No me iré.
Conduje en silencio hasta mi casa, estaba nervioso y tenía miedo.
Cuando llegué estacioné el coche en la cochera y bajé del susodicho, caminé arrastrando los pies hasta la entrada, di un suspiró y luego abrí intentado prepararme mentalmente para todo lo que venía.
La casa estaba en silencio, lo que era bueno porque significaba que no había nadie. Dejé las llaves en la mesa junto a la puerta y mi abrigo colgado, caminé hasta la sala buscando a las personas que vivían conmigo.
-¡Sorpresa!-Gritaron mis padres y hermanos cuando llegué.
Había un gran cartel que decía Stanford, en la mesa un pastel con este mismo nombre y algunos dibujos, y junto a este una pequeña caja.
-¡nuestro universitario llegó!-gritó mi padre emocionado.
Reese se acercó colgándose de mi cuerpo en un abrazo.
-¿me dejas tu habitación?-habló inocente.
No sabía si había sido el remordimiento o la emoción de que hicieran eso pero mis ojos se cristalizaron y tuve que tapar mi rostro para que no me vieran llorar.
-Oh cariño-Reese se alejó y mi madre se acercó abrazándome, acarició mi espalda y rió-tranquilo, tampoco es la gran cosa.
Me alejé negando.
-no es eso-hablé entre sollozos.
-cariño, ¿que ocurre?-me miró preocupada.
-Hijo ¿estás bien?-mi padre también se acercó.
Yo negué y tomé algo de aire.
-lo siento, lo siento tanto-volví a sollozar extendiendo el papel.
Mi madre lo tomó y ambos la leyeron al mismo tiempo, quedaron petrificados sin saber exactamente como reaccionar y yo sólo intentaba tranquilizar mi respiración para que mi sollozos dejaran de escucharse.
-¿que ocurrió?-preguntó Ryan acercándose.
-reprobó-susurró mi madre impactada, Ryan me miró con ojos y boca abiertos.
-¿que significa que reprobó?-preguntó Reese.
-significa que tendrá que recursar-mi padre me miró severo.
Aquella mirada, enojo, decepción...me partió el alma. Como predije mi madre me miró con ojos llorosos.
-¿podrían subir por favor?-preguntó mi madre tranquila a mis hermanos.
Estos asintieron y corrieron con rapidez, obvio ambos sabían lo que venía y no querían verlo.
-tú-mi madre me señaló-ven aquí-habló entre dientes caminando con mi padre a la cocina.
Sequé mi rostro y los seguí. Allí comenzó la discusión, mi madre se quejaba y gritaba, mi padre se quejaba y también gritaba, ambos enojados y yo allí sin saber exactamente que excusas debía decirles.
-¿Esto es por Brooke?
-¿qué? ¡claro que no!
-Sabes que la queremos pero no nos obligues a tener que alejarte de ella.
-¡No! ¡ustedes no pueden hacer eso!-me incorporé enojado.
-claro que podemos, somos tus padres.
-y si no lo quieres pues entonces empieza a comprometerte con tus responsabilidades.
-¡estabas a un paso de ir a la universidad!-repitió mi madre, lo había dicho aproximadamente unas catorce veces en un cuarto de hora.
-Demonios Zach-otra vez esa mirada de mi padre-¡hasta te habíamos comprado algo!-tiró la caja sobre la mesa.
Tome la caja y la agite sintiendo como algo se movía de un lado a otro, saqué el moño y al abrirla vi unas llaves.
-¿un auto?-los miré, mi padre miró enojado hacía otro lado y mi madre asintió.
-Si Zach, te habíamos comprado un maldito auto.
-Josh-habló mi madre negando-vete Zach, a tú habitación.
Asentí apenado y cabizbajo subí las escaleras.
-pss-me giré mirando la puerta de la habitación de mi hermano-¿estas bien?-asentí-yo no creo que sea algo tan malo, aún eres mi ejemplo Zach-sonreí.
-gracias enano-me mostró una sonrisa y volvió a su habitación yo seguí mi camino hacia la mía.
Al abrir la puerta vi a Brooke sentada en el sofá de la esquina leyendo uno de mis libros, era algo normal por lo que no le tomé más importancia de la que debía, sólo cerré la puerta y seguí con lo mío.
-¿otra vez pelean?
-mi padre volvió a golpearla-dejó el libro a un lado y me miró-no se porque sigue con esto.
Brooke solía ser fuerte ante todos, nunca le importaba nada y siempre estaba feliz, sólo yo conocía su verdadero ser. Cada vez que venía a mi habitación sabía que estaba viendo a la única y original Brooke Price...aunque a veces era ausente y me trataba mal en público amaba a esta Brooke, la de mi habitación.
-¿siguen sin demostrar que cambiará?
-Él nunca cambiará, un día dice que nos ama y al siguiente la golpea-negó mirando al suelo.
Me acerqué arrodillandome frente a ella.
-estoy harta de esto-su voz se quebró.
-tranquila-la abracé, me correspondió y sollozo en mi hombro.
Me costó algunos minutos que se calmara pero finalmente lo hizo. Nos acostamos en mi cama y ella apoyó si cabeza en mi pecho abrazándome.
-¿qué haré cuando tú te vayas? Aunque no parezca eres una de las cosas más importantes en mi vida.
Sentí un cosquilleo en mi estómago y no pude evitar sonreír aprovechando que ella no me veía. Pero luego la borré recordando todo.
-no iré a ningún lado, Brooke-se apoyó en mi pecho elevando su rostro para mirarme.
-¿cómo que no te irás? Stanford es muy lejos como para vivir aquí.
-Brooke yo no...-tomé algo de aire-reprobé.
Se sentó en la cama mirándome impactada.
-¿qué tu qué?-gritó.
-¡sh! Cállate-rogué-mis padres están abajo.
-¿reprobaste? Es imposible, ¡tú no repruebas!
-pues, ya ves que si-me senté.
-osea que...¿No te irás?-negué.
-no me iré Brooke, tendrás mucho de Zach Herron por un buen rato-ambos reímos.
-¿por eso gritaban tanto tus padres?-bajé mi mirada apenado-o no, no te preocupes, llevas escuchando a los míos por ¿cuatro años?
-enrealidad ya son siete, casi ocho años-elevó sus cejas.
-wow, eso es mucho tiempo.
-si, pero uno se acostumbra-miró hacia la ventana, ya era de noche y los gritos habían sasiado.
-ya debo volver-asentí mirando como se incorporaba-¿nos veremos mañana? Es el cumpleaños de Damon-rodé los ojos.
-no sé si pueda Brooke, con todo esto no creo que pueda llevarte.
-di que saldrás con Jack, siempre funciona-me guiño un ojos, se acercó besando mi mejilla con rapidez y se escabullo por mi ventana.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top