Capítulo 6 Sí o sí.
A duras penas levante mi trasero del piso, pero no precisamente para correr, simplemente hice el recorrido caminando lentamente. Si, hasta parecía que andaba de paseo disfrutando el paisaje.
Había un ligero sol que apenas si calentaba tu piel, pero el frio le ganaba atrayendo una brisa que erizaba tus vellos.
No podía creer que todas las chicas tenían puesto el short blanco junto con la camisa azul y no morían de frio, lo mismo pensaba de los chicos.
Pero ellas tenían su ropa apretada contra su piel, y sus shorts parecían calzones de lo cortos que eran, no entendía simplemente como eran capaces de vestirse así. Pase junto al entrenador que conversaba con Vegeta. Anoche me mandó un mensaje diciendo que lo haría, Goku se extrañó con él, pero sabemos que en el fondo él deseaba ser el capitán y dejar de ser el segundo al mando.
—Vengan clase, reúnanse en un círculo junto a mí —todos hicimos lo que el profesor C nos pidió, le hizo un gesto a Milk y la atrajo conmigo, me afirme contra ella, esto de correr no era lo mío.
Toda nuestra clase estaba sudorosa, con la respiración agitada, algunos con las mejillas sonrosadas, otros con el cabello húmedo, pero a fin de cuentas todos estaban agotados.
—¿Ya le conto? —mi amiga y yo giramos en dirección del entrenador Misaki, se veía que no lo quería dejar ir, por ningún motivo dejaría a su "peleador estrella" dejar el equipo.
Eso sí, yo no sabía que excusa le estaba dando al entrenador para convencerlo que no participaría más, porque no creo que decirle: "esto lo hago por una rubia que odia a los chicos populares, por eso le pedí ayuda a la nerd de Bulma, su consejo fue que dejara el Kung fu. Cúlpela a ella, entrenador."
Sería muy extraño que hiciera algo así, pero este chico era capaz de decir lo primero que se cruzara por su mente y eso lo comprobé en muy poco tiempo.
—Eso creo, aunque el entrenador no pareciera querer ceder —ya había puesto al tanto a mi amiga de lo ocurrido en la cita de Vegeta, tampoco creía que la ñoña que él amaba era una rubia alta despampanante, pero Vegeta tenía muy malos conceptos.
Pero de todo lo que le comente jamás mencione el encuentro con Goku y mi mano, todavía sentía un pequeño ardor por golpearlo, el chico tenía la cara dura; por lo que vi en la mañana el seguía con su mejilla enrojecida.
—¿Crees que fue lo correcto?
—Para nada, pero si el piensa que será lo mejor. ¿Quién soy yo para cuestionarle?
Mi amiga guardo silencio. Yo no soy nadie para decirle a Vegeta que cambiar por otra persona está mal, además después de lo que paso el otro día se le veía tan contento. ¿Por qué él no puede desear a alguien que razone antes de actuar? Si quiere buscar a alguien que no se preocupe únicamente por sus apariencias, y le guste cosas para su edad, no soy nadie para decirle que no, porque al igual que con Milk y Goku, no soy yo la que debe abrirles los ojos por cuenta propia.
Caminamos hasta los vestidores y allí en la puerta estaba apoyado el pelinegro, mirando el suelo, no tenía los brazos cruzados, tampoco tenía las manos dentro de sus bolsillos, ni siquiera recargaba su cuerpo contra la pared, solo estaba ahí de pie, mirando perdidamente al suelo: existiendo. Apenas nos vio se acercó, Milk no me iba a dejar sola y yo tampoco la dejaría que me dejara sola aunque ella lo quisiera así.
—¿Qué ocurre? —ya sabía la respuesta pero no sabía que más decirle, no iría toda alegre a saludarlo porque no era lo correcto.
—Lo deje —nos miró a mí y a Milk con una mueca, posando sus negruzcos ojos en mi amiga—. Oficialmente estoy fuera de la capitanía del equipo, tampoco soy parte del equipo de artes marciales. Hola soy Vegeta.
Mi amiga le sonrió recibiéndole la mano que el pelinegro le ofrecía, aunque ella lo sabía y lo conocía muy bien agradecí que el dejara todo de lado para presentarse adecuadamente.
