno, los dragones no serán felices si a su futuro Rey lo lastiman.

Sentí un escalofrío, se me olvidaba la influencia de Kacchan en el mundo.

-Paren de charlas crudas- Dijo Ochako -Vayamos a volar lejos, muy lejos.

Kacchan sonrió y se fue corriendo, lo seguimos con dificultad, era muy rápido.

Al llegar vimos a su poderoso dragón rojo, tan cruel y aterrador, la primera vez mi quiso comer, no es un secreto de que esa raza odia a los humanos.

-A volar se a dicho- Dijo dando un gran salto y cayendo en el lomo, él era también fuerte y atlético, los cambia forma de dragón eran envidiables.

Ochako con un hechizo flotó al lomo, fruncí el ceño, odiaba ser un humano de 10 años a veces.

Iba a tener que escalar, pero el dragón con delicadeza me agarró con su pata delantera y me dejó en su lomo.

-¡Gracias Dynamight!- Dije sonriéndole al dragón.

-¿No has pensado en ser domador de bestias?- Preguntó Ochako con una sonrisa.

La miré extrañado, pero sonreí cuando el dragón comenzó a volar.

-Izuku tienes un don, todo animal te hace caso o te deja jugar con él- Dijo emocionada mi amiga -Lograste volar en un Grifo, montaste un unicornio y ellos detestan a cualquier criatura... eres genial.

Me sonrojé ante esas palabras, pero fruncí el ceño -Domador de bestias es un nombre violento, prefiero Amigo de las Criaturas.

Kacchan soltó una carcajada y dijo -Nunca cambies nerd, si mis viejos te escucharan... creo que se sorprenderían, ellos dicen que los humanos son malos.

-¿Malos?- Dije extrañado, ¿Por qué seríamos malos?

-Hay un cuento popular que nos cuentan antes dormir sobre como los humanos pueden ser tan crueles- Dijo Ochako, soltó un suspiro y continuó.

Había una vez un humano muy amable, él se dedicaba a ser leñador, en el pueblo lo querían demasiado, pero un día se enteraron que tenía amigos de otras razas, eso les molestó y más aún al descubrir que una bruja era su pareja.

Lo ejecutaron en la plaza del pueblo por alta traición, solo por sus amistades y amor...

Los humanos no tenían sentimientos, mataron a una persona que ellos apreciaban solo por sus relaciones... Si ellos asesinan a los suyos ¿Qué nos harán a las criaturas mágicas?

-Eso es aterrador...- Dije preocupado, a mi no me asesinarán ¿Cierto?

-En mi Reino existe un cuento similar, me lo contó mamá anoche...- Dije mirando el hermoso cielo azul.

Comencé a relatarle el cuento, Kacchan se reía de lo absurdo, Ochako estaba triste.

-¿Se han dado cuenta que se parecen los cuentos? De seguro es un invento de las criaturas y humanos para separarnos- Dijo Ochako con seriedad -Me es imposible creer esas historias.

Sonreí, quería mucho a Ochako, es una gran amiga, deseo que los tres continuemos siendo amigos y sigamos visitando cada rincón del mundo...

-¡Seremos amigos para siempre!- Dije levantando mis brazos para acercarme más al cielo -¡Nadie nos separará por nuestra raza!

-¡Sí!- Exclamó Ochako -¡Siempre juntos!

-Son unos cursis- Dijo burlesco Kacchan, podía notar sus orejas rojas y luego escuchar un -Sí...

Mejores amigos por y para siempre...

Bajamos a una montaña que tenía una laguna y sin más decidimos lanzarnos al agua.

Amaba estar con ellos...

Esa misma noche en la que prometieron una amistad eterna fue la última vez que vieron a Izuku Midoriya.

En cada Reino, tanto de humanos como de criaturas mágicas llegó una información que destrozaría la paz en el mundo mágico.

La Reina Inko está en coma a causa del apuñalamiento de unas criaturas mágicas que ingresaron al castillo.

