25_Hello Chadi ✔️

Némesis

He perdido la cuenta de todas las veces que he deshecho mi peinado para hacerme otro peor que el anterior. Derrotada y con un fuerte dolor en el brazo me observo en el espejo ¿Qué demonios estás haciendo Némesis? ¿Por qué castigarte? Sabes que tarde o temprano deberás salir de su vida para siempre.

Ayer su llamada fue inesperada y no negaré que me gustó y calentó mi alma, sentí que me quería, que sus palabras sobre volver eran sinceras. Ese era Chad, la capa fría y ególatra de su piel había desaparecido ¿Era por mi? Por mi Chad se esta dejando ver tal y como es ¿o solo son imaginaciones mías.

Respiro profundamente expulsando todo el aire contenido en mis pulmones. Estoy nerviosa, pensarlo me pone intranquila. No se como reaccionaré cuando le vea después de esa llamada.

Tomo el cepillo por última vez de la mesa frente al espejo y recojo mi cabello ondeado en un alto moño <<Al fin>> ladeo la cabeza de un lado a otro contenta con el resultado. No es que sea un peinado del otro mundo, pero como comprenderán odio peinarme y no sé hacer otra cosa que esto. Que para mi ya es mucho.

Volteo a la puerta cuando una Atenea lista me sonríe desde umbral -¿lista? -pregunta con una sonrisa y asiento -Venga vamos.
Apto seguido de sus palabras me pongo de pie y junto a ella cruzo el umbral al pasillo. La Némesis débil quedó del otro lado, no puedo permitirme ser débil delante de él, solo volveré por el abuelo, por mi promesa y luego me iré. De su vida para siempre.

El aire colándose por las ventanillas despeina algunos de mis cabellos, sin embargo eso no me importa, el aire me calma, me hace respirar con tranquilidad y creer que a pesar de todo lo malo algo saldrá bien. Que podremos atrapar a Lucrecia y que Chad y su familia estarán a salvo. Ahora debo de pensar en cómo sacaré las armas de la agencia sin ser pillada. Es obvio que necesito un plan, por eso esta tarde después del trabajo tendré una reunión con Tomas.

Mis piernas son un merengue en cuanto doy el primer paso dentro de la agencia. Todos me miran de arriba a bajo y me saludan como si un fantasma han visto, me preguntan como he estado y se justifican por no haber podido visitarme en el hospital, algunos se alegran de verme recuperada. Supongo que ninguno sabía que había renunciado. Eso es bueno.

Dejo mi bolsa encima de mi mesa cuando unas manos tapan mis ojos desde atrás. No olvido los aromas y se que esas manos son de:

-Tyler -adivino porqué una risa nerviosa se escucha.

-¿Cómo has estado? -Pregunta y me volteo para verlo sentado en mi mesa con una amplia sonrisa.

-Supongo que bien. Odio estar encerrada -confieso. No me gusta estar enferma pues estarlo trae consecuencias como el encierro. Y bastante tuve de eso en Texas.

-Aquí todos pasamos un gran susto. Pero estás aquí y estoy feliz por eso -se pone de pie quedando a solo unos cortos centímetros de distancia. Retrocedo incomoda cuando posa sus ojos en mis labios.

-Emm... iré a ver al jefe, luego nos vemos -asiente dejándome escapar ¿Qué le pasa?. Volteo la cabeza hacia atrás mientras camino a la oficina de Chad para ver si lo que presencié no fue un espejismo, pero allí está parado mirándome embobado.

Saludo a la secretaria y tomo unas bocanadas de aire antes de entrar. Pedí que por favor no me anuncie. Quiero darle una sorpresa al ogro. Que tenga un lindo dejavú.

-¡Hello Chadi! -entro a la oficina dando un portazo tan fuerte que obliga a las puertas cerrarse por la fuerza ejercida <<Esto no le va a gustar>>.

-¡Pero que dem! -su voz se corta cuando sus ojos caen en los míos y con ellos recorre mi cuerpo. En un impulso se pone de pie y camina hacia mi. Y antes de que pueda decir una palabra sus labios atacan los míos. Sus manos están en mis mejillas para que no me escape de su agarre, pero es imposible hacerlo. Deseaba con ansias besarlo desde hace mucho tiempo. Esos labios suaves y carnosos tiran de mi labio inferior succionando este. La acción provoca que me aferre a sus musculosos hombros y entierre mis uñas en ellos, acto que provoca suelte una exclamación y despegue nuestras bocas para mirarme a los ojos por unos segundos.

-Te extrañé agente, mucho - ¿Qué, qué dice?

-Yo... tú... ¡¿Por qué demonios me besas?! -lo empujó lejos. -¡Has roto una condición Chad. No puedes tocarme! -espeto aún confundida por el apasionado beso de hace unos segundos.

-Y lo volveré a romper cuando me apetezca agente Anderson -lo señalo con el dedo enfadada ¿por qué me besa? Luego será peor dejarle ¡Ahhh Chad!

