13_Secuestro ✔️
Némesis
Dejar a Chad caliente es una de mis actividades preferidas aunque me enoja que no haya corrido tras de mí y se haiga quedado de orgulloso como siempre. Hubiera preferido que me trajera en su auto y comenzar ese juego de amor, odio y quien domina mas a quien pero no. Se quedo ahí pasmado y me toco venir en taxi.
Que hombre tan difícil, Jesús.
Mi teléfono celular comienza a sonar apareciendo en la pantalla el nombre de mi hermana. Lo tomo acercando este a mi oreja.
-No regreses a casa hoy. Haz lo posible por quedarte en casa de los abuelos de Chad. No regreses a casa -exclama mi hermana nerviosa, agitada y preocupada.
-¿Por qué? ¿Qué pasa? Yo... -
pregunto confundida.
-Solo hazlo Nem. Por favor -dice antes de colgar.
Nerviosa miro por las ventanillas del taxi y noto acercarse un auto a toda velocidad hacia nosotros por el frente.
-Agente de la FECCO. De la vuelta ahora -enseño mi placa y el señor del taxi da la vuelta a toda velocidad y sin darnos cuenta un auto nos choca por el lateral. Mi cabeza se avienta contra el asiento delantero nublando mi vista.
Narrador omnisciente
El negro de unas botas y el sonido de estas fueron lo único que Némesis pudo escuchar y ver antes de que sus sentidos se apagaran por el impacto del golpe en su cabeza. La chica es arrastrada hasta una camioneta negra.
-El trabajo está hecho. Estamos llevando la chica al lugar donde acordamos -el hombre tatuado cuelga el celular y continúa su camino por la oscura carretera. Mientras que por una parte una asustada Atenea espera a que su hermana haya hecho caso a sus plegarias.
Pasaron las horas y las respuestas que Atenea esperaba nunca llegaron por ende optó por llamar a su hermana nuevamente pero su celular daba apagado. La chica sin saber que hacer hizo lo que no quería y termino por llamar a su jefe. Quien se encontraba demasiado entretenido con dos rubias matando las ganas que le dejo su agente como para contestar una llamada. Su celular no para de sonar y eso no lo deja concentrarse así que sale de adentro de una de las chicas y extiende su mano para tomar la llamada mientras le hacen un oral.
-¿Qué diablos me haces llamando a estas horas Atenea? -protesta.
-Han secuestrado a mi hermana -dice entre sollozos Atenea.
-Nos vemos en diez minutos en la oficina. Reúne a todo el equipo.
Solo fue suficiente escuchar ese nombre para que Chad estuviera a la hora acordada en la oficina. Frustrado, enojado y lleno de ira.
Todos se encuentran consternados en aquella sala de reuniones en espera de Chad y Atenea quienes hablan en la oficina del primero.
-Solo me llamaron para decirme, pensé que se quedaría contigo.
-Le pedí que se quedara pero sabes lo testaruda que es -de un manotazo tira todas las cosas sobre su mesa.
-Dijeron que enviarían un mensaje con los detalles -dice la chica a puros nervios.
-Si no hay llamada no podemos rastrearlos, un mensaje lo pueden enviar desde cualquier sitio.
-Tyler tiene información. Creo deberíamos volver con los demás -propuso Atenea.
Ambos se dirigieron a la sala de reuniones.
-¿Qué es lo que tienes para mi? - fueron las primeras palabras pronunciadas por Chad al entrar al lugar.
-El hecho ocurrió a afueras del condado dónde viven sus abuelos a las veintitrés horas con tres minutos de la noche. He rastreado los movimientos del taxista en las últimas dos semanas y no hay nada. También revise las cámaras de seguridad del edificio donde viven las agentes y nada parece sospechoso excepto que haces unos días Némesis fue arrastrada a una camioneta por una señora que no pude identificar ya que no mostró su rostro. Llevaba un sombrero.
Atenea se remueve en su silla cuando la mirada de Chad va a parar a ella.
-¿Que día ocurrió el hecho?
-Fue el día después de haber encerrado a Sokolov.
A la cabeza de Chad llegaron los recuerdos de que ese día se había tropezado con Némesis incluso recuerda haberla visto consternada y con marcas de agresión en su cuerpo.
-Atenea -la chica traga en seco _reconoce a esa señora_. Los ojos de la chica viajan a la pantalla.
-Es nuestra madre. Ella y mi hermana no se llevan bien, pero nuestra madre nunca sería capaz de algo así.
-¿Qué hay de Sokolov? -Chad dirige su vista a Sheyla.
