Capítulo 14 Resonaron en mi cabeza
—Si... yo que tu no voy por la vida contando esa historia.
—¡Pero si es la verdad!
—¡Sí que tienes buena vista de mi habitación, Bulma! ¿Me has estado espiando cuando me cambio de ropa? —me corto la respiración repitiendo la misma pregunta que yo hice esta mañana.
—¿Qué? ¡No! —mis mejillas empezaron a arder y me las imaginaba rosadas por la incomodidad.
—Oh, vamos, si hasta te sonrojas... Prometo no burlarme, ¿lo haces?
—¡Yo no hago esas cosas! —hice una mueca, volviendo a la música.
Gire dándole la espalda, volviendo a colocar canciones, cuando unos brazos me rodean por detrás, estrechándome con dulzura, me detuve abriendo los ojos con sorpresa.
Mi corazón palpita a una velocidad que estoy segura Vegeta podría sentir, mis mejillas ardieron cuando deposito un beso en mi mejilla acomodándose entre mi cuello. ¿Es que no puede ser más tierno?
—Te quiero, Bulma —susurro lo suficientemente bajo como para escucharlo y que mi estómago diera un doloroso vuelco, sintiendo hormigueos en mi vientre como... como...
Como mariposas revoloteando.
...
—Entonces ella... ella traga toda el agua y lo boto por la nariz, haciendo que le cayera en toda la cara a Krilin —Goku entrecorto las palabras mientras se reía de la bochornosa noche que Milk tuvo.
Todos lo acompañamos en una carcajada viendo la cara de Milk colocarse de un tono rojo. Sonreí tomando de mi helado de fresa manchando mi nariz.
—¡Deja de repetir la historia! —se volvió a tapar la cara, recibiendo un abrazo de Krilin para que se calmara un poco.
Nos encontrábamos cuatro de nosotros esperando a Vegeta y Lázuli para comenzar la búsqueda de los kimonos en el centro comercial, luego de marcharnos de mi casa tomamos rumbos diferentes, yo encontrándome aquí con los chicos y el yendo en búsqueda de su novia.
Y de alguna manera, dolió.
—Bien, lo siento. Nunca más, lo prometo —ahora el pelinegro tomo la mano de mi mejor amiga estrechándola con un brazo cruzado por su hombro.
Llevábamos casi una hora en la espera, donde hemos dado vueltas entrando tienda tras tienda, terminando en una heladería, aun con el frio estábamos tomando helado, bueno, yo tomaba helado y ellos café.
—¿Cuánto les falta a los tortolitos? —hice una mueca recordando como exactamente las palabras de Krilin fueron catalogadas para mí y Vegeta, hace unas semanas.
Tienes que entender que los tortolitos son ellos, tú eres su amiga.
—Eso... ¿te dijeron a qué hora llegaban, Bulma?
—No —dije tajante, llevándome la mirada confusa de mis tres amigos.
Me encogí de hombros, no sé porque siempre tienen que preguntarme a mí la relación de ellos dos. Ya me tienen aburrida, llenándome de preguntas de Vegeta y su novia Lázuli. No es mi relación, ¿Por qué tengo que saber yo todas las cosas que esos dos hacen?
Porque eres la mejor amiga de Vegeta, tú los uniste. Es obvio que sabrás mucho más que cualquiera de ellos.
Sé exactamente lo que ellos saben, después de todo solo soy eso, su amiga.
¿Esto es porque te enteraste al mismo tiempo que los chicos que eran pareja? ¿O es porque cuando te dijo "te quiero" se marchó para ir a juntarse con Lázuli?
No tendría sentido que fuera por alguna de esas dos razones, simplemente ¡no tengo porque saber todo de ellos!
—Pensé que sí, digo como pasan la mayoría del tiempo juntos —mi amiga apunto—. Te lo pudo haber mencionado.
Me levante del asiento con brusquedad queriendo tirar mi helado, se me había ido el apetito.
—No tengo porque saber todo lo que ellos hacen, no soy nadie para saberlo, Milk —me dispuse a caminar, escuchando gritos en mi cabeza.