-Benson. Si no quieres problemas, no me vuelvas a tocar. No lo hagas -sentencio.

-¿Problemas? ¿Qué problemas voy a tener por besarte? -pregunta atacado a risas.

-Yo... esto... ¡Estoy saliendo con alguien! -miento. Su sonrisa se esfuma. Y ahora camina hacia mi con los ojos inyectados de un negro color que conozco. Su mirada oscura de descontrol, rabia, enojo y otros oscuros sentimientos.

-No tientes mi paciencia Némesis. No lo hagas y déjate de bromas. No me gustan las bromas -espeta con enojo.

-No bromeo Chad, salgo con alguien -sigo mintiendo.

-¿Quién es? -pregunta.

-Alguien que no me quiere solo para sexo -mis palabras lo hacen retroceder y tensar sus hombros.

Su mirada está sobre la Mía, desafiante. No puedo descifrar con psicología o con lo que aprendí de lenguaje corporal; lo que piensa. Mi corazón late tan rápidamente que no puedo sentir nada más a mi alrededor hasta que la puerta se abre y por ella emerge la secretaría. -Agente, Tyler la espera. Tienen un interrogatorio. -Escucho a la secretaria sin mirarla. Pues mis ojos están en Chad así que sonrío con malicia para inquietarlo. <<Creo que Tyler me servirá para alejarme de ti Benson y en El Proceso darte un poco de celos>>. Ladea la cabeza negando, como si supiera exactamente lo que estoy pensando.

-Bien. Voy enseguida -hablo a la secretaria haciendo un ademán por seguirla fuera de la oficina, sin embargo, soy detenida por Chad Justo antes de cruzar el umbral.

-¿Con ese idiota? ¡Sales con ese niñato! -interroga. En respuesta me limito a esbozar una sonrisa. No puedo afirmar nada, no quiero meter a Tyler en problemas. Solo fingiré que hay algo entre nosotros. Pero nada más. -No juegues conmigo Némesis. No te conviene.

__Hasta luego señor Benson -me suelto de su agarre de un tirón y cruzo el umbral hasta la mesa de Tyler. No tengo idea de que haremos pero si de algo estoy segura: Es que hoy Benson Junior muere de celos.

-¿De que trata el caso? -pregunto tomando asiento al lado de Tyler. Este me muestra el expediente para que pueda leerlo. -Carlos Medina. Interesante -. Menciono. Mi sangre hierve formando burbujas encolerizadas dentro de mis venas y arterias. -Vamos a hacer ese interrogatorio. -hago un ademán para ponerme de pie.

-¡Espera! Apenas has leído el expediente.

-Ya tengo información suficiente ¿Quieren saber dónde están el resto de las niñas? -asiente. -¿vienes? -pregunto antes de avanzar a las celdas con Tyler a mis espaldas y creo que otros agentes que alcanzaron a escuchar mi pequeña crisis.

Las grandes puertas que conducen a las celdas son abiertas permitiendo nuestro acceso. Entro a la sala de interrogatorios encontrándome con un desgraciaos durmiendo de placer como si nada estuviese pasando y cientos de niñas no estuvieran a punto de ser vendidas a misóginos maniacos y psicópatas.

-agua -pido a un guardia obtenido un pomo del refrescante líquido que vierto sobre el delincuente quien despierta asustado. -¡Buenos días Carlos! ¿cómo estás? -pregunto inclinándome hacia él con un tono animado.

-Mejor ahora que te veo, delicia -su sonrisa repugnante es borrada de su rostro con un impulsivo puñetazo que le proporciono por la mandíbula haciendo que se desmaye.

-Llévenlo al sótano -ordeno a los guardias limpiando mi puño en mi ropa,de su asqueroso sudor.

-¿Qué harás? -habla Sheyla a mis espaldas. -No puedes llevarlo allí. Te meterás en problemas con Chad. Eres intérprete no tienes facultades para eso -intenta detenerme.

-Soy agente especial, que me hayan asignado un puesto que no me corresponde, no significa que no tenga facultades para sacarle información a ese idiota - replico. Esta chica me irrita.

-Lo haré yo. Es una orden. Soy tu superior. -tragó el enojo y suspiro. Esta chica es increíble.

-Bien. Veamos si puedes -paso de ella caminado hacia el sótano oscuro. Aquí ocurre lo que nadie nunca ve allí fuera. En este sitio los hombres más temibles sueltan las sopa cuando ven un arma. No me explico como pueden ser tan valientes y cobardes a la misma vez.

Sheyla entra a la sala poniéndose frente al detenido el cual se encuentra atado de manos y pies a una cerca de cobre mientras Tyler, Atenea, otros guardias y yo, nos limitamos a observar. Nuestra compañera toma un báñate de béisbol en sus manos y tras unos cuantos golpes le pregunta a Carlos donde se encuentran las niñas, sin embargo, pasan dos largas horas de duros golpes y solo recibe como respuesta unas risas acompañadas de rojiza sangre saliendo de su boca.

