16: A sangre fría
Sinaí, miércoles en la tarde
—Siéntate —dijo mi madre.
—Quien se murió —pregunté, aunque mi pregunta debio ser “¿qué conocido al que le tengamos afecto murió?" ya que según estudios reales mueren alrededor de 150.000 personas a diario en el mundo.
—No ha muerto nadie que me importe —contestó, como si hubiese leído mis pensamientos.
—Entonces...
Me sequé el sudor de las manos en el pantalón y comencé a enumerar todos mis pecados desde el día de mi nacimiento, preguntándome de cuál se habría enterado mi madre.
—Bueno... tenemos que hablar sobre Dios.
Me habría sorprendido menos que me dijera que a Maduro le acaban de lanzar una bomba mientras utilizaba su baño presidencial.
Adopté mi mejor cara de sabelotodo a punto de exponer en clases, y le contesté:
—Bueno, Dios es un ser sobrenatural, cabeza de religiones como El Cristianismo y el Catolicismo, creador del universo según las sagradas escrituras, también conocido como Jehová, Dios de los ejércitos, El Todopoderoso, Elohim...
—No te hagas la graciosa, Sina. Quiero hablarte de algo serio.
—¿No te parece serio el responsable del misterio de la existencia? —me llevé una mano al pecho y gesticulé con mi boca una gran O para poner mi mejor cara de ofendida.
—¿Quieres dormir en la calle hoy, carajita? Con Dios no se juega.
Cuando mi mamá decía cosas como esas, era mejor dejar las bromas hasta ahí. Me quedé callada esperando a que ella terminara el tema.
—Lo que quería hablar contigo no es un juego. Quería preguntarte... ¿Crees que Dios puede cambiar a las personas?
—De ropa.
—¡Sinaí, te hablo en serio!
Invertí toda la fuerza y voluntad de mi cerebro en impedir que la risa que nacía en mis entrañas saliera a flote, no quería una bofetada tan temprano.
—Dios puede cambiar a las personas —explicó mi madre sin siquiera evitando a toda costa el contacto visual conmigo—. Dios siempre da una segunda oportunidad.
—¿Pero a qué viene eso si no vamos a la iglesia desde hace años? ¿Tratas de decirme que te reconciliaste con El Señor o algo así? Porque si es así no entiendo por qué haces tanto drama de todo...
—Yo no fui la que se reconcilió con El Señor.
—Entonces, ¿quién?
No.
Mierda, no.
«No lo digas», pensé.
—Tu padre.
Lo dijo.
Me levanté de forma tan brusca que el florero en la mesa se tambaleó y acabó por caer al suelo, volviéndose añicos. Me vi reflejada en aquellos fragmentos de cerámica, solo que yo me rompía a una lentitud más dolorosa.
—No.
—Siéntate, hija.
—¡No!
—Ni siquiera me estás dejando hablar...
—¡No hay nada que decir! Ese hombre nos hizo demasiado daño, no quiero escuchar nada de él nunca más y tú también deberías mantenerlo a raya. Tú más que nadie, que sabes de lo que es capaz.
—Yo lo único que sé es que tu padre guió a muchos al camino de la luz en su tiempo de pastorado. Salvó a tantas personas del peor destino que puede haber, y nos condujo por el camino de la salvación. Si no fuera por él...
—No puedo creer que lo quieras vender así. ¡Ese tipo es un diablo disfrazado de angel de luz!
—¡No hables así de quien te acercó a Cristo! Sí, lo admito. Tu padre fue muchas cosas, nos hizo daño, a ambas. Destruyó muchas cosas... pero fueron cosas que de hecho no habrían existido sin él. No podemos ver solo lo malo. Y ahora, ha llegado arrepentido, ha cambiado. Se le nota, Sina. Lo veo en sus ojos, en su forma de hablar. Ese hombre lleva la luz consigo. Es lo que necesitamos.
—¿Necesitamos? ¿Piensas dejarlo entrar de nuevo a esta casa?
—No de inmediato, no soy estúpida. Pero podríamos darle una oportunidad, avanzar un paso tras otro, dejarlo demostrarnos...
—¡Que no! —Me acerqué a ella y la agarré por los brazos, mirándola con mis ojos suplicantes llenos de lágrimas. Cuando volví a hablar, apenas se entendían mis palabras por lo quebrada que tenía la voz.
—Por favor... te va a matar. No lo dejes manipularte, por favor... por favor...