¿Qué ocurre conmigo? Me detuve al sentir a los demás detrás de mí, viendo cómo dos personas detenían nuestro paso, me tenso tratando de sacar una sonrisa desde la parte más cínica de mi ser.
—Hola, Bulma —frente a nosotros, se encontraba Vegeta con un abrigo negro puesto encogiéndose en su lugar, buscando cobijo en su propio cuerpo, pero las miradas estaban fijas en la chica sujeta de su brazo, pequeña juntando sus manos con las de Vegeta, con un abrigo de tono rosa crema, ambos combinaban a la perfección.
—Hola —levante mi mano enfundad en unos guantes en forma de patita de gato, en forma de saludo.
—Uhm, Lázuli, él es Goku, mi mejor amigo, Milk y Krilin amigos míos también —los apunto a cada uno, saludándose todos entre sí, siendo animados.
Mientras que mi cuerpo seguía tenso en su lugar, no quería dar ni un solo paso.
—Y a ella ya la conoces, Bulma.
—Tu prima —hice una mueca al escuchar eso, ¿Por qué se me ocurrió eso de ser su prima?
Estoy comenzando a pensar que fue una pésima idea inventar eso como excusa. La pelinegra se posó a mi lado frunciendo el ceño al ver mi rostro, no me sentía con ánimo de fingir frente a ella.
—Bueno, presentaciones hechas, vamos a por nuestra misión —Goku se acercó a su mejor amigo y a su novia caminando delante de nosotras, mientras que Milk espero a mis movimientos, suspire con pesadez.
—¿Qué te sucede? —me deje abrazar por la pelinegra.
No sé qué responder a eso, no sé qué ocurre conmigo y las cosas que siento de pronto, todo es tan confuso y abstracto. ¿Qué son esas maripositas que se mueven en mi interior siempre?
Siempre que estas con Vegeta.
Tal vez.
—No lo sé.
—No te molestes conmigo, pero déjame hacerte una pregunta —seguimos nuestro recorrido hasta una tienda de festividades, buscaremos primeros los kimonos y después mascaras que combinen. Mire a Krilin en señal de que continuara con lo que fuese que diría, me sonrió cómplice, viendo hacia adelante todo el resto del grupo se encontraba—. ¿Estas segura que no sientes nada por Vegeta?
Arrugue la nariz enfocando mi vista en el pelinegro y como se detenía para besar la mejilla de Lázuli, algo se removió.
No estoy tan segura de mi respuesta, ya no tanto como lo sentía semanas antes, puede que sea por todo lo que ambos pasamos, vernos a diario en la escuela, estar luego de clases compartiendo con mi familia y la suya, confidencia lisándonos secretos. Otra razón podría deberse a la atención que de pronto recibo, encontrando cariño en alguien que no sabía de mí, encontrando en una relación de otros lo que quiero...
Llevamos mucho tiempo suspirando por algo que nunca fue nuestro, dijimos que no lo haríamos más. ¿Sigues manteniendo la promesa?
Ya no estoy segura de eso.
—Sí, claro. ¿Por qué no lo estaría, Krilin? —me entrego una mueca, soltándome para darme por vencido, mi mejor amiga me vio de la misma forma, lastimera.
Pero dándose por vencidos al fin.
—Bien, llegamos, aquí nos separaremos. Ustedes vayan por un kimono decente mientras nosotras iremos por los nemaki. Nos encontraremos aquí para ver las máscaras.
Todos nos reímos ante el tono de demanda de la pelinegra.
—¡Si mi capitán! —los tres chicos gritaron haciendo el gesto militar, sonriendo luego.
—Ya, ya vamos antes de que se nos vaya el día —Goku le beso la frente a la pelinegra, yéndose con Krilin, ellos dos han estado más simpáticos el uno con el otro, desde lo de la fiesta.
Tome la mano de mi mejor amiga, sonriendo con fuerza, en un movimiento y mis ojos toparon con el beso de ambos chicos, Vegeta sostenía fuertemente a la rubia desde la cintura mientras ellas lo abrazaba por el cuello.
