6. Un primer problema
Off se despertó muy lentamente, aún en medio de la oscuridad de la habitación, abrió sus ojos con calma, por alguna razón sentía como si hubiera dormido una eternidad. Se estiró y solo entonces notó el cuerpo que estaba acurrucado junto a él, y esas pequeñas manos abrazándolo cálidamente, mientras que él mismo, tenía sus brazos alrededor de la cintura del pequeño niño-gato más hermoso y perfecto que podía existir.
Lentamente los recuerdos del día anterior invadieron su mente, logrando que una cálida sonrisa se dibujara en su rostro.
Ahora tenía muy presente el cómo terminaron acostándose temprano debido a que Gun no podía con su alma después de su, quizá, primer orgasmo y aunque su plan original era solo observar a su precioso minino dormir, terminó dejándose llevar por la paz y la comodidad, y se quedó dormido también. "Off", había escuchado al pequeño Gun, llamarlo entre sueños, mientras que lo abrazaba más fuerte y enredaba sus piernas alrededor de las suyas, arrancándole una pequeña y silenciosa risa. Cuando entreabrió los ojos, pudo ver que Gun tenía las orejas relajadas y su larga cola, que ocupaba la mayor parte de la cama, extendida, y aunque ambos se encontraban acurrucados casi al borde, no importaba, lo único importante en ese momento era que estaban juntos.
Tres días más pasaron y la relación de ambos estaba dando sus buenos frutos.
Las reservas de comida de Off se estaban agotando y eso supuso su primer problema. Él siempre era precavido y hacía las compras para la semana, pero ahora no deseaba salir de casa simple y llanamente, porque no quería dejar a Gun solo.
Off había descubierto muchas cosas gracias a esas, páginas desactualizadas, sobre los gatos de Neko Corporation, esas páginas iniciadas en el año 2017, lo llenaron de información importante como por ejemplo: Descubrió que Gun podría aprender a hablar, solo era cosa de tenerle una paciencia extrema y enseñarle palabra por palabra. Comprendió también que el cerebro de su minino era como una esponja, todo lo que observaba, lo grababa de forma automática en su memoria; otra cosa importante estaba en la verdadera utilidad de estos juguetes sexuales, Gun tenía la sensibilidad de un animal en celo, por tanto, esa era la razón de su reacción (noches atrás) ente el mínimo roce. Los pequeños niño-gato se entregaban completamente al placer, dando rienda suelta a su lado animal, según el artículo. Otro dato importante, y que estaba casi al final, explicaba al nuevo dueño del gatito, que cuando el niño-gato se encariñara con él, automáticamente lo amaría, era cosa de su instinto de animal doméstico, porque así era con los perros o los gatos, al verte a los ojos, te amaban en una cantidad equivalente a la de una persona al ver al amor de su vida.
Debido a esto, una sensación de calidez invadió al mayor cuando entendió que Gun estaba enamorado de él, porque era de él ¿No? Gun no quería a su verdadero dueño, sea quien sea, si el gatito se mantenía en su casa, significaba que había elegido a Off por sobre cualquier persona.
Había otra cosa más, pero esa parte del artículo no estaba disponible, sólo le explicaban a Off que al final, antes de que la empresa cerrara, se creó un último modelo de juguetes sexuales, algunos ejemplares con algo nuevo en ellos, pero extremadamente secreto hasta que salieran a la venta, ya que ni siquiera los informantes sobre los avances de la modificación genética de los menores, conocían la nueva función adquirida por los niños-gato.
A Off la mayor parte del tiempo no le gustaba tener que leer de Gun como si fuera simplemente un juguete, porque él quería al pequeño como algo más, es decir, como alguien con quien deseaba permanecer toda su vida, pero debía hacerlo, debía entrar a esas páginas para saber más del minino de rizos que lo traía loco, y seguiría haciéndolo, hasta conocer todo sobre él.
—Gun, precioso, tienes que quedarte quieto. —Off soltó un largo suspiro mientras observaba a Gun jugar con las burbujas de la tina, le estaba dando su baño del día y ya su gatito empezaba a encariñarse con el agua, porque cada vez le era más y más difícil hacer que le prestara atención cuando se bañaba y más aún, lograr que saliera de la bañera.
"Cuidado con las orejas de los gatos, si les entra agua, pueden perder el sentido del oído", recordó, pasando sus manos llenas de shampoo con cuidado por los rizos del más pequeño, causándole un ligero ronroneo y estirándose para conseguir más de esos mimos.
—Meow. —Gun maulló, mirando a Off y regalándole una de sus hermosas sonrisas que dejaban ver sus preciosos dientecitos blancos y dos encantadores hoyuelos en sus mejillas.
Él continuó bañando al minino, mientras este hacía soniditos raros, jugando a hundir su pequeño patito de hule, que Off encontró en una caja, seguramente de cuando él era pequeño y se había traído de la casa de su madre al mudarse. Gun empezaba a amar ese patito amarillo chillón.
—Bebé, quiero que me escuches. —Lo llamó, logrando que Gun subiera la mirada, observándolo algo dudoso, meneando las orejas. Off sonrió y le dio un corto beso en los labios, antes de seguir hablando—. Mañana temprano debo salir a hacer unas compras. Tengo que conseguirte ropa, pequeño, y además comida. También se me está acabando la leche y la necesitas para dormir. —Sí, Off también había descubierto eso por su cuenta, a Gun le gustaba dormir después de beber un vaso de leche, claro, luego de pasearse por toda la casa, porque Dios, se lo tomaba muuuy lentamente.
