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Estrella de neutrones:

Una estrella de neutrones es un tipo de remanente estelar resultante del colapso gravitacional de una estrella supergigante masiva después de agotar el combustible en su núcleo y explotar como una supernova tipo II, tipo Ib o tipo Ic.

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¿Algo más en que pueda ayudarle, my lady? - preguntó suavemente con un toque divertido en su voz. Era seductor, desde la forma en la que su traje formal se ajustaba a su cuerpo hasta cómo caía su cabello azabache ondulado cuando pasaba su mano por él.

La mujer rió con con las mejillas coloradas, mirando esos ojos plateados con un destello en ellos. - Sería todo, buen caballero, aunque su número de teléfono sería bien recibido. - El mesero le dió una sonrisa juguetona, guiñándole el ojo cuando se daba vuelta para volver a las cocinas.

Sirius suspiró. Este trabajo le estaba aburriendo, aunque ciertamente era algo diferente a lo que acostumbraba hacer, es decir, la seducción. Aunque era tan intrínseco que simplemente no podía evitar continuarlo pese a no hacer necesario como mesero de un restaurante de alta gama.

Aunque le estaba dando mucha popularidad entre las mujeres. Y algunos hombres también, cabe mencionar.

Después de dejar la orden sobre la mesa de la mujer, dejó una nota sobresaliendo por la bandeja. Era un texto garabateado con letra elegante aunque a prisa. Casi como un reflejo, pasó los dedos entre su cabello cuando caminó por los pasillos del restaurante hasta una de las habitaciones privadas del restaurante donde de un acaudalado empresario que se quedaría en el hotel contiguo a este restaurante.

Estuvo esperando a que llegara a comer, entrando a trabajar en el lugar poco después de que se confirmara la visita en dicho lugar, prediciendo a partir de los datos que pudo reunir sobre él, el lugar donde se hospedaría, y por lo tanto, consiguió un empleo en el restaurante de dicho hotel.

No tomó mucho descubrirlo, sólo unas cuantas horas investigando las redes sociales del hombre y un informante que le confirmase el lugar y fecha.

Plantó veneno en la comida del presidente de dicha empresa, poco antes de que su turno de trabajo terminara. Y su coartada sería la mujer a la que sirvió hace poco, una mujer joven de visita por el país, a juzgar por la vestimenta y los pequeños gestos que la acompañaban inconscientemente.

- ¿Cuál es el nombre del caballero que me acompañará está noche? - preguntó ella en un murmullo cuando Sirius se acercó a unos pasos de distancia.

Acortó la distancia con lentitud, tomándola de la cintura y el brazo con cuidado, solo tocandola. Acercó su cabeza a su oído, susurrando con el aliento haciéndole cosquillas en el cuello a la joven. - Hailee - mintió entre dientes. - ¿Con quién tengo el placer de compartir esta noche? - murmuró alejándose ligeramente.

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- No sé de qué me hablas - murmuró James desviando por un segundo la mirada, suficiente para que Lily se diera cuenta, haciéndoselo saber con un fruncimiento en sus labios y un repiqueteo exasperado contra la mesa de caoba.

- Deja de intentar engañarme, James, tú y yo sabemos muy bien que eso es imposible - replicó con un suspiro frustrado. Luego, tomando un portafolio de manila a su lado, lo lanzó frente a él, deslizándose por el largo de la mesa hasta que el otro lo detuvo con curiosidad. - Esa es tu próxima misión, indicada para los tercios de corazón como tú.

- ¿Es un castigo? - murmuró en voz alta abriendo el archivo. No eran muchas hojas, pero al menos incluía una foto de su objetivo, no importa que sea de mala calidad. Las misiones sin nombre o rostro eran las más complicadas, algo por lo que nunca quisiera volver a pasar.

Lily giró la cabeza, dejándole una vista de educación rostro enojado de perfil, aunque podía decir que la mayor parte era un acto para molestarlo. Lo que la delataba era la forma en la que pasó los mechones de su bonito cabello rojo por detrás de sus hombros, algo que no le importaría si estuviera realmente enojada.

- Pero es un poco extraño, ¿sabes? - murmuró James mirando fijamente la imagen. Era cierto que parecía tomada por accidente, pero la inclinación de la cabeza no permitía ver la forma de la cara, ni siquiera el color de ojos, pero podía decir que estaba mirando directamente a la cámara. Lo único que realmente era distinguible sería su cabello. - Me gusta, acepto el trabajo.

- No es opcional - refunfuñó ella aunque el otro ya se había puesto de pie de un salto, con una sonrisa emocionada en el rostro. No pudo evitar sonreír ella misma al verlo tan feliz. - Eres un tonto, sabría que te gustaría. - dijo, asegurándose que estuviera lo suficientemente lejos para no escuchar la parte final.

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Tomando un sorbo de en espresso recién preparado, revisó los archivos nuevamente, esta vez con más calma. Era el cuerpo de un hombre joven, aunque no podía ver el contorno por la ropa gruesa, unas tallas más grandes que el hombre joven.

La cantidad de infracciones y violaciones a la ley que se le adjudicaban era increíble. Silbó para sí mismo con sorpresa sólo al hojear su archivo, impreso por ambos lados de cada hoja. Eran informes sobre cada uno de los delitos que había cometido, un resumen sucinto de cada uno, ocupando sólo la mitad de cada hoja.

Al terminar de leer el archivo, se dió cuenta de que la mayoría era sobre asesinato. Su objetivo estaba clasificado como un sicario, especializado en infiltración y seducción.

Entrecerró los ojos detrás de sus gafas, mirando con atención la foto, recargando su mentón entre sus dedos.

Al final del archivo había una nota, una pista, la única que podría llevarlos a la ubicación del sicario. Era el mensaje de uno de sus agentes, dejado como un código póstumo, justo antes de que dicho hombre lo asesinara por una bala en el corazón, como reveló la autopsia realizada tiempo después.

"Shining star", era lo que decía la nota. Una pista que seguramente sería muy útil como una gran revelación al final de una épica investigación, porque ciertamente no parecía hacer referencia a una celebridad, así que en este momento no resultaba más revelador que la imagen burlona de ese hombre.

Como consuelo, sabían que estuvo implicado en el asesinato del famoso empresario en el hotel de Hann. De sospecharon de muchos hombres, pero no se podía señalar a ninguno, sólo se pudo relacionar con el sicario por la revelación de su implicación por el secretario del empleador.

Pudo ser cualquiera que hubiera entrado al hotel, pero lo primero sería revisar al personal, de los pocos de los cuales se tenía registro además de los clientes. También pidió una vigilancia constante en los aeropuertos de la ciudad, por si acaso.

La investigación no era de gran importancia como la busca de las joyas pérdidas de la realeza que alborotaba a las organizaciones en este momento. Aunque fue afortunado, ya que no tendría que trabajar con los mismos hombres serios de siempre.

Se detuvo bruscamente en la foto de uno de los meseros, Hailee, quién aunque era completamente diferente a la foto adjunta en el archivo, tenía esa aura tan presumida que simplemente no podía evitar pensar, ¡Es él!.

Sonrió con arrogancia. Sin objetivo no era tan bueno como todos creían, ¿No, Hailee?

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