3_Un imbécil parte 2 ✔️

El camino a casa era puras ansias. Con ella nos se por qué carajo quiero entablar una conversación, no soy de hablar con mis rollos de una noche, pero solo para que no cambie de parecer respondo a sus preguntas y ella a las mías, solo me interesa saber su edad realmente, parece menor de la edad que me dijo, 25 años, yo juraba que tendría unos 20.

Cuando llegamos a casa sus ojos escanean el lugar y yo solo puedo ver ese vestido que le queda ridículamente sexy el cual muero por rasgar para tomarla con fuerza por detrás, tiene un trasero de tamaño perfecto que me pide a gritos que agarre y penetre. Ella hace alarde de no recordar mi nombre, ¿vamos a ver si cuando te esté follando no gritaras mi nombre Némesis? Puedo notar su juego, otras lo han echo. Se hacen las de poco interés para ver si me enganchan y así yo correr tras ellas. Pero no pelirroja, estás buena y culiable.

¿Saben si esa palabra existe? Para mi cualquier palabra que se pueda relacionar con el sexo es valida pero no lo suficiente para atarme. Esa mujer no ha nacido. Y si llegara a nacer, seguro ya estaré muerto para ese entonces. La beso bruscamente en el estacionamiento demostrándole lo que le depara esta noche. Aunque ella supo responder demasiado bien.

Aún sostengo sus bragas mojadas que me lanzó, en mis manos. Estoy demasiado ansioso, muero por descubrir la sensación de estar dentro de ella. Me esta provocando y esta haciendo un buen trabajo, para qué mentir.

-¿Dónde lo prefieres? ¿En la habitación, en la cocina, en el comedor o en el salón? -¿Con que atrevida eh?

Aflojo mi corbata, aquí ya está haciendo demasiado calor.

-Empecemos por la habitación - la cargo en mis brazos y me apodero de sus labios.

Sus besos son deliciosos, son suaves y sensuales. Sabe muy bien los que hace, pero siendo sinceros, se que ella esta disfrutando demasiado de esto, sus gemidos no me pasan desapercibidos. Se que esta disfrutando de esto tanto como yo.
La lanzo a la cama una vez que entramos a mi habitación y comienzo a desvestirme penetrandola con la mirada, ella me observa con tal intensidad que quiero desnudarla de una vez y atacarla, pero mi cuerpo reacciona y me desvirtuó por completo viendo como sus ojos se abren cuando mi hambrienta polla queda descubierta gloriosa y erecta.

La vuelvo a besar.

No soy un chico que disfrute los besos, soy más de la boca en otros sitios del cuerpo, pero con ella el deseo de besar sus experimentados y carnosos labios es demasiado.
Bajo la cremallera de su vestido y la expongo desnuda para mi. Tal y como la imaginé. Pechos firmes y grandes esperando a ser devorados por mi boca. Y su coño, mierda, se ve tan brillante y impenetrable que puedo venirme sin siquiera haberla tocado.

Seguimos basándonos hasta que no aguanto más y agarro uno de sus pechos con mi boca, su audible gemido solo me incentiva para seguir. Chupo, muerdo, lamo, le hago lo inimaginable, ella solo gime y arquea su espalda dándome más acceso.
Voy bajando y bajando hasta llegar a mi objetivo principal. Mis ojos la miran todo el rato hasta que mi lengua traza su feminidad contorneado y dejando un suave beso para provocarla. Me río entre dientes ¿aún no quieres recordar mi nombre?
Pero la engaño, no le doy placer en su centro con mi lengua, subo de nuevo a sus labios y sus manos agarrando mi cabello me llegan a la locura, no lo pienso dos veces y me introduzco en ella. Mierda, tan apretada y húmeda, esto es la gloria. No soy rudo desde el comienzo, la dejo adaptarse a mi tamaño. Puedo sentir como sus paredes se amoldan a mi miembro y le abrazan siendo cada vez más flexibles.

-¿Ya recuerdas mi nombre? Némesis.- la arrogancia llena mi voz. Ella está gozando tanto de esto por Dios.

Esta vez me besa ella, es puro placer. Es fuego, tan apropiado como su naranja cabello. Me muevo dándole en los puntos correctos, jadea y jala de mis cabellos. Entro y salgo rápido de ella, mis embestidas son fuertes y el choque de nuestras pieles desnudas son una maldita sinfonía en mi habitación. Los gemidos de ambos llenan el lugar y su piel ligeramente brillante por el sudor es demasiada tentación. Entonces habla y solo me hace querer seguir toda la noche.
-Si, solo quiero que no pares ¡Chad Benson! -Típico. Ya has caído Némesis y no hay vuelta atrás.
La tomo tan frenéticamente rápido que sus pechos rebotan violentamente y su cara es más que suficiente para alimentar mi ego. Lo estás disfrutando tanto pequeña habladora. Quiero reír pero estoy más entretenido en el enorme placer que estoy sintiendo, porque si, yo también estoy perdiendo el control con esta chica. Y solo por nombrar esa palabra esto llega a otro nivel, Némesis toma el control y está sobre mi. Sus caderas son ágiles entre movimientos perfectamente sincronizados y circulares sube y baja dándome la vista más espectacular de mi polla perdiéndose en su interior.
Su cabello rojo cae sobre mi rostro cuando se inclina a besarme y muerdo su labio provocando ruidos de placer de su parte. Si soy del tipo resistente en la cama, (ok, no te hagas más preguntas idiotas, si, soy el tipo perfecto). Alargo esta situación lo más que puedo para disfrutar de ella, hasta que mis juegos mentales ya no funcionan y sus ojos se encuentran con los míos.
Tanta lujuria e intensidad que sin previo aviso siento como mi propio orgasmo se va acercando y me libero dentro del condón con los aullidos de su orgasmo como música de fondo.