Gun ladeó la cabeza y Off rió, quizás hablarle directamente no servía de mucho, porque parecía que el minino no entendía el significado de lo que quería decirle.
—Te quedarás solo un par de horas, cariño. —Dijo al fin, y al instante la mirada de Gun se agudizó por la sorpresa y luego, lágrimas, solo lágrimas.
El pequeño no quería quedarse solo, y definitivamente Off no deseaba dejarlo, pero debía hacerlo. Al verlo llorar, el mayor lo cargó con sumo cuidado y luego secó su cuerpo, encargándose también de regalarle una larga y tierna sesión de besitos por todo su rostro, para distraerlo y que dejara de llorar, susurrándole muchas veces cuanto lo quería.
Esa noche de nuevo se acostaron abrazados, mientras diferentes cosas pasaban por la mente de cada uno. Off recordó otra parte de uno de los artículos que leyó, donde dejaban en claro que una de la cosas más difíciles de cuidar a los juguetes era dejarlos solos después de que se hubieran encariñado mucho con ellos, porque si de por sí era difícil para el dueño que comprendía la situación y lo extrañaba, era mucho peor para el pequeño porque podía hasta entrar en una depresión si no se le explicaba todo con cariño y afecto.
¿Cómo haría Off ahora? ¿Y su trabajo? ¿Y el dinero? No quería perder a Gun, no después de los cinco más hermosos días que recordaba haber tenido nunca, y junto a su niño. Aunque tuviera el dinero suficiente para sobrevivir por un largo tiempo, en algún momento sus ahorros se terminarían.
—¿Hm? —Gun subió la mirada una vez Off presionó con más fuerza su cuerpo contra el suyo, logrando que sus ojitos se encontraran con los suyos. Vio el gesto cargado de curiosidad proveniente del pequeño con esos hermosos ojos esmeralda que aun brillaban a pesar de la oscuridad de la habitación.
—Te amo, precioso. —Le susurró Off, besando sus labios con ternura, haciendo que Gun meneara las orejas y enrollara su cola en la pierna del más alto, correspondiéndole al beso instantáneamente y pasando sus manos por su cuello, mientras que Off volvía a tener todo el control de la situación, colocándose sobre el minino luego de dos hábiles movimientos.
—¿Off? —Gun volvió a preguntar, una vez sus labios se separaron, y tras una sonrisa traviesa de Off, comprendió mejor lo que sucedería después. Un fuerte apretón en la zona de su entrepierna le hizo saber, que esa no sería una noche de plena paz para su corazón, pero definitivamente no sería tonto para desaprovechar el sentirse tan mimado, amado y feliz junto al dueño de su corazón y de su vida— ¡Off! —Arqueó su espalda cuando la mano empezó a bombear su miembro de arriba abajo, rápidamente.
Off se encargaba de dejar marcas por todo el cuello de Gun, escuchando sus fuertes gemidos salir de sus labios mientras continuaba con la excitante idea de masturbarlo lentamente, aumentando el ritmo y luego disminuyéndolo otra vez.
Sentía las uñas de las manos del menor arañar la piel de su espalda, mientras lo abrazaba y movía su pequeño cuerpo al compás de los dedos de Off.
—Ñaw~
Soltó el milésimo suspiro, observando el techo de la habitación, mientras la cabeza de Gun descansaba sobre su pecho y sus brazos se enrollaban alrededor de su cintura. Si Off se concentraba, podía escuchar el ligero ronquido escapar de los labios de su pequeño mientras soñaba, porque después de correrse en su mano, el minino cayó dormido en cuestión de segundos.
A decir verdad, su poca resistencia también era algo adorable, y Off había decidido que iría con calma en el descubrimiento sexual de Gun, al fin y al cabo, tenía muchísimo tiempo para irle enseñando nuevos trucos al pequeño. Él no tenía problema tampoco, porque lograba llegar a sus orgasmos simplemente escuchando esos indecorosos sonidos proviniendo de los labios del híbrido.
Pero esa no era la razón precisa por la cual no podía dormir.
Si bien tenía un plan, existía un margen de error muy alto para este. Sabía que Gun estaba lo suficientemente cansado y posiblemente dormiría gran parte de la mañana, así que él podría escaparse para hacer las compras y volver antes de que el felino despertara, pero, ¿qué tal si no funcionaba o Gun llegaba a despertar? él no sabía si el pequeño le perdonaría por abandonarlo de esa manera, aunque fuera un tiempo mínimo.
De cualquier forma Off había intentado explicarle a Gun el ¿por qué? de cada cosa, pero era una total y completa misión fallida cuando observaba esos ojitos que lo traían loco y se le olvidaba su objetivo principal y al final, todo se reducía a besar y jugar con los preciosos labios del menor.
Sea como sea, estaba seguro de que tendría que intentarlo, porque dejar a Gun con Joss no era una opción, conociendo a su amigo se desesperaría apenas Gun se pusiera a llorar. Quizás podía pedirle a alguien más, pero no quería que otra persona descubriera que tenía uno de los pocos especímenes, de Neko Corporation, durmiendo en su casa.
Tay tampoco era una opción, considerando que él solía estar algo alejado últimamente y también que tendría que explicarle todo, cuando lo necesitaba para la mañana siguiente. Hablando con sinceridad, Off no quería escuchar otro reproche de alguien más diciéndole que debía devolver a Gun.
Así que, saliera bien o mal su plan, tendría que intentarlo.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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