16_Mi sangre en tus venas ✔️

Chad

Es hoy, el intercambio, nada puede salir mal, de ello depende la vida de mi chica ¡Joder¡ Ya le digo "mi chica". Me afecta esta situación enserio, no puedo creer que la tengan, que la estén golpeando y torturando. Se que Némesis es una mujer fuerte y con carácter, pero, es una chica, es delicada y hermosa, no merece ni tiene por que pasar por todo esto.

Todo esta listo, el plan está trazado. Aparentemente iré solo a entregar el millón de dólares que me pidieron, mis agentes perfectamente capacitados actuarán con el factor sorpresa cuando les de la señal y por supuesto Némesis este a salvo en mis manos.

- Trata de descansar Benson - es Atenea. Se ve destrozada, sus ojeras y bolsas bajo los ojos son muy notables.

- Vete tú a casa y descansa, mañana será un largo día. - estrujo mi rostro mientras hablo.

- No quiero que le pase nada a mi hermana - está el punto del llanto.

- si depende de mi, todo estará bien, pero, Atena, necesito la verdad para saber que hacer y a qué nos estamos enfrentando.
Me pongo de pie y me acerco a ella. Tiene que alzar su cabeza para verme a los ojos. Veo tanto miedo en ellos y su labio inferior titubear, que estoy seguro que no hablara, no dirá nada.

- Yo se lo mismo que usted señor. - baja la vista y su mirada se pierde en un punto inexistente en el suelo.

- Esta bien, no digas nada, ya pesará sobre tu conciencia lo que ocurra con tu hermana.
Soy duro con ella, no me interesa. Esta situación está pudiendo más que yo. No quiero que me afecte y lo hace, no quiero pensar en ella con este temor pero lo hago, no quiero anhelar su mal carácter, sus besos y la forma en la que se entrega aún cuando dice que me detesta, que soy un idiota, un puto imbécil, pero, si, lo hago y es una realidad que me golpea una y otra vez por cada segundo que pasa.

Llevo cerca de una hora en la tina, el agua ha perdido calidez pero no me importa, si no pienso en ello no lo noto, toda mi mente está centrada en ella, en cómo estará y cuánto estará sufriendo. Me gusta esta chica, puede que me quiera engañar y disfrazar el sentimiento con emociones que lo justifiquen como pasión y deseo pero, el lado sensible, protector, el deseo de acariciarla, de ver las cosas pequeñas en ella como una sonrisa, un rostro fruncido o incluso cuando es infantil y me saca la lengua, se enlistan convirtiendo en detalles que me sacan sonrisas y pensamientos donde solo está Némesis. Sus defectos son imperceptibles para mi, ya hasta gusta que me ofenda llamándome idiota, o insinuando que no le gusto en la cama cuando se que es precisamente lo contrario. La chica con aura de fuego se esta colgando en mi y de un modo que asusta y no estoy preparado para aceptar.

Mi móvil suena y me levanto como un flash, no me importa el agua que gotea y como la alfombra del baño se empapa y humedece. Casi se cae de mis manos el aparato cuando me doy cuenta que, es Matthew.

- Si, dime. - suelto el aire.

- ¿Está todo bien contigo? - realmente se le escucha preocupado.

- ¿Que quieres Matthew? - pellizco el puente de mi nariz.

- Disculparme. Se que fui un idiota en la oficina y no debí decir esas cosas de la agente Anderson. - suena sincero.

- Te conozco, se que lo hacías para colmar mi paciencia. Y lo conseguiste. - medio río aunque se que no me puede ver.

- lo se. La paciencia no es tu fuerte y mucho menos si se trata de esa chica.

- tiene razón. - Bueno, solo quería saber eso. Mañana será un día importante Chad, te pido por favor que dejes las emociones de lado.

- yo soy un profesional Matthew . - rebato.

- no lo dudo ni por un segundo. Llevo años siendo tu amigo, desde adolescente, luego comenzamos a trabajar juntos y te conozco en el ámbito profesional perfectamente, pero, nunca había pasado que te enamores de una chica. - Perdón ¿qué?

- Yo no estoy enamorado. - me cabreo. - Si, me conoces y sabes que me gusta esa chica, tal vez más de lo normalmente permitido para mi pero, enamorado no estoy, no soy tan imbécil.

- Estar enamorado no te hace imbécil, o un débil.