《Esto si fue buen sexo》

Ella se baja de encima de mi un rato después de descansar su cabeza en mi agitado pecho. Me retiro el condón lanzando este al suelo, luego me haré cargo de él.

-Eso fue... wow -me atrevo a decir.

-Lo se - observo como se sienta y comienza abanicar su sonrojado rostro por el sexo.

-Necesito un cigarrillo -la sonrisa que proporciona un buen polvo no se va de mi rostro.

-Y yo necesito irme -se pone de pie y busca su ropa por el suelo de la habitación.

Me confunde su actitud. Normalmente soy yo el que las echa una vez que terminamos ¿Quien se cree esta que es? Solo porque sabe lo que hace no significa que sea la octava maravilla del mundo. No sé por qué pero su actitud cabrea.

-Cierra la puerta cuando salgas -mi voz sale cargada de enojo.

Agarro mi pantalón y saco mi cartera arrojando dos billetes de cien a su cara. No voy a negar que la mirada que me da me asusta, pero solo un poco. Se acerca a mi aún desnuda y me da una cachetada que resuena por toda la habitación. Mis ojos se abren como platos ¿Está loca esta chica o qué?

-Más puta será tu señora madre - agarra su vestido y zapatos y sale desnuda de la habitación.

Me quedo ahí, parado como un idiota mientras mi mejilla arde por el golpe. El enojo burbujea en mi interior. Maldita perra, cómo se atreve a pegarme. No tiene idea en el lío en el que se acaba de meter.

El fin de semana transcurre lentamente y aunque estuve atrapado en trabajo desde casa, de mi mente no sale la atrevida chica que me cacheteó la jeta. Pero sin querer, no es lo único de ella que viene a mi mente, su sensual cuerpo y el delicioso sexo que tuvimos ocupa la mayor parte de mis pensamientos. Llamé a Matthew y le conté, el muy tarado luego de llamarme guarro asqueroso por los imprescindibles detalles que le di, me llamo canalla por la forma en que la traté. Pero joder, fue ella que actuó toda indiferente luego del magnifico sexo que tuvimos.

Pero juro que Némesis tendrá noticias mías. Y no será para nada difícil puesto que su hermana trabaja para mí, es solo sacar la información necesaria y listo.

Es lunes y como de costumbre me preparo a primera hora de la mañana para llegar a la agencia. Tengo tanto trabajo que hacer que se que hoy será unos de esos días en los que prácticamente dormiré en mi oficina.

A penas llegó y los empleados me sonríen más que nunca, luego de la fiesta que les regalé, es lo menos que podría esperar.

-Buen día señor Benson -Kelly mi secretaria me da la bienvenida y agarra mi saco que lanzo a sus manos para colocarlo perfectamente en un perchero mientras tomo asiento en mi silla giratoria en mi oficina.

-Señor, la nueva empleada ha llegado y está esperando para la última parte de su entrevista de trabajo. -me anuncia.

-¿Y que carajos me importa eso a mi? -mi humor sigue horrible desde la misión pelinaranja, tiene un extraño cabello, entre naranja y marrón, algo que nunca jamás he visto.

-Señor, es usted el encargado de dar la última entrevista -cierto.

-¿Matthew no ha llegado? -solo quiero escapar de mis responsabilidades y darle un poco más de trabajo a mi mejor amigo, o sea, él también es directivo acá en la agencia.

-No señor. Y le recuerdo, tengo los folletos con los casos nuevos sobre mi mesa. Enseguida se los traigo - pellizco el puente de mi nariz.

-Ok y dile a esa señora que pase -la observo marcharse y realmente Kelly tiene un muy buen trasero.

Nunca hemos tenido sexo y aún no se por qué ¡Ah cierto! Tiene novio y es "fiel".

-Buenos días Chad Benson -esa voz, me es demasiado familiar.

Levanto la vista y me encuentro con el mismo par de ojos que me miraban con la misma intensidad mientras la follaba hace un par de noches. Némesis. La peliextraño que perturba mi cabeza desde la noche del viernes, la misma que voy a hacer pagar por su atrevida reacción.

El destino a veces es tan bueno conmigo. Si le soy sincero, el destino me ama.

Observo el expediente expuesto sobre mi escritorio que a penas noto y justo ahí esta, una pequeña foto de la pequeña folladiosa de cabellos de fuego.

¿Así que tú eres nuestra nueva empleada?

Punto para Benson.

Ella me mira con demasiada confianza y dignidad en sus ojos. No puedo negar que eso me frustra
pero no dejo que me afecte. Némesis, no se si sepas, pero acabas de entrar al infierno sin derecho a estancia en el purgatorio. Y créeme, vas a salir tan quemada.

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