Río por lo que Jackson me dice y trato de respirar bien, algo en lo que fallo porque vuelvo a reír a carcajadas. Cuando por fin puedo controlarme miro hacia un lado, Jaebum no se ha aparecido en todo el día, ayer simplemente se fue terminado las clases sin decir nada y eso me es extraño.

Todo entre nosotros iba bien, incluso ya habíamos llegado a la cuarta cita pero, comenzó a comportarse extraño, un poco más serio de lo habitual, parecía que divagaba en sus pensamientos. Sacudo un poco mi cabeza para no hacerme alguna idea y escucho la anécdota de Jackson.

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Suelto un suspiro largo cuando tomo asiento en mi lugar, refunfuño y me alegra que el salón este casi vacio, miro fijamente mis manos y navego en mis pensamientos; ayer Jaebum no se apareció por la escuela y eso me resulta bastante inquietante.
Frunzo el ceño cuando alguien cubre mis ojos con sus manos, bufo y gruño al pensar que se trata de Jackson.

—Basta, no estoy de humor.

—Oh, lo lamento.

Cuando mis ojos son descubiertos volteo y miro a Jaebum, trago saliva al verlo y boqueo un par de veces; él no trae consigo lentes, su cabello está peinado hacia atrás, al parecer tiene una pieza de perforación en su labio inferior y porta ropa muy inusual a la de siempre.

—¿Im Jaebum? ¿Pero qué...?

Ni siquiera puedo formular alguna pregunta, jadeo al verlo sonreír y le miro fijamente cuando se acerca a mi. Su respiración se mezcla con la mía y aspiro su aroma a menta, él sonríe con mayor amplitud y mira a los lados antes de atrapar mis labios con los suyos, aquella acción me sorprende pero correspondo el beso.

No pasa mucho tiempo para que Jaebum se aleje de mi y luego se siente a mi lado. Tardo algunos segundos en reaccionar nuevamente y le miro con confusión.