—Soy Milk.
—Lo sé, ya conocía tu nombre. Te recuerdo que vamos en las mismas clases.
—Nunca antes nos habías hablado, Vegeta, ¿qué íbamos a saber nosotras de eso? —el susodicho se encogió de hombros quitándose de la puerta para dejar salir a una chica.
—Si... siento eso. Pero bueno, ¿qué tal si vamos a comer algo? —fruncí el ceño y de la boca de mi amiga salieron mis pensamientos, ella se encontraba igual que yo.
—Esto es extraño.
—Lo es.
Entramos a los vestidores para darnos una ducha y luego cambiarnos, yo no hago eso de desvestirme por completo y bañarme porque no estoy en mi casa y no se quienes han estado aquí; y también porque no tengo esa comodidad para expresarme libremente, aunque cada ducha tenga su puerta con seguro, no puedo y no podría. Por eso siempre esperamos a ser las últimas y meternos en traje de baño, porque aunque tenga ese complejo conmigo misma no estaría todo el día con un desagradable olor.
Salimos ya vestidas, mi amiga estaba arreglada, no tanto pero si con su usual estilo tradicional japonés, era entretenido verla con una camisa floreada roja y negra.
—¿Vamos a comer? —Vegeta nos esperó afuera, también cambiado. Vegeta vestía una camisa azul a cuadros y la llevaba abierta, por debajo de ella traía una camiseta blanca.
—Vamos a comer.
...
Nunca he tenido una comida más incómoda en toda mi vida. Aun con mi mejor amiga sentada, aun teniendo unos deliciosos panes rellenos de carne en mi caja de bento (¡con fresas!), me sentía totalmente incomoda y no podía hacer nada al respecto. ¿Es que nadie puede tener una comida tranquila? ¿Solo porque el chico popular decidió sentarse en la mesa del fondo junto al basurero?
Bufe al ver como mi mejor amiga y el ex capitán charlaban tranquilamente, mientras que todo el instituto dentro de esta cafetería comentaba que Vegeta se había sentado junto a los inadaptados y Ren. Lo peor de todo es que la voz se corría rápido en los pasillos, es decir, súmale a más de quinientas personas metidas aquí, piensa que cada una posee dos pares de ojos, excepto uno que trae parche, ahora esa cantidad imagínatela por sobre cada uno de tus movimientos... ¿se entendió el punto?
—¿Quieres dejar de refunfuñar?
—No, es tu culpa.
El ojinegro rodo los ojos, no dijo nada más y se concentró en lo que la pelinegra le decía. Ella estaba de lo más feliz, tenía al mejor amigo de su amor platónico respondiéndole todo tipo de preguntas referentes a Goku. Las más repetidas, son: ¿Tiene novia? ¿Sale con alguien? ¿Es buen amigo? Y la que aún no se responde:
—¿Sabes si le gustaría salir conmigo?
Levante la vista tratando de encontrarme con la del pelinegro, no quería que le dijera lo del otro día, yo no se lo comente por cuidarla y él no podía venir a decirle. Se rasco su nuca nervioso, no sabía que responderle pero no lo haría y lo agradecía.
—Vegeta, ¿quieres hacer que dejen de mirarnos? ¡Es incomodo!
Estaba perdiendo los nervios, justamente al momento que los chicos de robótica se tomaron una foto con Vegeta de fondo, es que esto era demasiado para mí. Él se giró reparando en el ambiente, Goku por supuesto estaba con la misma cara de estupefacción de hace rato, en el momento en que Vegeta paso junto sin voltearlo a ver.
—Yo ya no puedo hacer nada.
—¡¿Cómo qué no?! Haz algo Vegeta.
Simplemente se encogió de hombros, sisee en respuesta, no me gustaba que me miraran, no estaba acostumbrada.
—Solo déjalo estar, Bulma.
—Pelinegra, no me pidas que ignore el hecho de que ¡el instituto entero nos observa!
Un chico pecoso de primer año se nos acercó, mirándonos alternamente, por su cámara podría suponer que es del equipo del periódico escolar pero ¡adivinen que!