- Oh claro, me lo dices tú quien toda tu vida te la has pasado sufriendo porque las chicas te dan un puntapié. ¡No gracias¡ no quiero eso para mi.

Creo que me pase un poco. Hay un silencio prolongado del otro lado de la línea. Quiero pedir perdón, pero, él habla antes.

- tienes razón, siempre me dan un puntapié, juegan conmigo y me hacen parecer un idiota, pero al menos me doy la oportunidad de sentir y no reprimir mis sentimientos siendo un amargado o un inmaduro que va por la vida haciéndose de ser un follador o un tipo duro que carece de sentimientos o emociones ¿Y sabes que es lo más jodido? Que tu fachada cayó con la llegada de esa chica.

Luego de esas palabras cuelga la llamada y me deja así, estupefacto, sabiendo que tiene la razón pero negándome una y otra vez la mínima posibilidad de que eso sea posible.

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-¿Está todo listo?- pregunto por milésima vez mientas salimos camino al lugar del intercambio. - Yo iré solo en mi auto tal y como lo hemos planeado, entregaré el dinero pero la idea es no perder ni a la agente ni el efectivo maquillado con algo de dinero falso.

- Entendido señor. - me responden varios agentes a la vez.

Atenea va callada, asegura su arma y suspira mirando a la nada. La observo y estudio, está nerviosa, lo noto perfectamente. Matthew también la observa, en su rostro puedo ver la desconfianza y el recelo, él no confía en ella ni en Némesis, ya me lo dejo bastante claro. Esta mañana cuando nos encontramos me habló de que no me reprochaba el hecho de desarrollar sentimientos por ella, pero no por eso cambiaba la opinión que tiene sobre ella y su hermana. Me asegura que algo esconden, algo turbio. No sé si tenga la razón, el lado racional de mi me hace pensar que si, esta en lo cierto, y no quiero ser atrapado con la guardia en bajo, pero, hay una parte, una pequeña pero persistente parte que se aferra a creer que son paranoias de Matthew y está viendo fantasmas donde no los hay.
Los agentes salen una hora antes al lugar del intercambio para posicionarse en las zonas que estudiamos donde pueden camuflarse con el entorno y no ser vistos. Yo espero a que sea la hora del acuerdo para no despertar sospechas una vez que me vean llegando solo. Escondo mi arma en la espalda baja cubriéndola con mi camisa y chamarra de cuero. Las manos me sudan mientras termino de cerrar mi camisa que cubre mi chaleco antibalas.

《Calma Chad, no es el primer secuestro con el que tratas》

Es verdad, no es la primera vez que he tenido que participar en un intercambio solo que, nunca había agregado directamente una situación similar.

Ya es la hora, voy manejando a toda prisa, no he recibido más llamadas de los secuestradores, solo un SMS donde anunciaban que estaban listos. Se que esto es una trampa, si realmente los alacranes están involucrados en esto no solo querrán el dinero que perdieron, también querrán venganza, por algo la secuestraron y torturaron. Hay algo en esta historia que se me escapa, algo que no estoy viendo.

Llego al lugar y veo un auto detenido en medio del camino descampado. Un hombre fuerte y con el rostro cubierto emerge del auto y arrastra a Némesis con él. Su rostro cubierto aunque de inmediato retiran la funda y puedo ver su rostro. Aún a la distancia a la que estamos puedo verla, y a pesar de los visibles golpes y lo pálido de su piel, se ve hermosa.
《Concentrate chad》

- ¡Némesis¡. - no puedo evitar nombrarla, quiero que sepa que estoy aquí y que esta pesadilla está a punto de acabar. Quiero brindarle seguridad o al menos intentarlo.

Intento dar pasos para acercarme pero el tipo le apunta con un arma, sabía que hacía bien en traer un arma escondida. Puedo jurar que no esta solo, su visión viaja por todos los alrededores como esperando algo, además, no estoy tratando con amateur, son profesionales, criminales de marca mayor.

- No tan rápido - me habla con su desagradable y ronca voz. - ¿dónde está el dinero?

Lanzo la bolsa frente a mis pies, él la observa y por las arrugas que se forman al rededor de sus ojos se que esta sonriendo.

- He echo todo lo que acordamos. Estoy solo, sin armas, y he traído el puto millón de dólares. Ahora quiero a mi agente - sentencio.