Sino fuese lo suficiente, el príncipe a sido secuestrado.

El Reino de Valle de Hollow era pacífico, si bien le temían a las criaturas mágicas y había un rechazo, tenían un tratado de paz, no se metían en guerras con nadie, a pesar del poder económico y a su gran ejército.

Esas criaturas se metieron con el Rey equivocado, porque los hombres más amables y justos tienen un punto de quiebre... Hisashi Midoriya era una persona que adoraba a su familia y si tenía que destruir a cada criatura mágica por lastimar a su esposa y llevarse a su pequeño, lo haría sin remordimientos.

Los hombres buenos pueden ser los más sedientos de sangre.

Muchos Reinos humanos apreciaban a este poderoso Reino, otros no soportaban la insolencia de las criaturas mágicas...

Todos los Reinos humanos se unieron por distintos motivos para atacar a las criaturas mágicas y aunque no tenían magia, eso no los hacía más débiles, sus armas no eran para nada frágiles y su ingenio era envidiable.

-Ochako... ¿Tu crees que Izuku esté vivo?- Preguntó el rubio a la niña que guardaba silencio, tenía ojeras por haber llorado toda la noche.

-No lo sé, pero lo encontraremos- Dijo la castaña, sus ojos brillaban a causa de la magia -No permitiré que nuestro amigo termine muerto.

Katsuki asintió mientras silenciosas lágrimas caían por sus mejillas.

La pequeña sacó un anillo de oro con un diamante rojo y sonrió -Ayer se le cayó esto a Izuku...

Los ojos rojos se centraron en éste y no comprendió.

-Busqué hechizos del libro de mi abuela anoche, algo que nos ayudara a encontrar a Izuku- Dijo Ochako con seriedad -No había nada, pero al menos podemos saber si está vivo y buscar la forma de encontrarlo.

Katsuki abrió los ojos sorprendido, había esperanza aún -¿Qué debemos hacer?

-¿Tu quieres a Izuku?- Preguntó Ochako con inocencia, al ver la cara de horror de su amigo continuó -Idiota, me refiero como amigo.

El niño se sonrojó por la vergüenza, él sí quería a Izuku, pero no de esa forma, por lo tanto, dijo -Es como un hermano.

Ochako sonrió y dijo con las mejillas sonrojadas -Yo también lo quiero mucho...

La pequeña hizo aparecer un enorme bastón de madera, aquello sorprendió al rubio.

-Se lo tomé prestado a mi abuela- Dijo la menor -Necesito tu sangre y la mía, luego debo recitar un hechizo y rezarle a los Dioses para que funcione.

El mayor no entendió, por lo tanto, Ochako le explicó -Solo los sentimientos más puros pueden hacer este hechizo y con unas gotas es suficiente, además al ser tu un hijo del Sol y yo de la Luna, tenemos más posibilidades, también el motivo, queremos encontrar a nuestra raza enemiga en común.

Ochako sonrió al ver lo ilusionado que estaba su amigo, el libro decía que solo las amistades más fuertes pueden lograr este tipo de hechizo.

Ambos niños siguieron al pie de la letra lo que decía el libro; Ochako recitó el hechizo mientras Katsuki rezaba, no, les rogaba que los ayudaran.

Un extraño brillo verde salió del bastón de Ochako y golpeó el anillo.

-Por favor- Susurró la bruja mientras el brillo bañaba el anillo.

El diamante cambió a un brillante color verde...

-Está vivo...- Susurró Katsuki -El nerd está vivo, él está vivo.

La pequeña lloró de emoción, sabía que esta era la parte fácil y que aún faltaba mucho para encontrar la forma de encontrarlo, pero mientras ese diamante continuara verde, no se detendrían.

Cientos murieron en el primer año, cuando despertó la Reina, pensaron que la situación cambiaría, pero ver la desesperación de Inko por su pequeño, aumentó más la ir del Rey y de los soldados.

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