-Sokolov tiene las llamadas y visitas restringidas. El no pudo haber sido. Pero por las investigaciones realizadas podemos saber que muchas de las armas que le fueron confiscadas al recluso serían vendidas a los alacranes aquí en los estados unidos. Armas que nunca llegaron a manos de estos ya que hemos atrapado a Sokolov y mucho de este merito es gracias a la agente Némesis. No podemos descartar el hecho de que los alacranes perdieron una gran suma de dinero por armas que nunca llegaron a sus manos. Así que algo me dice que ellos tienes algo que ver con el secuestro de la agente.
-Algo no. Estoy más que seguro de que ellos la secuestraron.
Némesis
El dolor de cabeza me impide abrir mis ojos completamente. Unas voces se hacen presentes en mis oídos solo que no puedo escuchar con claridad. Entre sombras y borrones unos tacones rojos se acercan a donde me encuentro sentada, arrojando sobre mí un balde de agua helada obligándome a despertar mis sentidos.
Abro los ojos como platos al notar la persona que tengo delante de mí. Tenía que haberlo imaginado ya que solo alguien con un corazón tan frío puede secuestrar a su propia hija y torturarla. Sé que lo hace porque no he cumplido con la venganza. A estas alturas ya Chad debería de este a mis pies, enamorado y con todo el dinero que nos pertenece a mi nombre.
-Te lo advertí. Debí imaginar que eras igual de idiota que tú padre. Pero para algo me vas a servir.
-¿Qué planeas con todo esto? Solo falta poco para que esté a mis pies. Solo dame algo más de tiempo.
-¿Tiempo? ¿Me estás pidiendo tiempo? ¡Cuando ellos no tuvieron piedad al matar a tu padre y abuelo. Cuando por su culpa lo perdimos todo y tu abuela se suicidó! -sus uñas se adhieren a la piel de mi rostro.
-Me estás lastimando -digo entre sollozos.
-¿Duele mucho hijita? -entierra más sus uñas en mis mejillas-. Más le dolió a tu padre cuando la bala que lo mató atravesó su cabeza ¡y tu me estás diciendo que esta pequeñes te duele!
-Yo te juro que acabaré con él. Solo dame más tiempo por favor -suplico.
-Eso ya no me interesa. Tengo un mejor plan -sus manos dejaron mi rostro.
-¿Qué harás? -pregunto con el miedo invadiendo mi sistema.
-Voy a traer a tu jefe aquí. Tu príncipe azul te vendrá a rescatar y cuando haya pagado yo misma lo mataré.
-No puedes hacer eso. Si lo matas todo habrá sido en vano. Iremos a la cárcel-. Chad es solo el señuelo para atrapar a su abuelo y su fortuna. Es la adoración de su familia, si llego a su corazón tendré a su abuelo en mis manos. Ya la abuela me adora. __Si lo matas todo se arruina. Piénsalo.
-Pensándolo bien tienes razón. Pero igual quiero darle su merecido a Chad. Puede que este secuestro no sirve para que muera pero si para que sienta lo que es un corazón roto.
-¿Qué quieres decir con eso?
Mi madre teclea algo en su celular y minutos después soy arrastrada por dos hombres hasta un cuarto donde solo hay una cámara frente a mí. Me encuentro atada de las manos colgando del techo de la habitación y con cinta adhesiva cubriendo mi boca. Uno de los hombres enciende la cámara mientras el otro se acerca a mí. No lo hará. No hará lo que estoy pensando.
Narrador omnisciente
El vídeo se comienza a reproducir en aquella sala. Fuertes azotados viajan a la espalda de la pelirroja que se retuerce de dolor mientras se encuentra colgada del techo. Aprieta sus piernas como si el dolor se fuera a ir haciendo aquello. El maquillaje de sus ojos a desaparecido y solo hay rostro de pintura negra arrastrada por sus mejillas debido a las lágrimas que brotan de sus ojos. Pero para ellos no es suficiente, para su propia madre aún no le basta ver la espalda de su hija hecha añicos. Solo quiere venganza y no le importa si en el camino tiene que llevar a su propia sangre.
Atenea siente aquellos golpes como si fueran para ella. No puede contener las lágrimas. Matthew la estrecha entre sus brazos mientras los otros solo evitan ver lo que está ocurriendo.
Chad solo mira el video en silencio. La sangre le hierve pero el está observando aquella pequeños detalles que nadie ve. Como el tatuaje de alacrán en la mano de la persona que da los azotes como también que a esa misma persona le falta su dedo índice. Sheyla tenía razón. Los alacranes están metidos en esto y el va a hacer todo lo posible por acabar con ellos.
-Ojo por ojo y diente por diente querido Chad Benson. No queremos armas, queremos nuestro dinero de vuelta de lo contrario tu sexy agente muere. Tu decides. Espera instrucciones.
Fueron las últimas palabras que dijo el hombre tatuado y esas bastaron para que Chad perdiera los estribos. Chad en Calma inspira miedo solo esperen a verlo enojado.
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