Jaebum fruce el ceño y me mira fijamente, mis labios forman una línea recta y alzo los hombros en modo de disculpa.

—Lo lamento, ¿si? Sabes que soy alguien perezosa.

—No puedes faltar a clases tantos días solo por pereza, de haber sabido que era por eso no habría sido tu cómplice.

Río un poco y la tensión de Jae disminuye un poco.

—Está bien, estudiaré e iré a clases.

Jaebum se acerca hasta mi y deposita un beso sobre mi cabello mientras me envuelve entre sus brazos.

—Hablando de estudiar...

Arrugo la nariz al saber lo que va a decir a continuación.

—Debes estudiar, te ayudaré si quieres, podemos estudiar juntos.

Aunque aquello me da más pereza de la normal, sé que es cierto y agradezco lo que hace.

—Si, sería bastante bueno.

—Solo faltan unas semanas para el examen.

—Lo sé JB, no me lo recuerdes.

Me separo de él un poco y alboroto mi cabello, camino hasta el sillón y me siento ahí, Jaebum hace lo mismo y le abraza de lado, apoya su mentón sobre mi hombro y puedo sentir su mirada.

La biblioteca suele ser nuestro lugar más frecuente, desde que nos conocimos siempre lo ha sido y es muy agradable, de hecho el estar con Jaebum siempre es agradable y tranquilizador.

—Ya es hora de ir a clases.

Hago un puchero al escucharlo y asiento mientras dejo salir un suspiro; me levanto y le miro fijamente, él levanta sus cejas y sonrío, me acerco a él y tomo su rostro entre mis manos para luego besarlo con tranquilidad.
El beso es tan lento y cálido, disfruto de sus suaves labios y dejo entrar su lengua en mi boca cuando sus manos rodean mi cadera, realmente ya era algo normal aquello.

Después de algunos segundos me separo y le sonrío, tomo su mano y caminamos hasta salir de la biblioteca para posteriormente dirigirnos a nuestra clase; solo un mes más y la escuela habrá terminado.