34_La ubicación del Alacrán ll
Némesis
Milisegundos y ahora puedo respirar, aunque con dificultad. Lo veo a los ojos, confundidos y duros.
Siento mis labios tiritar sin haber frío. Tengo miedo, mucho miedo.
__Chad.
__He echo una pregunta, y quiero una respuesta. Ahora __sus palabras son claras y precisas.
__hijo, solo hablabamos...
__Ven aquí __tira de mi con tal fuerza olvidando las palabras de su abuelo que nos persigue hasta la habitación de su nieto, pero Chad no le deja pasar cerrando la puerta ante sus ojos.
__¡Chad, abre esa maldita puerta! No vayas a cometer una locura __exclama el señor Benson desde el otro lado.
__Tu abuelo...
__Lo he escuchado todo ¿De qué deuda hablaban? __Muerdo mis labios para contener las ganas de gritar ¿Cómo dices a quien quieres que solo te acercaste a él para vengarte, para acabar con su familia y robarle todo? __¡Responde de una maldita vez!
__Todo lo que ha pasado; a ti, a tu familia, mi secuestro. Es mi culpa __su rostro se torna de un color rojo furia, aún cuando no entiende lo que quiero decir.
__¿De qué estás hablando? __Se acerca casi chocando su aliento caliente contra mi rostro.
__Mi madre, ella me envió a matarte __tras mis palabras retrocede y abre sus ojos como platos. Sus músculos se relajan y me observa como si delante tuviese a un fantasma. En sus puedo ver qué trata de digerir los que acabo de decir. No lo cree.
No puedo mirarle a los ojos, por ello agacho la cabeza.
__¿Por qué? __pregunta casi en un susurro.
__venganza. Mi madre me hizo creer que tu abuelo había asesinado al mío.
__Hector Anderson __lo observo confundida. __Ahora lo entiendo todo __canina de un lado a otro.
__¿Cómo sabes? __pregunto.
_matthew. Tu secuestro le dejó muchas dudas e investigó. Esta mañana me envió los documentos... Camino aquí pensaba en miles de justificaciones, deseaba que todo esto fuese un error. Que él estuviese equivocado. Pero ahora, ahora solo puedo pensar otras mil formas en las que acabar contigo __camina hacia mi y saca de algún sitio que no logro alcanzar a ver, un arma con la que apunta al centro de mi cabeza. Trago saliva ante la seguridad en sus palabras.
__no merezco menos, solo hazlo.
__¡Cállate! Solo haz silencio __casi suplica con los ojos ahora vidriosos. No sé si por la rabia o porque en realidad le importaba algo.
__se que sonará egoísta, pero me harás un favor, harás lo que nunca tuve el valor de hacer. Acabar con mi vida, harás que el dolor pare. __tomo su mano y lo obligo a poner el arma contra mi frente.
Sus cuerpo destila rabia, furia e irá por todas partes. Mientras con fuerza apunta a mi cabeza. Cierro los ojos cuando comienzan a picarme por las lágrimas.
__¡Ahhh! __el peso de mi frente se va cuando lanza la pistola contra el suelo tras su grito. __¡No puedo hacerlo, no puedo! Eres un asco Némesis, tenías todo planeado. Querías esto, que me enamorara de tí, porque sabías que era la única forma en la podías protegerte de mi ¡Confíe en ti, te abrí mi jodido corazón! No mereces ni siquiera que te mate, sería liberarte de todos tus malditos demonios, pero no lo haré y ¿Sabes por qué? Porque ellos serán tus castigo. __sus palabras cortan, no puedo evitar llorar.
¿Qué mal le hice al mundo para merecer haber vivido todo este infierno?
__¿Por qué demonios jugaste con mi familia? Hubiese sido más fácil llegar y pegarme un tiro ¡Venga hazlo, mátame! __toma la pistola del suelo y me obliga con sus manos a apuntar su corazón. Niego entre lágrimas.
__¡Basta! ¡Déjalo Chad, ya basta!
__Te odio Anderson, no he odiado nunca a nadie como a ti. Eres lo peor que le puede pasar a alguien. Con razón tu madre no te quiere __no Chad, ya basta. Me suelta de un ligero empujón por el que termino en el suelo derrotada. Me llevo las rodillas al pecho.