- Esto es una pérdida de tiempo no dirá nada -Digo y Sheyla me taladra con la mirada.

-Ella tiene razón, eres muy débil para este trabajo, deberías jugar a las oficinas rubita -bromea el detenido recibiendo de Sheyla un puñetazo en la nariz.

-Es todo tuyo -se marcha dejando en mis manos de mala gana el bate, el cual arrojo al suelo.

Si hay algo que aprendí muy bien de Lucrecia fue como hacer mi trabajo. El pasado es algo que no podré superar jamás, algo que se quedará arraigado dentro de mi para siempre. Mi hermana la pasó fatal a causa de hombres como este. Por eso encontraré a esas niñas.

-¿Te causa esto mucha gracias? -pregunto frente a él, que se burla de mí entre risas.

-Delicia - responde <<asqueroso>>. Lo tomo por el cabello con rabia, la sonrisa no se borra de su rostro. Pero lo hará.

-Lo dirás, me dirás donde están esas niñas Carlos Medina. Ya verás -lo suelto con fuerza y camino hacia una mesa llena de herramientas. Busco entre pinzas, cables, cuchillos y armas encontrando unos alambres de pua. Esto será fantástico. Lo envuelvo alrededor de mi puño derecho.
Vuelvo a él y sin siquiera pedir permiso le destrozo el rostro de un puñetazo, grita y vuelvo a proporcionarle otro, incluso mucho más fuerte que el anterior.

-¡Estas loca maldita perra, mi cara! ¡Juro que te mataré puta! -exclama con rabia y sangre saliendo de los grandes arañazos en su rostro. Tras sus palabras escupe mi cara, me limpio y otro golpe vieja a su rostro. Esta vez cerca de su ojo. -Te mataré -. Chilla.

-¿Donde están las niñas? -pregunto tirando de su cabello.

-Jajaja, aunque destroces mi rostro, tus niñas morirán -gruñe con rabia y diversión. Miro a mi hermana, ella pasó por eso, a ella la violaron cuando apenas era una niña <<no puedo rendirme>> Lo viví como si fuera conmigo. Viví cada noche su llanto, su dolor y rabia. Nadie merece vivir con eso, nadie.

Saco el alambre de mis manos y voy por un cubo de agua que arrojo a su cuerpo.

-¿Que harás, me darás un baño? -se burla. No le contesto y tomo de la mesa unos cables eléctricos con pinzas metálicas. Se los muestro esbozando una sonrisa. Se pone nervioso, sus ojos como platos del asombro me lo dicen.

-Uno muy eléctrico -sonrió por segunda vez enganchando estos a la cerca de cobre a la que está atado. Los cables están conectado a una batería. Se hará mierda si enciendo esto, pero tengo que asustarle.

-¿Que harás maldita loca? -se mueve intentado soltarse.

-más agua -ordeno a uno de los guardias.

-Lo matarás Nem -anuncia mi hermana.

-¡No me importa!

-Te meterás en problemas Némesis. Déjalo ya-advierte Tyler. Es una mala idea pero este hijo de la gran perra se lo merece.

-¡Nada de lo que haga será suficiente para él!-exclamo sin dejar de observar los asustados ojos de mi presa. Porque eso es. Una presa asustada.

-Me matarás e irás presa -murmulla el desgraciado mostrándome sus dientes llenos de sangre.

-¿Estás seguro? nadie notará que has muerto, a nadie le importas, la sociedad estará feliz de que hayas pasado al infierno, y aquí todos me protegerán. Somos la ley Medina, y tú dentro de poco, cenizas o acabarás echo un desperdicio humano. Irás a prisión ¿Sabes lo que le sucede a los violadores y secuestradores de niños allí dentro? - niega moviendo su cabeza de un lado a otro. -Pero bueno. Tu ya has decidido ¡Puedes comenzar! -indico al guardia quien poner sus manos encima de la palanca que encenderá la batería.

-¡Espera, espera! -detiene entre sollozos.

-¿Tienes miedo? Tranquilo, no te dolerá -rio. -enciéndelo. -ordeno.

-¡En el puerto san Pedro, reserva 2028879! -con un gesto de mi mano pido al guardia que salga.

-¿Cuando sale el contenedor? -interrogo.

-Hoy a las 2:00am hacia Japón. El barco es japonés.

-Nombre.

-ReedDragon.

-¿Hay más contenedores aparte de ese Carlos? No quiero tener que incinerarte vivo.

-¡No, no hay más, he dicho toda la verdad! ¿Qué más quieres de mi? ¡He dicho todo!.

-Bien. Has estado increíble. Pero te quedarás aquí hasta que regrese de comprobar tu información. Pórtate bien -palmeo su rostro ensangrentado.

Esto es por Atenea, por mi, y por todos esos niños que sufren y han sufrido cosas iguales o parecidas, y por esas madres que los lloran cada día.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top