—Lo siento, hija. A pesar de todo he decidido que él también merece una segunda oportunidad, al igual que Dios me la dio a mí. Lo que tengo que contarte es que él es el hombre con el que estuve saliendo, voy a cancelar los trámites del divorcio.
Me paré erguida y tragué en seco. No saliva, sino mi dolor. Me armé de orgullo y dejé mis heridas detrás de mi máscara, para que nadie pudiera verlas, para que nadie supiera dónde clavar el cuchillo. Y decidí, aunque demasiado tarde en mi vida, que así viviría desde entonces.
Me sequé las lágrimas con el dorso de la mano, le di la espalda a mi madre y salí por la puerta dando un portazo.
🎲●🎲●🎲
Sentía tanta impotencia que me fui de la casa corriendo, tomé el primer autobús sin saber hacia donde iba y me subí. Solo tenía medio dólar en la cuenta y un fajo de billetes viejos en la cartera. Y con eso me fui, sin saber qué comería o cuál era mi rumbo.
El autobús iba lleno al punto en que los pasajeros casi se salían por la ventana. El colector no dejaba de subir más y más gente como si aquel fuera un transporte mágico con un portal secreto en el fondo a un segundo piso invisible en el techo.
Al cabo de unas paradas el vehículo fue vaciando lo suficiente para que avanzara en el pasillo y eventualmente me sentara. Tomé un asiento al lado de una vieja con olor a coliflor hervida, que mi vio llorar y me ofreció meter la mano en su bolsa de Doritos. A nadie se le niega un puñado de Doritos, y las personas que ofrecen doritos a niñas llorosas se van directo al cielo.
Pero ni el sabor de aquella chatarra condimentada con químicos adictivos pudo anular la naturaleza de mis pensamientos.
Estaba devastada. El fantasma de nuestro pasado volvía con máscara de arrepentimiento y los dedos cruzados a la espalda. Lo peor era que había logrado engañar a mi mamá, la mujer a la que más había dañado. A ella, que empezaba a vivir su vida con la libertad que se merecía.
Quería pensar que mi mayor miedo era mi padre. Ver reaparecer las lágrimas en los ojos de mi madre y los morados en su piel era un temor asfixiante cuando sabes que no puedes hacer nada para salvarla, que una vez lo hiciste pero la victima volvió a atarse la soga encima de la garganta. Una total pesadilla, sí; pero lo que más me asustaba, aunque mantenía aquella posibilidad silenciada en mi interior, era perderla a "ella", a su verdadera versión, verla desaparecer detrás de un fanatismo que la anulaba por completo.
Mi madre nunca tuvo aspiraciones, matices o una personalidad en sí misma mientras el yugo de la religión operaba sobre su vida. Solo conocí su verdadera cara una vez se liberó de ella.
Un par de paradas después la vieja bajó y me pude mover a el asiento de la ventana para recostarme del mismo, viendo a la nada, con los audífonos en mis orejas y la música triste a todo volumen. Eso era llorar con estilo.
Seguía sin un plan, pero decidí que iba a esperar a que el autobús retornara y entonces buscaría qué hacer. Poco a poco me quedé sola, y tome mi teléfono para leer en Wattbook.
Por supuesto, empece la historia de Axer: A sangre fría.
El prefacio trataba de una chica que salía de la escuela sintiendo que alguien la observaba, luego llegaba a su departamento y se asomaba a su balcón con la misma sensación de que alguien le respiaraba en la nuca. Cuando tuvo que entrar a la ducha, la protagonista casi se bañó vestida por el temor que sentía, y a cada rato se asomaba por la cortina porque juraba que detrás había visto una sombra.
Todo bien hasta ahí, solo que, al salir, vio que le agua caliente de la ducha empañó el espejo y que alguien había escrito con sus dedos en el cristal “hola”.
La chica vivía sola.
El prefacio continuaba con ella saliendo de puntillas a la cocina. Una vez ahí, tomó un cuchillo y empezó a buscar por todos lados al intruso intentando no hacer demasiado ruido.
Qué estúpida, eh. Yo habría salido corriendo de la casa y vuelto con tres vecinos y un machete. Pero en fin, es Wattbook.
La protagonista, al no conseguir a nadie en ninguno de los rincones de su departamento, tomó una siesta con el cuchillo debajo de la almohada. Al despertar revisó debajo de la almohada pero el cuchillo ya no estaba ahí. Más adelante se dio cuenta de que estaba sobre la mesa del comedor.