Él tiene razón, estoy maldita, todos murieron antes de que pudiese nacer y mi madre no me quiere. He venido a este mundo a traer dolor.
Sus pasos se acercan a mi pero se detiene cuando su teléfono celular resuena y toma la llamada saliendo a la terraza. Aprovechando que estoy sola salgo de la habitación encontrándome al señor Benson en la puerta.
__¿Hija, estás bien? __pregunta con preocupación.
__Si algo me sucede esta noche, dile a Chad que lo siento, que de lo único que soy culpable, es de enamorarme de él __me despido para irme, sin embargo, el señor benson me toma de la mano y me ofrece unas llaves.
__Toma mi auto, lo necesitarás __observo las llaves en mis manos. Y una lágrima se escapa de mis ojos. Le abrazo.
Debo de irme antes que la situación empeore y todo duela más. Será más fácil así, siempre lo ha sido. Huir es doloroso, pero nos ahorra tragos amargos.
Salgo a toda máquina por la puerta principal pasando de los gritos que ya se sienten en toda la casa. Entro al auto y tras ponerme el cinturon piso el acelerador rumbo a algún lugar donde pueda encontrar un teléfono público y llamar a mi hermana. Pues deje mi teléfono en casa de Chad.
Tras minutos de viajar sin rumbo encuentro una gasolinera y bajo, quizás el chico de la tienda pueda dejarme llamar. Entro mirando a todos lados, está vacía.
Me acerco al chico que me recibe con una agradable sonrisa que devuelvo a puro dolor. No me apetece sonreir.
__Bienvenida ¿Desea algo? __habla el chico con amabilidad.
__En realidad necesito un favor. Me han robado el bolso y necesito llamar con urgencia a mi hermana __el chico me observa con lastima.
__Puedes tomar mi teléfono __este me brinda su móvil y lo tomo.
__Muchas gracias __me alejó del mostrador para llamar. Al segundo timbre toma la llamada.
__Hola
__Atenea, soy Nem. Escúchame.
__¿Por qué me llamas de otro móvil? ¿Te ha ocurrido algo, no te oyes bien? __pregunta sin detenerse.
__ha ocurrido algo, pero estoy bien. Debes salir de casa. Nos vemos en el motel de Mía en una hora. Lleva todo lo necesario. Partiremos de ahí.
__pero...
__No tenemos tiempo. Luego te explico todo.
__ Bien. Nos vemos en una hora __cuelgo y regreso al mostrador para devolver el teléfono.
__Gracias de nuevo por el favor __me despido del chico y vuelvo al auto rumbo al motel de Mía. Esta chica nos ayudó a sacar las armas de la agencia. Es una conocida de Atenea, la verdad no sé de dónde. Pero mi hermana confía en ella.
Estaciono fuera del motel, sin embargo me tomo un tiempo para mí. Tengo demasiados sentimientos acumulados que no puedo controlar y necesito sacar, necesito llorar ahora, o luego perderé la estabilidad cuando esté frente a lucrecia. Ella puede hallar tu punto débil en segundos y dañar la herida hasta que no quede nada que salvar de ti
Golpeó el volante con mucha fuerza, grito y dejo que las lágrimas caigan sin receso.
__¡Ahhhhh! ¡¿Por qué, por qué?! __protesto a lo que sea que exista y me este viendo, quizás así me escuche por primera vez y deje de hacer de mi vida un caos.
Cuando al fin puedo estar bien, sonreir sin fingir y besar a alguien sin que me haga daño, pasa esto ¿Por qué tuve que confiar en ella? __solo quiero paz.
No debí enamorarme, creí que estas cosas solo pasan en telenovelas, pero me di cuenta que la realidad es mucho peor que la ficción. La realidad es cruda y amarga, y sobre todo, no todo terminan en un felices por siempre.
Respiro con dificultad, por lo que apoyo la cabeza contra el volante. Me quedo así por unos minutos cuando alguien irrumpe mi llanto aporreando el cristal del auto. Levanto la vista hasta encontrarme con los ojos preocupados de mi hermana.