Acordamos caminar hasta la mitad del camino y hacer el intercambio. Acepto aunque desconfío, voy con cautela. Una vez que tengo a Némesis en brazos la lanzo a mis espaldas para cubrirla y doy la señal. Sabia que no estaba solo, comienza un fuego cruzado donde tanto mis agentes como los maleantes se disparan unos a otros. Hasta ahora no he lamentado la pérdida de ninguno de mis hombres hasta que... todo ocurre muy rápido. Veo la bala venir en mi dirección. Estoy a punto de reaccionar cuando su cuerpo se interpone justo en medio y las balas impactan en su abdomen. Mis ojos se abren y algo dentro de mi se congela, me quedo inmóvil con miedo a moverme y terminar de quebrarla. Cae en mis brazos. Mi primera reacción es presionar para que la sangre no siga brotando. Escucho de lejos la voz desesperada de su hermana. Némesis intenta hablar, pero solo quiero que haga silencio y ahorre energías.

De todo su discurso con dificultad, las palabras me gustan, hacen un efecto en mi. Mi pecho brinca y un sentimiento cálido aflora pero rápidamente es sustituido por el miedo a perderla, la situación es agobiante. No quiero que siga hablando, o más bien, balbuceando. Presiono aplicando más fuerza sobre la herida.

- Haz silencio, tendrás todo el tiempo del mundo para decirme lo imbécil que soy. - le doy aliento.

Atenea llega a mi lado. No sé en qué momento se detiene el fuego, no me percato de nada a mi alrededor, solo me importa ella.

- Chad, la ambulancia está en camino - me dice Matthew. Lo miro a los ojos y veo poca esperanzas en ellos.

- Tiene que dar tiempo Matt. - mi voz sale más afectada de lo que esperaba.

- Tranquilo amigo. - aprieta mi hombro.

- Hermana se fuerte... Perdóname - lloriquea Atenea mientras sujeta la mano de Némesis, la cual está casi desmayada, sus ojos se cierran y en ratos pestañea. Su respiración se está dificultando. Saco mi chamarra para tomar parte de mi camisa, la rasgó y colocó la tela sobre la profunda herida.

- No tiene superficie de salida la bala Chad, hay que llevarla con urgencia a un médico. - Atenea tiene razón. Me desespera aún más saber eso.

Pasan unos escasos segundos y los ruidos de las sirenas se escuchan cerca. Tengo miedo de moverme y hacerle daño. Los paramédicos llegan a socorrer a mi agente y con sumo cuidado colocan su débil cuerpo sobre una camilla. Subo a la ambulancia junto a Atenea.

Ha pasado casi una hora, no tenemos noticia, solo estamos esperando. La angustia me está matando, me siento ansioso e impotente, ella no debía estar ahí, siendo operada entre la vida y la muerte, esa bala iba para mi.

- Tranquilo bro, tienes que estar en calma.
Solo miro a Matthew mientras intento pensar cómo coño me tranquilizo. Ella dijo que le gusto, me llamo imbécil pero le gusto. Eso no debía de haber causado tantos estragos en mi pero lo hace y mucho.
Seguimos en silencio, su hermana llora sin consuelo, su nariz está roja como tomate y sus ojos tan hinchados que sus pupilas apenas y son visibles. De repente se abren las puertas que nos separa de mi agente más testaruda pero la más valiente mujer que he conocido. Un doctor emerge y su semblante se ve sombrío y preocupado. Me acerco a él de inmediato y Atenea se pone de pie, me doy cuenta que ningún otro familiar de Némesis está aquí, me resulta un poco extraño.

- ¿Como esta ella? - pregunta su hermana.

- Perdió mucha sangre, hay que hacer una transfusión para tratar de salvar su vida. - un trago amargo baja por mi garganta.

- Némesis es O+, es difícil encontrar un donante. - la derrota en la voz de Atenea me da más esperanza de ser el héroe de mi agente.

- Yo puedo. - todos me miran. - Tambien soy O+.

El destino me da la oportunidad de regalarle a esta chica la posibilidad de vivir luego de que ella fuera capaz de dar su vida en mi lugar. Los enigmas de la vida son tan impredecibles pero en cierto modo atan lazos. Mi sangre corre por tus venas Némesis, una parte de mi será tuya, un vinculo de supervivencia que nos atrapará para siempre.

《Me gusta como suena eso: "para siempre"》

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