Capítulo 1: Sucios secretos bajo la alfombra
Se limitó a observarlo recostado en la pared más cercana y sonrió de lado orgulloso, mientras el hombre vestido de negro decapitaba al cuarto demonio de la noche. Sabía que no era necesitado, de lo contrario se hubiera unido a la pelea en el mismo momento que puso un pie en el maloliente callejón.
Sin embargo su compañero se las estaba apañando bastante bien sin él, utilizaba un cuchillo serafín largo que se asemejaba a las antiguas espadas samuráis y lo movía con tanta elegancia y gracia, que el cuchillo parecía una extensión de su brazo en lugar de un arma independiente.
Había algo adictivo y gratificante en ver al alguien que generalmente permanecía calmado y comedido, liberar a la bestia sedienta de sangre que habitaba en su interior. Se sentía bien saber que era el único que podía ver ese lado de su parabatai. Que sólo sus ojos tenían el privilegio de ver a su otra mitad en el frenesí de una batalla.
Cuando todos los demonios estuvieron exterminados, la alta figura se quedó quieta por unos minutos hasta que sintió que retomaba el control de su cuerpo nuevamente y sus ojos pasaban del rojo llameante con el que brillaban cuando se dejaba devorar por sus más profundos instintos, al bonito color chocolate que normalmente poseían.
-Te estás volviendo descuidado -un voz detrás de él resopló- es inusual que salgas herido en un combate. Te estás poniendo viejo.
A pesar de las palabras duras, el cariño se podía escuchar destilando como si fuera miel de los labios del hombre que permanecía junto a la pared, protegido por las sombras, fue ese cariño lo que lo hizo regresar totalmente en sí. Tal era el efecto que su parabatai, su alma gemela causaba en él.
Sintió el calor de la estela de su compañero dibujar una iratze en su antebrazo y luego fué girado bruscamente, unos gruesos y hambrientos labios se apoderaron de los suyos y correspondió al beso por inercia, colocando sus brazos alrededor del cuello del menor y gimiendo en el beso.
-¿Qué mierda estabas pensando al venir tú sólo a un lugar como este, Zhange? Es un maldito callejón infestado de demonios -preguntó el castaño, rompiendo el beso para poder reclamarle a su pareja.
Xiao Zhan podía sentir el aliento fresco de su parabatai acariciarle el rostro, debido a la cercanía que aún mantenían. Cómo siempre, el aliento de Yibo olía a menta fresca y yerbabuena.
-Xia me envió a buscarte, llegarán unos representantes de la clave desde Idris y nos quieren a todos en el instituto para recibirlos. De camino me encontré a unos cuantos demonios menores haciendo estragos y los eliminé. No fué la gran cosa, YiBo. Me hicieron un rasguño porque me distraje cuando llegaste.
-Mnn, pero ¿por qué se supone que me importa que vengan representantes de la clave? -cruzó sus brazos por el cuello del mayor, dejando besitos regados por toda la cara y cuello del mayor- No me vinieron a ver a mí, ¿o sí?
-No, Yibo. No vinieron a verte a ti. Sin embargo eres el hijo de los directores, el futuro encargado del instituto de Beijing y no menos importante... debes mostrar modales.
Lo tomó por la cintura y le dio un beso esquimal, el menor bufó. Sabían que no podían ser vistos por ojos humanos, la runa de invisibilidad que adornaba sus hombros lo impedía, así que podían dar rienda suelta a sus pasiones y ser tan cursis como quisieran, aunque si los pudieran ver no es como si a YiBo le importaba. Para él todas las personas que no fueran Xiao Zhan podían literalmente irse al diablo.
-¿Mostrar modales? Lo más que estoy dispuesto a mostrarles a esos estirados de la clave es mi trasero, Zhange.
-Espero que no, por tu bien y el mío. Si haces eso me veré en la obligación de patearte las bolas hasta que se te caigan y sacarles los ojos por atreverse a mirarte, tu trasero es mío. No puedes andar por el mundo mostrándoselo a los demás. -
Ambos rieron y se besaron apasionadamente hasta que ya se estaban quedando sin aire.
-¿De verdad tenemos que regresar ya mismo? Tengo algunas cosas en mente que no podríamos hacer en el instituto. Tiendes a ser algo escandaloso, baobao.
Xiao Zhan rió.
-No sé. Xia se veía un poco apurada porque regresaras... Es una lastima que me tomó mucho tiempo encontrarte, todos saben que si el gran wang YiBo no quiere ser encontrado, ni siquiera yo seré capaz de saber dónde está -le guiñó un ojo.
-Eso es una mierda y lo sabes. Eres la única persona que siempre puede saber cómo encontrarme.
-Yo lo sé, pero ellos no. Ahora vámonos de aquí y utiliza esa boca sucia para algo más productivo.

El sonido de pieles húmedas, el olor a sexo y sudor, los jadeos y gemidos roncos, componían la sinfonía que tocaban dos cuerpos amándose en la clandestinidad de una habitación barata de un hotel de amor, en un barrio bajo olvidado por Dios en Beijing.
Dos cuerpos que se entregaban a la pasión desenfrenada y al deseo de sus corazones anhelantes, consumidos totalmente por el fuego de su amor prohibido.