Bajo del auto con las lágrimas descendiendo por mis mejillas. Jamás había llorado tanto como hoy, ni siquiera cuado lucrecia me pegaba hasta el cansancio.
En cuanto abro la puerta sus brazos me reciben.
__Nem
__Se acabó, le he perdido.
__¿Ya lo sabe cierto?
__Todo es su culpa, todo es culpa de lucrecia. Juro por dios, que acabaré con ella __lloro en su pecho, siempre a sido más alta que yo.
__Antes debes de limpiarte esas lágrimas. Y todo ese dolor que sientes dentro debes transformarlo en poder. Ya verás que juntas lograremos meterla a la cárcel __ sostiene mi barbilla para que la vea a los ojos.
__Queda poco tiempo.
__Pronto seremos libres.
Se siente como el inicio de todo, como aquel día cuando me mire en el espejo y comencé una venganza sin fundamentos. En cambio hoy, los tengo claros, cada maldito detalle de todo. Ella es la culpable y esta bala tiene un nombre: lucrecia.
Termino con el arma y la guardo en mi pantalón cubriéndola con mi cazadora favorita de cuero. Quedan pocos minutos para que lucrecia y sus hombres vengan por mi. Atenea me seguirá con los hombres que el señor Benson puso a nuestra disposición, siguiendo el rastro del localizador en las armas. Una vez lleguemos ahí, la idea es atraparlos desprevenidos evitando así muertes. Los queremos vivos.
Llega la hora indicada y con ello lucrecia en una cara camioneta negra a la que me toca subir luego de que uno de sus secuaces me manosee en busca de algo extraño. Idiota.
__¿Por qué he tenido que venir contigo? ¿Qué tramas? ¿Mi muerte?.
__Eres mi hija, no digas tonterías.
__Casi me matas, parece que se te olvidó __quiero detenerme, dejar de lanzarle mierda, pero es inevitable.
__Las balas eran para tu querido Chad, tu te lansastes a ellas.
__Aun así, no fuiste ni una vez al hospital, que buena madre eres.
__Estaba ocupada, este es un cliente importante.
¿Quién diablos es este cliente del que no para de hablar?
__¿De quién se trata? __pregunto.
__Ya lo conocerás.
El resto del viaje transcurre en silencio. Mis ojos viajan por la carretera ahora costera, es el camino al puerto, el mismo donde rescatamos a las niñas.
Entramos al sitio aparcando frente a un auto y una camioneta donde supongo se llevarán las armas. Mi madre baja del auto y yo seguido de ella y sus soldados de plomo.
Nos detenemos a unos pasos de ellos que aún no se bajan. Miro a mi madre que susurra algo a su mano derecha, el calvo asqueroso que me azotó. Este será el segundo en mi lista. No pensé que tu viera una, pero mira que la vida da vueltas.
__¿Qué ocurre, por qué no bajan? __pregunto y mi madre me manda a callar cuando la puerta del auto se abre dejando ver unos finos zapatos de cuero. Seguro italianos.
El tiempo se paraliza y mi corazón comienza a bombear a toda velocidad ¿Por qué estoy tan nerviosa? No me hago la idea de que en realidad pueda matar a lucrecia.
El señor baja del auto al fin dejándonos ver su rostro barbudo. Fabricio Ruggero, uno de los italianos más buscados. Mi madre sonríe cuando le ve, al contrario de él que se mantiene neutro. Hay algo raro en todo esto ¿Tanto confía en mí madre que se viene sin hombres?
Lucrecia hace un ademán por caminar hacia el con una emocionada actitud, pero se detiene cuando alguien más baja del auto, y le apunta con un arma a su cliente.
¿Qué demonios? Ese alguien cubierto por una capucha se voltea a nosotras.
__¡¿Tú?! __exclama asombrada lucrecia. Nunca en mi vida, le ví tan asustada como ahora.
Esto tiene que ser un sueño, no puedo creerlo.
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Besitos y saludos desde Cuba 🇨🇺
Los quiere: Diane More 🌻
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