¿Sientes eso? Es tu corazón rompiéndose en pedacitos.
Tome una bocanada de aire ignorando las voces de mi cabeza.
—Hey, tortolitos, se nos acaba el tiempo —luego continúan—. Luego continúan, ¿sí?
Se separaron avergonzados, dándose un último beso se separaron, ella viniendo con nosotras y el yéndose con los chicos. Escuchando la risa de mi mejor amiga, nos empeñamos en ir a una tienda.
—Lamento eso, Bulma —me encogí de hombros viendo hacia adelante, Milk rodeo mi brazo empujándome por la tienda.
—Hmm, Lázuli, y dime, ¿Qué haces por la vida? —nos dimos vuelta hacia la susodicha, ella se lo pensó unos segundos antes de responder.
—Estudio la preparatoria. Y trabajo de medio tiempo en un café cerca de mi departamento —Milk asintió no muy segura, yo tampoco me esperaba eso.
—¿Iras a la universidad?
—Claro, sueño con ser policía —sonrió—. ¿Y ustedes que harán luego de marcharse?
Entramos caminando por los largos pasillos, nos separamos un poco del resto de nosotras sin vernos pero manteniendo la conversación, pase mis manos por las telas de los kimonos, voluptuosos, luminosos, cien por ciento escandalosos. Mi meta es uno sencillo.
Y sexy.
Si, y se... ¡No! Dije sencillo.
—Pues bueno, yo ni idea que estudiare y Bulma... hmm ella, bueno ella...
—Estudiare mecánica y robótica en la universidad de Harvard, quiero especializarme en ciencias químicas —complete.
¡Si, bitches! ¡Romperemos corazones en América!
Debo recalcar que el tono con el cual mis palabras salieron fue uno competitivo, como si de haberle escuchado a ella decir aquello fuese para crear una fachada de chica perfecta. La verdad sentí que quería demostrarnos que ella era la mejor de aquí.
Lo es.
Ella no es la mejor.
Ella tiene a Vegeta, eso la hace completamente mejor.
Estas completamente equivocada.
Rodé los ojos desviando mi atención a otra cosa, mis ojos captaron un kimono negro con un cinturón rojo. Era infantil pero lindo, lo tome entre mis manos para dárselo a mi mejor amiga, combinaba con su estilo.
—¿Qué dicen? —la pelinegra hablo cortando el silencio incomodo que crearon mis palabras, captando nuestra atención luego de unos segundos.
—A mí me gusta —mi mejor amiga volvió a verlo, arrugado la nariz, sentí como alguien se movía a mi costado.
—No lo sé, Bulma, no me convence del todo.
—¿Qué tal este? —en manos de Lázuli había un kimono corto, palabra de honor, con un tono azul eléctrico ceñido al cuerpo, llegando por arriba de su rodilla. Sencillo, a la moda y el color favorito de Milk. Sus ojos se iluminaron tirando por alguna parte el vestido que yo había elegido, yendo hasta el que la rubia le estiraba.
—¡Wow, me encanta! —sonrió ampliamente—. Tienes un increíble gusto, Lázuli. Iré a probármelo.
La chica sonrió con timidez encogiéndose de hombros.
Maldita chica, nos va a quitar nos va a quitar a la pelinegra.
No, eso no pasara, conserva la calma.
¡La está abrazando, Bulma!
¡Cállate!
Milk camino feliz a los vestidores, contoneándose con la nueva adquisición que Lázuli le había proporcionado. El kimono no es tan bonito.
Bulma, es hermoso en comparación a tu cosa esa.
—¿Qué elegirías tú? —me detuve perdiendo a Milk de mi campo de visión tras las cortinas fucsias.
Haciendo una mueca me voltee a verla. ¿Quería ser simpática conmigo también?
—Hmm... yo no sé, estoy bien así. Conseguiré algún kimono del armario de mi madre o mi hermana, o uno de los míos —me encogí—. Los de mi mamá estarán bien para mí.
Corrí la vista quitándole importancia, no tenía ganas de buscar algo y medírmelo, el festival no es tan importante como para alardear tanto, ni que fuese de despedida. Aun siendo esa fiesta no me produciría tanto, no sé a qué viene tanto escándalo.