—Vegeta, ¿me puedo tomar una foto contigo? —las manos le temblaban de sobremanera, y su cara enrojecía, Milk se rio.
—¡Oh, por favor!
Agarre mis cosas y me retire de la cafetería. ¿Qué parte de perfil bajo no entendía? No quería que esto ocurriera si es que el estaría con nosotras, quiero ser parte de la sombra. Camine unos pasos bajo la mirada de unas personas, todas me miraban y susurraban cosas.
—¿Viste su ropa y su pelo?
—¿Esa es la nueva conquista de Vegeta?
—¿Dejo el equipo por ella?
—¿Es nueva?
Me senté en el pasillo debajo de mi casillero, suspire escondiéndome mi cabeza bajo mis piernas, no me gustaba eso de estar bajo la crítica de todo el mundo y eso que solamente se sentó a comer, nada más. No puedo que pueda acostumbrarme a ser ahora centro de sus comentarios mucho menos ser el blanco de sus susurros, me gusta ser la sombra, ser la del montón.
—Eh, ¿hola? No quiero molestarte pero, necesito pasar a mi casillero —levante la vista para encontrarme con un chico mirándome desde arriba, sus oscuros ojos me examinaban a medida que yo me levantaba. Sonreí al ver lo bajo que era. Tenía la cabeza rapada.
—Lo siento.
—Tranquila, ¿estás bien?
Lo mire directamente a los ojos, eran lindos, le sonreí, no era como si hubiese estado llorando ni nada.
—Sí, sí, solo estaba —apunte al piso tontamente—, estaba sentada en tu casillero.
Acomode mi bolso, sin saber que más decir, el chico parecía ser nuevo en el instituto, yo podría ser una chica no reconocida pero conozco cuando gente nueva llega. Porque no hubiera sido tan gentil conmigo al pedirme que me moviera, además lo recordaría de todas maneras.
—Soy Krilin, Krilin Acares.
—Bulma Briefs.
—Lindo nombre, Bulma —su sonrisa era muy entretenida, es como si todo le divirtiera. Por eso repito de haber visto a un chico tan guapo y simpático como el en el instituto antes me hubiera fijado.
—¿Eres nuevo, Krilin?
—¿Tanto se nota? —rasco su cabeza, asentí porque si, era muy obvio que era nuevo.
Todavía tenía todas esas miradas en mí, pero creo que la atención se desvía al chico de pie junto a mí. Si eres nuevo eres carne fresca, y tu primer día se define a que grupo perteneces. Fruncí el ceño, no creo que él quiera que lo cataloguen conmigo, al menos que quiera ser popular o algo así.
—Oye me preguntaba si... ¿sabes dónde queda recepción?
Mordí mi lengua, tuve que aguantarme el comentario sarcástico referente a eso, ¡claro que lo sabía! Ósea, hola, la nueva no soy yo, llevo tres años aquí.
—Sí.
—¿Me acompañarías? Es que eres la única amigable que he visto por aquí.
—¡Claro!
Le indique por donde, sin antes que Krilin dejara unos cuadernos dentro de su casillero, caminamos lentamente, tuve que devolver mi paso por la cafetería, aprovecharía de ser guía turística el día hoy.
—¿Por qué decidiste venir aquí, Krilin? ¿Qué te trae a Tokio?
—Porque... la verdad es que me agrada el lugar. Me trasladaron desde Koyasan.
—¿Eres budista? ¿Sabes? Se te nota que estuviste con monjes —soltó una risita por mi comentario.
—¡Bulma!
Ambos nos giramos por la mención de mi nombre, no habían muchas Bulmas rondando por allí. Milk y Vegeta venían calmadamente caminando hasta nosotros: la primera venia sonriente inclusive al ver a Krilin su sonrisa se ensancho más, si es que era posible; el ojinegro simplemente lo miraba de arriba a abajo, con una sonrisa también.
Cuando se quedaron frente a nosotros simplemente se quedaron callados, hasta que giraron a verme, no entendía porque... ah, debo presentarlos.
—Oh, lo siento, mmm. Krilin, ella es mi Milk mi mejor amiga, pelinegra, él es Krilin es nuevo —hice una pausa a lo que Vegeta alzo una ceja—. Y él es... bueno, él es Vegeta.