-Baobao, eres tan bueno para mí. Tan apretado, tan delicioso... el ángel te hizo para mí, Zhange.
-Yibo arremetía sin piedad, apretando la diminuta cintura de su amante para afianzar el agarre y embistiendo con fuerza, justo como sabía que a Xiao Zhan le gustaba. Podía sentir el cuerpo de su amado deshacerse con cada toque de sus manos.
-Bésame -el pelinegro más alto ordenó, orden que YiBo estaba más que gustoso de obedecer.
A Xiao Zhan le gustaba que YiBo lo besara mientras lo penetraba.
El menor se deleitaba dejando besos húmedos y marcas en el cuerpo de su pareja. Nadie las vería ya que él mismo se encargaría de borrarlas con una iratze. Por mucho que le gustaría presumir ser el dueño absoluto del cuerpo y corazón de Xiao Zhan, nadie debía ni siquiera sospechar la verdadera relación que los unía o los separarían para siempre.
-Quiero llenarte, Zhange -lo tiró del cabello para hablarle al oído- estoy a punto de venirme y quiero hacerlo dentro de ti.
-Házlo, baobei... márcame por fuera y por dentro. Yo también estoy cerca, quiero montarte... déjame montarte, YiBo.
-No. Te quiero debajo de mí mientras te lleno -para dar enfasis a sus palabras, le agarró las manos y se las inmovilizó- la cama es el único lugar donde puedo dominarte, Zhange, dónde puedo someterte. Así que déjame tenerte así debajo de mí, en el único lugar donde puedo hacerlo. Quiero tu sumisión en la cama, Zhange.
Xiao Zhan arqueó la espalda y movió las caderas, las embestidas de YiBo cobraban velocidad y profundidad, parecía como si YiBo quisiera fundirse con él... volverse uno con su interior.
-Estoy viniendo, Zhange -jadeó en su oído y Xiao Zhan pudo sentir las palpitaciones del pene de Yibo dentro de él mientras se derramaba en su interior y aún después, YiBo seguía duro en su interior y lo continuó embistiendo a través de su orgasmo hasta que Xiao Zhan alcanzó su liberación y su semen caliente manchó las sábanas baratas de la cama de hotel.
Al terminar, Yibo dejó un beso en sus hombros y salió suavemente de él, los fluidos salían a borbotones del maltratado agujero del pelinegro.
-Estuviste intenso, baobei... No es que me esté quejando, pero creo que necesito una iratze en este momento -Sonrió y miró su reloj- además de que es tarde, tenemos que regresar al instituto.
YiBo rodó los ojos. Sacó su estela y comenzó a dibujar la runa con la que estaba muy familiarizado.
-Y yo que estaba esperando a que me devolvieras el favor. -Xiao Zhan negó.
-Hemos tenido está conversación muchas veces, gouzaizai. No voy a tomarte.
-Pero, Zhange...
-Pero nada. Sabes lo que podría pasar y por nada del mundo te estoy arriesgando.
-Está bien. No quiero discutir contigo, volvamos al instituto.
Se prepararon y se fueron, asegurándose de que nadie los viera y sin dejar ninguna huella del acto de amor que acababan de protagonizar.
Hola mis pumpkins. Está historia no estaba destinada a salir ahora, se supone que debía terminar red de mentiras y Unrestrained primero, pero debido a que esas historias están perdidas casi en su totalidad. Me enfocaré en esta mientras tanto.
Esta historia tendrá bastante escenas sexuales (que Dianxia me ayude, porque ustedes saben que soy malísima para escribir smut) y está basada en el universo de cazadores de sombras.
Les estaré dejando un pequeño glosario para que se familiaricen un poco con la terminología de este universo.
Nephilims: Mitad ángeles, mitad humanos. Aunque son más fuertes que los humanos comunes a quienes se les llama mundanos, sus poderes provienen de runas angelicales que son dibujadas en su cuerpo con una estela. Su misión es cazar demonios y mantener el mundo de las sombras alejado del mundo mortal.
Runas: Son marcas angelicales que el ángel Raziel dejó en el libros gris, son dibujadas en la piel de los cazadores de sombras con una estela. Algunas runas son permanentes y otras no.
Mundanos: Es como los cazadores de sombras llaman a los humanos
Idris: Es el Pais de donde provienen todos los cazadores de sombras.
Clave: Es el gobierno de los cazadores de sombras, está formado por cazadores de sombras mayores, quienes establecen las reglas y leyes que rigen a todos los nephilims y establecen los acuerdos con las otras razas sobrenaturales, que son conocidos como: subterráneos.
Institutos: Lugares donde viven y se entrenan a los cazadores de sombras.
Cazadores de sombras: también conocidos como nephilims.
Estela: Es la herramienta utilizada para grabar runas en la piel de los cazadores de sombras. Es como un tubo metálico. La estela puede grabar runas en otras superficies además de la piel.
Iratze: Runa de curación
Parabatai: Guerreros nephilims que combaten juntos y están unidos a través de un juramento que liga sus almas para siempre. Son más que hermanos, pero no deben ser amantes.
Los demás términos serán agregados a medida que avance la historia.
Que el ángel los proteja.
Besos en la cola.
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