De todas maneras no mentía, la ropa de mi mamá será suficiente para mí, incluso es mucho más linda que cualquier cosa de las que están aquí.
—Oh, ¿Cómo qué no? ¡Pero si tienes una cita! ¡Tienes que ir con algo lindo!
—Espera, ¿una cita?
—Ugh, espero que no te moleste pero Vegeta e conto que un chico te llevara al festival.
¿Le conto sobre Broly?
—¿Qué te dijo exactamente? —se encogió de hombros recorriendo el lugar con la vista.
—Es muy sobreprotector en lo que a ti respecta. Me dijo que un chico te invito al baile ese, pero que no le agradaba la idea de que fueras con él.
¿Le dijo a su novia lo celoso que lo pone que tú "su prima" salgas libremente con un chico?
Abrí los ojos sorprendida, porque siempre me entero que hablan de mí, ¿Por qué hablan de mí? Camine sintiéndome incomoda, Lázuli también cree que a Vegeta le pone celoso el tema de Broly y todos sabemos lo sobreprotector que se ha vuelto cada vez que se me acerca.
Y ella es su novia, ¿Cómo reaccionar a eso?
—Siempre habla de ti, todo el día y desde que me conto todo eso del chico y tú ha estado muy paranoico —me tense por el tono de voz, acusador.
¿Qué estaba insinuando?
¿Crees que dude de su parentesco? Nadie pasa tanto tiempo con su primo.
¿Qué decirle?
¡Piensa chica nerd! ¡Usa tus neuronas!
Rasque mi cabeza, mordiendo el interior de mi mejilla, ella sabe algo.
—Oh, bueno, mi... mi papá le dijo que lo ale... —trague en seco—... que alejara a Broly de mí. Y como no quise hacerle caso, anda de esa manera...
—¿En serio?
No.
—Uhm, no te preocupes por él, Lázuli —sentí mis mejillas enrojecer.
¿Y si ella se enteraba del fraude de nuestro parentesco? ¿Se enojara?
¿Contigo o con él?
No estoy segura.
Llegue a un maniquí sintiendo como asentía, procesando mis palabras, esperaba con todas mis ansias que me creyera, no es que fuera muy buena mentira pero era convincente, ¿no? No quería atraer problemas entre ellos, mucho menos si me entrometen a mí.
Vi el kimono, color crema, de mangas largas enfundadas en encaje floreado, sencillo y limpio.
Y sexy.
—Es muy lindo, ¿Qué tal si te lo pruebas? —examine con la vista todo el traje, era llamativo y seductor, era llamativo y seductor, totalmente diferente a lo que suelo utilizar, por esa razón creo que no.
—No es lo mío —rebusco entre algunos percheros buscando el mismo modelo, yo estaba concentrada en él.
—Por esa misma razón debes probártelo —lo estiro esperando a que lo recibiera, pero no es lo mío, solo hare el ridículo en un traje como ese.
Rodo los ojos frustrada quitando mis manos colocando el fino kimono, era tan suave al tacto.
—Yo opino también lo mismo —pegue un pequeño brinco también asustándome, Milk había llegado con el kimono en mano sonriente, odiaba admitirlo pero al parecer Lázuli había dado en el blanco.
—¿Te lo llevaras? —asintió guiñándome un ojo, no me dieron más tiempo para hablar, arrastraron mi cuerpo de vuelta a los vestidores, adentrándome en ellos.
—No saldrás de allí hasta que te metas en ese kimono —gruñí por lo bajo, conociendo a la pelinegra jamás saldría de aquí.
—¿Por qué tienes que ser una amiga tan típica?
—¿Perdón? Pero de típica no tengo nada...
—¡Claro que sí! Me obligas a probarme un kimono...
—Eso no me hace típica, me hace una única y muy buena amiga —si tan solo supieras Milk.
Como se nota que ella nunca ha tomado un libro.
Soltando el aire que contenía me empecé a quitar la ropa, las palabras de Lázuli resonaron en mi cabeza.
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