El chico nuevo los saludó, Milk se veía completamente maravillada con Krilin, y bueno, Vegeta, ni idea de que estaba pensando. Lo mire feo y con solo ese gesto quito sus manos de los bolsillos.
—¿Qué tal, Krilin? —mi amiga se acercó a él, su sonrisa seguía inmuta. Pobre chico, ya había caído ante los ojos de la pelinegra.
—Hola, Milk. ¿Cómo estás? —sonreí al ver como el ojinegro rodaba los ojos al escucharlo. Oh, Krilin, serás un excelente modelo para que Vegeta siga.
—¿Ves? Eso es ser simpático. Podrías aprender de el —le susurre lo suficientemente cerca para no levantar sospechas.
—Eso es porque tu amiga intimida.
No pude evitar soltar una carcajada, inmediatamente tape mi boca con ambas manos, sonó demasiado fuerte, yo creo que retumbo todo el pasillo. El chico a mi lado saco una ligera risita, los demás nos vieron curiosos de lo que andábamos secreteando.
—¿Qué ocurre?
—Nada, nada. Bulma me dice que tengo mucho que aprender de ti, Krilin —fue hasta el susodicho abrazándolo por los hombros, empezando nuestro camino hasta dirección.
Milk me giño el ojo, eso quería decir que el chico nuevo, rapado, acaba de unirse a la lista de la pelinegra: Bienvenido Sr. Acares la Sra. Acares lo estaba esperando.
...
—Yo también lo pase muy bien contigo.
Juguetee con mis dedos mientras escuchaba a Vegeta hablar por teléfono, parecía chico de doce años, mirando y pasando sus manos por las paredes, como si todo lo maravillara. Estábamos aquí esperando a conseguirle una segunda cita al de ojos negros, con Lázuli; y como saben tengo que ayudarlo a hablar con ella.
—Podríamos repetirlo si quieres —olvide decir que la teníamos en alta voz, y yo anotaba lo que tenía que decir en un pizarrón con un marcador rojo.
—Claro... si quieres podemos ir al... al parqui —le lance un cojín que encontré a mano. Mi letra era entendible, y este tonto la menospreciaba.
—¿Adonde?
—Al parque, al parque —raye nuevamente el pizarrón escribiendo en letras mayúsculas "idiota", al leer estuvo a punto de decirlo, menos mal que le tire el marcador.
—Por supuesto, ¿te parece mañana? —asentí levantando el lápiz, le escribí:
—Me encantaría... pero debo estudiar ciencias... pero otro día... Aguarda Lázuli —quito el altavoz del móvil, tapándolo con su mano—. ¡No tengo nada que estudiar, Bulma! Dijo que si, ¿Por qué no aceptar?
—Haz lo que te digo idiota.
—Vegeta, ¿sigues ahí? —el ojinegro suspiro volviendo a dejar el aparato tal y como se encontraba.
—Sí, te decía que me encantaría salir contigo pero debo estudiar ciencias...
Dejo la frase sin terminar haciendo un silencio de aquí a la otra línea, paso su mano por su cabello esperando una respuesta. Yo estaba tranquila, a las universitarias le gustan los chicos preocupados, que puedan aguardar un poco si es que los estudios lo ameritan, porque ellas harían lo mismo en una misma situación, sabias palabras de mi hermana. Podía sentir como Vegeta empezaba a odiar la decisión de repetir mis palabras, pero esta chica contestaría sí o sí.
...
¡Hola!
Al fiiiin, después de tanto tiempoooo... ¡eh podido subir un capitulo! ¡Yeii!
Bueno, basta de tanta emoción ;-;
¿Como han estado? ¿Que cuentan? ¿Como les va? ¡Espero sus comentarios!
Yo, ya salí de vacaciones, apenas porque en la escuela o mejor dicho el gobierno no quieren que salgamos de vacaciones (hijos de su mama)...
Pero no estaré todas las vacaciones publicando debido a que me daré unas pequeñas vacaciones, un respiro de todo lo que abarca el internet, pero no se preocupen que todavía falta para eso, yo les avisare cuando ;) y tratare de que no sea mucho.
¿Como va la nove?
¡Saludos y hasta pronto!
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