Se convenció de que todo estaba bien y dijo que saldría a correr para despejar su mente, que solo era el estrés de los exámenes de la universidad molestándola. Se empezó a cepillar los dientes en su lavamanos, pero al subir la cara luego de enjuagarse la boca vio la sonrisa de un desconocido reflejada en su espejo. Puto miedo que me dio que justo cuando ella iba a gritar, el intruso le tapó la boca.
Siguió una escena de forcejeo trepidante donde casi destrozan el apartamento. Estaba impresionada de lo bien que Axer mantenía la tensión todo el tiempo, logrando que me sentara al borde del asiento con mis nervios arañando las paredes de mi estómago. Era como estar viendo una película de suspenso orquestada por el mejor director. Mi mente se encargaba de los efectos visuales y de sonido, pero esto era posible solo gracias a las descripciones de Axer como autor.
Al final la protagonista logró apuñalar a su atacante, sin embargo, este la lanzó por el balcón. Cuando ella estuvo a punto de tocar el suelo despertó en su cama como si nada, a las cinco de la mañana sin siquiera haber ido a la universidad ese dia.
Lo insólito del caso era que cuando fue el baño sí estaba el “hola” escrito en el espejo, solo que ella no se fijo. Así terminó el prefacio.
La verdad es que estuve tan inmersa en la lectura que no me fijé ni hacia dónde iba ni que el autobús estaba casi vacio a excepción de unas personas al fondo. Por supuesto, yo no me puse a prestarles mas atención, el bus permanecía en movimiento lo que indicaba que todavía no llegaba a su destino final, y yo seguía sin un plan.
Mientras, me creé un perfil nuevo en Wattbook y me puse “María ” como nombre debido a que era el nombre más común que se me había ocurrido. Busqué una foto decente en internet de una chica que pudiera gustarle a Axer pero que no fuese tan popular como para que la reconociera, luego edité detalles como su cabello y color de ojos en Photoshop para hacer todavía mas sutil la trampa. Luego procedí a dejarle votos y comentarios en toda la novela.
“Hola, princeofhell, seguro no sabes quién putas madres soy, pero tu novela la amo. La he releído 20mil veces. Si alguna vez quieres hablar, estoy aquí”
No esperaba que me respondiera, ni sabía si ese plan de ataque sería el mejor, asi que repetí el procedimiento creando alrededor de siente cuentas falsas de chicas, con fotos y nombres distintos, robadas de internet, modificadas en Photoshop.
Le escribí a Axer cada mensaje con distintas expresiones, distintas maneras de abrir, distinta ortografía; aunque las intenciones eran similares: decirle que amaba su libro con locura, era su fan y tal vez su admiradora. Era algo que yo no haría, porque de fracasar sería vergonzoso y estaría jodida de por vida con él, pero María, Katherine, Stefany, Joseffine, An, Patricia y Gloria podían hacerlo por mí. Como en un sorteo, mientras mas comentes hay mas posibilidades estadísticamente hablando de quedar seleccionado.
Lo deje así y me bajé del bus en su última parada.
A pesar de mi apariuencia poco destacable, nunca han faltado los babosos típicos de la calle que te sisean, silban y te gritan obsenidades. Es de mis mayores inseguridades, caminar sola por una cxalle llena de hombres. Y ese día, luego de 2 horas en bus, bajé en una calle desconocida rodeada de ellos.
—Flaca mi amor.
—Mamiii, no menees tranto la pirámide que se me alborota el faraón.
—Uff, flaca, que riiico.
Camine lo más rápido que pude sin quitar mi cara de culo hasta llegar a un puesto de chichas.
La chiccha es una bebida venezolana a base de leche y arroz licuado, con canela, azúcar y leche condenasada. En eso me gasté el medio dólar que me quedaba en la cuenta y me senté a leer el resto de A sangre fría en una de las paradas de autobús.
No me despegué hasta llegar al epílogo, y cuando alcé los ojos, inundados de lágrimas de impotencia por ese final, solo entonces vi lo oscuro que estaba todo.
No solo era de noche, sino que estaba mas sola que Jesucristo en sus cuarenta días de ayuno en el desierto. Hasta la señora de las chichas había cerrado ya.
Y las cosas estaban a punto de ponerse peores.
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Nota:
Ya sé, ya sé. Les prometí salseo. Pues habrá, no se me preocupen. Esta es una doble actualización, en un rato subo el otro capítulo.
NO SE VAYAN SIN COMENTAR.
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